Hay ciertas veces que un medio de comunicación merece los peores calificativos cuando publica algo a todas luces arbitrario, injusto y tendencioso contra una persona a la que gratuitamente trata de desprestigiar y causar un daño. Hacer eso no sólo constituye una falta de ética profesional, sino cae en lo que vulgarmente se puede calificar de cabronada.
De acuerdo al Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia, la palabra ?cabronada (de cabrón, que consiente el adulterio de su mujer) f.vulg. Acción infame consentida contra la propia honra. // 2. Sigue: vulg. Incomodidad grave e importuna que hay que aguantar por alguna consideración. // vulg. 3 Mala pasada, acción malintencionada o indigna contra otro.? Y según el Diccionario de la Expresión Popular Guatemalteca, del profesor Daniel Armas, es ?Acción indeseable?.
Aunque corra el riesgo de ser acusado de ser vulgar o emplear un léxico escatológico, uso esa palabra para calificar lo que hizo el diario Siglo Veintiuno el lunes pasado, 21 de enero 2008, y el martes 22 al publicar en forma escandalosa, en la primera página y con el pre titulo ?Documento desclasificado en EE.UU. los vincula? y el titular principal “Ligan a cúpula militar con estructura de Ortega Menaldo?, con el texto siguiente: ?Los recién nombrados Ministro de la Defensa y Sub jefe del Estado Mayor, integraron la D-2 en 1989? y después ?El grupo es señalado de intervenir llamadas telefónicas y hacer espionaje amoroso, entre otros?.
En las páginas interiores 2 y 3 de la edición del lunes y bajo el mismo escandaloso titular seguido de dos párrafos a manera de entrada que dicen: ?Los escritos descalificados enumeran las actividades a cargo del grupo de Inteligencia, o D-2, en 1989?; y ?El Ejército confirma que el Ministro y el subjefe del Estado Mayor laboraron con Ortega Menaldo, pero niega relación?, hay a continuación un reportaje firmado por Otto N. Ángel que textualmente dice: ?Dos de los cinco integrantes del alto mando militar recién nombrado por el presidente Álvaro Colom figuran en un documento del Gobierno de los Estados Unidos, desclasificado hace unos años. En éste se habla de dos oficiales dirigidos por el general Francisco Ortega Menaldo, y sobre las acciones de intercepción telefónica y espionaje amoroso, entre otros, a cargo de la estructura.
En el párrafo siguiente agrega: ?El texto completo, identificado como el informe clasificado número r 162913z feb 90, y que puede ser visto en la página electrónica www.gwu.edu-nsarchiv/, también incluye a otros 47 oficiales entre los que destacan Jacobo Salán Sánchez y Napoleón Rojas, a quienes el Ministerio Público investigó infructuosamente en la administración de Alfonso Portillo.
Continúa diciendo: ?Según un documento de Inteligencia norteamericana, que bajo la Ley de Libertad de Información tuvo acceso la George Washington University, el nuevo ministro de la Defensa, Marco Tulio García Franco, y el subjefe del Estado Mayor de la Defensa, Roberto Efraín Rodríguez Girón, fueron parte de la Dirección de Inteligencia (D-2) cuando Ortega Menaldo, en ese entonces coronel, era el titular.
Sigue: ?El vocero castrense, Daniel Domínguez, confirma la participación de los dos militares en la estructura de Inteligencia, pero rechaza cualquier vinculación o relación directa entre el actual ministro y Ortega Menaldo. ?El general García Franco sí lo conoce y sí trabajó con él, pero esto es algo normal debido a la reducida cantidad de personal y la jerarquía; actualmente no hay ningún vínculo?, expresa Domínguez, luego de consultar al nuevo jerarca militar.
Continúa: ?El reporte al cual Siglo Veintiuno tuvo acceso no sólo revela los nombres de integrantes de la estructura de Inteligencia, sino también la forma en que operaban los oficiales de la D-2 en 1989.
Sigue diciendo: ?El documento en cuestión sostiene: ?La D-2 es principalmente una organización de HUMINT (Human Intelligence – Inteligencia Humana). Oficiales de D-2 han admitido llevar a cabo vigilancia técnica (intercepción telefónica) y vigilancia de ciudadanos norteamericanos (no hay más información al respecto). Su capacidad de SIGINT [Signals Intelligence ? Inteligencia de Señales] táctica es muy limitada?
Continúa: ?También sostiene que ?una de las áreas de responsabilidad, es la Inteligencia amorosa, las inclinaciones, vulnerabilidades y actividades sexuales de blancos seleccionados o recolectadas. Esta información contra blancos particulares es de un considerable interés, y es aprovechada consecuentemente?.
Sigue diciendo: ?Pero quizá la parte más reveladora es sobre los requisitos para integrar la D-2. Según el documento, ?uno de los criterios de selección es la idoneidad política?, y selecciona dos personalmente por el Director y Subsirector.
Después sigue un párrafo titulado con la pregunta ?¿Vinculación?? con el texto siguiente:
?En opinión del analista militar y coronel en retiro Mario Mérida, que el nuevo alto mando haya recibido órdenes de Ortega Menaldo no implica que ambos tengan una relación directa actualmente.
Sigue: ?Sin embargo, otro experto quien (sic) pide no ser identificado, señala que este tipo de líneas de mando pueden permanecer a lo largo del tiempo. ?Usted puede ver incluso un retorno al estado Mayor de Jorge Serrano; éstos no son cuadros separados ni una casualidad. Es probable que veamos una nueva política de Inteligencia militar? no le extrañe que veamos de regreso al hombre de Panamá?, comenta el analista.
Comento: el reportero Otto Ángel le otorga toda la credibilidad a “otro experto” que le pide no ser identificado, a quien califica de “analista” en las especulaciones que lanza como si tuviese alguna constancia de lo que dice. Esto no se vale porque es una cabronada.
Sigue diciendo: ?Todos los que hemos servido en el Ejército hemos estado bajo las órdenes de varios generales?, insiste Domínguez, señalando en que (sic) no hay fundamento para establecer una relación.
El siguiente párrafo tiene el título ?Sentencia contra Viceministro?, y dice: ?Pero García Franco y Rodríguez Girón no son los únicos que han sido señalados. Hace dos años, el nuevo Inspector General de las Fuerzas Armadas, Julio Villagrán, fue investigado por la desaparición de cinco personas en la Base Militar de Jutiapa, la cual dirigía; las acusaciones luego fueron disueltas.
Comento: no obstante que reconoce que “las acusaciones fueron disueltas”, él vuelve a traerlas a cuenta. También esto es una cabronada.
Sigue diciendo: ?Sobre quien pesa una orden de investigación judicial es el viceministro de la Defensa, Carlos René Alvarado Fernández, a quien el Tribunal Tercero de Sentencia Penal dejó abierto proceso debido a que rindió testimonio ?amparado en el imperio de la falsedad, y ocultar circunstancias y hechos de su conocimiento? en el caso del asesinato del obispo Juan Gerardi.
Continúa: ?Alvarado Fernández, ex Jefe de la Marina Nacional, fue citado en el juicio por el asesinato del prelado para esclarecer el pago de un salario a Obdulio Villanueva, supuesto autor material del crimen. El hecho cobró atención, pues el Departamento de Estado lo incluyó en el Informe Anual de Prácticas de Derechos Humanos del año 2000.
Sigue: ?Él no tuvo que ver con la muerte de Monseñor, pero el tribunal decidió que debía seguir abierto el proceso en su contra, por lo que no es ético que se halla (sic) hecho este nombramiento?, dice Nery Ródenas, de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado, quien señala que el proceso no se ha concluído debido al cierre de la fiscalía del caso Gerardi y el exceso de trabajo en el departamento que quedó encargado del tema”.
Comento: a pesar de que el propio director de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado reconoce que este militar “no tuvo nada que ver con el asesinato del obispo Gerardi, el reportero lo saca a colación como si la hubiese tenido. Lo cual es una evidente cabronada. Además, donde dice que “no es ético que se halla hecho” (ese nombramiento) debió decir “que se haya hecho”.
Para terminar dice: ?Domínguez contrapone que la decisión de designar al Vicealmirante recae en el Presidente de la República, en su calidad de Comandante General del Ejército. ?Pero esto no tiene nada que ver con lo militar, corresponde a los Tribunales establecer cuál es el estado del proceso?, cierra el portavoz castrense?.
Aparte hay un recuadro titulado ?Ministro Independiente?, en el que dice: ?Los constantes movimientos en la historia de la estructura militar y el sistema de ascensos parecieran ser, según los expertos, una especie de garantía para evitar que el ministro García Franco pueda obedecer a una estructura paralela, como la que se sospecha existe (sic) alrededor de los militares de la D-2.
Continúa: ?Este pudo ser solamente un vínculo laboral como existe en la vida civil; ahora los nuevos mandos militares navegan solos?, expresa Mérida, descartando que el nuevo Ministro pueda ser ligado al ex Jefe del Estado Mayor Presidencial.
Sigue: ?Es más, el presidente Colom, en su primera comparecencia ante la milicia, destacó que la selección de García Franco obedecía a desvincular a los uniformados de instituciones fuera del Gobierno, entre ellos los políticos. Pese a ello, para Carmen Aída Ibarra, de la Fundación Myrna Mack, resulta ?inquietante? la participación de dos miembros de la alta jerarquía castrense en el Departamento de Inteligencia Militar, bajo el mando de Ortega Menaldo. ?Esa línea no significa algo, salvo que se pruebe que estuvieron en otros puestos donde tuvo influencia Ortega Menaldo, pero la información es inquietante?, señala la activista de Derechos Humanos?.
Comento: de sobra es sabido de qué pié cojean las personas que menciona en ese párrafo como “activistas de derechos humanos”, pero el reportero les dá toda la credibidad .
Aclaración disminuida en contraste
Como quien no quiere la cosa, al día siguiente, martes 22, y sin tanto escándalo como el día anterior, en la segunda página de Siglo Veintiuno hay otra nota firmada por el mismo Otto H. Ángel que tiene el pre título ?Ortega Menaldo niega vinculaciones? y el título a cuatro columnas y letras más pequeñas que las del día anterior: ?Activistas temen nexo con estructuras paralelas?, y el subtítulo ?Grupos de Derechos Humanos ven con preocupación las nuevas designaciones en el Alto Mando del Ejército?. Y con el texto siguiente: ?La cercanía que el Ministerio de la Defensa pudiera tener con estructuras que servirían al crímen organizado, es uno de los asuntos que comienza a preocupar a varios expertos en materia de seguridad y derechos humanos.
Sigue: ?Principalmente, porque el titular de esta cartera, Marco Tulio García Franco, sirvió en la Dirección de Inteligencia que dirigió el general en retiro Francisco Ortega Menaldo. Sin embargo, ambos militares niegan tales acusaciones. Es más, el segundo aclara que los señalamientos carecen de fundamento real.
?Cada vez va tomando más fuerza esta impresión de estructuras paralelas y no es sólo en el Ejército; también en la seguridad presidencial y la Inteligencia civil?, explica Mario Polanco, del Grupo de Apoyo Mutuo. En ello coinciden, Iduvina Hernández, de Seguridad en Democracia, y Carmen Aída Ibarra, de la Fundación Myrna Mack.
?Estos nexos pondrían en aprietos a la administración de Álvaro Colom, la cual asegura que tomó con preocupación la designación del alto mando. ?Tomamos en cuenta la honorabilidad; son intachables?, dice Rafael Espada, vicepresidente.
Luego agrega: ?Algunos rostros del Ejército tienen una clara vinculación con la Inteligencia Militar ligada a las estructuras paralelas?, complementa Hernández.
Bajo el título ?Subjefe incorrecto?, no obstante que es para rectificar un dato equivocado que publicó el día anterior, dice sencillamente:
?Debido a una confusión en el manejo de la información, el nombre del subjefe del Estado Mayor Presidencial fue equivocado con el ex jefe de la Fuerza Aérea Guatemalteca, Roberto Efraín Rodríguez Girón.
?La persona nombrada es el general José Santos Bhor Avendaño, ex miembro de la Dirección de Inteligencia, a quien el National Security Archive de Estados Unidos incluye en una lista de sospechosos, según documentos desclasificados, en el caso del asesinato del estadounidense Michael Devine. Según el documento, el nombre del militar aparece en un reporte de Inteligencia, aunque se desconoce el nivel de vinculación que se le hace?.
Comento: el reportero dice que “se desconoce el nivel de vinculación” de este militar con el asesinato que menciona, pero de todas maneras lo publica como si fuese un hecho probado. Esta es otra evidente cabronada.
En un recuadro, hay una declaración del ministro de la Defensa Marco Tulio García Franco con el título ?Mi trabajo era análisis?, con una escueta entrevista que el ministro respondió con una paciencia franciscana que le dignifica. La primera pregunta que le planteó el reportero fue: ?Usted sirvió en la D-2 cuando Ortega Menaldo era Director de Inteligencia; eso ha generado preocupación. ¿Mantiene vínculos con él o con alguna estructura que dirija??, a lo que el entrevistado respondió: ?El Ejército es pequeño y muchos oficiales hemos estado en distintos puestos. Una vez coincidí; él era jefe allí, eso es muy natural. Tengo tiempo de no ver al general Ortega?.
La siguiente pregunta fue: ?El documento al que hacemos referencia señala prácticas como las escuchas telefónicas o ?inteligencia amorosa?? Y la respuesta fue: ?No, no, no. Yo no sé de eso; mi función era de análisis, de información. Eso era en lo que yo me desempeñé?.
Comento: ¿No comprenden tanto el reportero como el diario para el cual trabaja que el Ejército es una organización colegiada que observa un escalabón jerárquico y, por consiguiente, no es de extrañar que un general haya tenido alguna vez como subalternos a otros militares de más bajo grado que en el transcurso del tiempo llegan a tener también el grado de general?
No satisfecho con la respuesta, el reportero insiste: ?¿Nunca realizó una operación de este tipo??, y el ministro respondió: ?No. Mi trabajo era de análisis y de información?.
El reportero insiste de nuevo: ?El vicealmirante Alvarado Fernández, ahora viceministro, tiene una sentencia en el caso Gerardi?; a lo que el ministro respondió: ?No sé de eso. De eso no sé?.
Insiste una vez más el reportero: ?Pero hay un documento legal que abre una investigación??, y el ministro volvió a decir: ?Sí, pero no sé. No conozco el documento. No sé.?
Comento: ¡Que reportero tan necio! Tanto mencionar la palabra inteligencia para referirse al D-2 militar, pero es obvio que a él le hace falta inteligencia. Reporteros como éste son los que hacen odiosos a los periodístas.
Y para terminar insistió el reportero: ?¿Y al conocer de esta información no le consultó a su viceministro? El ministro respondió: ?No. No hemos hablado de eso. Si él está sujeto a algún juicio, él sabrá cómo lo llevará; son los tribunales?.
En un recuadro más abajo, con el título ?No reciben órdenes mías?, hay una breve entrevista al general retirado Ortega Menaldo que hace un contraste desfavorable con el escándalo del día anterior: ?¿Hay algún vínculo con el nuevo Ministro?” La respuesta del general Ortega fue: ?Hay muchos oficiales que estuvieron bajo mi mando, pero eso no significa que tenga un nivel jerárquico sobre ellos. Incluso, hay otros generales en retiro que han ejercido un puesto más alto y no pueden ordenar sobre cualquier oficial que esté de alta?.
Insiste el reportero: ?Hay sectores de sociedad civil que le atribuyen estar al frente de estructuras paralelas y aun dirigir el Ejército?? El general Ortega Menaldo respondió: ?Eso se debe al conflicto armado; fuimos fuertes con la guerrilla; tuvimos el mando donde había que tenerlo. Pero jamás ha existido una denuncia concreta en contra mía. El Ministerio Público nunca ha llevado una investigación por algo real?.
El reportero sigue insistiendo: ?Pero, incluso dentro del Ejército hay reticencia para hablar de usted y sobre la relación cuando estuvo en la institución??. Ortega Menaldo contestó: ?Ellos tienen razón. Es tanto el ataque que han hecho que piensan que los van a comenzar a asociar con cosas sin fundamento, en organizaciones que no son ciertas. Yo serví 30 años en el Ejército, y muchos oficiales pasaron por mi mando, pero no reciben órdenes mías?. (Fin del reportaje)
He tenido la paciencia digna de Job y me he tomado todo el largo tiempo necesario y el pesado trabajo de copiar textualmente las publicaciones del lunes 21 y del martes 22 de Siglo Veintiuno, para beneficio de quienes no las hayan leído en ese periódico y para demostrar la serie de cabronadas que ese medio cometió al publicar esos arbitrarios reportajes que contienen una serie de cabronadas indignas de un medio de comunicación serio y responsable.
¿A cuenta de qué se permite ese reportero satanizar en esa forma a los militares involucrados? ¿Con qué derecho? ¿En base a qué? De acuerdo con las leyes vigentes, deben acudir al Ministerio Público si tienen algo concreto contra el general en retiro Francisco Ortega Menaldo, a quien descalifican caprichosamente como si fuese un delincuente probado, y sin tener el respaldo de algún dato concreto o la denuncia de algún delito que se le haya comprobado. Se le identifica como si fuese un delincuente probado por el hecho de haber sido Director de la Sección de Inteligencia (D-2) y después Jefe del Estado Mayor Presidencial del presidente Jorge Serrano Elías, pero no aportan ni una sóla prueba de que haya cometido una ilegalidad o abuso de poder.
Eso no es hacer periodismo digno. Lanzar frívolas acusaciones en esa forma es un delito. Ese periódico empleó sus páginas y su derecho a ejercer la libertad de Emisión del Pensamiento para difamar gratuitamente al general Ortega Menaldo y a los demás militares cuyo prestigio puso en entredicho un pinche reportero cuya capacidad y trayectoria se ignora. Eso no se vale.
No me extraña que los mencionados ?activistas de derechos humanos? se expresen en esa forma contra Ortega Menaldo y los demás militares porque como miembros prominentes de la Institución Armada que son, lucharon contra la subversión guerrillera comunista que fue derrotada en los campos de batalla… pero ganó la guerra en las mesas de acuerdos, porque quienes firmaron de parte del gobierno en turno el Acuerdo de Paz Firme y Duradera habían sido guerrilleros antes. Pero no señalan nada concreto en contra de Ortega Menaldo ni de los demás militares. Y esto es también una cabronada. Son muchas las cabronadas que cometió en esas dos publicaciones el diario Siglo Veintiuno. Que con su pan se las coman.