Los verdaderos artífices de la paz

El general de brigada (retirado) Otto Pérez Molina, candidato a la Presidencia de la República postulado por el partido que se denomina Patriota (PP), se ha venido llenando la boca afirmando que él fue el ?artífice de la paz? en Guatemala, lo cual es falso, es mentira, y motivó que ayer le desmintiera en el artículo que titulé Mentiras del general Pérez, en el cual aclaré que él sólo fue uno de tantos peones de los gobiernos de los presidentes Ramiro Deleón Carpio y Álvaro Arzú Irigoyen, y se sumó a quienes intervinieron en una u otra forma para llegar a la firma del Acuerdo de Paz Firme y Duradera que tuvo lugar en el Palacio Nacional ante numerosas personalidades nacionales e internacionales.
Pero hoy quiero rectificar unos datos y abundar en esa información. Dije que el coronel Pérez Molina era jefe de la sección de Inteligencia Militar (G-2) y subalterno del general Francisco Ortega Menaldo, jefe del Estado Mayor Presidencial (EMP), pero de quien era subalterno era del jefe del Estado Mayor del Ejército. También dije que Pérez Molina había sido designado por el presidente Arzú para formar parte del grupo de militares que en nombre del gobierno participaron en las pláticas de los cinco acuerdos de paz con los comandantes de las facciones guerrilleras, pero él fue enviado a una de las pláticas de paz el 12 de julio de 1995 por el presidente Deleón Carpio y permaneció en ese grupo durante el gobierno de Arzú, quien le tenía mucha estimación, confianza y simpatía. Probablemente debido al oportuno “apagón” que ocurrió durante las elecciones.
Aclarado lo anterior, quiero hacer un breve recordatorio de los participantes en el largo proceso de pláticas de paz que se llevaron a cabo en diferentes países durante varios años, a partir de la reunión de Oslo en la que los representantes gubernamentales fueron los miembros de la Comisión de Reconciliación del presidente Vinicio Cerezo Arévalo, la cual estaba integrada por la señora Teresa Bolaños de Zarco y el licenciado Mario Permuth, designados ?Ciudadanos Notables?, el vicepresidente de la república, Roberto Carpio Nicolle; monseñor Fernando Quezada Toruño y monseñor Juan José Gerardi Conedera; Jorge Serrano Elías, Francisco Gordillo, Eduardo Meyer y Leopoldo Sandoval. A quienes después se agregaron Alfonso Cabrera Hidalgo y Oliverio García Rodas, durante el gobierno de Serrano.
En el gobierno de Serrano, la comisión del gobierno fue presidida por Manuel Conde Orellana y sus integrantes civiles fueron Fernando Hurtado Prem y Manuel Bendfeldt Alejos, y los miembros militares fueron José Domingo García Samayoa, Mario René Enríquez Morales, Julio A. Balconi Turcios y Marco Antonio González Taracena, con los asesores civiles Rubén Amílcar Burgos Solís, Ernesto Ricardo Viteri Echeverría y José Luis Asencio Aguirre. A estos se unieron más tarde los militares José Ignacio Soto Salam, Víctor Manuel Argueta y Víctor Manuel Ventura.
De parte de la insurrección armada guerrillera participaron los comandantes Gaspar Ilom (Rodrigo Asturias Amado) de la Organización del Pueblo en Armas (ORPA), Pablo Monsanto (Jorge Ismael Soto García), del Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP), Rolando Morán (Ricardo Ramírez Deleón) de las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR); y Carlos González (Ricardo Rosales Román) del Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT). Estos comandantes de las facciones guerrilleras de la URNG estaban asesorados por miembros del Cuerpo Político y Diplomático de la subversión que integraban Francisco Villagrán Muñoz (de ORPA), Miguel Ángel Sandoval (de las FAR), Luis Becker Guzmán (del EGP) y el abogado Mario Castañeda (alias ?El Turquito?). Al final se les unieron Luz Méndez Gutiérrez y Miguel Ángel Reyes.
La Comisión Negociadora durante el gobierno de Ramiro Deleón Carpio estuvo encabezada por Héctor Rosada Granados y sus integrantes fueron Mario Permuth, Amílcar Burgos, Max Kestler Farnés, Ernesto Viteri Echeverría y Antonio Arenales Catalán. Y tenía un equipo militar integrado por Julio A. Balconi, Carlos Enrique Pineda Carranza, Marco Antonio González Taracena, a quien se agregó en 1995 Otto Pérez Molina, por designación del presidente Deleón Carpio y confirmado por el presidente Arzú Irigoyen y por eso fue que solamente participó y firmó en México D.F. el Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicos y Situación Agraria y, finalmente, el Acuerdo de Paz Firme y Duradera.
A la llegada a la Presidencia de la República de Álvaro Arzú Irigoyen, el Gobierno de la República adoptó la controvertida astucia de integrar a la comisión negociadora a personas que antes habían sido miembros de la insurrección guerrillera, como Gustavo Porras Castejón (“El Sholón”) quien después de haber sido nombrado Secretario Privado de la Presidencia sustituyó a Héctor Rosada Granados al frente de la Comisión de Paz, y Eduardo Stein Barillas, quien fue nombrado ministro de Relaciones Exteriores y fue la eminencia gris que movió los hilos para llegar a la firma del Acuerdo de Paz Firme y Duradera.
Las cinco pláticas previas que se habían sostenido en diferentes partes del mundo tenían un progreso demasiado lento, pero el general Julio A. Balconi jugó la vuelta a la Comisión de Paz y participó en una reunión clandestina con los comandantes de la guerrilla en la cual concedió una serie de condiciones de los comandantes, lo cual facilitó las cosas para poder llegar a la firma del Acuerdo de Paz Firme y Duradera el 29 de diciembre de 1996.
De parte de la Organización de Naciones Unidas (ONU) participaron en el proceso por la paz sucesivamente Francesc Vendrell, Gilberto Bueno Shlittler Silva y Jean Arnaud.
Sea que nos haya gustado, o no, que los elementos subversivos hayan dejado las armas para incorporarse a la vida pacífica, el hecho es que se firmó la paz entre las fuerzas irregulares de la subversión y las fuerzas regulares del gobierno, gracias a lo cual terminó la estéril confrontación fratricida armada y los guatemaltecos estamos viviendo en paz… relativamente.
Pero que no diga el general Otto Pérez Molina que él fue ?el artífice de la paz?, porque es falso, es mentira. Con eso trata de engañar al pueblo haciéndose pasar por un pacifista cuando en realidad sigue siendo un militar que amenaza aplicar ?mano dura?, lo cual es símbolo del militarismo autoritario que ya dejamos atrás y no queremos volver a vivir nunca más.
Me he tomado el trabajo de mencionar todos estos nombres de quienes fueron los verdaderos artífices de la paz en los cinco acuerdos previos al Acuerdo de Paz Firme y Duradera, para demostrar que es mentira que el general Pérez Molina, candidato presidencial de la ?mano dura? militarista, del partido que se denomina Patriota, haya sido ?el artífice de la paz?, como ha venido diciendo con el evidente propósito de engañar al pueblo y hacerse pasar por pacifista en vez de lo que es, un militar autoritario que si acaso el pueblo llega a equivocarse y el próximo 4 de noviembre vota por él para gobernar el país con ?mano dura?, va a causar mucho dolor a nuestra amada patria. Y eso no se va a poder.

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