Casi todos los países del mundo celebran el “Día de la Madre” en distintas fechas. De acuerdo a la Enciclopedia libre Wikipedia, el moderno Día de la Madre fue creado en 1870 por Julia Ward Howe, originalmente como un “Día de Madres por la Paz”, que luego se convirtió en un día para que cada familia honrase a su madre. Las primeras celebraciones del Día de las Madres se remontan a la antigua Grecia, donde se le rendían honores a Rea, la madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades.
La Enciclopedia Britanica da la siguiente definición: “Fiesta derivada de la costumbre de adorar a la madre en la antigua Grecia. La adoración formal a la madre, con ceremonias a Cibeles, o Gea, la Gran Madre de los Dioses, se ejecutaba en los idus de marzo por toda Asia Menor” (1959, tomo 15, pág. 849). Igualmente los romanos llamaron a esta celebración “Hilaria” cuando la adquirieron de los griegos. Se celebraba el 15 de marzo en el templo de Cibeles y durante tres días se realizaban ofrendas.el segundo domingo de febrero en Noruega, el cuarto domingo de la cuaresma en Irlanda y el Reino Unido; el 3 de marzo en Georgia; el 21 de marzo (Día de la Primavera) en Egipto, Líbano, Marruecos, Territorios Palestinos y Siria; el primer domingo de mayo en España, Hungría, Lituania, Portugal y Sud África; el segundo domingo de mayo en Alemania, Australia, Bélgica (excepto en la ciudad de Amberes), Brasil, Chile, China, Canadá, Colombia (excepto Cúcuta), Croacia, Cuba, Dinamarca, Ecuador, Estados Unidos de América, Estonia, Filipinas, Finlandia, Grecia, Países Bajos, Honduras, Italia, Japón, Letonia, Liechtenstein, Nueva Zelandia, Perú, Puerto Rico, República Checam Suiza, Taiwan, Turquía, Ucracia, Uruguay y Venezuela ; el 8 de mayo (Día de los Padres, en Albania; el 10 de mayo en Arabia Saudita, El Salvador, Emiratos Árabes Unidos, Guatemala, India, Malasia, México, Omám, Pakistán, Qatar, Singapur y Uruguay; el 14 de mayo en Samoa; el 15 de mayo en Paraguay (porque celebran un episodio histórico denominado el Día de la Madre Patria); el segundo domingo de mayo en Alemania, Australia, en Polonia el 16 de mayo; el 27 de mayo en Bolivia (a causa del episodio histórico denominado las Heroínas de Coronilla); en Nicaragua, durante la dictadura de la familia Somoza se celebraba el 30 de mayo, en honor al cumpleaños de Casimira Sacasa de Debayle, suegra del primero de la dinastía, general Anastasio Somoza García; el último domingo de mayo en Cúcuta (Colombia), República Dominicana, Suecia, Francia (también puede ser el primer domingo de junio si coincide con Pentecostés); el 12 de agosto en Tailandia, por el cumpleaños de la reina Sikit Kitiyacara; el 15 de agosto (Día de la Asunción) en la ciudad de Amberes (Bélgica) y en Costa Rica; el tercer domingo de octubre en Argentina; el 8 de diciembre en Panamá (por la celebración del Día de la Inmaculada Concepción); y el 22 de diciembre en Indonesia.
Todos los años que llevo en este oficio he felicitado a todas las madres del mundo, porque siempre he creído que se lo merecen no sólo por el hecho de ser indispensables para traernos al mundo llevándonos en su vientre durante el embarazo, y como raíces para la integración de nuestras familias, sino por su amor, su devoción, su abnegación, su entrega, su paciencia, su comprensión, etcétera; pero esta vez, cuando ya me encuentro en la postrimería de mi vida, quiero dedicar estas palabras particularmente a mi madre, que fue la raíz de la integración de la familia Palmieri García, a mi amada esposa Anabella (qepd), amorosa madre de Rodrigo y de Alejandro, a Lissette, esposa de Rodrigo, y a Alejandra, mi querida hija política, esposa de mi hijo menor, Alejandro, y madre de mi amado nieto Paolo. Para ella mi abrazo muy afectuoso.
Mi madre se llamaba María Carlota García Martínez y nació en el municipio de San Martín Jilotepeque, departamento de Chimaltenango, de la República de Guatemala. Y en su juventud fue una mujer excepcionalmente bella, como podemos ver en esta foto que le fue tomada cuando fue Reina de los Juegos Florales Centroamericanos. Estudiaba en la capital y mi padre, el chileno José Palmieri Calderón, se enamoró de ella a primera vista, pero cuando ella regresó a San Martín Jilotepeque, no había carretera de Chimaltenango para allá y se tenía que hacer una larga jornada a caballo. Y cuando mi papá fue a visitarla, los hermanos García eran muy celosos y delicados, de pistola al cinto, y siempre andaban cuidando a su hermana. Por lo que mi papá, que desempeñaba el cargo de Inspector General de Caminos, durante el gobierno del general Lázaro Chacón, convenció a su entrañable amigo Clemente Marroquín Rojas, que era Director General de Caminos, de que contruyeran una carretera entre Chimaltenango y San Martín Jilotepeque. De hecho, mi padre personalmente supervisó la construcción de la carretera, y un paso montañoso que ninguno de los trabajadores se atrevía a dinamitar, lo hizo mi padre, por lo que a ese tramo lo bautizaron como “callejón Palmieri”. Después de que el Presidente Chacón fue a San Martín a inaugurar la carretera, mi papá comenzó a visitar más seguido a su novia, pero en vista de que encontraba cierta oposición hostil de parte de los hermanos García, un día optaron por fugarse y venirse a la capital, donde se casaron y formaron una numerosa familia.
La familia Palmieri García. De izquierda a derecha, de pie, Mario, Julio Roberto, Federico Guillermo, Jorge Alejandro (yo, el único que aún está con vida), Carlos Humberto y Enrique Augusto; sentados, José Alfredo, mi madre, María Carlota García vda. de Palmieri y mi hermana María Graciela.
Mis padres tuvieron ocho hijos, de los cuales yo fui el octavo. En su orden de nacimiento fuimos: María Graciela (qepd), José Alfredo (qepd), Carlos Humberto (qepd), Federico Guillermo (qepd), Enrique Augusto (qepd), Julio Roberto (qepd), Mario (qepd) y yo, Jorge Alejandro, que con 83 años a cuestas ya estoy en las postrimerías de mi vida. Y sospecho que muy pronto emprenderé el viaje final sin retorno, porque los zopilotes ya están revolando sobre mi cabeza. Y no voy a ponerme a espantarlos porque creo que ya va siendo hora de dar ese salto cuántico. Lo único es que se van a llevar la sorpresa de que no van a poder comerse mis restos, porque he hado instrucciones a mis deudos de que me incineren y las cenizas las tiren, una parte en una montana y otra parte en el Lago de Atitlán.
Después de vivir muchos años de francachela, finalmente me enamoré perdidamente, a primera vista, de la bella Anabella Waelti Castejón y nos casamos. Ella había tenido un primer matrimonio, fruto del cual nació Rodrigo Carrillo Waelti, a quien desde que tenía dos años quiero como un hijo. Y pronto nació el fruto de nuestro matrimonio, Alejandro Palmieri Waelti.
Anabella Waelti Castejón de Palmieri (qepd)
El 18 de abril de 1975 nació nuestro amado hijo y pocos días más tarde lo bautizamos con el nombre Alejandro Palmieri Waelti.
Mi hijo Alejandro creció, se enamoró y se casó con Alejandra Rodríguez, su esposa y han tenido un hijo, mi amado nieto Paolo.
Mi amado nieto Paolo Palmieri Rodríguez
Yo con mi nieto Paolo y mi hijo Alejandro
Mi hija política Alejandra Rodríguez de Palmieri con su hijo Paolo, mi amado nieto, el único que tengo, quien continuará mi linaje. Que Dios le bendiga siempre y le colme de felicidad.
Twitter: @jorgepalmieri