MISCELÁNEA

* Temor ante la desaceleración económica
En vista de que siempre se ha dicho que la situación económica de los países latinoamericanos padece de neumonía cuando estornuda la economía de los Estados Unidos, y durante los últimos días ha causado tanto impacto la situación por la que está pasando la desaceleración económica en ese país que se ha llegado a temer que pueda llegar a sufrir una recesión; y, por otra parte, el multimillonario especulador inversionista húngaro, filósofo y activista político liberal George Soros,uno de los pocos esperantistas nativos en el mundo, graduado de la prestigiada London School of Economics, autor de la obra “La crisis del capitalismo global”, seguidor del filósofo Karl Popper y propietario del edificio más alto de Latinoamérica, “La Torre Mayor” en el Distrito Federal de México, declaró a la cadena noticiosa de televisión CNN que está llegando a su fin el imperio del dólar en la economía mundial; por esas razones me causó mucha extrañeza que en un diario local se haya publicado que la licenciada María Antonieta Del Cid de Bonilla, eficiente presidenta del Banco de Guatemala, supuestamente hubiese declarado que esa situación no va a afectarnos ni va a causar ninguna consecuencia a la economía de nuestro país, lo cual me pareció que podría ser un error de su parte, por lo que quise asegurarme de qué fue lo que realmente declaró esa bonita alta funcionaria de nuestro sistema bancario, y descubrí que dijo lo siguiente:
Recientemente ha aumentado la preocupación en torno a una posible desaceleración económica a nivel mundial, impulsada por una desaceleración o incluso una recesión de la economía estadounidense. De hecho, la caída de las bolsas de valores a nivel mundial a principios de esta semana obedeció a expectativas negativas de los inversionistas con relación al paquete de reactivación que pondrá en marcha el gobierno de Estados Unidos, porque considerar que podría no ser suficiente para evitar una recesión económica en dicho país, lo que generaría una desaceleración económica a nivel mundial. No obstante, las estimaciones más recientes de The Economist Intelligence Unit y las que ha anticipado el Fondo Monetario Internacional apuntan a un crecimiento económico de Estados Unidos positivo aunque menor al de 2007.
En general, expertos internacionales consideran que la mayoría de economías emergentes está actualmente mejor preparada para enfrentar choques externos, ya que cuentan con una macroeconomía más sólida que en décadas anteriores y sus políticas cambiarias son más flexibles. Lo anterior también se aplica a Guatemala que cuenta con un nivel adecuado de reservas monetarias internacionales, bajos nivel de endeudamiento público con relación al PIB y mercados estables de dinero y cambiario. Por otra parte, Guatemala ha aumentado la diversificación de sus exportaciones al resto del mundo; como ejemplo de lo anterior, hace 5 años un 53% se destinaba a Estados Unidos mientras que actualmente se destina un 43%. El CAFTA y otros Tratados Comerciales también pueden coadyuvar a suavizar los efectos. Derivado de lo anterior, el Fondo Monetario estima que una reducción de 1 punto porcentual en el crecimiento económico de Estados Unidos, podría tener un impacto de alrededor de 0.2 en el crecimiento económico de Guatemala, menor al de otros países de la región.
Otro aspecto favorable es que el grado de dolarización en Guatemala es bajo comparado con el de otros países de Latinoamérica. No obstante, una desaceleración económica mayor que la anticipada en Estados Unidos (o peor aún, una recesión) y a nivel mundial, repercutiría en una reducción en la demanda de exportaciones del país y una desaceleración en el ingreso de remesas familiares, entre otros efectos adversos. Hay que tomar en cuenta que la estimación de crecimiento económico de Guatemala para el presente año, realizada a finales de 2007 por el Banco de Guatemala, ya anticipaba una desaceleración en el crecimiento económico del país, de un 5.7% en 2007 a un 5.3% en 2008.
Es por ello que es necesario estar muy atentos al acontecer internacional y darle seguimiento cercano particularmente a la respuesta de la economía norteamericana respecto de las medidas impulsadas por el Gobierno; mientras tanto, no es conveniente precipitarse a modificar estimaciones macroeconómicas. En el orden interno, la política monetaria debe ser prudente y cauta, procurando mantener la oferta monetaria en niveles congruentes con los requerimientos de la economía y con la meta de inflación establecida, tomando en cuenta que además de los factores de incertidumbre con relación al crecimiento económico mundial, también prevalecen factores de riesgo inflacionario derivado de los precios elevados en el mercado internacional del petróleo y derivados y de alimentos. La disciplina fiscal y monetaria, así como la estrecha coordinación entre ambas políticas también es fundamental.
* Esperanza negra
Si usted cree que la elección de un afroamericano a la Presidencia de los Estados Unidos de América sería un hecho inusitado, espere a que sepa su segundo nombre, que jamás se menciona en los medios de comunicación por razones obvias, porque es como para causarle un infarto masivo al presidente George W. Bush y a la partida de neoconservadores que gobierna Washington: su segundo nombre es Hussein. ¡Sí señor, su nombre completo es Barack Hussein Obama! Con la capacidad intelectual que le caracteriza, Bush pensaría seguramente que le estaría entregando la Casa Blanca a un pariente de aquel otro Hussein, el que ahorcó. Y es que tampoco ayuda el apellido del joven senador por Illinois, porque de Obama a Osama (Bin Laden) hay sólo una letra de diferencia.
Se apellida Barack y no Jackson, o Lincoln, o Jefferson, porque es un afroamericano de primera generación: de padre musulmán nacido en Kenya y de madre estadounidense. En su autobiografía, titulada Dreams from my father (?Sueños de mi padre?), asegura que creció sin que jamás le preocupara tener ?un padre negro como la noche y una madre blanca como la leche?. Nació en Honolulu y estudió la primaria en Indonesia, pero regresó a los Estados Unidos a vivir con sus abuelos maternos para graduarse con honores primero en la universidad de Columbia, y después de la escuela de leyes de la universidad de Harvard, donde fue el primer estudiante de color elegido para presidir la revista jurídica de la facultad en sus 104 años de existencia. Pero en su autobiografía revela que en su juventud bebió alcohol, fumó mariguana e inhaló cocaína, como muchos otros de su generación. Los conservadores alarmados dicen ?Éste es más descarado que Clinton? quien también reconoció que había fumado mariguana, pero agregó que lo hizo ?sin dar el golpe?, lo que no tiene sentido, y en la audiencia para su juicio de desafuero declaró que el sexo oral ?no es realmente sexo si no hubo penetración?, porque quizás consideró a Mónica Lewinsky una diversión sexual light. Obama, en cambio, no se anduvo por las ramas: dijo con desparpajo que antes de lanzarse a la vida pública fumó mariguana, bebió alcohol e inhaló cocaína.
Obama no es de ascendencia africana por tercera o cuarta generación, como la mayoría de los líderes estadounidenses de color, sino es un producto químicamente puro. Por eso se siente blanco entre los blancos y negro entre los afroamericanos. Collin Powell, el primer Secretario de Estado de Bush, lo describió como un estadounidense cualquiera que desea llegar a la presidencia, ?y que por casualidad es negro?; no es un negro que pretenda ocupar la Casa Blanca descansando en los méritos de su raza y enarbolando banderas de las cuestiones raciales que dominaron la política del pasado. Ahí es donde radica su predicamento. Es un candidato que lucha discutiendo los mismos temas que los demás candidatos: la funesta política exterior de Estados Unidos, la costosa e interminable guerra en Irak, el seguro médico, la recesión y el desprestigio de los Estados Unidos en el mundo. Aunque también le preocupan temas de la agenda afroestadounidense, como la segregación racial, la pobreza y las desiguales oportunidades económicas.
Obama es un extraordinario orador que enciende pasiones y ha inyectado a la lucha presidencial la emoción que tuvo en otros tiempos, cuando los hermanos Kennedy, McGovern y Eugene MacCarthy atraían al proceso electoral a millones de jóvenes con la esperanza de un nuevo amanecer. No es coincidencia que el lema de Obama promete ?un cambio en el que puedes creer?. A lo que últimamente ha agregado el resobado eslogan ?¡Sí se puede!?
Quiere ganar la postulación presidencial del partido Demócrata como Hillary Clinton, o como el republicano John McCain, sin tener que recurrir a temas raciales; ni etiquetarse como ?líder de los afro-estadounidenses?. Pretende ser un ?candidato de unidad?, su tema preferido; el tema con el que embelesó a los delegados a la Convención Demócrata de 2004 cuando declaró: ?no existe una América negra o una América blanca: existen los Estados Unidos de América?.
Obama inspira y atrae a millones de votantes. Tantos, que ganó en Iowa, y a pesar de las exiguas derrotas en New Hampshire y Nevada aventaja a Hillary en número de delegados. Pero al deslindarse de la agenda afro-estadounidense desafió la campaña ?amarrada? de los Clinton, la pareja presidencial que hoy parece refugiada en el voto femenino.
De seguir ganando, obligará a los Clinton a continuar empujándolo discretamente hacia las fichas negras del tablero, para convertirlo en un afro-estadounidense más que persigue el sueño imposible. Sin embargo, ¿cómo hacerlo, sin afectar la imagen de Bill como ?primer presidente negro?? Es claro que los temas políticos serán soslayados por una batalla campal entre mujeres y afro-estadounidenses: dos poderosas minorías que jamás han gobernado ese país. Pero tal parece que ha llegado el momento de hacerlo porque sino es Hillary quien ganará la postulación del partido Demócrata, será Obama, o sea que o será una mujer o un afroamericano.
* Villanía post mortem por Internet
Por correo electrónico se están enviando ocho artículos escritos por el controvertido y extinto Hugo Arce, de parte de “sus amigos” (anónimos), y por solicitud del suicida, pero en uno de ellos dijo que su muerte no sería por suicidio, sino porque sus enemigos le matarían, con el propósito de causar daño aún después de muerto. Sin embargo, todos los datos recabados indican que es indudable que él se suicidó, pero quiso que aún su última actividad pudiese causar daño a quienes él tanto adversó durante sus últimos días, los esposos Álvaro y Sandra Colom, a quienes es evidente que odió hasta el último instante de su vida y aún muerto trata de causarles daño.
Sin embargo, está claro que él fue a hospedarse al hotel Ramada Conquistador para no suicidarse en su casa, y evitar con ello que los investigadores molestasen con su presencia a sus deudos. Hay fotografías del sistema de seguridad del hotel en las que se ve que llegó de madrugada y entró solo, y después no llegó nadie más a su habitación. Se encerró por dentro en el cuarto, situado en el octavo piso del edificio, de manera que si alguien hubiese entrado no pudo haber salido por la puerta y dejarla cerrada por dentro, y salir por una ventana para deslizarse ocho pisos. Solamente que fuese un hombre araña. Para poder dejar entrar a su esposa, quien dijo que le llevaba una medicina, los empleados de seguridad del hotel tuvieron que forzar la puerta. Y encontraron su cadáver acostado en la cama con los pies cruzados y con un balazo en el pecho, y la pistola a su lado. Y si todo eso no fuese suficiente para probar que se suicidó, varios días antes había anunciado a sus íntimos amigos que después del 14 iba a hacer algo que causaría impacto en el país, y dejó escrito un artículo titulado “Voy a pegarme un tiro en el corazón”. ¡Y lo cumplió!
Es obvio que hasta muerto quiso hacer daño a las personas que más odiaba últimamente, en especial a los esposos Colom. No cabe duda de que un siquiatra podría explicar mejor que yo la trágica situación que sufría ese pobre hombre atribulado porque no tenía un espacio para seguir publicando sus usuales artículos difamatorios contra quienes habían ganado las elecciones. En muchos medios de comunicación le habían negado un espacio para publicar sus venenosas diatribas. Y había sido demandado por los delitos de calumnia y difamación y sabía que no iba a salir bien librado del juicio de imprenta al que iba a ser sometido, con justa razón, por la señora Sandra Torres Casanova de Colom, esposa del actual Presidente de la República. Es evidente que el pobre hombre estaba desesperado y profundamente deprimido. Pero hasta en el último momento de su vida quiso hacer daño. Esa era su obsesiva naturaleza humana, lamentablemente. Por esa razón yo le había calificado de “sabandija siniestra”.
La primera vez que escribí sobre su trágica muerte dije que lo perdonaba por las ofensas que me hizo y las mentiras y calumnias que publicó contra mí en un asqueroso pasquín, y recordé el aforismo latino que dice De mortuis nihil nisi bonun, que significa que de los muertos sólo lo bueno se debe hablar, pero en vista de los posteriores acontecimientos, me siento obligado a decir esto. En el séptimo de los artículos que dejó para que sean distribuidos por sus amigos por medio del correo electrónico me llamó “vetusto”por mi avanzada edad, como si fuese deshonroso, o pecado, o delito, ser viejo, pero a pesar de ella sigo vivo y él ya está muerto. Y el colmo de la villanía que se trata de cometer es que se quiera dar a entender que no se suicidó, sino fue asesinado por quien le había demandado. Uno de sus ocho artículos se llama “¡Yo acuso a mis victimarios!”, pero la verdad es que su victimario fue él mismo, no sólo por la situación a la que llegó cuando por su comportamiento le cerraron tantas puertas, sino porque se dio muerte con su propia mano. Hay que dejar que descanse en paz y no hay que seguir empleando su nombre políticamente.

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