Durante una memorable sesión ordinaria del pleno del ?honorable?(?) Congreso de la República –ese mismo desacreditado organismo del Estado donde un presidente de la Junta Directiva permitió que se ?invirtieran? Q82.8 millones en una casa de bolsa para especular y ganar intereses, pero evidentemente, han ?desaparecido? y hoy todos tan tranquilos, como si nunca hubiese existido ese dinero del pueblo–, el temible veterano diputado Mario Taracena Díaz-Sol, por esos días jefe de la bancada de diputados del partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), actualmente en el gobierno, calificó de ?Ángel de la democracia? al controvertido magnate mexicano Ángel Remigio González y González, propietario en Guatemala de los cuatro canales de televisión abierta (3, 7, 11 y 13), de numerosas radiodifusoras, varios restaurantes y muchas salas cinematográficas, entre muchos otros negocios. También es dueño de varias estaciones transmisoras de televisión y radio en otros países de Centroamérica y de América del Sur. Sin menospreciar el hecho que ahora también es dueño de la mayoría de las acciones del equipo de fútbol “Comunicaciones”, desde que Roberto (“El Junior”) Arzú García-Granados vendió sus acciones y renunció a la presidencia de ese club, la cual desempeñó dedicadamente durante muchos años como digno heredero de su abuelo materno, el recordado Raúl García Granados, e hijo primogénito del ex Presidente de la República durante los años 1996-2000, Álvaro Arzú Irigoyen, Alcalde Metropolitano en varios períodos, incluyendo el actual, y estoy convencido de que, si él quisiera, podría volver a reelegirse otra vez. Lamentablemente, con ello se rompió también la excelente relación de cordial amistad que había entre Ángel y Roberto.
La razón por la cual ese temible parlamentario endilgó semejante calificativo celestial al misterioso personaje que reside en la exclusiva zona denominada Key Biscayne de Miami, fue porque suele conceder tiempo gratis, o por lo menos otorga tarifas especiales, a todos los políticos que compiten por llegar a desempeñar el codiciado cargo de Presidente Constitucional de la República de Guatemala, así como, también, a las personas que aspiran a ser electos para ocupar otros importantes cargos públicos.
Por cierto que para las últimas elecciones presidenciales, si bien concedió una tarifa especial a la campaña política del ingeniero Álvaro Colom Caballeros, actual Presidente Constitucional de la República, era bien sabido que en verdad su candidato preferido era el general (retirado) Otto Pérez Molina, en agradecimiento ?según se dijo- a que cuando este militar desempeñaba el cargo de Jefe del Estado Mayor Presidencial del licenciado Ramiro De León Carpio (nombrado presidente interino por el Congreso de la República del 6 de junio de 1993 al 14 de enero de 1996), lo apoyó para que el denominado ?huevos tibios? le prolongase el tiempo de la concesión a sus televisoras. Y esas cosas no se olvidan. Por lo cual Ángel guardaba agradecimiento a Pérez Molina.
Pero aunque concedió una buena programación a los anuncios de la campaña del candidato del partido UNE desde que los esposos Colom le visitaron en Miami y cenaron con él en el restaurante de su propiedad para pedírselo, su evidente preferencia por el candidato militar que ofrecía gobernar ?con mano dura? el hecho no era precisamente del agrado de la temible señora Sandra Torres Casanova de Colom, actualmente tan poderosa por el amplio rol que desempeña. Y esas cosas tampoco se olvidan. Por lo cual el magnate mexicano llegará hoy a nuestro país con el objetivo de procurar un mejor acercamiento con los actuales gobernantes.
Pero el principal objetivo de su visita es abogar para que no sea destituido el actual director de la Super Intendencia de Telecomunicaciones (SIT), con quien mantiene una relación ideal para sus empresas de radio y televisión. Veremos si la hoy poderosa y temible señora de Colom va a hacer sentir al denominado ?Ángel de la democracia? las consecuencias del disgusto que le causaba tener que viajar a Miami para pedirle que le diera un poco más de apoyo a la campaña electoral de su marido. Lo veremos por la forma como le recibirán en Casa Presidencial en la cita que ya tienen concertada, así como por el resultado de su gestión para que no destituyan a su amigo el director de la SIT. ¡Ya veremos!
Mientras tanto, me es grato darle la más cordial bienvenida y recordarle que yo le invité a venir a mi casa a almorzar la noche que él me invitó a cenar en Miami, donde platicamos de muchas cosas interesantes tanto de México como de Guatemala y reanudamos nuestra vieja amistad que algunos años antes yo cometí el error de poner en entredicho cuando me equivoqué al apoyar a un colega periodista y supuesto amigo a quien no quiero mencionar y prefiero ni siquiera recordar, con quien tuvieron un problema después de haber sido socios en el telenoticiario “Siete días” de Canal 7. Es oportuno recordar que fue por la mediación de mi entrañable amigo Roberto Arzú García-Granados que el “Ángel de la democracia” y yo nos reconciliamos.
Ojalá que durante esta visita Ángel tenga tiempo para venir a almorzar conmigo en reciprocidad a la invitación que me hizo, hace poco más de dos años, para cenar en su restaurante Linda B, de Miami, donde bebimos una buena cantidad de botellas del excelente y costoso vino Tignanello Antinori, de la región italiana de Tuscana. Probablemente en mi casa no vamos a compartir ese mismo vino, que es tan caro, pero le prometo que será otro de similar calidad. En el transcurso de la plática que podríamos sostener durante el almuerzo me gustaría pedirle que sus cuatro canales promuevan a los artistas nacionales dándoles oportunidades para participar en programas en vivo, los cuales serían como una especie de remanso para quienes ya estamos hartos de ver en ellos solamente programas mexicanos que ya han transmitido los canales de Televisa del vecino país, como las telenovelas y los insoportables programas de chismes indiscretos sobre la vida privada de la farándula. Aunque afortunadamente ya eliminaron un odioso programa que se llamaba “La Oreja”, que dirigía un sujeto abominable llamado “Pepillo” Origel quien, indudablemente, padece de un enfermizo amor por sí mismo.
Para terminar, me gustaría mucho poder mediar ahora para que también ellos se reconcilien, como lo hizo el “Junior” hace dos años entre el llamado “Ángel de la democracia” y yo cuando organizó la cena en el restaurante Linda B a la que también asistieron los esposos Sandra Torres Casanova de Colom y su esposo, el ingeniero Álvaro Colom Caballeros, actuales gobernantes de nuestro país, y todos los ejecutivos de las empresas de televisión y radio de Ángel González en Guatemala.