La designación del estimado doctor Francisco Arredondo para desempeñar el cargo de Ministro de Salud Pública, al iniciarse el actual gobierno, fue bien recibida y aplaudida por quienes conocemos la limpia trayectoria de dicho profesional, pero su pronta renuncia causó sensación y fue sumamente lamentada, a la vez que se interpretó como uno de los primeros fracasos del nuevo régimen. Y a pesar de que se argumentó que su renuncia era debida a estar sufriendo mala salud, la explicación se interpretó como una manera de justificar su renuncia del gobierno sin perjudicar con ello a su amigo el general Otto Pérez Molina, Presidente Constitucional de la República; pero de inmediato corrió como reguero de pólvora el rumor de que el Dr. Arredondo se iba disgustado del gabinete ministerial por una desagradable confrontación que había tenido en días recientes con la señora Roxana Baldetti, Vicepresidenta de la República, porque ésta le exigía que aceptara las designaciones de sus partidarios políticos del Partido Patriota (PP) que ella le imponía. Pero esto no se ha comprobado. Y otros justificaron su renuncia aduciendo que se encontró con una terrible corrupción y con que en ese ministerio operan demasiados sindicatos. Asimismo, destapó denuncias de compras de medicinas por montos millonarios. La bancada de diputados del partido Encuentro por Guatemala denunció que la mayoría de adquisiciones que ha hecho esa cartera cartera han sido sin concurso. Asimismo, señaló que solo el dos por ciento se ha destinado a inversión. También dio a conocer la utilización de ONG para la adquisición de bienes y servicios. Y, por último, sus amigos personales dijeron que es un hombre sumamente adinerado que no tiene necesidad de estar sufriendo esas molestias.
Entonces el presidente Pérez Molina nombró y juramentó de inmediato al doctor Jorge Alejandro Villavicencio Álvarez, médico y cirujano graduado en la Universidad de San Carlos (USAC), fue jefe de residentes de medicina interna en el Hospital Roosevelt, cuenta con una maestría en Investigación Educativa, otra en Salud Pública, diplomado en Alta Gerencia y Administración Hospitalaria y otro en Servicios de Salud; y lo primero que se produjo, tan pronto tomó posesión del cargo, fue su denuncia de que en dicho ministerio existe una terrible corrupción que hay que eliminar, y la inmediata destitución del subsecretario que había quedado a cargo del despacho a la salida del Dr. Arredondo, quien salió denunciando los sobreprecios que se pagan por las medicinas.
Pero entonces se denunció por todos los medios de comunicación el inconveniente de que el Dr. Villavicencio no había cumplido con el requisito de ley de presentar su finiquito, dado que el artículo 16 inciso “B” de la Ley de Probidad y Responsabilidad de Funcionarios y Empleados Públicos establece que “No podrán optar al desempeño del cargo o empleo público quienes habiendo recaudado, custodiado o administrado bienes del Estado, no tengan su constancia de solvencia o finiquito de la institución en la cual sus servicios y de la Contraloría General de Cuentas”. Y en consecuencia se aduce que debido a varios reparos, el Dr. Villavicencio no tiene solvencia legal.
El diario Prensa Libre de hoy reproduce una declaración de Mayra Palencia (?), una persona a quien solamente se identifica como “Analista y consultora en gestión pública”, quien opina: “La designación no debió ejecutarse, nadie es superior a la Ley y toda limitación está determinada por ella. En este caso no caben los quizá. La norma debe aplicarse tal cual, se debe dar la suspensión de labores y y la sanción debe caer sobre quien designó y quien aceptó el cargo a pesar del impedimento”. ¡Púchica! Como se podrá comprender, esta declaración constituye una carambola porque hace culpables tanto al mandatario que le nombró como al doctor que le aceptó el cargo. Y la misma persona agregó que “si la Ley de Probidad da una prohibición, posiblemente el presidente está mal asesorado”. Empero, para el mandatario no ha cometido una ilegalidad por haber hecho el nombramiento. “Si nos vamos a meter a problemas, vaya a leer la Constitución; ahí están los requisitos claros para ser funcionario” resaltó. El Presidente Pérez Molina considera que no hay problemas ya que la ley de probidad que obliga a contar con el documento no es superior a la Constitución de la República que establece en los artículos 196 y 197 los requisitos y prohibiciones para asumir como ministro de Estado, y en ellos no menciona nada referente a los reparos en la Contraloría General de Cuentas.
En este ministerio se tiene que resolver el grave problema de la compra de las medicinas a precios excesivamente elevados que se hacen a una empresa que si bien representa a la mayoría de las casas productoras, se ha podido comprobar que cobran precios excesivamente elevados. Y estos poderosos empresarios han ejercido mucha influencia en los gobiernos que se han sucedido porque han aportado fondos para las respectivas campañas electorales. Y por otra parte no se tiene confianza de que las medicinas genéricas tengan la misma calidad. La última información que he tenido sobre este caso es que el presidente Pérez Molina ha concedido un plazo de una semana para que el doctor Villavicencio pueda resolver la situación al obtener su finiquito en la Contraloría General de Cuentas. Ojalá que esa solución vaya a ser la más conveniente para Guatemala en general y para el desarrollo del ministerio de Salud Pública en particular. Era de esperarse que el gobierno del general Pérez Molina y Roxana Baldetti iba a tener que enfrentar muchos problemas al principio de su gestión, pero probablemente no contaron que hay ciertos partidos políticos opositores y organizaciones sindicales de tendencia marxista que han venido haciendo el antipatriótico papel de “quinta columnistas” y están empeñados en que este gobierno fracase, aunque con ello se perjudique al país y se impìda el desarrollo nacional.
Yo no conozco ni en lo personal ni en lo profesional al doctor Jorge Alejandro Villavicencio, pero tengo los más confiables conceptos de su vida tanto pública como privada. Además, varias personas que me merecen completa confianza le identifican como “un excelente profesional de la medicina y una persona honesta que quiere hacer bien las cosas”, Pero el simple hecho que haya denunciado la existencia de tanta corrupción en ese ministerio, agitó la podredumbre y puso en acción en su contra a elementos que tienen que ser alejados para eliminar la corrupción que desde hace muchos años ha imperado. Como dato que explica muchas cosas, hay que decir que en dicho ministerio hay 47 (¡sí, cuarenta y siete!) sindicatos, en su mayoría controlados por el Frente Nacional de Lucha, que en todas sus manifestaciones exhibe mantas de color rojo con el rostro del desaparecido y controvertido dirigente guerrillero argentino Ernesto “Ché” Guevara. Creo que con esto basta para explicarse muchas cosas, porque sus dirigentes han convertido en ícono de las luchas reivindicativas, algunas de ellas probablemente justas, a un aventurero argentino que participó en la lucha guerrillera en la Sierra Maestra en Cuba del dictador comunista cubano Fidel Castro, y asesinó a cientos de personas en Santa Clara y La Habana; después de lo cual fue un completo fracaso como director de Instituto Agrario, como presidente del Banco de Cuba y posteriormente como ministro de Economía, en su esteril intromisión armada en Angola (el Congo) y como cabecilla de un grupo guerrillero en las montañas de Bolivia, hasta su muerte. Las personas que no están bien enteradas de la fracasada trayectoria del mundialmente famoso Ernesto “Ché” Guevara y le tienen como un ícono de las luchas de las luchas de los trabajadores del campo y de la ciudad, ignoran la verdad o son trasnochados marxistas que no comprenden que tuvo razón el papa Benedicto XVI cuando volaba rumbo a La Habana y declaró a los periodistas internacionales que está probado que el sistema comunista ha fracasado.
Twitter: jorgepalmieri