MISCELÁNEA

* El referéndum venezolano
Creo que es necesario hacer unas reflexiones acerca del sorpresivo resultado del referéndum que se llevó a cabo en la República Bolivariana de Venezuela el domingo recién pasado, por el cual la mayoría raquítica de los votantes decidieron que NO autorizan al presidente, teniente coronel Hugo Chávez, para hacer los cambios que propuso drásticos a la Constitución vigente para instaurar el socialismo y, entre otras cosas, reelegirse al terminar su actual período, para lo cual aún le faltan 7 años, y seguir ejerciendo el poder durante el resto de su vida.
Califico de sorpresivo el resultado del referéndum porque considero que en verdad es sorprendente ?y debo reconocer que también edificante- que un dictador militar de franca tendencia ideológica socialista, haya reconocido la derrota del SI y acepte tranquilamente la decisión de una mayoría de apenas poco más de 1 por ciento de los ciudadanos que acudieron el domingo pasado a depositar su voto en las urnas electorales.
Porque a juzgar por el comportamiento que ese señor ha tenido, se temía que iba a hacer fraude en la votación o cuando el Consejo Nacional Electoral, presidido por una de sus fanáticas seguidoras, llevó a cabo el conteo de los votos. No era fácil concebir que un dictador militar y socialista como él fuese a respetar y acatar la voluntad de una mayoría tan pequeña de votantes y aceptara echar marcha atrás a su sueño de opio de convertirse en un dictador vitalicio constitucional.
Sin embargo, aunque fue evidente en el discurso que pronunció después de darse a conocer el resultado que no le agradó aceptar la derrota, puede decirse que su astucia transformó la derrota de su intolerancia en una victoria democrática y ética que en cierta forma desvirtúa la pésima imagen que tiene de espadón autoritario e intolerante, por lo que ha merecido elogios de parte de propios y extraños.
Como era de esperarse, el convaleciente dictador comunista cubano Fidel Castro le hizo llegar ayer dos mensajes: uno en el que calificó como una “valiente y sabia decisión” haber reconocido su derrota en el referendo, y otro en el que felicitó “revolucionariamente” a su amigo y aliado ideológico por su discurso en el Palacio de Miraflores, que él consideró una expresión de “dignidad y ética”. Fue tan grande la buena impresión que causó que hubiese aceptado la victoria de la oposición que hasta el Departamento de Estado de Washington ha manifestado su complacencia.
Chávez dijo antes del referéndum que “los que voten por el SI votarán por Chávez y los que voten por el NO estarán votando por George W. Bush, por lo que, de acuerdo a esta teoría, la victoria fue del actual gobierno de los Estados Unidos. Además, calificó a sus opositores de “peones del imperialismo norteamericano”. Pero no hay tales. Ni George W. Bush ni “el imperialismo norteamericano” ganaron este referéndum, sino lo ganaron los venezolanos que esta vez se pusieron las pilas y no aceptaron la imposición del socialismo trasnochado que propuso un dictador militar que se ha desprestigiado dentro y fuera de su país porque es como el chichicaste, que por donde pasa quema. Por sus constantes actitudes imprudentes y abusivas se ha distanciado de países que tradicionalmente han sido buenos amigos de Venezuela, como Colombia, México y España. Y gobierna a su país caprichosamente, de acuerdo a sus inclinaciones ideológicas y sus ambiciones desmedidas. Razones por las cuales no votaron por el SI más de 3 millones de personas que votaron por él en la pasada elección presidencial que ganó abrumadoramente.
La verdad es que, gracias a que los ojos y oídos del mundo estaban pendientes de todo lo que ocurría ese día en Venezuela a través de la televisión, la radio y los corresponsales extranjeros, no se podía esperar que Chávez fuese a ser capaz de reaccionar civilizadamente después de haberle visto en diferentes oportunidades comportarse como un patán y un intolerante dictador militar. Esta novedosa actitud de su parte ha provocado que aún el canciller de España elogie su proceder a pesar del reciente desagradable incidente durante la Cumbre de Chile en el cual hizo perder los estribos hasta al rey Juan Carlos de Borbón, quien suele ser tan propio en su comportamiento público, al preguntarle ?¿Por qué no te callas??. Hasta Washington califica el resultado de la votación como “un buen augurio para la libertad”. Todo lo cual pareciera indicar que la derrota del SI le ha proporcionado a Chávez un triunfo político.
Ahora corresponde a las fuerzas de la oposición política venezolana ?administrar bien su victoria?, como les aconsejó el propio Chávez en su excesivamente largo y tedioso discurso de reconocimiento y aceptación del triunfo del NO. De ahora en adelante, la oposición debe demostrar que tiene el patriotismo necesario y la capacidad de convocatoria para sostener la cohesión de los millones de electores que la respaldaron en este referéndum.
Debe cuidarse, principalmente, de no volver a defraudar al pueblo como lo hicieron los dos partidos que se sucedieron en el poder después de la firma del Pacto de Punto fijo. De no defraudar, particularmente, a los valientes jóvenes estudiantes que se jugaron el pellejo en las masivas manifestaciones de repudio a los extremos que propuso Chávez. De no hacerlo así será responsable de que el dictador pueda jugarle la vuelta astutamente a la democracia y antes de que transcurra mucho tiempo logre salirse con la suya e imponer de otra forma lo que fracasó en el referéndum. No hay que desestimar que Chávez amenazó con que su iniciativa había perdido “por ahora”, lo que significa que tiene un as escondido en la manga y se propone volver a plantear de alguna otra manera el cambio en la Constitución hasta lograr imponer al pueblo venezolano su trasnochado “Socialismo del Siglo Veintiuno”.
Si la actual oposición política de Venezuela no reacciona con sensata madurez después de su victoria en el referéndum, correrá el riesgo de desprestigiarse en la misma forma en que se llegaron a desprestigiar los dos partidos que, a raíz del Pacto de Punto Fijo, se turnaron sucesivamente en el ejercicio del poder hasta que la desmedida corrupción e impunidad que reinaban en el gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez exasperó a la opinión pública y a quienes no participaban del botín y provocó el fallido golpe militar de Hugo Chávez.
Pacto de Punto Fijo
El Pacto de Punto Fijo fue un acuerdo entre los partidos políticos Acción Democrática (AD), COPEI y Unión Republicana Democrática (URD), firmado el 31 de octubre de 1958, pocos meses después del derrocamiento del dictador Marcos Pérez Jiménez y antes de las elecciones de diciembre de ese año. El objetivo del pacto era conseguir la sostenibilidad de la recién instaurada democracia mediante la participación equitativa de todos los partidos en el gabinete ejecutivo del partido triunfador.
Al contrario de lo que generalmente se piensa, el derrocamiento del general Marcos Pérez Jiménez no concluyó inmediatamente en un régimen civil democrático y a la salida de las Fuerzas Armadas de la política, porque no todas las tendencias que derrocaron a Pérez Jiménez querían instaurar un régimen civil y democrático porque seguían prefiriendo tener un gobierno de las Fuerzas Armadas en vez del que calificaban como ?desorden democrático? del trienio 1945-1948.
En el transcurso del año 1958 se llevaron a cabo varios intentos de Golpes de Estado contra la Junta de Gobierno. Los peligros concretos de una regresión militar llevaron a la formación de un Frente Civil para encauzar el camino a la normalización democrática.
La finalidad del Pacto de Punto Fijo se expresó con los siguientes puntos:
1) Defensa de la constitucionalidad y del derecho a gobernar conforme al resultado electoral.
2) Gobierno de Unidad Nacional. Esto es, considerar equitativamente a todos los partidos firmantes y otros elementos de la sociedad en la formación del gabinete ejecutivo del partido ganador.
3) Un programa de gobierno mínimo común.
Los firmantes de ese pacto fueron: Rómulo Betancourt, Raúl Leoni y Gonzalo Barrios, por Acción Democrática (AD), Jóvito Villalba, Ignacio Luis Arcaya por URD, y Manuel López Rivas y Rafael Caldera, Pedro del Corral y Lorenzo Fernández por COPEI, reunidos en Caracas en la residencia de Caldera, de nombre Punto Fijo. El ganador de las elecciones de 1958 fue Rómulo Betancourt.
Se dejó fuera de este pacto al Partido Comunista de Venezuela (PCV), uno de los que luchó contra la dictadura del general Pérez Jiménez y logró derrocarle. La marginación del PCV del pacto se debió, según unas opiniones, a la dinámica de la Guerra Fría, el rechazo a ese partido por parte de la Iglesia católica y de COPEI, y una especial animadversión de Betancourt contra el comunismo.
Sin embargo el llamado Pacto de Punto Fijo fue complementado al cierre del proceso electoral con una declaración de principios y un programa mínimo de gobierno suscritos por los candidatos presidenciales de los tres partidos: por AD, Rómulo Betancourt; por Copei Rafael Caldera; y por URD y el partido Comunista, el almirante Wolfgang Larrazábal.
En la practica, el pacto creó un bipartidismo entre AD y COPEI (el URD perdió influencia progresivamente en el sistema), aunque “legalmente” sólo duró hasta el primer gobierno de Rafael Caldera (del COPEI), en la practica se mantuvo hasta 1999, cuando Hugo Chávez llegó a la presidencia y fue el desplome político de dichos partidos y el fin del llamado sistema puntofijista que por su corrupción condujo a que Chávez justificara ante el pueblo su golpismo y llegase a ser electo constitucionalmente por aplastante mayoría. Hasta llegar a ser el insoportable dictador militar populista que ya no soporta un gran sector de venezolanos que anhelan vivir en paz y en libertad.
* Mi cordial saludo a La Hora
El diario La Hora fue fundado en su primera fase en 1920 por el preclaro abogado, político y periodista Clemente Marroquín Rojas, después estuvo a cargo de su hija Marina, y luego de su hijo, el veterano periodista Óscar Marroquín Rojas, y en la actualidad es propiedad y está dirigido por uno de sus nietos, el licenciado y periodista Óscar Clemente Marroquín Godoy.
Ayer estrenó La Hora una nueva presentación en la que destaca su formato a color y su nítida impresión, por lo cual extiendo a su propietario y director general mi más cordial saludo de felicitación.
La Hora es un periódico cuyo lema es ?Tribuna y no mostrador? y ejerce influencia en varios sectores del país. Se caracteriza porque día a día publica las más diversas opiniones, en columnas de algunos colegas periodistas profesionales como Eduardo Villatoro, Juan de Dios Rojas y Marco Tulio Trejo Paiz y otros; así como también columnas de respetables colaboradores que se toman el trabajo de expresar sus opiniones y comentarios sobre los más diversos temas de interés nacional. Entre estos están personalidades de amplia trayectoria y reconocido prestigio como el licenciado Alfonso Bauer Paiz y Fernando Mollinedo.
Los cambios más notorios que han hecho son el novedoso uso del color, nueva diagramación, nítida impresión y el traslado de la sección editorial, que por muchos años se publicó en la página 2 y ahora está en las páginas 12 y 13, en las cuales el director publica su Editorial y su habitual columna personal.
Algo que estoy seguro que va a ser de mucho agrado para sus habituales lectores -que en su mayoría son personas mayores- es que ahora la presentación es más agradable a los ojos y tiene una letra más grande y clara, mucho más fácil de leer para las personas de avanzada edad, como yo.

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