CASO DE ALFONSO PORTILLO

Alfonso Antonio Portillo Cabrera

Por consejo de sus abogados defensores, el exPresidente de la República Alfonso Antonio Portillo Cabrera (2000-2004) aceptó declararse culpable de los delitos de haberse apropiado de manera indebida de cheques por US$2.5 millones, supuestamente donados para establecer bibliotecas infantiles, y de haber conspirado para el lavado de dinero cuando envió a depositar esos fondos primero al Hamilton Bank de Miami para luego transferirlos el banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BVA) de España, además de otras instituciones bancarias en París, Suiza y Luxemburgo, a cuentas que tenía con su ex esposa María Eugenia Padua González y su hija Otilia Portillo Padua, ambas de nacionalidad mexicana. Cuentas bancarias que han sido embargados precautoriamente tras la autorización del Juzgado de Extinción de Dominio”, a la espera de que culmine la investigación para definir si serán solicitados por el Estado de Guatemala. Lo cual sería lo correcto, porque no sería aceptable que los incaute los Estados Unidos de América.

El confeso delincuente ex mandatario guatemalteco fue sentenciado la semana pasada por el juez Robert Patterson, de la Corte del Distrito Sur de Nueva York a la pena de 70 meses (cinco años y 10 meses) la cual se reduce a 18 meses, debido a que ya tiene 52 meses en prisión desde que ha estado preso eb Guatemala y en Nueva York después de la extradición, y esta condena podría rebajar aún más si el juzgador toma en cuenta los 200 días por “buena conducta” supuestamente durante el proceso por lo cual cabe suponer que el ex presidente Portillo podría obtener su libertad en abril del año próximo. Cabe suponer que la llamada “buena conducta” se refiere exclusivamente a su cooperación durante el juicio y es ajena a los delitos por los que fue condenado, así como también a su comportamiento durante el período que gobernó Guatemala y, mucho más aún sobre los dos cobardes homicidios que cometió en Chilpancingo, Guerrero (México) al dar muerte a balazos a dos jóvenes estudiantes desarmados con los agravantes de nocturnidad, alevosía y ventaja. Después de lo cual fue prófugo de la justicia mexicana hasta que se cumplió el tiempo de prescripción para que fuese cerrado el proceso. Tampoco se refirió a la acusación por Peculado de Q120 millones del ministerio de la Defensa depositados en el banco estatal Crédito Hipotecario Nacional (CHN) de donde posteriormente fueron sustraídos durante las noches con la complicidad de los coroneles Jacobo Salán Sánchez y Napoleón Rojas, quienes actualmente están siendo procesados por ese caso.

No me cabe duda de que “portarse bien”  significó haber aceptado ponerse a las órdenes para “cantar” con pelos y señales algunas de sus actividades ilícitas y los nombres de muchos de sus cómplices. Esta es la clase de personas que no cree en lealtades.

El abogado Preet Bharara, fiscal federal para el Distrito Sur de Nueva York, afirmó que el ex gobernante “utilizó su cargo como un sifón para extraer millones de dólares en sobornos de Taiwán. Ha sido condenado a una pena de prisión prolongada por blanquear el producto de su tráfico de influencias”, declaró por medio de un comunicado.

A continuación reproduzco este interesante artículo publicado en el diario EL PAíS de España.

EE UU condena a 70 meses a un expresidente de Guatemala.

El ex mandatario Alfonso Portillo se declara culpable ante un tribunal de Nueva York por conspiración para lavado de dinero

Dibujo del expresidente Alfonso Portillo. / JANE ROSENBERG (REUTERS)

El expresidente de Guatemala Alfonso Portillo Cabrera (2000-2004) ha sido condenado este jueves a 70 meses de cárcel por conspiración para el lavado de dinero según un juez federal del distrito sur de Nueva York, James Patterson. Portillo, extraditado a EE UU el 28 de mayo de 2013, se había declarado culpable del delito el 19 de de marzo pasado.

El juez Patterson aseguró que, gracias a la buena conducta del exmandatario durante su reclusión en una prisión de Manhattan, a la condena había que restar 200 días.

La defensa afirma que Portillo ha cumplido ya con 52 meses de prisión, si se tienen en cuenta los que pasó en Guatemala mientras intentaba evitar su extradición. Esa es la lucha que, a partir de hoy, mantendrán para conseguir la pronta liberación del ex mandatario.

Según el corresponsal en Nueva York de la radio local Emisoras Unidas, Portillo, que esperaba quedar en libertad inmediata, encajó el golpe con un gesto de dolor, del que se sobrepuso casi inmediatamente. “Acepto la decisión”, dijo al Tribunal, a la vez que se comprometió a no apelar la sentencia.

Un oscuro pasado

Alfonso Portillo Cabrera, quien cumplirá 63 años en septiembre y gobernó Guatemala entre 2000 y 2004, ha sido el mandatario más atípico de la rocambolesca política contemporánea de este país centroamericano. Carismático, bebedor, excelente contador de chistes… tiene también un lado oscuro que no se preocupa en disimular. Es más. Él mismo se encargó de airearlo sin ningún pudor: el asesinato, en una noche de copas, de dos estudiantes de la Universidad Autónoma de Guerrero, en Chilpancingo, la capital de ese estado del sureste mexicano.

Portillo, en los años ochenta, se lió a golpes con dos estudiantes en Guerrero. El futuro mandatario, que habría salido muy mal parado en el intercambio, fue hasta su casa para buscar un revólver. Volvió al lugar de la riña, los ubicó y les disparó. Sus víctimas, Gustavo Cabrera y Arturo Visoso, murieron instantáneamente. Tras el hecho, huyó hacia el Estado de México, para eludir la persecución penal. Se dictó una orden de arresto que nunca se ejecutó. Un juez declaró en 1995 que el delito había prescrito.

Portillo dijo a la prensa guatemalteca a finales de 1999, en la recta final de la campaña que lo llevó a la Presidencia, que había actuado “en defensa propia”, aunque sus víctimas estaban desarmadas.

Este escape truncó su carrera universitaria, aunque él se presenta como abogado y doctor en Ciencias Económicas. Ni en Chilpancingo, Guerrero, ni en la Universidad Nacional Autónoma de México, del Distrito Federal, existe constancia alguna de que haya terminado las carreras.

Su mandato también estuvo marcado por irregularidades y está señalado como “uno de los más corruptos” del país. La afirmación parece un tanto aventurada, en la medida en que ni sus predecesores ni quienes lo han sucedido en el poder han sido escrutados.

Pero su encarcelamiento se origina, precisamente, en la manera “tan alegre” como manejó la cosa pública. La justicia estadounidense lo llevó al banquillo por utilizar bancos norteamericanos para blanquear 2,5 millones de dólares recibidos del gobierno de Taiwán para que Guatemala –uno de los pocos países que reconocen al gobierno de Formosa– mantuviera ese apoyo diplomático. El dinero, depositado inicialmente en cuentas personales de Miami y Nueva York, fue transferido a cuentas en Francia a nombre de una de las hijas de Alfonso Portillo.

En Guatemala Portillo fue absuelto del delito de malversación de 120 millones de quetzales (15 millones de dólares) del Ministerio de Defensa, en complicidad con militares de alto rango, entre ellos el general Enrique Ríos Sosa, hijo del mentor político de Portillo, Efraín Ríos Montt.

Pese a su condena, al menos dos partidos se disputan a Portillo como posible candidato a ocupar un escaño en la legislatura que empezará en enero de 2016.” (Fin del artículo de EL PAÍS)

Se debe aclarar que el nombre del Juez de Distrito Sur de Nueva York no es James Patterson, sino Robert Patterson. Luego, aclaro también que el general Enrique Ríos Sosa ya fue juzgado y declarado inocente de ese cargo. A quienes actualmente están siendo juzgado  en el Tribunal Segundo de Sentencia Penal acusados de que en el año 2001 sustrajeron dos cheques que sumaron Q120 cuando eran asesores del entonces presidente Portillo es a los coroneles Jacobo Salán Sánchez y Napoleón Rojas. Asimismo, el ex presidente Portillo ya fue declarado inocente en el juicio acusados del peculado de Q30 millones de los Q120 extraídos del ministerio de la Defensa y, por inconcebible que parezca, a pesar de las pruebas de la Fiscalía, también fueron absueltos el general Eduardo Arévalo Lacs, entonces ministro de la Defensa y el licenciado Manuel Hirám Maza Castellanos, entonces ministro de Finanzas Públicas.
Sobre este particular, en elPeriódico de hoy se publican los siguientes reportajes:

Extrabajadora confirma retiro de Q120 millones de cuentas del Ejército

“Hoy declara en videoconferencia el expresidente del Crédito Hipotecario Nacional (CHN) Armando Llort, contra Napoleón Rojas y Jacobo Salán.

Álvaro Montenegro > amontenegro@elperiodico.com.gt

Rosa Dolores Guízar Ruiz, quien fungió como jefa de Negocios de Caja del Ejército, relató ayer ante el Tribunal Segundo de Sentencia Penal que en 2001 operó dos cheques que sumaron Q120 millones.

Esta declaración se dio en el juicio que se sigue en contra de los exmilitares Jacobo Salán y Napoleón Rojas, acusados de peculado, por un desfalco de Q30 millones (de los Q120 millones retirados), cuando laboraban como asesores del expresidente Alfonso Portillo.

Según la declarante (quien testificó por medio de videoconferencia), Juan José de León Pineda, quien era su superior, acudió a su oficina el 28 de febrero de 2001, con una orden titulada “secreto” y “operaciones militares especiales”, por medio de la cual solicitaba que le fuera entregado un cheque por Q48 millones. El 3 de marzo de ese año, De León Pineda llegó ante ella con otra orden similar y le pidió Q72 millones.

Las solicitudes estaban firmadas por Sergio Cárdenas, exjefe del Departamento Financiero del Ejército.

Luego de realizar el retiro, Salán y Rojas habrían depositado Q30 millones en el CHN en cuentas a nombre del expresidente de dicho banco.

De León Pineda laboraba como subdirector financiero del Ejército. Las investigaciones revelaron que él retiró los Q120 millones en efectivo del Banco de Guatemala bajo orden de Portillo, quien fue absuelto por este caso en 2011. De León se convirtió en testigo del Ministerio Público y fue asesinado el 20 de marzo de 2005.

Tres peritos de la Contraloría General de Cuentas revelaron que la documentación que amparaba el secreto militar no era suficiente para comprobar que se invirtió el dinero retirado en el Ministerio de la Defensa, porque no existieron facturas ni comprobantes”. (Fin del reportaje)

Aparte hay dos notas que dicen:

Q905 millones es según el Ministerio Público el monto total desfalcado al Estado durante el gobierno de Alfonso Portillo

3 a 10 años es la pena que podrían enfrentar Napoleón Rojas y Jacobo Salán por los cargos que se les imputa.

El segundo reportaje en elPeriódico dice:

Armando Llort Quiteño inculpa a Alfonso Portillo

Por videoconferencia, expresidente del CHN sindica también a los coroneles Salam y Rojas.

Álvaro Montenegro

“Armando Llort Quiteño, expresidente del Crédito Hipotecario Nacional (CHN) de Guatemala durante el gobierno portillista (2000/2004), inculpó hoy por videoconferencia desde EE. UU. al entonces gobernante Alfonso Portillo de haber ordenado en el 2001 que se depositaran Q30 millones en efectivo, provenientes del Ministerio de la Defensa, por medio de sus asesores de seguridad Jacobo Salán Sánchez y Napoleón Rojas Méndez.

Los dos coroneles enfrentan juicio por peculado. El exfuncionario de gobierno aseguró en su testimonio televisado que de los Q30 millones ingresados al CHN ese año, Q10 millones procedían de la residencia privada de Portillo ubicada en la zona 14. El ex gobernante y varios de sus colaboradores fueron absueltos en el 2011 de la sindicación de apropiarse de Q120 millones de Mindef.

“Se paga en efectivo”

Rojas dijo que los sueldos de los miembros del Ejército se pagan en efectivo por lo que, el hecho de que alguien haya requerido una cantidad así no le sorprendía. Agregó que este caso es parte de la venganza del sector privado contra Portillo”. (Fin del reportaje)

Caso de Chilpancingo y después:

Alfonso Portillo Cabrera (alias “Pollo Ronco”) mató a balazos a Gustavo Cabrera Encarnación y Arturo Visoso, ambos estudiantes de la Universidad Autónoma de Guerrero, UAG?, en un incidente ocurrido al finalizar un baile. Al calor de las copas, y por rencillas provenientes de la lucha estudiantil, Portillo y su amigo Eduardo Calzada se liaron a golpes con el grupo de Gustavo Cabrera y Arturo Visoso.

Tras de la riña, de la que salió mal parado, Portillo fue a su casa por su revólver y salió a buscar a Cabrera y a Visoso, hasta que les encontró caminando por un parque y se enfrentó a ellos, que iban desarmados, y les amenazó con que les iba a matar. Por más que sus víctimas trataron de convencerle de que no valía la pena llegar a esos extremos, Portillo desenfundó su arma y les disparó a quemarropa y les mató instantáneamente, con lo cual cometió un doble homicidio con los agravantes de nocturnidad, alevosía y ventaja. Además, dejó parapléjico por un balazo en la columna a un tercer miembro de esa familia, quien todavía vive y permanece sentado en una silla de ruedas pero cree firmemente que el carma es implacable y declaró que “espera que si Portillo ha logrado evadir la justicia de los hombres, no escapará de la justicia de Dios, porque ésta llega tarde o temprano”. Probablemente hoy estará complacido de ver la suerte que ha corrrido Portillo.

Después de cometer los homicidios, Portillo huyó de la escena del crimen para convertirse en prófugo de la justicia mexicana y se refugió en la casa de su esposa, la licenciada María Eugenia Padua González, en Coyoacán, en la vecindad del Distrito Federal, donde se mantuvo escondido, aunque hay la teoría de que volvió a Guatemala con un nombre falso pero permaneció poco tiempo.

Sin embargo, a finales de los ochenta regresó a Guatemala, con muchas limitaciones  económicas e inicia un futuro en la política inscribiéndose en el Partido Socialista Guatemalteco (PSG), pero al percatarse del poco futuro que tenía militando en esa agrupación, se inscribió en el Partido Democracia Cristiana Guatemalteca (DCG), entonces en el poder, donde cultivó estrecha amistad con sus dirigente, principalmente el Secretario General Alfonso Cabrera Hidalgo, quien le postuló para diputado al Congreso de la República, donde hizo amistad personal con la diputada Zury Ríos Montt, hija del general de los mismos apellidos, y llegó a ser Secretario General de la DCG. Hasta que, organizado alrededor de las ambiciones presidenciales del general Efraín Ríos Montt ex jefe de Estado de facto tras el cuartelazo incruento contra el Presidente Constitucional de la República, General de División Fernando Romeo Lucas García, el 23 de marzo de 1983, y vio una oportunidad de tener mejores resultados al afiliarse al partido ultraderechista Frente Republicano Guatemalteco (FRG) porque sabía que cuando éste no lograse inscribir su candidatura por las prohibiciones constitucionales, él podría ser un sustituto. Como en efecto así fue y en una segunda oportunidad llegó a ser electo Presidente Constitucional de la República en sustitución del tristemente recordado licenciado Óscar Berger Perdomo.

Su gobierno fue desastroso y seguramente uno de los más corruptos que ha conocido nuestro país. ¡Lo cual ya es decir mucho! Al concluir su período, temiendo ser juzgado por peculado, se convirtió en prófugo de la justicia por segunda vez, solo que esta vez de la justicia guatemalteca. Y encontrándose en su casa de Zacapa fue informado que se había girado orden de captura contra él y se huyó por carretera a San Salvador y abordó un avión que le condujo a la Ciudad de México, donde se instaló. Pero al cabo de un tiempo el Ministerio Público de Guatemala logró su extradición de México, y fue enviado esposado a Guatemala en un avión de la Procuraduría General de la República (PGR) mexicana.

En 2008 es extraditado a Guatemala enfrentando un juicio por el cual obtiene libertad condicional mediante el pago de una elevada fianza. En 2010, en un nuevo intento de fuga es capturado por autoridades guatemaltecas cuando escapaba por mar rumbo a Belice en una lancha veloz.

Las sumas de las actividades ilícitas atribuidas a Portillo (por peculado y/o lavado de activos)  ascienden a decenas de millones de dólares: US$ 15 millones en el caso de los tribunales guatemaltecos, US$ 70 millones en la acusación por la Fiscalía de Manhattan, NY y US$ 2 millones más por el gobierno de Francia.

Al llegar a Guatemala dijo a los medios de comunicación que había venido “voluntariamente” para ser juzgado por los delitos que se le imputaban, aunque era bien sabido por todos que venía extraditado. Y desde luego fue fichado como delincuente.

Sin embargo, gracias a argucias judiciales de un grupo de destacados abogados y al pago de una elevada fianza, logró salir en libertad bajo fianza durante un tiempo, hasta que de nuevo se giró orden de captura en su contra y cuando estaba tratando de fugarse del país hacia Belice en una lancha veloz, fue capturado y traído ennun helicóptero de la Policía Nacional Civil (PNC) a la capital para ser juzgado por Peculado, mientras que se resolvía la petición de extradición del gobierno de Estados Unidos de América.

Primero estuvo en prisión “preventiva” en la zona 18, pero en consideración a su dignidad de ex presidente de la República fue trasladado a la Guarnición militar Mariscal Zavala, hasta que argumentó que necesitaba atención hospitalaria y fue trasladado al Hospital Militar, donde se encontraba hasta que, una vez llenados todos los requisitos de ley y de que la Corte de Constitucionalidad (CC) lo autorizó, una mañana fue trasladado a Nueva York en un avión hospital de la DEA. En la cárcel de Manhattan permaneció hasta que fue juzgado por el juez Patterson. Y lo demás ya es el presente.

La carrera política en Guatemala de Alfonso Antonio Portillo Cabrera arrancó en 1990 cuando fue electo diputado por el partido Democracia Cristiana Guatemalteca (DCG). Pero en 1995 participó por primera vez como candidato presidencial por el Frente Republicano Guatemalteco (FRG) el partido político creado por quien hoy también está juzgado, pero por genocidio, general Efraín Ríos Montt, quedando en segundo lugar. En su segunda participación ganó la presidencia para el periodo 2000-2004. Y su gobierno, además de haber sido desastroso, se caracterizó por la corrupción administrativa. Nunca en la historia política de Guatemala se había visto un gobierno tan incapaz y corrupto.

Macabra predisposición

Tradicionalmente se ha venido diciendo que “cada pueblo tiene el gobierno que se merece”, aunque lo discute el filósofo, periodista, activista y prolífico escritor español Fernando Savater porque sostiene que, por el contrario, los pueblos se merecen mejores gobiernos. Un día que estuvo de visita por corto tiempo en Guatemala, enviado por la Fundación Soros, tuve el honor y la satisfacción de beber con él una copa de vino y le debatí su tesis con firmeza. Sin embargo, no creo que logré convencerle.

El caso es que –aunque ni el propio Ripley podría creerle– ahora todavía hay muchos guatemaltecos que dicen que hizo un buen gobierno y que es uno de los mejores políticos del país. Al colmo –que hubiese preferido no ver con mis propios ojos ni oír– en el programa periodístico A las 8:45 el licenciado Manuel Conde Orellana y el publicista Hugo Peña (quien fue el publicista y asesor de la campaña electoral de Portillo) diciendo una ensarta de panegíricos acerca de él. ¡Poco faltó para que le llamaran santo o mártir!

Y cuando se supo la noticia de que pronto podría estar de regreso, hubo quienes lo celebraron con una fiesta digna de mejor causa que tuvo lugar en una casona situada en la 8a avenida y 12 calle de la zona 1. Y otros opinan que si regresa antes del próximo proceso electoral va a alterar el panorama. Y otros que afirman que podría inscribirse en un partido como candidato a diputado para después ser electo presidente del Congreso de la República y Organismo legislativo, como lo fue durante cuatro años el general Efraín Ríos Montt. ¡Es el colmo! ¡Es evidente que muchos de los guatemaltecos son llevados por mal!

Aunque nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo delito, con todos estos trapitos al sol que se le están sacando, no me extrañaría que al volver a Guatemala sea encarcelado y juzgado de nuevo. Si es que el gobierno de Francia no insiste en extraditarle también para juzgarle por lavados de dinero.

Estoy convencido de que su primera esposa, la licenciada y catedrática de la UNAM María Eugenia Padua González se suicidó de un balazo en la cabeza por temor a las repercusiones legales por haberse prestado a poner en sus cuentas bancarias eses millones de dólares mal habidos. Curiosamente, también se suicidó quien había sido la primera esposa del ex Vicepresidente en el gobierno de Portillo, Francisco Reyes López, la señora Ileana Wyld.

No le deseo el mal a nadie. Ni siquiera a un confeso homicida y ladrón como el ex presidente Alfonso Portillo, pero el carma se paga tarde o temprano y es implacable y creo firmemente en que la justicia humana es falible, pero la justicia divina llega a todos tarde o temprano.

Sin embargo, me parece una falta de vergüenza que algunos guatemaltecos aplaudan al exPresidente Portillo y aún ahora, después de su triste historia delictiva, le consideren un potencial candidato a diputado y a presidente del Poder Legislativo. No me extrañaría que cuando finalmente Portillo regrese al país, después de haber estado en la cárcel en Nueva York y de haberse declarado culpable de los delitos por los que fue juzgado y condenado, vaya a haber muchos guatemaltecos que hagan llamamientos para que el pueblo acuda a recibirle al aeropuerto como si fuese una especie de héroe nacional.

Nada de extraño tendría también que promuevan un cambio en la Constitución Política de la República para que pueda reelegirse Presidente. ¿Cómo podría tener de extraño si la mayoría del pueblo le eligió Presidente Constitucional de la República a pesar de haber confesado en una entrevista por televisión que no es verdad que haya matado a un estudiante, en Chilpancingo, sino a dos? “Cosas veredes Sancho amigo”, dijo Don Quijote. Y yo insisto en afirmar que todos los pueblos tienen los gobiernos que se merecen… aunque Dios sabe que esos pueblos son dignos de mejor suerte.

Twitter@jorgepalmieri