Badulaque irrespetuoso e insolente

Lamento mucho tener que expresar públicamente mi total y categórico desacuerdo con el estimado colega y amigo periodista Juan Luis Font, co-director de elPeriódico, porque en su programa de radio A primera Hora de ayer, por Emisoras Unidas, recomendó a los radioyentes la lectura de un artículo, que calificó de ?gracioso?, títulado Zury publicado en la columna titulada EL BOBO DE LA CAJA de la página Penúltima de dicho medio, a pesar de que es a todas luces irrespetuosa, insolente, estúpida y cobarde, escrita por ese controversial sujeto apátrida que se llama Andrés Zepeda. Lo reproduzco a continuación para que los lectores de este blog puedan comprobar hasta qué extremos pueden llegar la estupidez, la grosería y la irresponsabilidad de ciertos patanes que por sus excesos de vanidad, y en la búsqueda de notoriedad, escriben majaderías como esta para llamar la atención pública, con lo cual no sólo desprestigian al periodismo en general, sino ponen en entredicho y en peligro la libertad de expresión en Guatemala. Pero ¿qué otra cosa se podría esperar de él después de que publicó en un infame artículo que Guatemala es “un paisito de mierda?”

Zury
No sudes más por mí, Zury.
Por: Andrés Zepeda / El bobo de la caja lacajaboba@gmail.com
El miércoles de la semana pasada me tocó ir al Congreso, exhortado por un grupo de amigos. La cita era a las once, y el motivo, pronunciarnos ?sólo linduras? acerca de la iniciativa que plantea ProReforma.
Por motivos que no pienso explicar aquí, decidí llegar muy a lo Rosenberg, montando en bicicleta y, consecuentemente, vistiendo indumentaria deportiva: zapatos tenis, pantaloneta, camisa de punto, gorra y mochila.
Ingresamos. Saludos, bienvenida, cruce de palabras y en eso, una turbadora aparición, entre lo terrorífico y lo sublime: complexión menuda, morena belleza, facciones de musa, ojos esquivos, soberbios, negrísimamente insondables, remitentes a un pasado de zopilotes y pólvora. Era Zury Ríos.
Qué pena, tal vez mis tenis le hicieron recordar a su ex marido, o acaso mis piernas al desnudo provocaron en ella sudores de una ígnea pasión a la que, en honor al recato, no quiso ceder. (Pero yo sí. Hechizado, calentándome la mente creí verla de reojo mirándome de reojo ella a mí, pasándose la lengua mojada por esos labios suyos color púrpura).
Lo cierto es que no pude acompañar a mis amigos en su exposición. Me echaron. ¿Por qué? Porque Zury así lo exigió. ¿Pero por qué? Cuestiones de etiqueta. Así no se llega a un lugar respetable.
Vaya vos, ?lugar respetable?. ¿Algún reglamento interno que justifique tan severa disposición? No hace falta: Zury lo ordena y con eso basta.
O sea que Rosalina Tuyuc puede sacarse la chiche a medio hemiciclo para amamantar a su criatura, y Eduardo Meyer puede huevearse 82 millones sin eructar, y Anabella De León puede exhibir sin pudores sus garbos de placera, pero yo no puedo permanecer en la casa del pueblo ?léase: mi casa? si voy en fachas que no sean las aprobadas por una ortodoxia tan decorativa como superficial.
No sudes más por mí, Zury. (Fin del artículo)
Mi comentario: no voy a negar que está bien escrito, que dice unas cuantas cosas verídicas y produce cierta gracia morbosa, como esa que nos causa ver cuando una persona se resbala y cae de espaldas. Pero tampoco se puede negar que es irrespetuoso y cobarde, porque se refiere a una respetable señora casada y madre de una niña, doctora en Ciencias Políticas y una de las excepcionales diputadas que ha hecho cosas positivas y se desenvuelve con toda propiedad. En otras palabras, es una mujer que merece respeto y consideración. Pero eso no lo puede entender un apátrida que se atrevió a calificar a Guatemala -¡nuestra patria!- como ?un paisito de mierda?. A lo cual todo el pueblo que respeta y ama a su patria debió responderle en coro: “¡Más pura mierda sos vos!¡Pendejo!”
De sobra se ha puesto en evidencia que lo que busca Zepeda con algunas de sus actividades es llamar la atención, que se hable de él, aunque sea para calificarle como se merece. Él fue uno de los creadores y patrocinadores del equipo de fútbol denominado ?Estrellas de la línea?, integrado por ?servidoras sexuales? (prostitutas) que se dedican a ejercer esa triste ocupación en asquerosos cuartuchos ubicados al lado de la línea del ferrocarril, por donde estuvo el edificio de la Aduana Central y ahora está el de la Policía Nacional Civil. Y aunque es comprensible que haya tratado de ingresar a ese recinto vistiendo pantaloneta, camisa de punto y zapatos tenis, gorra y mochila, es impropio e imperdonable. Por lo que la diputada Zury Ríos de Weller hizo muy bien al ordenar que se le impidiera entrar en esas fachas. Aunque no esté estipulado en la Constitución de la República ni en ninguna ley, ni en el Reglamento Interno del Congreso de la República, ni en ninguna disposición legal. Pero en esas fachas es aceptable que juegue fútbol con las putas del equipo que patrocina, pero no para ingresar al recinto del Poder Legislativo del Estado, sede de los llamados ?representantes del pueblo?, para ir a sabotear una sesión y despotricar contra una respetable iniciativa de reforma constitucional planteada por el grupo ProReforma para hacer ciertos cambios en la Constitución de la República.
A un apátrida como éste que se atreve a llamar públicamente ?paisito de mierda? a su patria, no le debió pedir la diputada Zury Ríos de Weller que se retirase por las buenas del Congreso de la República por estar vestido en esa forma, sino que todos los diputados, en su calidad de representantes del pueblo, debieron dejar sus curules por unos minutos para ir a expulsarle a empellones y patadas de la Casa del Pueblo. Porque eso es lo que se merece un mentecato que llama “paisito de mierda” a nuestra amada patria, que es sagrada para quienes no somos hijos de… las estrellas de la línea. ¡Que viva Guatemala!

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