MURIÓ GABRIEL GARCÍA MARQUEZ

Gabriel José de la Concordia García Márquez mundialmente conocido como Gabriel García Márquez, nació en Aracataca, Colombia el 6 de marzo de 1927 y falleció en la Ciudad de México el 27 de abril del 2014. Fue un periodista, escritor, novelista, cuentista, guionista y editor. Y enamorado de la cinematografía.

En 1982 recibió el premio Nobel de Literatura. Fue el escritor latinoamericano más joven en recibirlo, a los 55 años de edad. Rebelde e irreverente por naturaleza, hasta para recibir el premio Nobel se negó a vestir de frac y usó un Liquiliqui blanco, una especie de guayabera que es tradicional como gala que se usa en los llanos colombo-venezolanos.

En su discurso de aceptación del Premio Nobel 1982, titulado La soledad de América Latina, se refiere a este tema de la soledad relacionado con América Latina: “La interpretación de nuestra realidad a través de los patrones, no los nuestros, sólo sirve para hacernos cada vez más desconocidos, cada vez menos libres, cada vez más solitarios”.

Gabriel García Márquez fue conocido familiarmente y por sus amigos como “Gabito” (hipocorístico güajiro para Gabriel) o por su apócope “Gabo” desde que comenzara a llamarlo así Eduardo Zalamea, el subdirector del diario El Espectador.

Está relacionado de manera inherente con el realismo mágico y su obra más conocida, la novela Cien años de soledad, es considerada una de las más representativas de este género literario e incluso se considera que por su éxito es que tal término se aplica a la literatura desde los años setenta. En 2007, la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española lanzaron una edición popular conmemorativa de esta novela, por considerarla parte de los grandes clásicos hispánicos de todos los tiempos.

Fue famoso tanto por su genio como escritor así como por su postura política. Su amistad con el líder cubano Fidel Castro causó mucha controversia en el mundo literario y político. En realidad, esta nació a raíz de que García Marquez asistió en calidad de periodista a presenciar la entrada triunfal de las tropas revolucionarias encabezadas por Fidel Castro. Desde entonces se conocieron y simpatizaron con Fidel Castro y con el argentino Ernesto “Ché” Guevara.

Infancia y juventud

Hijo de Gabriel Eligio García y de Luisa Santiaga Márquez Iguarán, Gabriel García Márquez nació en Aracataca, en el departamento de Magdalena (Colombia), “el domingo 6 de marzo de 1927 a las nueve de la mañana…”, como refiere el propio escritor en sus memorias.

Cuando sus padres se enamoraron, el padre de Luisa, coronel Nicolás Ricardo Márquez Mejía, se opuso a esa relación pues Gabriel Eligio García, que había llegado a Aracataca como telegrafista, no era el hombre que consideraba más adecuado para su hija, por ser hijo de madre soltera, pertenecer al Partido Conservador colombiano y ser un mujeriego confeso.

Con la intención de separarlos, Luisa fue enviada fuera de la ciudad, pero Gabriel Eligio la cortejó con serenatas de violín, poemas de amor, innumerables cartas y frecuentes mensajes telegráficos. Finalmente, la familia capituló y Luisa consiguió el permiso para casarse con Gabriel Eligio, lo cual sucedió el 11 de junio de 1926 en Santa Marta. La historia y tragicomedia de ese cortejo inspiraría más tarde a su hijo la novela El amor en los tiempos del cólera.

Poco después del nacimiento de Gabriel, su padre se convirtió en farmacéutico y en enero de 1929 se mudó con Luisa a Barranquilla, dejando a Gabriel en Aracataca al cuidado de sus abuelos maternos. Dado que vivió con ellos durante los primeros años de su vida, recibió una fuerte influencia del coronel Márquez, quien de joven mató a un hombre en un duelo y tuvo, además de los tres hijos oficiales, otros nueve con distintas madres. El coronel era un liberal veterano de la “Guerra de los Mil Días”, muy respetado por sus copartidarios y conocido por su negativa a callar sobre la masacre de las bananeras, suceso en el que murieron cientos de personas a manos de las Fuerzas Armadas de Colombia durante una huelga de los trabajadores de las bananeras, hecho que García Márquez plasmaría en su obra.

El coronel, a quien Gabriel llamaba “Papalelo”, describiéndolo como su “cordón umbilical con la historia y la realidad”, fue también un excelente narrador y le enseñó, por ejemplo, a consultar frecuentemente el diccionario, lo llevaba al circo cada año y fue el primero en introducir a su nieto en el “milagro” del hielo, que se encontraba en la tienda de la compañía United Fruit Company. Frecuentemente decía: “Tú no sabes lo que pesa un muerto”, refiriéndose así a que no había mayor carga que la de haber matado a un hombre, lección que García Márquez más tarde incorporaría en sus novelas.

Su abuela, Tranquilina Iguarán Cotes, a quien García Márquez llama “la abuela Mina” y describe como “una mujer imaginativa y supersticiosa” que llenaba la casa con historias de fantasmas, premoniciones, augurios y signos, fue de tanta influencia en García Márquez como su marido e incluso es señalada por el escritor como su primera y principal influencia literaria, pues le inspiró la original forma en que ella trataba lo extraordinario como algo perfectamente natural cuando contaba historias y sin importar cuán fantásticos o improbables fueran sus relatos, siempre los refería como si fueran una verdad irrefutable. Además del estilo, la abuela Mina inspiró también el personaje de Úrsula Iguarán que, unos treinta años más tarde, su nieto usaría en Cien años de soledad.

Su abuelo murió en 1936, cuando Gabriel tenía ocho años. Debido a la ceguera de su abuela, él se fue a vivir con sus padres en Sucre, población ubicada en el departamento de Sucre (Colombia), donde su padre trabajaba como farmacéutico.

Su niñez está relatada en sus memorias Vivir para contarla. Después de 24 años de ausencia, en 2007 regresó a Aeacataca para un homenaje que le rindió el gobierno colombiano al cumplir sus 80 años de vida y los 40 desde la primera publicación de Cien años de soledad

Educación

Poco después de llegar a Sucre, se decidió que Gabriel debía empezar su educación formal y fue mandado a un internado en Barranquilla, un puerto en la boca del Río Magdalena. Allí adquirió reputación de chico tímido que escribía poemas humorísticos y dibujaba tiras humorísticas. Serio y poco dado a las actividades atléticas, fue apodado El Viejo por sus compañeros de clase.

García Márquez cursó los primeros grados de secundaria en el colegio jesuita San José (hoy Instituto San José) desde 1940, en donde publicó sus primeros poemas en la revista escolar Juventud. Luego, gracias a una beca otorgada por el gobierno, fue enviado a estudiar a Bogotá, de donde lo reubican en el Liceo Nacional de Zipaquirá, población ubicada a una hora de la capital, donde culminó sus estudios secundarios.

Durante su paso por la casa de estudios bogotana, García Márquez destacó en varios deportes, llegando a ser capitán del equipo del Liceo Nacional de Zipaquirá en tres disciplinas, fútbol, béisbol y atletismo.

Después de su graduación en 1947, permaneció en Bogotá para estudiar derecho en la Universidad Nacional de Colombia, donde tuvo especial dedicación a la lectura. La metamorfosis de Franz Kafka “en la falsa traducción de Jorge Luis Borges, fue una obra que le inspiró especialmente. Estaba emocionado con la idea de escribir, no literatura tradicional sino en un estilo similar a las historias de su abuela, en las que se «insertan acontecimientos extraordinarios y anomalías como si fueran simplemente un aspecto de la vida cotidiana”. Su deseo de ser escritor crecía. Poco después, publicó su primer cuento, La tercera resignación, que apareció el 13 de septiembre de 1947 en la edición del diario El Espectador.

Aunque su pasión era la escritura, en 1948 continuó con la carrera de derecho para complacer a su padre. Después del “Bogotazo” –unos sangrientos disturbios que se desataron el 9 de abril de 1948, a causa del asesinato del líder popular Jorge Eliézar Gaitán–, la universidad cerró indefinidamente y su pensión fue incendiada, se trasladó a la Universidad de Cartagena y empezó a trabajar como reportero de El Universal. En 1950, desistió de convertirse en abogado para concentrarse en el periodismo y se traslada de nuevo a Barranquilla para trabajar como columnista y reportero en el periódico El Heraldo. Aunque nunca terminó sus estudios superiores, algunas universidades, como la de Columbia en Nueva York, le han otorgado un doctorado honoris causa en letras.

Matrimonio y familia

Durante su etapa de estudiante, y cuando visitaba a sus padres en Sucre, conoció a Mercedes Barcha Pardo, también hija de un boticario, en un baile de estudiantes y decidió enseguida que tenía que casarse con ella cuando terminara sus estudios. En efecto, contrajeron matrimonio en marzo de 1958 en la iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Barranquilla con Mercedes “a quien le había propuesto matrimonio desde sus trece años”.

Mercedes Barcha es descrita por uno de los biógrafos del escritor como “una mujer alta y linda con pelo marrón hasta los hombros, nieta de un inmigrante egipcio, lo que al parecer se manifiesta en unos pómulos anchos y ojos castaños grandes y penetrantes” y García Márquez se ha referido a Mercedes constantemente y con cariño, orgulloso; cuando habló de su amistad con Fidel Castro, por ejemplo, en una ocasión declaró: “Fidel se fía de Mercedes aún más que de mí”. A Mercedes se la llama afectuosamente “La Gabo”.

En 1959 tuvieron a su primer hijo, Rodrigo, quien se convirtió en cineasta y en 1961 se instalaron en Nueva York,  en donde ejerció como corresponsal de la agencia noticiosa del gobierno cubano Prensa Latina. Tras recibir amenazas y críticas de la CIA y de los disidentes cubanos, que no compartían el contenido de sus reportajes, decidió trasladarse a México y se establecieron en la capital. Tres años después, nació su segundo hijo, Gonzalo, actualmente diseñador gráfico en la capital mexicana.

Aunque posee residencias en París, Bogotá y Cartagena de Indias, García Márquez vivió la mayor parte del tiempo en su casa en México, donde fijó su residencia a partir de principios de los años 60 y en donde escribió Cien años de soledad en su residencia situada en el número 19 de la calle La Palma de la colonia San Ángel, en la Ciudad de México, Distrito Federal.

La fama

Gabo en 1984 luciendo un “sombrero vueltiao” típico del Caribe colombiano. Su novela Cien años de soledad le sirvió de sombrero para catapultarse a la cúspide de la fama.

La notoriedad mundial de García Márquez comenzó cuando Cien años de soledad se publicó en junio de 1967 y en una semana vendió 8000 ejemplares. De allí en adelante, el éxito fue asegurado y la novela vendió una nueva edición cada semana, llegando a vender medio millón de ejemplares en tres años. Fue traducida a más de veinticuatro idiomas y ganó cuatro premios internacionales. El éxito había llegado por fin y el escritor tenía 40 años cuando el mundo aprendió su nombre. Por la correspondencia de admiradores, los premios, entrevistas y las comparecencias era obvio que su vida había cambiado. En 1969, la novela ganó el premio Chianciano Aprecia en Italia y fue denominado “el mejor libro extranjero” en Francia. En 1970, fue publicado en inglés y fue escogido como uno de los mejores doce libros del año en Estados Unidos.

Dos años después le fue concedido el Premio Rómulo Gallegos y el Premio Neustadt y en 1971, el escritor peruano Mario Vargas Llosa publicó un libro acerca de su vida y obra. Para contradecir toda esta exhibición, García Márquez regresó simplemente a la escritura. Decidido a escribir acerca de un dictador, se trasladó con toda su familia a Barcelona (España) que pasaba sus últimos años bajo el régimen dictatorial del “generalísimo” Francisco Franco.

Gabo decía que sus conversaciones con Fidel Castro eran intelectuales y siempre negó ser comunista, aunque era bien sabido que tenía estrechas relaciones con el socialista francés Regis Debray y trató de acercarse al presidente de Francia François Miterrand durante su visita a México. 

La popularidad de su escritura también condujo a la amistad con poderosos líderes, incluyendo el ex presidente cubano Fidel Castro, amistad que ha sido analizada en Gabo y Fidel: retrato de una amistad. En una entrevista con Claudia Dreifus en 1982, dijo que su relación con Castro se basa fundamentalmente en la literatura: “La nuestra es una amistad intelectual. Puede que no sea ampliamente conocido que Fidel es un hombre culto. Cuando estamos juntos, hablamos mucho sobre la literatura”. Algunos han criticado a García Márquez por esta relación. El escritor cubano Reinaldo Arenas, en 1992, en sus memorias Antes que anochezca, señala que García Márquez estaba con Castro en 1980 durante un discurso en el que este último acusó a los refugiados recientemente asesinados en la embajada de Perú de ser “chusma”. Arenas recuerda amargamente a compañeros del escritor homenajear por ello con “hipócritas aplausos” a Castro.

Tuvo buena relación con el presidente de Estados Unidos Bill Clinton, a pesar de su desprecio por los sucesivos gobiernos estadounidenses. Sobre todo por los presidentes republicanos.

También debido a su fama y a sus puntos de vista sobre el imperialismo de Estados Unidos, fue etiquetado como subversivo, y por muchos años le fue negado la visa estadounidense por las autoridades de inmigración. Sin embargo, después de que Bill Clinton fue elegido presidente de Estados Unidos, éste finalmente le levantó la prohibición de viajar a su país y afirmó que Cien años de soledad “es su novela favorita”.

Un cordial abrazo con el rey de España Juan Carlos I de Borbón 

En 1981, el año en el que le fue concedida la medalla Legión de Honor de Francia, regresó a Colombia de una visita con Castro, para encontrarse una vez más en problemas. El gobierno del liberal Julio César Turbay le acusó de financiar al grupo subversivo guerrillero M-19. Huyendo de Colombia solicitó asilo en México, donde continúa manteniendo una casa.

Desde 1986 hasta 1988, García Márquez vivió y trabajó en México D.F., La Habana y Cartagena de Indias. Después, en 1987, hubo una celebración en Europa y América del vigésimo aniversario de la primera edición de Cien años de soledad. No sólo había escrito libros, sino también había terminado escribiendo su primera obra de teatro, titulada Diatriba de amor contra un hombre sentado, la cual no tuvo éxito. En 1988 se estrenó la película Un señor muy viejo con unas alas enormes, dirigida por Fernando Birri con adaptación del cuento del mismo nombre, la cual tampoco obtuvo éxito ni de crítica ni de taquilla. 

En 1995, el Instituto Caro Cuervo publicó en dos volúmenes el Repertorio crítico sobre Gabriel García Márquez.

En 1996 García Márquez publicó la novela con estilo periodístico narrativo titulada Noticia de un secuestro, donde combinó la orientación testimonial del periodismo y su propio estilo narrativo. Esta historia representa la onda inmensa de violencia y secuestros que Colombia continuaba encarando.

En 1999, el estadounidense Jon Lee Anderson publicó un libro revelador acerca de García Márquez, para lo cual tuvo la oportunidad de convivir varios meses con el escritor y su mujer en su casa de Bogotá.

Enfermedad y muerte

En 1999 le fue diagnosticado cáncer linfático. Al respecto, el escritor declaró en una entrevista en el año 2000 a El Tiempo de Bogotá: “Hace más de un año fui sometido a un tratamiento de tres meses contra un linfoma canceroso, y hoy me sorprendo yo mismo de la enorme lotería que ha sido ese tropiezo en mi vida. Por el temor de no tener tiempo para terminar los tres tomos de mis memorias y dos libros de cuentos que tenía a medias, reduje al mínimo las relaciones con mis amigos, desconecté el teléfono, cancelé los viajes y toda clase de compromisos pendientes y futuros, y me encerré a escribir todos los días sin interrupción desde las ocho de la mañana hasta las dos de la tarde. Durante ese tiempo, ya sin medicinas de ninguna clase, mis relaciones con los médicos se redujeron a controles anuales y a una dieta sencilla para no pasarme de peso. Mientras tanto, regresé al periodismo, volví a mi vicio favorito de la música y me puse al día en mis lecturas atrasadas”. A principios de julio de 2012, por comentarios de su hermano Jaime, se rumoreó que el genial escritor padecía de demencia senil por herencia familiar, pero un vídeo en que celebra su cumpleaños, en marzo de 2012, sirvió para desmentir el rumor.

En la misma entrevista, García Márquez se refiere al poema titulado La marioneta, que le fue atribuido por el diario peruano La República a modo de despedida por su inminente muerte, desmintiendo tal información. Negó ser el autor del poema y aclaró que “el verdadero autor es un joven ventrílocuo mexicano que lo escribió para su muñeco”, refiriéndose al ventrílocuo mexicano Johnny Welch.

En 2002, su biógrafo Gerald Martin voló a la Ciudad de México para hablar con García Márquez. Su mujer, Mercedes (ya para entonces conocida como “La Gaba”), tenía gripe y el escritor tuvo que visitar a Martin en su hotel. Según dijo, García Márquez ya no tenía la apariencia del típico sobreviviente de cáncer. Todavía delgado y con el pelo corto por efectos de la quimioterapia, completó ese año la novela Vivir para contarla.

En abril de 2014 fue internado en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, en México D.F., debido a que padecía de anemia y tuvo una recaída producto del cáncer que le fue diagnosticado en 1999. El cáncer le había afectado un pulmón, los ganglios y el hígado. Debido a lo cual falleció el 17 de abril de 2014.

Periodismo y carrera literaria

Como periodista, García Márquez nunca llegó a ser un reportero extraordinario, ni un destacado columnista. Yo le conocí en México cuando él escribía en una mediocre revista que, no obstante, le daba lo suficiente para vivir. Pero nunca cultivamos una amistad a pesar de que teníamos la misma edad y compartíamos la amistad de personas como el periodista Jacobo Zabludovski, de quien al principio Gabo no quería ser amigo, pero después cambió de opinión y terminaron siendo entrañables amigos que compartían su amor por los tangos. Pero nosotros disentíamos en materia ideológica, porque aunque él dijo varias veces que no era comunista, no podía ocultar su inclinación por la extrema izquierda y su simpatía por los guerrilleros subversivos de El Salvador y Guatemala. Al extremo que durante mucho tiempo fue vigilado por la Dirección General de Seguridad (DGS) de México por su relación con comunistas internacionales como el francés Regis Debray y los dirigentes comunistas mexicanos.

Como periodista, Gabo había comenzado su carrera mientras estudiaba derecho en la universidad. En 1948 y 1949 escribió para el diario El Universal de Cartagena de Indias. Desde 1950 hasta 1952, escribió una “caprichosa” columna con el seudónimo de “Séptimus” para el periódico local El Heraldo de Barranquilla. García Márquez tomó nota de su tiempo en El Heraldo. Durante este tiempo se convirtió en un miembro activo del grupo informal de escritores y periodistas conocidos como el “Grupo de Barranquilla”, una asociación que fue una gran motivación e inspiración para su carrera literaria. Trabajó con figuras periodísticas como José Félix Fuentemayor, Ramón Vinyes, Alfonso Fuenmayor, Álvaro Cepeda Samudio, Germán Vargas, Alejandro Obregón, Orlando Rivera “Figurita” y Julio Mario Santo Domingo, entre otros. García Márquez utilizaría, por ejemplo, a Ramón Vinyes, que sería representado como un “sabio catalán”, propietario de una librería, en Cien años de soledad. En esa época, García Márquez leyó las obras de escritores como Virginia Wolf y William Faulkner, quienes le influyeron en sus técnicas narrativas, los temas históricos y la utilización de localidades provinciales. El entorno de Barranquilla proporcionó a García Márquez una educación literaria a nivel mundial y una perspectiva única sobre la cultura del Caribe. Con respecto a su carrera del periodismo, García Márquez ha dicho que le sirvió como una herramienta para “no perder contacto con la realidad”. Y casi al final de su vida declaró que sentía nostalgia por sus tiempos de reportero “porque mientras el escritor escribe fantasías, el reportero relata la realidad que le rodea”.

En 1954, a petición de su paisano y amigo, el poeta y escritor Álvaro Mutis, García Márquez regresó a Bogotá para trabajar en El Espectador  como reportero y crítico de cine. Un año después, publicó en el mismo diario Relato de un náufrago, una serie de catorce crónicas sobre el naufragio del destructor A. R. C. Caldas, basándose en entrevistas con Luis Alejandro Velasco, joven marinero que sobrevivió al naufragio. La publicación de esos artículos dio lugar a una controversia pública a nivel nacional cuando en el último escrito reveló la historia oculta, ya que desacreditó la versión oficial de los acontecimientos que había atribuido la causa del naufragio a una tormenta. Como consecuencia de esta controversia, fue enviado a Paris como corresponsal extranjero de El Espectador. Escribió sus experiencias en El Independiente, un periódico que sustituyó brevemente a El Espectador, durante el gobierno militar del general Gustavo Rojas Pinilla y que más tarde fue cerrado por las autoridades colombianas. En 1960, poco tiempo después, tras el triunfo de la revolución cubana, García Márquez viajó a La Habana, donde trabajó en la agencia de noticias Prensa Latina creada por el gobierno cubano y entabló amistad con el argentino Ernesto “Che” Guevara.

En 1974, García Márquez, junto con intelectuales y periodistas de izquierda, fundó la revista Alternativa que duró hasta 1980 y marcó un hito en la historia del periodismo de oposición en Colombia. Para el primer número, escribió un artículo exclusivo sobre el bombardeo al Palacio de La Moneda de Chile durante el golpe de Estado de 1973 del general Augusto Pinochet contra el presidente socialista Salvador Allende, lo cual garantizó que se agotara la edición. Después sería el único que firmaría los artículos.

En 1994 junto con su hermano Jaime, y Jaime Abello Banfi, García Márquez creó la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), que tiene como objetivo ayudar a jóvenes periodistas a aprender con maestros como Alma Guillermo Prieto y Jon Lee Anderson, y estimular nuevas formas de hacer periodismo. La sede principal de la entidad está en Cartagena de Indias y él fue el presidente hasta su muerte.

Sus primeras y principales publicaciones

Su primer cuento, La tercera resignación, fue publicado en 1947 en un periódico liberal de Bogotá llamado El Espectador. Un año después, empezó su trabajo de periodismo para el mismo periódico. Sus primeros trabajos eran todos cuentos publicados de 1947 a 1952. Durante estos años publicó un total de quince cuentos.

Gabriel García Márquez quería ser periodista y escribir novelas, pero también quería crear una sociedad más justa. Para La hojarasca, su primera novela, le llevó varios años encontrar un editor. Finalmente se publicó en 1955, y aunque la crítica fue excelente, la mayor parte de la edición se quedó en bodega y el autor no recibió “ni un céntimo por regalías”. García Márquez señala que “de todo lo que había escrito, La hojarasca fue su favorita porque consideraba que era la más sincera y espontánea”

García Márquez tardó dieciocho meses en escribir Cien años de soledad. La primera edición de la novela salió a la venta en Buenos Aires el martes 30 de mayo de 1967. Tres décadas después se había traducido a 37 idiomas y vendido 25 millones de ejemplares en todo el mundo. “Fue un verdadero bombazo que hizo explosión desde el primer día. El libro salió a las librerías sin ningún tipo de campaña publicitaria, la novela agotó su primera edición de 8000 copias a las dos semanas y pronto convirtió el título y su realismo mágico en el espejo del alma de Latino América”. A partir de entonces Cien años de soledad ha influido en casi todos los novelistas importantes en todo el mundo. La novela hace una crónica de la familia Buendía en el pueblo de Macondo, que fue fundado por José Arcadio Buendía. Puede ser considerada una obra de realismo mágico. 

El amor en tiempos de cólera se publicó por primera vez en 1985. Está basada en las historias de dos parejas. La historia de la joven pareja formada por Fermina Daza y Florentino Ariza está inspirada en la historia de amor de los padres de García Márquez. Sin embargo, García Márquez explicó en una entrevista: “La única diferencia es que mis padres se casaron. Y tan pronto como se casaron, ya no eran interesantes como figuras literarias”. El amor de los ancianos se basa en una historia que leyó en un periódico sobre la muerte de dos estadounidenses, de casi ochenta años de edad, que se reunían todos los años en Acapulco. Estaban en un barco y un día fueron asesinados por el barquero con sus remos. García Márquez señala: “A través de su muerte, la historia de su romance en secreto se hizo conocida. Yo estaba fascinado con ella. Estaban cada uno casado con otra persona”.

Trabajos recientes

En 2002, García Márquez publicó el libro de memorias Vivir para contarla, el primero de los tres volúmenes de sus memorias, que el escritor había anunciado diciendo: “Empieza con la vida de mis abuelos maternos y los amores de mi padre y mi madre a principios del siglo, y termina en 1955 cuando publiqué mi primer libro, La hojarasca, hasta viajar a Europa como corresponsal de El Espectador. El segundo volumen seguirá hasta la publicación de Cien años de soledad, más de veinte años después. El tercero tendrá un formato distinto, y sólo serán los recuerdos de mis relaciones personales con seis o siete presidentes de distintos países.

La novela Memorias de mis putas tristes apareció en 2004 y es una historia de amor que sigue el romance de un hombre de noventa años y su pubescente concubina. Este libro causó controversia en Irán, donde fue prohibido después de la impresión y venta de 5000 ejemplares. En México, una ONG moralista amenazó con demandar al escritor acusándole de hacer apología de la prostitución infantil y la pederastia.

Estilo

Si bien hay ciertos aspectos que casi siempre los lectores pueden esperar encontrar en la obra de García Márquez, como el humor, no hay un estilo claro y predeterminado, de plantilla. En una entrevista con Marlise Simons, García Márquez señaló: “En cada libro intento tomar un camino diferente […]. Uno no elige el estilo. Usted puede investigar y tratar de descubrir cuál es el mejor estilo para un tema. Pero el estilo está determinado por el tema, por el ánimo del momento. Si usted intenta utilizar algo que no es conveniente, apenas no resultará. Entonces los críticos construyen teorías alrededor de esto y ven cosas que yo no había visto. Respondo solamente a nuestro estilo de vida, la vida del Caribe”.

García Márquez también es conocido por dejar fuera detalles y eventos aparentemente importantes de tal manera que el lector se vea obligado a cumplir un papel más participativo en la historia desarrollada. Por ejemplo, en El coronel no tiene quien le escriba de los personajes principales no se dan nombres. Esta práctica fue influenciada por las tragedias griegas, como Antígona y Edipo rey, en las que ocurren eventos importantes fuera de la representación que se dejan a la imaginación del público.

Temas importantes: La soledad

El tema de la soledad atraviesa gran parte de las obras de García Márquez. Pelayo observa que El amor en los tiempos de cólera como todos los trabajos de Gabriel García Márquez, explora la soledad de la persona y de la especie humana… retrato a través de la soledad del amor y de estar en amor”

Su amigo Plinio Apuleyo Mendoza le preguntó: “Si la soledad es el tema de todos sus libros ¿dónde debemos buscar las raíces de este exceso? ¿En su infancia tal vez?”. A lo que García Márquez respondió: “Creo que es un problema que todo el mundo tiene. Toda persona tiene su propia forma y los medios de expresar la misma. La sensación impregna la labor de tantos escritores, aunque algunos de ellos pueden expresar lo inconsciente”. Plinio Apuleyo Mendoza, fue mucho más que un amigo de Gabo. Diplomático, periodista y escritor, fueron íntimos amigos desde hace 60 años. Meses atrás, Mendoza mantuvo un diálogo exclusivo con E&N. En la  conversación repasó su relación con el escritor, su mirada de la Colombia actual, su crítica al socialismo y al periodismo.

Macondo

Otro tema importante en la obra de García Márquez es la invención de la aldea que él llama Macondo. Él usa su ciudad natal de Aracatá (Colombia), como una referencia geográfica para crear esta ciudad imaginaria, pero la representación del pueblo no se limita a esta área específica. García Márquez comparte: “Macondo no es tanto un lugar, como un estado de ánimo”

Este pueblo de ficción se ha vuelto notoriamente conocido en el mundo literario y «su geografía y los habitantes son constantemente invocados por profesores, políticos y agentes» […] que hacen “difícil de creer que es una pura invención”. En La hojarasca, García Márquez describe la realidad del “auge del banano” en Macondo, que incluyen un período aparente de “gran riqueza” durante la presencia de empresas de los Estados Unidos como la United Fruit Company, y un período de depresión con la salida de las empresas estadounidenses relacionadas con el banano. Además, Cien años de soledad se desarrolla en Macondo y narra la historia completa de esta ciudad ficticia desde su fundación hasta su desaparición con el último Buendia.

En su autobiografía, García Márquez explica su fascinación por la palabra y el concepto Macondo cuando describe un viaje que hizo con su madre de vuelta a Aracataca: “El tren se detuvo en una estación que no tenía ciudad, y un rato más tarde pasó la única plantación de banano a lo largo de la ruta que tenía su nombre escrito en la puerta: Macondo. Esta palabra ha atraído mi atención desde los primeros viajes que había hecho con mi abuelo, pero sólo he descubierto como un adulto que me gustaba su resonancia poética. Nunca he oído decir, y ni siquiera me pregunto lo que significa… me ocurrió al leer en una enciclopedia que se trata de un árbol tropical parecido a la ceiba”

Según algunos académicos, Macondo —la ciudad fundada por José Arcadio Buendía en Cien años de soledad— solamente existe como resultado del lenguaje. La creación de Macondo es totalmente condicionada a la existencia de la palabra escrita. En la palabra, como instrumento de comunicación, se manifiesta la realidad, y permite al hombre lograr una unión con circunstancias independientes de su entorno inmediato.

Violencia y cultura

En varias de las obras de García Márquez, entre ellas El coronel no tiene quién le escriba, La hora mala y La hojarasca,  hay sutiles referencias sobre “la violencia”, esa guerra civil entre conservadores y liberales que se prolongó hasta los años sesenta, causando la muerte de varios cientos de miles de colombianos. Son referencias a situaciones injustas que viven diversos personajes, como por ejemplo el toque de queda o la censura de prensa. La mala hora, que no es una de las novelas más famosas de García Márquez, destaca por su representación de la violencia con una imagen fragmentada de la desintegración social provocada por la violencia. Se puede decir que en estas obras “la violencia se convierte en cuento, a través de la aparente inutilidad de tantos episodios de sangre y muerte”.

Sin embargo, aunque García Márquez describe la naturaleza corrupta y las injusticias de esa época de violencia en Colombia, se niega a usar su trabajo como una plataforma de propaganda política. “Para él, el deber del escritor revolucionario es escribir bien, y el ideal es una novela que mueve al lector por su contenido político y social, y al mismo tiempo por su poder para penetrar en la realidad y exponer su otra cara”.

En las obras de García Márquez se puede encontrar también “una obsesión por captar la identidad cultural latinoamericana y particularizar los rasgos del mundo caribeño”. Así mismo, trata de de construir las normas sociales establecidas en esta parte del mundo. Como ejemplo, el carácter de Meme en Cien años de soledad puede ser visto como una herramienta para criticar las convenciones y prejuicios de la sociedad. En este caso, ella no conforma a la ley convencional que “las jóvenes deben llegar vírgenes al matrimonio” porque ha tenido una relación ilícita con Mauricio Babilonia. Se puede ver otro ejemplo de esta crítica de las normas sociales a través de la relación amorosa entre Petra Cotes y Aureliano Segundo. Al final de la obra, cuando los protagonistas son viejos, se enamoran más profundamente que antes. Así, García Márquez está criticando la imagen mostrada por la sociedad de que “los viejos no pueden amar”

Influencias literarias

En su juventud, al asociarse al “Grupo de Barranquilla”, García Márquez comenzó a leer la obra de Ernest Hemingway, James Joyce, Virginia Wolf y, el más importante de todos, William Faulkner, de quien recibió una trascendente influencia reconocida explícitamente por él mismo cuando en su discurso de recepción del premio Nobel declaró: “mi maestro William Faulkner”. En la obra de García Márquez titulada Nabo, el negro que hizo esperar a los ángeles, publicada en 1951, ya aparecen elementos similares a los de Faulkner como la ambigüedad deliberada y una pintura temprana de la soledad.

También emprendió un estudio de las obras clásicas, encontrando enorme inspiración en la obra Edipo rey de Sófocles, de quien, en muchas ocasiones, García Márquez ha expresado su admiración por sus tragedias y utiliza una cita de Antígona al principio de su primer novela, La hojarasca, cuya estructura se ha dicho también que tiene la influencia del dilema moral de Antígona.

En una entrevista a Juan Gustavo Cobo Borda, en 1981, García Márquez confesó que el movimiento poético iconoclasta denominado “Piedra y cielo” (1939) fue fundamental para él, afirmando que: “La verdad es que “si no hubiera sido por Piedra y Cielo, no estoy muy seguro de haberme convertido en escritor. Gracias a esta herejía pude dejar atrás una retórica acartonada, tan típicamente colombiana… Creo que la importancia histórica de Piedra y Cielo es muy grande y no suficientemente reconocida… Allí no sólo aprendí un sistema de metaforizar, sino lo que es más decisivo, un entusiasmo y una novelería por la poesía que añoro cada día más y que me produce una inmensa nostalgia.”

Realismo y realismo mágico

Como autor de ficción, García Márquez es siempre asociado con el realismo mágico. De hecho, es considerado, junto al escritor guatemalteco Miguel Ángel Asturias (premio Lenin de la Paz de la Unión Soviética en 1966 y premio Nobel de Literatura 1967), figuras centrales de este género. Sin embargo, se creó una enemistad entre ellos a raíz de que se dijo que Asturias opinó que en Cien años de soledad había similitud con un libro del francés Balzac. Lo cual hizo que desde entonces García Marquez odiara a Asturias. El realismo mágico se usa para describir elementos que tienen, como es el caso en los trabajos de ambos autores, la yuxtaposición de la fantasía y el mito con las actividades diarias y ordinarias.

El realismo es un tema importante en todas las obras de García Márquez. Él dijo que sus primeros trabajos (con la excepción de La hojarasca), como El coronel no tiene quién le escriba, La mala hora y Los funerales de la Mama Grande, reflejan la realidad de la vida en Colombia, y este tema determina la estructura racional de los libros. Dice: “No me arrepiento de haberlas escrito, pero pertenecen a un tipo de literatura premeditada que ofrecen una visión de la realidad demasiado estática y exclusiva”

En sus otras obras ha experimentado más con enfoques menos tradicionales a la realidad, de modo que “lo más terrible, lo más inusual se dice con expresión impasible”. Un ejemplo comúnmente citado es la ascensión espiritual y física al cielo de un personaje mientras está colgando la ropa para secar, en Cien años de soledad. El estilo de estas obras se inscribe en el concepto de lo “real maravilloso” descrito por el escritor cubano Alejo Carpentier y ha sido etiquetado como realismo mágico. El crítico literario Michael Bell propone una interpretación alternativa para el estilo de García Márquez, por cuanto la categoría de realismo mágico ha sido criticada por ser dicotomizadora y exotizadora: “Lo que está realmente en juego es una flexibilidad psicológica que es capaz de habitar nada sentimentalmente el mundo diurno mientras se mantiene abierta a las incitaciones de aquellos dominios que la cultura moderna tiene, por su propia lógica interna, necesariamente marginalizados o reprimidos”. García Márquez y su amigo Plinio Apuleyo Mendoza discuten su trabajo de un modo similar, “El tratamiento de la realidad en tus libros… ha recibido un nombre, el de realismo mágico. Tengo la impresión de que tus lectores europeos suelen advertir la magia de las cosas que tú cuentas, pero no ven la realidad que las inspira. Seguramente porque su racionalismo les impide ver que la realidad no termina en el precio de los tomates o de los huevos.

García Márquez crea un mundo tan semejante al cotidiano pero, al mismo tiempo, totalmente diferente a ello. Técnicamente, es un realista en la presentación de lo verdadero y de lo irreal. De algún modo trata diestramente una realidad en la que los límites entre lo verdadero y lo fantástico se desvanecen naturalmente. García Márquez considera que la imaginación no es sino un instrumento de la elaboración de la realidad y que una novela es la representación cifrada de la realidad y a la pregunta de si todo lo que escribe tiene una base real, ha contestado: “No hay en mis novelas una línea que no esté basada en la realidad”.

Premios, reconocimientos y homenajes

García Márquez recibió el premio Nobel de Literatura en 1982, según la laudatoria de la Academia Sueca “por sus novelas e historias cortas, en las que lo fantástico y lo real son combinados en un tranquilo mundo de imaginación rica, reflejando la vida y los conflictos de un continente”.

Su discurso de aceptación fue titulado La soledad de América Latina.31 Fue el primer colombiano y el cuarto latinoamericano en ganar un premio Nobel de Literatura, después de lo cual declaró: “Yo tengo la impresión de que al darme el premio han tenido en cuenta la literatura del subcontinente y me han otorgado como una forma de adjudicación de la totalidad de esta literatura”.

García Márquez recibió también muchos otros premios, distinciones y homenajes por sus obras como los relacionados a continuación:

  • Premio de la novela ESSO por La mala hora (1961).
  • Doctor honoris causa de la Universidad de Columbia en Nueva York (1971).
  • Premio Rómulo Gallegos por la novela Cien años de soledad (1972).
  • Premio Jorge Dimitrov por la paz (1979).
  • Medalla de la Legión de Honor de Francia en Paris (1981).
  • Condecoración Águila Azteca de México (1982).
  • Premio cuarenta años del Círculo de Periodistas de Bogotá (1985).
  • Miembro honorario del Instituto Caro y Cuervo en Bogotá (1993).
  • Museo: El 25 de marzo de 2010 el gobierno colombiano terminó de reconstruir la casa en que nació García Márquez en Aracataca, porque había sido demolida 40 años atrás, e inauguró en ella un museo dedicado a su memoria con más de catorce ambientes que recrean los espacios en los que transcurrió su niñez.
  • En el Este de Los Ángeles (California), en el municipio de Las Rozas de Madrid y en Zaragoza (España) hay calles que llevan su nombre.
  • En Bogotá el Fondo de Cultura Económica de México construyó un centro cultural que lleva su nombre, inaugurado el 30 de enero de 2008.

Legado y críticas de Gabriel García Márquez

Gabriel García Márquez es una parte importante del boom latinoamericano de la literatura. Sus obras han recibidos numerosos estudios críticos, algunos extensos y significativos, que examinan la temática y su contenido político e histórico. Otros estudios se han enfocado en el contenido mítico, las caracterizaciones de los personajes, el ambiente social, la estructura mítica o las representaciones simbólicas en sus obras más notables.

Mientras que las obras de García Márquez atraen a una serie de críticos, muchos eruditos elogian su estilo y creatividad. Por ejemplo, el poeta chileno Pablo Neruda escribió sobre Cien años de soledad que “es la mayor revelación en lengua española desde Don Quijote de Cervantes”.

Algunas críticas arguyen que a García Márquez le falta la experiencia adecuada en la arena literaria y que solamente escribe de sus experiencias personales e imaginación. De esta manera, ellos dicen que sus obras no deben ser significativas. En respuesta a esto, García Márquez ha mencionado que él está de acuerdo que a veces su inspiración no viene de libros sino de la música. Sin embargo, según el escritor mexicano Carlos Fuentes, García Márquez ha logrado una de las mayores características de la ficción moderna. Eso es la liberación del tiempo, a través de la liberación de un instante a partir del momento que permite a la persona humana de recrear a sí mismo y a su tiempo. A pesar de todo, nadie puede negar que García Márquez ha ayudado a rejuvenecer, reformular y recontextualizar la literatura y la crítica en Colombia y en el resto de América Latina.

Actividad política y militancia e ideología

En 1983, se le preguntó a Gabriel García Márquez: “¿Es usted comunista?” a lo que el escritor respondió: “¡Por supuesto que no! No lo soy ni lo he sido nunca. Ni tampoco he formado parte de ningún partido político”. García Márquez contó a su amigo Plinio Apuleyo Mendoza: “Quiero que el mundo sea socialista y creo que tarde o temprano lo será”. Según Ángel Esteban y Stéphanie Panichelli, “Gabo entiende por socialismo un sistema de progreso, libertad e igualdad relativa” donde saber es, además de un derecho, un izquierdo (hay un juego de palabras que ambos autores utilizan para titular el capítulo de su libro: “Si saber no es un derecho, seguro será un izquierdo”). García Márquez viajó a muchos países socialistas como Polonia, Checoslovaquia, Alemania Oriental, la Unión Soviética Hungría, y después escribió algunos artículos mostrando su “desacuerdo con lo que allí ocurría”. En 1971, en una entrevista para la revista “Libre”, que él patrocinaba, declaró: “Yo sigo creyendo que el socialismo es una posibilidad real, que es la buena solución para América Latina, y que hay que tener una militancia más activa”.

En 1959, García Márquez fue corresponsal en Bogotá de la agencia Prensa Latina creada por el gobierno cubano al comienzo del régimen castrista para informar sobre los acontecimientos en Cuba porque no confiaban en la imparcialidad y veracidad de las agencias internacionales. Allí “tenía que informar objetivamente sobre la realidad colombiana y difundir a la vez noticias sobre Cuba y su trabajo consistía en escribir y enviar noticias a La Habana. Era la primera vez que García Márquez hacia periodismo verdaderamente político”. Más tarde, en 1960, fundó con su amigo Plinio Apuleyo Mendoza una revista política, Acción Liberal, que quebró después de publicarse tres números.

Amistad con Fidel Castro

García Márquez conoció a Fidel Castro en enero de 1959 pero su amistad se formó después, cuando ya estaba trabajando para la agencia Prensa Latina, viviendo en la Habana y se vieron de nuevo varias veces. Después de conocer a Castro, Gabo “estaba convencido de que el líder cubano era diferente a los caudillos, héroes, dictadores o canallas que habían pululado por la historia de Latinoamérica desde el siglo XIX, e intuía que solo a través de él esa revolución, todavía joven, podría cosechar frutos en el resto de los países americanos”.

Según Panichelli y Esteban, “ejercer un poder es uno de los placeres más reconfortantes que el hombre puede sentir”, y ellos piensan que eso es el caso con García Márquez “hasta una edad madura”. Por eso, se ha cuestionado la amistad entre García Márquez y Fidel Castro y si es un resultado de la admiración de García Márquez por el poder. Porque es un hecho que le gustaba retratarse con los diferentes personajes poderosos del mundo, como el rey de España y el presidente de Estados Unidos Bill Clinton.

Jorge Ricardo Massetti, exguerrillero y periodista argentino, dijo que a Gabriel García Márquez “es un hombre a quien le gusta estar en la cocina del poder”. En opinión de César Leante, García Márquez tiene algo de obsesión con los caudillos latinoamericanos. También dice que “El apoyo incondicional de García Márquez a Fidel Castro cae en buena parte dentro del campo psicoanalítico […] cual es la admiración que el criador de El Patriarca ha sentido, siempre y desmesuradamente, por los caudillos latinoamericanos brotados de las montoneras. Verbigracia, el coronel Aureliano Buendía, pero sobre todo el innominado dictador caribeño que como Fidel Castro envejece en el poder”. Dice Leante que García Márquez “es considerado en Cuba como una especie de ministro de Cultura, jefe de cinematografía y embajador plenipotenciario, no del Ministerio de Relaciones Exteriores, sino directamente de Castro, que lo emplea para misiones delicadas y confidenciales que no encarga a su diplomacia”. Juan Luis Cebrián ha llamado a García Márquez “un mensajero político”, debido a sus artículos.

Según el británico Gerald Martin, quien publicó en 2008 la primera biografía autorizada del novelista, García Márquez siente una “enorme fascinación por el poder”. Señala que “Él ha querido ser siempre testigo del poder y es justo decir que esa fascinación no es gratuita, sino que persigue determinados objetivos”, y menciona que muchos consideran como excesiva su proximidad al líder cubano Fidel Castro. Además, identificaba en los comunistas cubanos su rebeldía contra los Estados Unidos. Martin recuerda que también se ha relacionado con el socialista español Felipe González (expresidente del gobierno del reino de España) o con Bill Clinton, expresidente de Estados Unidos de América, pero “todo el mundo se fija sólo en su relación con Castro”.

Por otra parte, el diplomático, periodista, biógrafo y compadre García Marquez, Plino Apuleyo Mendoza señala que “Él es amigo de Castro, pero no creo que sea partidario del sistema, porque nosotros visitamos el mundo comunista y quedamos muy desencantados”.

Mediaciones y apoyos políticos

García Márquez participó como mediador en las conversaciones de paz entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el gobierno colombiano que tuvieron lugar en Cuba y entre el gobierno de Belisario Betancourt y el grupo Movimiento 19 de abril (M-19); igualmente participó en el proceso de paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que, sin embargo, fracasó.

En el 2006 García Márquez se unió a la lista de prominentes figuras de América Latina como Pablo Armando Fernández, Ernesto Sábato, Mario Banedetti, Eduardo Galeano, Thiago de Mello, Frei Betto, Carlos Monsivais, Pablo Milanés, Ana Lydia Vega, Mayra Montero y Luis Rafael Sánchez que apoyan la independencia de Puerto Rico, a través de su adhesión a la “Proclama de Panamá” aprobada por unanimidad en el Congreso Latinoamericano y Caribeño por la Independencia de Puerto Rico, celebrado en Panamá en noviembre de 2006.

La política en sus obras

La política desempeña un papel importante en las obras de García Márquez, en las que utiliza representaciones de varios tipos de sociedades con diferentes formas políticas para presentar sus opiniones y creencias con ejemplos concretos, aunque sean ejemplos ficticios. Esa diversidad de maneras con que García Márquez representa al poder político es una muestra de la importancia de la política en sus obras. Una conclusión que puede ser derivada de sus obras es que «la política puede extenderse más allá o más acá de las instituciones propias del poder político».8

Por ejemplo, en su obra Cien años de soledad tenemos la representación de un lugar “donde no existe todavía un poder político consolidado y no hay, por lo tanto, ley en el sentido de precepto votado por el Congreso y sancionado por el presidente, que regule las relaciones entre los hombres, entre estos y el poder público y la constitución y funcionamiento de este poder”. En contraste, la representación del sistema político en El otoño del patriarca es la de una dictadura, en la que el líder es grotesco, corrupto y sanguinario y con un poder tan grande que alguna vez preguntó qué hora es y le habían contestado la que usted ordene, mi general”

La primera novela de García Márquez La mala hora, puede ser una referencia a la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla y representa la tensión política y la opresión en un pueblo rural, cuyo habitantes aspiran a la libertad y la justicia pero sin éxito en conseguir ninguna de las dos.

Obra

Artículo principal:

  • 1955 – La hojarasca.
  • 1961 – El coronel no tiene quién le escriba
  • 1962 – La mala hora. 
  • 1962 – Los funerales de la Mamá Grande.
  • 1967 – Cien años de soledad. 
  • 1968 – Isabel viendo llover en Macondo
  • 1968 – La novela en América Latina: Diálogo (junto a Mario Vargas Llosa)
  • 1970 – Relato de un náufrago.
  • 1972 – La increíble y triste historia de la Cándida Eréndira y de su abuela desalmada. 
  • 1972 – Ojos de perro azul. 
  • 1972 – Nabo, el negro que hizo esperar a los ángeles. 
  • 1973 – Cuando era feliz e indocumentado.
  • 1974 – Chile, el golpe y los gringos.
  • 1975 – El otoño del patriarca.
  • 1975 – Todos los cuentos de Gabriel García Márquez: 1947-1972
  • 1976 – Crónicas y reportajes
  • 1977 – Operación Carlota
  • 1978 – Periodismo militante.
  • 1978 – De viaje por los países socialistas
  • 1978 – La tigra. 
  • 1981 – Crónica de una muerte anunciada. 
  • 1981 – Obra periodística
  • 1981 – El verano feliz de la señora Forbes.
  • 1981 – El rastro de tu sangre en la nieve.
  • 1982 – El secuestro: Guión cinematográfico
  • 1982 – Viva Sandino.
  • 1985 – El amor en los tiempos del cólera. 
  • 1986 – La aventura de Miguel Littín, clandestino en Chile.
  • 1987 – Diatriba de amor contra un hombre sentado: monólogo en un acto.
  • 1989 – El general en su laberinto.
  • 1990 – Notas de prensa, 1961-1984
  • 1992 – Doce cuentos peregrinos.
  • 1994 – Del amor y otros demonios.
  • 1995 – Cómo se cuenta un cuento.
  • 1995 – Me alquilo para soñar.
  • 1996 – Noticia de un secuestro.
  • 1996 – Por un país al alcance de los niños.
  • 1998 – La bendita manía de contar
  • 1999 – Por la libre: obra periodística (1974-1995)
  • 2002 – Vivir para contarla.
  • 2004 – Memoria de mis putas tristes.
  • 2010 – Yo no vengo a decir un discurso.

Su obra en la pantalla 

García Márquez desarrolló un interés particular por el cine y la televisión, participando como guionista, mecenas y permitiendo la adaptación de su obra. Ya en su etapa juvenil en Barranquilla, conjuntamente con el pintor Enrique Grau, el escritor Álvaro Cepeda Samudio y el fotógrafo Nereo López, participa en la realización del cortometraje surrealista La Langosta azul (1954).

Posteriormente, en los años cincuenta, estudia la carrera de cine en el Centro Sperimentale Di Cinematografía de Roma, teniendo como condiscípulos al argentino Fernando Birri y al cubano Julio García Espinoza, que más tarde serían considerados fundadores de la llamada Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano. Estas tres personalidades han declarado en reiteradas oportunidades el impacto que supuso para ellos ver la película Milagro de Milán de Vittorio de Sica, así como también asistir al nacimiento del neorrealismo italiano, tendencia que los hizo vislumbrar la posibilidad de realizar cine en América Latina siguiendo las mismas técnicas. Es preciso anotar que esta estancia en Roma sirvió para que el escritor aprendiera varios de los entresijos que comporta el quehacer cinematográfico, en tanto y cuanto compartió largas horas de trabajo en moviola al lado del guionista Cesare Zavattini. Este particular afinó en García Márquez una precisión cinematográfica a la hora de narrar con imágenes, que más tarde usaría como parte de su trabajo en México. García Márquez presidió desde 1986 la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, que tiene su sede en La Habana. 

Se tiene conocimiento de que muchas obras cinematográficas mexicanas de los años 1960 fueron escritas por García Márquez, quien al igual que muchos intelectuales de la época firmó los guiones con seudónimo. Memorables son, en todo caso, El gallo de oro (1964), de Roberto Gavaldón, y Tiempo de morir (1966), de Arturo Ripstein. La primera, basada en el cuento homónimo de Juan Rulfo, co-escrita con el propio autor y el también escritor mexicano Carlos Fuentes, fue protagonizada por Ignacio López Tarso, Narciso Busquets y Lucha Villa, y fotografiada por el insigne Gabriel Figueroa. La segunda, fue un western filmado inicialmente por Ripstein, que tuvo su secuela casi veinte años más tarde bajo la tutela de Jorge Alí Triana. 

Además de las tres películas citadas, entre 1965 y 1985, García Márquez participó directamente como guionista en los siguientes filmes: En este pueblo no hay ladrones (1965), de Alberto Isaac; Juego peligroso (segmento “HO”) (1966), de Luis Alcoriza y Arturo Ripstein, Patsy, mi amor (1968), de Manuel Michel; Presagio (1974), de Luis Alcoriza; La viuda de Montiel (1979), de Miguel Littin, María de mi corazón (1979), de Jaime Humberto Hermosillo; El año de la peste (1979), de Felipe Cazals (adaptación del libro de Daniel Defoe El diario de la peste), y Eréndira (1983), de Ruy Guerra.

En 1975 R. T. I. Televisión de Colombia produjo la serie televisiva La mala hora dirigida por Bernardo Romero Pereiro, basada en la novela homónima de García Márquez y transmitida en 1977. La cual tampoco tuvo éxito.

En 1986, conjuntamente con sus dos condiscípulos del Centro Sperimentale di Cinematografía, y apoyados por el Comité de Cineastas de América Latina, funda la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños en Cuba, institución a la cual le dedicará tiempo y dinero de su propio bolsillo para apoyar y financiar la carrera de cine de jóvenes provenientes de América Latina, el Caribe, Asia y África. A partir del año siguiente, en dicho centro se dedicó a impartir el taller “Cómo se cuenta un cuento”, fruto del cual salen innumerables proyectos audiovisuales, amén de varios libros sobre dramaturgia. 

En 1987, Francesco Rosi dirige la adaptación de la novela Crónica de una muerte anunciada, protagonizada por Rupert Everett, Ornellla Muti, Gian María Volonté, Irene Papas, Lucía Bosé y Anthony Delon. La cual, a pesar de su elenco estelar, tampoco fue un éxito.

En 1988 se producen y exhiben: Un señor muy viejo con unas alas enormes, de Fernando Birri, con Daisy Granados, Asdrúbal Meléndez y Luis Ramírez; Milagro en Roma, de Lisandro Duque Naranjo, con Frank Ramírez y Amalia Duque García; Fábula de la bella palomera, de Ruy Guerra, con Claudia Ohana y Ney Latorraca, y Cartas del parque, de Tomás Gutiérrez Alea, con Ivón López, Víctor Laplace, Miguel Paneque y Mirta Ibarra.

En 1990, García Márquez, viajó a Japón, haciendo escala en Nueva York para conocer al director contemporáneo cuyos guiones más admira: Woody Allen. La razón de su viaje al país oriental es la de encontrarse con Akira Kurosawa, en ese momento rodando Los sueños de Akira Kurosawa, interesado en llevar a la gran pantalla la historia de El otoño del patriarca, ambientado en el Japón medieval. La idea de Kurosawa es totalizadora, incrustar toda la novela en el celuloide sin importar el metraje; infortunadamente, para esta idea no existe posibilidad de financiación, y el proyecto quedó en eso.

En 1991 la televisión colombiana produjo María. basada en la novela de Jorge Isaacs, adaptada por García Márquez junto con Lisandro Duque Naranjo y Manuel Arias.

En 1996 se presenta Edipo Alcalde, adaptación de Edipo rey de Sófocles hecha por García Márquez y Estela Malagón, dirigida por Jorge Alí Triana y protagonizada por Jorge Perugorría, Ángela Molina y Paco Rabal. 

En 1999 Arturo Ripstein filmó El coronel no tiene quién le escriba, protagonizada por Fernando Luján, Marisa Paredes, Salma Hayek y Rafael Inclán. La cual tampoco tuvo éxito. En 2001 aparece Los niños invisibles, de Lisandro Duque Naranjo.

En 2006 se rodó  El amor en los tiempos de cólera, con guión del sudafricano Ronald Harwood y bajo la batuta del director británico Mike Newell, filmada en Cartagena de Indias, los personajes son encarnados por Javier Bardem, Giovanna Mezzogiorno, John Leguizamo, Catalina Sandino y Benjamín Bratt.

En marzo de 2010, y en el marco del Festival Internacional de Cine de Cartagena, se estrenó la versión fílmica de Del amor y otros demonios, coproducción entre Colombia y Costa Rica, dirigida por la costarricense Hilda Hidalgo. La que tampoco tuvo éxito.

Memoria de mis putas tristes, coproducción entre Dinamarca y México, dirigida por el danés Henning Carlsen y con la adaptación cinematográfica a cargo del francés Jean-Claude Carrière iba a ser filmada en el 2009 en el estado de Puebla, pero se suspendió por problemas de financiación al parecer por una polémica motivada por el tema56 por la amenaza de demanda de una ONG calificando la novela y el guión como apología de la prostitución infantil y pederastia. Finalmente la película fue filmada en secreto en el 2011 en la ciudad de San Francisco de Campeche (México), protagonizada por Rmilio Echeverría y se estrenó en el 2012.

Su obra en el escenario

García Márquez ha incursionado poco directamente en el teatro pues solo se conoce el monólogo Diatriba de amor contra un hombre sentado, montada por primera vez en 1988 en Buenos Aires y re estrenada el 23 de marzo de 1994 en el Teatro Nacional de Bogotá.

Su obra en el teatro en su mayoría ha sido adaptaciones de sus novelas. En 1991 Juan Carlos Moyano adaptó y dirigió un espectáculo de teatro de calle y plaza pública llamado “Memoria y olvido de Úrsula Iguarán”, basado en la novela Cien años de soledad, que presentó en el Festival Internacional de Manizales (Colombia) de 1991 y en el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá de 1992. En el 2000, Jorge Alí Triana estrenó la versión teatral de Crónica de una muerte anunciada, adaptación de la novela homónima de García Márquez, con gran éxito nacional e internacional.

Igualmente, la obra de García Márquez ha sido adaptada al género de la ópera sin mayor éxito:

  • Florencia en el Amazonas (1991), ópera con un libreto de Marcela Fuentes-Berain puesto en metro músico por Daniel Catán basada en motivos de la novela El amor en los tiempos del cólera.
  • Eréndira (1992), ópera con música de Violeta Dinescu basada en el cuento La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada.  
  • Love and other demons (2008), ópera con un libreto de Kornél Hamvai puesto en metro músico por Peter Eötvös, basada en la novela Del amor y otros demonios.  

Con base en datos tomados de la Enciclopedia libre Wikipedia de Internet.

El periodista y escritor Gabriel García Márquez ha muerto, pero nos ha dejado su prolífica obra literaria como uno de los más grandes escritores del mundo. Ya no podrá bailar los alegres ballenatos con su amada Mercedes, ni cantar los tangos que tanto le gustaban. Pero su obra literaria es imperecedera. 

El lunes próximo por la tarde, el gobierno de México le rendirá un homenaje final en el Palacio de Bellas Artes, donde numerosas personalidades harán guardia a sus cenizas, Entre ellos los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos, y de México, Enrique Peña Nieto serán los encargados de hacer la última guardia. Por su voluntad expresa, no hubo velorio ni entierro, sino sus restos fueron incinerados de inmediato y la mitad de sus cenizas permanecerán en México y la mitad en su pueblo natal en Colombia.

Por este medio, presento mi respetuosa condolencia a su esposa Mercedes Bercha Pardo viuda de García (La Gaba) y a sus hijos Rodrigo y Gonzalo García Bercha. Que descanse en paz el genial escritor colombiano Gabriel García Marquez, que pasa a la historia de la literatura como uno de los más prolíficos y brillantes escritores del mundo.

En esta foto, tomada en la puerta de su casa en la calle Fuego número 144 del Pedregal de San Ángel parece que estuviese despidiéndose de sus lectores. Pues adiós Gabo, que tengas un buen viaje hacia el realismo mágico del más allá.

Con su picaresco sentido del humor, que él calificaba de “jodedor” habría preferido despedirse del mundo en esta forma.

Twitter @jorgepalmieri

 

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