VENGANZA DE CASTRESANA Y “ACHICHINCLES” (3)

La razón por la cual he calificado de “nefasto” al controvertido jurista español Carlos Castresana Fernández, ex jefe de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), es porque desde el principio de su gestión se dedicó a calumniar, difamar y criminalizar a numerosas personas del país a quienes ni siquiera conocía, basado en simples sospechas y chismes, sin antes haber hecho una investigación, y sin aportar pruebas de sus sindicaciones; y, para tratar de justificar su enfermizo delirio de poder, llegó al extremo de afirmar que Guatemala está perdida, colapsada, que ya no tiene remedio. Y, para vergüenza nacional, quienes creían que lo que decía era la voz de Dios se rindieron de rodillas a sus pies, tales como los medios de comunicación y muchos columnistas serviles, así como ciertas personas en busca de notoriedad, elementos de la mal llamada “sociedad civil” (que realmente no significa ni representan nada), y unas cuantas ONGs que algunos “largos” se han sacado de las mangas para su propio beneficio económico, lucrando con las dádivas de los gobiernos europeos de izquierda, principalmente de los países bajos y escandinavos, así como le dieron su apoyo y credibilidad todos los embajadores acreditados en nuestro país, especialmente el de Estados Unidos de América, Stephen McFarland. Y en su insaciable megalomanía, Castresana llegó al colmo de su atrevimiento de exigir públicamente, por medio de una declaración a los medios de comunicación, una “inmediata” reforma a la Constitución Política de la República, y lo aplaudieron las personas que le servían de incondicionales “achichincles” y creían con fé ciega todo lo que él decía, aunque jamás aportó pruebas de muchas de sus acusaciones.

Les sugiero leer las sensacionales declaraciones que dio la fiscala costarricense Gisele Rivera, a los diarios La Nación de Costa Rica y Siglo Veintiuno de Guatemala, en las cuales señala mucho de lo que he dicho. Ella conoció muy bien a Castresana porque trabajó en la CICIG durante más de un año como fiscal de investigación. Si no lo han leído todavía, no se preocupen, porque yo las voy a reproducir en los próximos días porque creo que tiene razón y es necesario que todos conozcan sus experiencias en Guatemala y sus apreciaciones del comportamiento de ese señor.

En su permanente empeño por justificar mediáticamente su presencia y sus actividades, Castresana le causó mucho daño al país porque constantemente descalificó y desprestigió a los tres organismos del Estado, lo que produjo una baja en la autoestima nacional: acusó al Ejecutivo de no haberle dado toda la colaboración que requería; al Legislativo de no haber  aprobado todas las leyes que solicitó. Y le cogió ojeriza contra el doctor Erick Alfonso Álvarez, presidente del Poder Judicial y Corte Suprema de Justicia, porque cuando fue presidente de la Comisión de Postulación para nombrar al Fiscal General y Jefe del Ministerio Público, su candidato era el abogado de la CICIG, licenciado Alfonso Carrillo, y éste no estuvo entre los 6 escogidos en la nómina presentada al Ejecutivo para que hiciera el nombramiento. Y para saciar su venganza, sin tener ninguna prueba de sus infundados señalamientos, acusó de ser “hijo de la corrupción” y tener relación con bufetes de abogados cuestionados, al doctor Conrado Reyes, a quien el Presidente Constitucional de la República, ingeniero Álvaro Colom Caballeros, ya había nombrado y le había dado posesión para ocupar ese cargo porque había obtenido el más alto punteo entre los 29 aspirantes, pero Castresana tuvo la impertinencia de “exigir” al mandatario que lo destituyera inmediatamente y pidió a la Corte de Constitucionalidad que anulara todo lo actuado por la Comisión de Postulación. ¡Y ambos lo acataron en vez de mandarlo a la mierda!

Pero, como consecuencia de que trascendió que estaba enredado con la joven abogada jamaiquina Tomalja Audrey Harris, quien había sido su alumna en la universidad jesuita de Los Ángeles, California, y la contrató con un jugoso sueldo de US$ 7,000 mensuales para traerla a Guatemala a trabajar en la CICIG como fiscal, lo cual llegó a conocimiento del Secretario General de la ONU, Ben Ki-moon, quien de inmediato le exigió presentar su renuncia porque eso está terminantemente prohibido en la ONU.

No obstante lo cual, el gobierno de Álvaro Colom le otorgó la máxima condecoración de Guatemala, la Orden del Quetzal, que le fue impuesta en el Salón del Protocolo del Palacio Nacional de la Cultura y luego lo condecoró también la embajadora de Francia, Michele Ramis-Plum, con la Orden de la Legión de Honor en grado de Oficial y también lo condecoraron el embajador de Italia y la embajadora de Canadá. ¡Poco faltó para que pidiesen al Vaticano que lo beatificara, santificara y lo elevara a los altares! ¡Qué poca madre!

Pero, es tan vanidoso que fue demasiado grande su disgusto porque alguna persona se atreviese a criticar su actuación, que inventó que había contra él una conspiración y se había planificado una campaña de desprestigio, por lo cual hizo catear las oficinas de los Laboratorios Lanquetin y revisar meticulosamente toda la papelería, y sus sabuesos encontraron sobre el escritorio del gerente, Juan Miguel Fuxet Ciani, una agenda en la que se menciona al doctor Conrado Pérez, fugaz Fiscal General y Jefe del Ministerio Público, y a Rodolfo Ibarra, encargado de Relaciones Públicas de la empresa farmacéutica de los hermanos Valdés Paiz, primos de la ex esposa del licenciado Rodrigo Rosenberg Marzano (qepd), a quienes Castresana acusó de haber sido autores intelectuales del “autoasesinato” o suicidio del susodicho abogado, y por su poderosa influencia hizo dictar órdenes de captura contra ellos y logró que una jueza abriese proceso contra Ibarra y Fuxet, acusándoles de participar en la supuesta “campaña de desprestigio” contra é y de ser cómplices en la fuga de los hermanos Valdés Paiz, y la jueza no atendió las justificaciones laborales de éstos y les abrió un proceso y primero los mandó a la prisión preventiva al cuartel militar denominado Guardia de Honor y después a la zona militar Mariscal Zavala, donde se encuentran actualmente en compañía del ex Presidente de la República Alfonso Portillo Cabrera, apodado “Pollo Ronco“, actualmente en “capilla ardiente” antes de ser extraditado primero a Nueva York y probablemente después también a Francia.

Y antes de marcharse de Guatemala dejó orquestada su venganza contra las personas que, como yo, criticamos su proceder. En mi caso particular, ordenó investigarme e hizo grabar mis conversaciones telefónicas; además, cometió la estupidez de creer que la Cofradía de los Viernes, es una especie de mafia clandestina del crimen organizado, de las “maras” o del narcotráfico, y tomó de mi blog dos fotografías captadas en el transcurso de un almuerzo que un grupo de amigos compartimos, el viernes 23 del mes pasado, en los amplios jardines del restaurante Los Cebollines de la zona 10, para celebrar el 86 cumpleaños de nuestro querido amigo Ernesto “Neto” Villa, nacido en Cuba pero nacionalizado guatemalteco, ampliamente conocido en el mundo empresarial y del fútbol. Y en una de las fotos está, entre otros, nuestro estimado amigo el doctor Erick Alfonso Álvarez, presidente del Organismo Judicial y Corte Suprema de Justicia, y en otra estamos Ernesto “Neto” Villa, Aura Ruiz Castañeda (“La Muñecona”) y el autor de estas líneas, el veterano periodista Jorge Palmieri, con nuestro amigo el abogado Roberto López Villatoro, apodado “El Rey del Tenis” desde que lo bautizó así, hace algunos años, la periodista Sylvia Gereda de Torrebiarte, co-directora de elPeriódico, en ocasión de que López le ganó al esposo de esta periodista, el propietario de la zapatería Cobán, una licitación para la compra de zapatos tenis. A este abogado colegiado y exitoso hombre de negocios, lo han difamado indudablemente por envidias, con una variedad de acusaciones infundadas, y no me canso de decir que si  la CICIG tiene conocimiento de que cometió algún delito, debe denunciarlo en el Ministerio Público. Pero mientras no sea acusado formalmente, llevado a los tribunales, oído en juicio y condenado, sería mejor que se dejaran de andar repitiendo chismes y calumnias contra quien a muchas personas que le conocemos nos parece un hombre simpático, sumamente inteligente, preparado, perspicaz, muy bien informado, generoso y buen amigo.

Pues bien, para vengarse del doctor Álvarez, la CICIG pidió a la Corte de Constitucionalidad separarle de su cargo como magistrado y Presidente de la Corte Suprema de Justicia, adhiriéndose a la solicitud del recurso de amparo que presentó el abogado Luis Carrillo para que Álvarez fuese destituido “por no llenar el perfil de idoneidad” Posteriormente, Prensa Libre publicó que “la CICIG envió sus alegatos para que el doctor Álvarez sea removido del cargo “como la posible vinculación de éste con Roberto López, conocido como el Rey del Tenis, señalado de influir en los procesos de elección de los magistrados de la CSJ y del fiscal general”. Y el periódico mencionado reprodujo las dos fotografías tomadas en el almuerzo que he mencionado, y publicó lo siguiente: “La CICIG adjuntó como pruebas el enlace para el blog del periodista Jorge Palmieri, donde se publicaron fotos de Álvarez y López compartiendo en un festejo, el 23 de de Julio ultimo. Palmieri denominó a sus invitados como ‘la cofradía de los viernes’”. (Fin de la publicación de Prensa Libre) Y pensar que yo fui uno de los primeros colaboradores de ese periódico, desde el primer día que salió y yo comencé mi carrera periodística como comentarista de espectáculos públicos y después escribía todos los días dos columnas alternas durante más de 10 años, tituladas Buenos Días y Escena por Apuntador… ¡sin que me pagaran ni un solo centavo, porque el director Pedro Julio García (qepd) y el subdirector Isidoro “Chilolo” Zarco (qepd), a quien tenía que corregir sus artículos todos los días, y ambos decían que eran “mis amigos”, pero explotaban miserablemente mi empeño en aprender a escribir! ¡Y pensar que en un tiempo pasado –del que prefiero no acordarme— creí que el director actual de ese periódico, Gonzalo Marroquín Godoy, era mi amigo! Sin embargo, hace mucho tiempo que me percaté de mi error. ¡Tienen mucha razón quienes dicen que “con amigos así no se necesita tener enemigos”!

Pero como no tengo nada que ocultar, voy a reproducir a continuación continuación esas mismas dos fotos con sus correspondientes pies de grabado. Fueron éstas:

Ernesto (“Neto“) Villa Alfonso y el autor de este blog, periodista Jorge Palmieri, departiendo con el ingeniero Carlos Meany Valerio, Maynor Palacios Guerra, doctor Erick Alfonso Álvarez Mancilla, presidente del Organismo Judicial y Corte Suprema de Justicia, Carlos (“Charlie“) Meléndez Amado y, al otro lado, licenciado Eduardo (“Guayo“) Palomo Escobar, Aura Ruiz Castañeda (“La Muñecona“) y Christopher Dent.

Todos ellos mis amigos muy estimados, como lo son el resto de los invitados a ese almuerzo y a todos los almuerzos de La Cofradía de los Viernes.

Licenciado Roberto López Villatoro (a quien sus detractores apodan “El Rey del Tenis“, probablemente porque envidian sus éxitos financieros y el hecho de haber estado casado con la diputada más bella, inteligente y preparada, licenciada Zury Ríos-Mont Sosa, ahora de Weller), Aura Ruiz Castañeda, “La Muñecona“, el autor de estas líneas y el cumpleañero, Ernesto “Neto” Villa Alfonso.

Estos son también mis amigos muy estimados, en cuyas vidas privadas no me meto. Pero si a Castresana le disgusta, que con su pan se lo coma.

¡Ya solo falta que antes de asistir a un almuerzo los guatemaltecos tengamos que exigir a los demás invitados un certificado de buena conducta! En la misma crónica del almuerzo que publiqué entonces había también más de una docena de fotografías, incluyendo dos de los dos sabrosos lechoncitos al horno al estilo cubano que nos comimos, lo cual demuestra que no hubo nada que ocultar, pero hay algunos badulaques tan pendejos que creen que la Cofradía de los Viernes es una especie de grupo secreto, clandestino delincuencial al que asisten maleantes. Al extremo que cierto columnista pendejo de Prensa Libre –cuyo nombre no me interesa mencionar–, en su segunda diatriba calumniosa y difamantoria contra el doctor Álvarez, dijo al final: “¡El colmo es que se ha descubierto que forma parte de la Cofradía de los Viernes!” ¡Qué estupidez! Ese “columnista” tarado ha de creer que a esas gratas reuniones intelectuales, baquísticas y gastronómicas, asisten “el Chapo” Guzmán, “Juancho” León, “el Gordo” Paredes, el “Choto” Zepeda, el “Cachetes” Pérez Rojas, “Lupe” Gómez Sandoval, Marleny Judith Sosa, el “Pollo Ronco” Portillo, elementos de la mara 18, asaltantes, secuestradores, roba-carros y otros por el estilo. Pero la verdad es que a esos almuerzos asisten única y exclusivamente ciertas personas cuidadosamente escogidas, con el denominador común de ser todos amigos, inteligentes, preparados y agradables, y en el transcurso de los últimos años han asistido varios ex presidentes de la República, ministros y otros altos funcionarios públicos, importantes hombres de negocios, escritores y artistas, pocos periodistas, como lo hizo en un tiempo Gonzalo Marroquín Godoy, así como varios empresarios exitosos, diplomaticos de algunos países, como, por ejemplo, los últimos tres embajadores de Estados Unidos de América, John Hamilton, James Derham y Stephen McFarland.

Historia de La Cofradía de los Viernes

Yo fundé en Guatemala, hace más de 20 años, la llamada Cofradía de los Viernes a semejanza del grupo que reunía en su casa todos los viernes mi inolvidable amigo José (“Pepe”) Pagés Llergo (qepd), director de la Revista Siempre! que invitaba a un escogido grupo de sus amigos, entre los cuales se encontraban personajes de la vida politica, como los presidentes Gustavo Díaz Ordaz (qepd), Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo (qepd), el ex Gobernador del Estado de México y posteriormente Regente del Distrito Federal, profesor Carlos Hank González (qepd); artistas famosos como mi entrañable amigo Mario Moreno “Cantinflas” (qepd); el hotelero y restaurantero César Balsa (qepd), quien fue el creador de la llamada “Zona Rosa” y fundador de los primeros hoteles Presidente y de los desaparecidos restaurantes Focolare, Jacaranda y Can-Can; también algunos de los periodistas más destacados en esos años, además de “Pepe” Pagés Llergo (qepd) y Jacobo Zabludovsky; escritores laureados como Juan Rulfo (qepd), autor de Pedro Páramo; el escritor y diplomático Octavio Paz (qepd), premio Nobel de Literatura 1990; Luis Spota (qepd), prolífico novelista, periodista, dramaturgo, comentarista de radio y television, además de director, argumentista y guionista de cine; el colombiano Gabriel (“Gabo”) García Márquez, premio Nobel de Literatura 1982; toreros famosos como el querido e inolvidable amigo Silverio Pérez, “El Faraón de Texcoco” (qepd), Luis Castro, “El Soldado” (qepd), Manolo Martínez (qepd) y Eloy Cavazos; compositores populares como Agustín Lara, “El flaco de oro” (qepd), Roberto Cantoral (qepd), quien murió ayer, mientras le recordaba cuando escribía este artículo, autor de numerosas canciones populares como “Reloj”, “La Barca” y “El Triste”, entre muchas otras; e intérpretes como Pedro Vargas (qepd), Lola Beltrán (qepd), Lucho Gatica y Marco Antonio Muñiz; importantes industriales como Roberto González, dueño de la fábrica de harina de maiz Maseca y el fabricante de textiles José (“Pepe”) Guindi; el escritor y publicista Eduardo (“Lalo”) Ferrer (qepd), etcetera. El propósito principal de “Pepe” para hacer estas gratas reuniones de los viernes era hablar sobre los temas nacionales e internacionales del momento y echarnos unos cuantos tequilas o similares y comer deliciosos platos de la cocina mexicana preparados con maestría por la inolvidable guapa jaliciense Beatriz Rebollar de Pagés, quien, además, tenía ojos tapatíos muy bellos.

Y poco tiempo después de que regresé a Guatemala, cuando dejé de ser embajador en México, y sufrí el dolor de enviudar al morir mi amada esposa, Anabella (qepd), todos los viernes he venido haciendo lo mismo que mi querido amigo “Pepe” Pagés Llergo (qepd), porque reúno en mi casa a un grupo selecto de amigos inteligentes, simpáticos y bien informados para platicar a gusto de los más diversos temas, mientras bebemos unos cuantos tequilas y otros tragos y comemos platos muy sabrosos que algunas veces son preparados o supervisados por mí, aunque no tengo la indisputable maestría que tuvo la inolvidable Beatriz Rebollar de Pagés (qepd). ¡Púchica! ¡Cómo se han muerto tantos de mis amigos! (Continuará)