Jennifer López dio a luz mellizos

Jennifer López, de 38 años de edad, modelo, actriz de cine y vedette de origen puertorriqueño, millonaria, nacida en el Bronx, en la ciudad de Nueva York, en la isla de Manhattan, actualmente casada en segundas o terceras nupcias con el afortunado cantante puertorriqueño Mark Anthony, dio a luz durante la madrugada de ayer una niña y un niño mellizos que nacieron poco después de la medianoche de hace dos días en un hospital privado de Long Island. La primera que nació fue la niña, que pesó 2,5 kilos, y a los diez minutos fue seguida por el varón, que pesó 2,7 kilos.
Una compañía publicitaria le pagó US$6 millones por el derecho exclusivo de la filmación de su parto, lo cual parece ser una suma récord en la historia de los partos de la farándula. Pero es que es demasiado grande el morbo por ver cómo los mellizos salieron de ese cuerpo escultural. Ojalá que no se le haya estropeado algo.
A pesar de que algunos exigentes dicen que “es como una empleada doméstica cualquiera”, Jennifer López tiene una figura escultural, aunque dicen que se arregló los pechos gracias a la cirugía estética, pero lo que más llama la atención en ella son sus prominentes glúteos o nalgas, lo cual ella sabe explotar a su conveniencia, como podrán observar en esta colección de fotos que publico para placer de algunos de los lectores y, probablemente, para envidia de algunas de las lectoras. Ojalá les gusten.

Una verdadera sinfonía en verde, verde, verde, como las plumas de quetzal en el penacho de Tecún Umán.

¿Se está tapando o acariciando los pechos con las manos?

Dicen que se “arregló” los senos con cirugía plástica. Como se dice en inglés Who cares? Que significa ¿A quién le importa?

El asiento de esta motoneta pasará a la historia porque sobre él se posaron los famosos glúteos de Jennifer López.

¡Qué monumento a la lujuria! Que levante la mano el lector a quien sinceramente no le gustaría estar en esa playa solo con ella. Solitos los dos y sus conciencias.

En esta foto, Jennifer sabe muy bien que esta luciendo la parte más destacada de su anatomía. Como diría un mexicano que conozco: ¡Mamacita! Creo que esta noche soñaré con ella y no con la ingrata indiferente con quien soñé anoche que no me dejó ni siquiera darle un beso en los labios.
Díganme la verdad: ¿juran que de verdad, de verdad, de verdad les parece que esta mujer es “como una empleada doméstica cualquiera”? ¿De verdad creen eso?
Les confieso que a mí me habría gustado muchísimo haber tenido alguna vez durante mi juventud “una empleada doméstica cualquiera” como algunos dicen que es ella. Es más, todavía me gustaría tenerla, a pesar de mi avanzada edad y la disfunción eréctil causada por diabetes y el peso de los años y, sobre todo, de la serenidad de la impotencia que nos sirve de consuelo cuando una mujer que deseamos no nos hace ni el menor caso. Al fin y al cabo que contra esa condición hay ahora Viagra, Cialis y otras medicinas milagrosas. ¿Qué sería de los viejos (como yo) sin esas maravillas que hacen circular la sangre por esas zonas y después de unos pocos minutos uno está en condiciones de actuar? Y ahora hay otra pastilla que actúa con más rapidez y es masticable. Se llama Tagazepin y contiene Sildenafil. ¡Dios bendiga a los sabios inventores! Deberían concederles muchos premios Nobel. Y si todavía les sobra alguno, que lo concedan a las nalgas de Jennifer López que son mucho más bonitas que los cachetes de otra premio Nobel que conocemos.

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