Dios tarda pero no olvida

El escándalo del día en México es que, según informes de la desaparecida Dirección Federal de Seguridad (DFS), solicitados al Archivo General de la Nación, el ex Secretario de Relaciones Exteriores Jorge Castañeda Gutman fue espía del gobierno cubano de Fidel Castro, reclutado por el servicio de la Dirección General de Inteligencia (DGI) de Cuba en México, en 1979.
Espía de Cuba y traidor a su patria
Castañeda Gutman es hijo del doctor Jorge Castañeda y Álvarez de la Rosa, un taimado militante o simpatizante comunista que fue Secretario de Relaciones Exteriores durante la última parte del gobierno del presidente José López Portillo. Sustituyó en ese cargo al brillante canciller Santiago Roel que, a diferencia de Castañeda, era un hombre muy simpático y culto. Mientras yo fui embajador en ese país, Castañeda siempre trató de hacerme la vida imposible, sabotear mi actividad diplomática y romper mi estrecha amistad con el mandatario mexicano porque odiaba a los militares en general y en particular a los militares de Guatemala por ser anticomunistas y estar enfrentándose a la subversión inspirada, entrenada y financiada por Fidel Castro, y tenía simpatías por la subversión guerrillera que estaba tratando de derrocar al gobierno e imponer un régimen satélite de Cuba como el que presidía en Nicaragua el comandante sandinista Daniel Ortega.
En síntesis: ¡el Canciller Castañeda y Álvarez de la Rosa era un sujeto insoportable! Él a mí no me podía ver ni en pintura y, en legítima reciprocidad, yo tampoco podía verlo a él. ¡Me caía de la patada! Pero ambos nos hacíamos “diplomáticamente babosos” en aras de la relación existente entre nuestros dos países.
Le disgustaba muchísimo cada vez que el presidente López Portillo me saludaba efusivamente diciéndome “¿Qué tal mi embajadorazo?”. Cada vez que Castañeda lo oía se le veía que quería desaparecer del mapa. Nunca hizo el menor esfuerzo por tratar de aparentar ser amistoso hacia Guatemala, mucho menos hacia su gobierno encabezado por un militar y hacia su embajador en particular. En realidad, era muy poco amistosa la actitud hacia Guatemala en general y en particular hacia el embajador guatemalteco de la mayoría de los funcionarios de la Cancillería, haciendo gala de que los sucesivos gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) eran todo lo contrario a las sandías, porque eran rojos hacia afuera pero verdes hacia adentro. Si no que lo diga la matanza de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco ocurrida el 2 de octubre de 1968 durante el período presidencial del presidente Ernesto Díaz Ordaz, cuando era ministro de Gobernación el licenciado Luis Echeverría Álvarez, quien posteriormente fue presidente de México en sustitución de Díaz Ordaz. El gobierno de México jamás ha revelado cuál fue el número de muertos y dudo que algún día lo dará a conocer.
El 13 de septiembre anterior había tenido lugar “La Marcha del Silencio”, una manifestación de más de 250.000 personas, cuya idea era retar a la autoridad y provocar al gobierno. El 18 de septiembre, el Ejército entró en la Ciudad Universitaria y llevó a cabo numerosas detenciones de elementos identificados con la militancia de izquierda. Esas fueron drásticas medidas represivas contra las actividades comunistas adentro del país, pero protestaban y se rasgaban las vestiduras cuando las imitaba el gobierno de otro país. El 19 de septiembre el Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), doctor Javier Barros Sierra, encabezó una manifestación. Fue la primera vez que la rectoría de la UNAM apoyó explícitamente el “movimiento”; la ocupación militar duró doce días. La Cámara de Diputados, en voz de su líder Luis Farías, trató de señalar como “un gran error del rector Barros Sierra”, quien presentó su renuncia sin que le fuera aceptada. La Junta de gobierno universitario le pidió que permaneciera al frente de la UNAM. El 23 de septiembre se enfrentaron las fuerzas del gobierno y los estudiantes en el Casco de Santo Tomás, uno de los dos principales campus del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
El 27 de septiembre tuvo lugar una primera reunión en la Plaza de las Tres Culturas, ahí se incitó a otra reunion mitin que se llevó a cabo el 2 de octubre, en ese mismo lugar a partir de las cinco de la tarde y terminó en una masacre de estudiantes y simpatizantes comunistas.
El 1 de octubre se reanudaron las labores de investigación, administración y, parcialmente, las de difusión cultural en la UNAM.
La tarde del 2 de octubre de 1968 miles de estudiantes salieron a la calle a iniciar el enfrentamiento. La Secretaría de Gobernación a cargo del licenciado Luis Echeverría Álvarez, respondió enviando un nutrido contingente del ejército, apoyado por gran cantidad de elementos de la policía capitalina con la intención de frenar a los líderes en sus intenciones de iniciar un enfrenamiento. El 9 de octubre se rindió el Consejo Nacional de Huelga y se comprometió a que no realizaría ninguna otra manifestación del 12 al 28 de ese mes.
El sábado 12 de octubre se inauguraron los Juegos Olímpicos de México 1968. Bautizada desde el principio como “La Olimpiada de la Paz”, de ahí su logotipo, acabó siendo conocida como la del Black Power, por la polémica con los atletas negros.
El 4 de diciembre los estudiantes regresaron a clases.
Todo esto no lo leí en el famoso libro de la periodista italiana Oriana Falacci, sino lo viví personalmente porque me encontraba en México en espera de la iniciación de los Juegos Olímpicos.
Sin embargo, posteriormente había altos funcionarios de los gobiernos mexicanos, como un tal Gustavo Carvajal, hijo de un ex Secretario de Gobernación del mismo nombre)… y un auténtico “hijo de su pelona” que presidía un partido político a nivel continental que encabezaba el PRI y apoyaba abiertamente a las subversiones guerrilleras comunistas centroamericanas. A los guerrilleros guatemaltecos les proporcionaban una amplia casa en la Colonia Narvarte para que se hospedaran y descansaran tranquilamente de sus actividades delincuelciales en Guatemala. En esa casa fue empleada doméstica de los comandantes de las facciones guerrilleras la indígena Rigoberta Menchú Tum, a quien después le regalaron en Francia el Premio Nobel de la Paz 1992 con un millón de dólares a la cola y, aunque parezca increíble, el año pasado llegó a ser candidata a la Presidencia de la República.
Conspiración contra Guatemala
Alrededor de 1980, el Secretario de Relaciones Exteriores Jorge Castañeda y Álvarez de la Rosa trató con mucho empeño de convencer al presidente López Portillo de que, en aras de su buena imagen, su gobierno debía romper relaciones diplomáticas con Guatemala y declarar ?persona non grata? a su embajador, pero el mandatario mexicano era mi amigo y siempre se negó a hacerle caso. Yo estaba convencido de que, en alguna forma, el entoces Canciller de México actuaba siguiendo consignas del gobierno comunista de Cuba, pero no sabía que lo hacía por medio de su hijo, Jorge Castañeda Guttman, porque era espía de ese gobierno, por lo cual seguramente cobraba una buena cantidad de dólares.
En relación con Nicaragua, Castañeda y Alvarez de la Rosa logró convencer al presidente José López Portillo de romper relaciones con el gobierno que entonces había en ese país, presidido por el general Anastasio Somoza Debayle, y dar beligerancia a las fuerzas subversivas, lo cual era un espaldarazo a la subversión que tenía el apoyo del gobierno de Cuba.
Cuando lo hizo, el gobierno guatemalteco decidió hacerse cargo de los asuntos de Nicaragua en México, y me nombró para que me encargara de ellos. ¡Vaya ?pacaya?! Ya me era suficientemente difícil representar al gobierno del general Romeo Lucas García por las constantes intrigas del Secretario de Relaciones Exteriores como para tener que representar también los intereses nicaragüenses, pero órdenes son órdenes y yo convoqué a una conferencia de prensa y anuncié que el día siguiente iba a presentarme en Tlatelolco para informar a la Cancillería que iba a hacerme cargo de los asuntos de Nicaragua. Pero el Secretario Castañeda y Álvarez de la Rosa declaró entonces a los medios de comunicación: ?vamos a estudiar la solicitud del embajador de Guatemala para ver si lo autorizamos?, ante lo cual yo aclararé que había una equivocación porque yo no iba ir “a pedir permiso a la Secretaría de Relaciones Exteriores”, sino iría a informarle, simplemente, de esa decision tomada por el gobierno guatemalteco que yo representaba. Pero ya sabía que eso iba a desatar temprestades y le pedí a mi amada esposa que preparara nuestras maletas porque sospechaba que esta vez el Secretario Castañeda iba a declararme “non grato”.
En efecto, Castañeda y Álvarez de la Rosa creyó llegado el momento oportuno para declararme ?persona non grata? y luego romper relaciones diplomáticas con el gobierno de Guatemala del general Lucas García, y trató de convencer al presidente López Portillo de la conveniencia de hacerlo inmediatamente aprovechando mi declaración a la prensa desafiando su autoridad, pero el mandatario mexicano era mi amigo y no le hizo caso. Me llamó por teléfono para decirme que quería hablar conmigo y me invitó a visitarle en su despacho en la Casa Presidencial denominada “Los Pinos”.
Tan pronto llegué me saludó afectuosamente, como siempre, y me informó detalladamente de la maquiavélica conspiración del canciller Castañeda y Álvarez de la Rosa, pero me aseguró de que no debía preocuparme porque no pensaba hacer tal cosa. Sin embargo, el taimado Secretario de Relaciones Exteriores lo convenció de reconocer la beligerancia, junto con el gobierno de Suecia, a instancias del canciller de ese país, Olaf Palm, de las fuerzas subversivas de El Salvador del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), lo cual equivalía a desconocer al gobierno establecido y entablar relaciones diplomáticas con la guerrilla subversiva comunista. Lamentablemente, el presidente López Portillo cayó en esa trampa que le tendió Fidel Castro a través del Canciller Castañeda Álvarez de la Rosa y por medio de su espía Castañeda Gutman pero, gracias a la buena amistad que me a López Portillo, éste se rehusó con firmeza a hacer eso mismo con Guatemala.
EL UNIVERSAL publicó ayer una amplia nota informativa en la que dice que legisladores de las comisiones de Relaciones Exteriores del Congreso consideraron “preocupante y extremadamente delicada” la información que involucra al licenciado Jorge Castañeda Gutman en acciones de espionaje y traición a la patria, y se pronunciaron porque la Cancillería explique qué información tiene sobre el tema.
Informa que el senador panista Rubén Camarillo, de la Comisión de Relaciones Exteriores en el Senado, juzgó ?preocupante y extremadamente delicado? el contenido del expediente sobre las actividades de Castañeda como espía al servicio de Cuba. Recordó que ningún mexicano puede prestar servicios al extranjero sin la autorización del Poder Legislativo; y agregó que “de hacerlo al margen de nuestras leyes, podría perder la ciudadanía”.
El diputado federal del PRI Edmundo Ramírez, de la Comisión de Relaciones Exteriores, consideró que se debe investigar al ex Canciller “para ahondar en su participación como agente encubierto y llegar hasta las últimas consecuencias legales”.
Dijo que la comisión que representa podría retomar el caso para ahondar en las indagatorias y consideró que “Castañeda debe ser citado para que aclare su participación con el gobierno de Cuba, y la información que se generó entonces”.
La senadora priísta María de los Ángeles Moreno, secretaria de la Comisión de Relaciones Exteriores para América latina y el Caribe, dijo que eso explica la actuación de Castañeda como secretario de Relaciones Exteriores de Vicente Fox.
Moreno consideró clave conocer el documento para saber el alcance de las acciones realizadas por Castañeda Gutman y qué hicieron en su momento la Cancillería y Gobernación.
El jurista Jorge Nader Kuri, director de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle, explicó que para que Castañeda sea procesado penalmente es necesario que alguien presente una denuncia ante la PGR, por los hechos publicados.
Castañeda Gutman respondió con un embuste
?Todo lo que hice fue con el conocimiento de mi padre y con el del presidente de la República, José López Portillo?, respondió Castañeda Gutman después de que EL UNIVERSAL dió a conocer que espió para el régimen de Cuba de 1979 a 1985, y entregó información estratégica. Pero yo me atrevo a afirmar que esto es totalmente falso porque el presidente López Portillo jamás pudo haber autorizado el espionaje de Castañeda Gutman en beneficio del gobierno comunista de Fidel Castro.
Según el informe de la DFS, Castañeda Gutman presionaba a su padre, el Secretario Castañeda y Álvarez de la Rosa para que tomara ciertas decisiones de política exterior favorables a las actividades subversivas comunistas en Centroamérica porque, además de ser espía del gobierno de Fidel Castro, él trabajaba como agente de la subversión salvadoreña. Esto lo hacía porque era la forma para trasladarle las consignas de los subversivos comunistas centroamericanos.
?Es una muy vieja historia que mucha gente ha contado muchas veces la participación que tuve en las distintas decisiones de política exterior de México. Todo eso que hacía no sólo lo hacía con el pleno conocimiento de mi padre, que era el secretario de Relaciones Exteriores, sino del presidente López Portillo, quien estaba perfectamente enterado del papel que yo desempeñaba?, dijo Castañeda Gutman durante una entrevista radiofónica con el periodista Sergio Sarmiento. El cobarde se aprovecha de que el ex presidente López Portillo ya murió y no podrá aclarar que él no sabía nada sobre ese espionaje.
?No es que me moleste todo esto, es totalmente público, y obviamente la acusación de espionaje es absurda, no puede uno espiar con el beneplácito del espiado? pero la pregunta es ¿por qué lo sacan ahora??, dijo. La explicación es que al cerrar la Dirección Federal de Seguridad, han salido a luz esos documentos.
Castañeda sugirió la existencia de “un complot desde el gobierno federal” ante la posibilidad de que él obtenga un fallo favorable de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que analiza si sus garantías fueron violadas por el Estado mexicano al impedirle contender por la presidencia de la República como candidato independiente.
?Yo no lo puedo desvincular de la sesión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que tendrá lugar el próximo viernes en Costa Rica. Será la primera vez en la historia que el gobierno del Estado mexicano sea juzgado por violar los derechos humanos de un ciudadano mexicano?, explicó el ex canciller.
?Si gano todo el caso, o parte de él, el presidente Felipe Calderón será el primer presidente de México en ser condenado por una Corte cuya jurisdicción y cuyo carácter vinculante de sus fallos es aceptado por el Estado mexicano; será la primera vez que el Estado y el presidente de México sean condenados por violar los derechos humanos de un mexicano. Me imagino que no están a gusto con esta situación?, señaló.
El informe indica que Castañeda Gutman actuó con el apoyo de dos colaboradores de su padre: Mauricio Toussaint Ribot, actual embajador en Portugal, y Miguel Marín Bosch.
La SRE calla en caso de espionaje
Consultada respecto, la Secretaría de Relaciones Exteriores se negó a hacer algún comentario. EL UNIVERSAL dice que buscó al embajador Toussaint, actual representante de México en Portugal, y a Marín, ya retirado, sin obtener una respuesta.
El embajador Gustavo Iruegas, quien se encargaba de la comunicación social en la época del canciller Castañeda y Álvarez de la Rosa aseguró que ?todas las actividades de Castañeda Gutman en materia de política exterior, cuando su padre era el canciller de México, fueron no sólo conocidas si no avaladas desde la Presidencia?. Pero no aporta alguna prueba de su tesis. Iruegas explicó que Castañeda hijo fue asignado en esa época como el contacto del gobierno mexicano con La Habana.
Protege la SRE a cómplice del espía
Señala la Cancillería de México que no hay ninguna posición oficial sobre los informes que Castañeda dio a Cuba. En el Archivo General de la Nación se encuentran documentos que revelan que estuvo ahí de 1979 a 1985.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) decidió proteger al embajador de México en Portugal, Mauricio Toussaint, quien de acuerdo con un expediente de la extinta Dirección Federal de Seguridad entregó información confidencial del gobierno a Jorge Castañeda Gutman.
El documento, que describe cómo Castañeda espió durante la década de los 80 para los servicios de inteligencia cubanos, muestra la participación activa de Toussaint.
De 1979 a 1985, Toussaint, quien trabajaba con el entonces canciller Castañeda y Álvarez de la Rosa, padre de Castañeda Gutman, le filtró información a este último.
En esa época Castañeda Gutman tuvo una intensa actividad con representantes de la guerrilla salvadoreña y, en paralelo, se mantenía en contacto con Toussaint, quien era Contralor interno de la SRE.
Los vínculos de Toussaint con Castañeda Gutman trascendieron en el tiempo, ya que en 2000, al asumir el cargo de secretario de Relaciones Exteriores, fue nombrado Oficial Mayor de la Cancillería.
Castañeda lo usó para hacer algunos trabajos sucios. El más notorio fue una confrontación con el entonces embajador de México en Cuba, Ricardo Pascoe, a quien llamó ?pececito de colores caribeños? y lo acusó de irregularidades en el manejo del presupuesto de la oficina en La Habana.
Posteriormente fue designado subsecretario para América del Norte y después embajador en Portugal. Pero todas las llamadas telefónicas hechas a Lisboa no fueron respondidas. En México, la SRE dijo que Toussaint no estaba autorizado para emitir ninguna declaración. Al mismo tiempo, precisó que el espionaje de Castañeda no merece ninguna posición.
¡Y pensar que este asqueroso traidor a su patria por haber sido espía de Fidel Castro, y fue capaz de espiar hasta a su padre cuando éste era Canciller, al principio del gobierno de Vicente Fox fue Secretario de Relaciones Exteriores y cuando fue despedido después de haber cometido muchos errores trató de ser aceptado como candidato independiente a la presidencia de México en las pasadas elecciones presidenciales! ¡Qué cinismo!
Por todo esto es que digo que Dios tarda, pero no olvida. El alma de Jorge Castañeda y Álvarez de la Rosa ha de estar revolcándose de vergüenza en el Infierno por este bochornoso escándalo en el que queda tan mal parado.

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