MISCELÁNEA 30/11/15

DÍA DEL PERIODISTA

Hoy celebramos en Guatemala el Día del Periodista y por ello voy a cambiar por estas palabras lo que había escrito previamente para que fuese publicado hoy, porque quiero saludar a todos los que se dedican a este fascinante oficio, tanto en nuestro país como en cualquier otra parte del mundo, ya sea por la prensa escrita, por la radio, por la televisión o por medio de un blog en las páginas web. (Lo cual he venido haciendo desde hace ocho años). Porque además de saludarles cordialmente quiero instarles a que dediquen su atención y sus actividades y su tiempo a tratar de servir a la comunidad y no a utilizar esta noble profesión para alimentar su ego y satisfacer intereses mezquinos. Que no lo hagan para tratar de convertirse en primas donas de la prensa, la radio o la televisión con el afán de hacerse populares, sino que lo hagan discretamente con el ánimo de servir valientemente a la comunidad y al país.

De un tiempo a esta parte, varias personas han incursionado en el periodismo para lucrar o para ganar fama, aunque no tengan la debida preparación ni el espíritu de servicio, ni la valentía e independencia para decir siempre la verdad. Porque quienes se valen del periodismo para lucrar probablemente llegan a tener dinero y fama, pero no engañan a nadie con lo que dicen o escriben. ¡Ni siquiera a sus conciencias! Al final de cuentas no logran engañar al público, que no les concede atención, mucho menos respeto. Y supongo que ni siquiera ellos mismos sienten respeto por sí mismos y en su intimidad se avergüenzan de su comportamiento.

También hay periodistas que se creen sábelotodos y discuten todo lo dicen o hacen todos los demás, particularmente los altos funcionarios públicos, por importantes que estos sean, con la vana creencia de que van a destacar en la medida que descalifican a quienes son objetos de sus críticas. Estos periodistas deberían comprender que con ese comportamiento de vedettes no contribuyen en nada al engrandecimiento de nuestro país. Y hay otros que desarrollan sus actividades de comunicadores de manera sezgada para promover sus ideas políticas, económicas y sociales. Pero al final de cuentas desorientan a la opinión pública a la cual todos nos debemos.

Después de haberme venido dedicando a este oficio desde muy temprana edad, ahora que ya llevo más de 70 años en este ejercicio, les saludo cordialmente y les garantizo que si se desenvuelven en su actividad con calidad y ética van a tener grandes satisfacciones. Pero de lo contrario van a sufrir mucho por el desprestigio que se han ganado y por el desprecio del público.

Para finalizar, hoy –29 de noviembre de 2015 Día del Periodista en Guatemala, cuando ya tengo 87 años de edad y he cumplido más de siete décadas de dedicarme a este fascinante oficio del que no se puede vivir pero por el cual sí se puede morir–, reanudo mis votos por seguir tratando de desarrollar lo mejor que me sea posible mis actividades periodísticas, sin importarme ni inmutarme en lo más mínimo ante la indiferencia o falta de reconocimiento de muchos a quienes he venido tratando de servir de manera desinteresada.

Para terminar, envío un cordial abrazo fraternal a todos los colegas del país y de todas partes del mundo.