Han confundido el rábano por las hojas, como decimos popularmente, los medios de comunicación y algunos de los diputados que asistieron ayer a la sesión del pleno del Congreso de la República en la cual el ministro de Energía y Minas, ingeniero Carlos Meany Valerio, expuso detalladamente las razones por las cuales en Guatemala no han bajado los precios de la gasolina, el diesel y el gas a pesar de que ha bajado el precio del petróleo en el mercado internacional.
Digo que confundieron el rábano por las hojas porque el propósito del ministro no fue justificar ese hecho, como han dicho algunos, sino fue, simple y sencillamente, EXPLICAR a qué se debe que esto sea así. Y para ello se vio precisado a informar muy minuciosamente a los diputados que Guatemala no es un país importador de crudo o petróleo, sino de productos refinados como las gasolinas, el diesel y el gas; y que el mercado del crudo es diferente al mercado de los combustibles.
Explicó que platts es un servicio de información de los precios de crudo y refinados que se publica en los medios nacionales e internacionales para referenciar los precios de contratos con entregas a 30 días, y en base a estos les mostró, por medio de una cañonera de eslides, numerosos cuadros estadísticos que se explican por sí mismos sin mayor dificultad.
Explicó que lo que pasa es que cuando aumenta el precio internacional del barril de petróleo (materia prima de los combustibles), porque así lo determina la producción petrolera regida por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y repercute en el precio de referencia del U.S. Golf Coast de los Estados Unidos de América, aumenta el precio de la gasolina, del diesel y del gas. Pero aquí no ocurre lo mismo cuando baja el precio del crudo, como actualmente es el caso, porque los precios de los combustibles no bajan proporcionalmente al mismo tiempo, debido a que productores, distribuidores y vendedores de esos productos refinados han pagado los precios anteriores que determinan los precios que cobran a los consumidores. Y como Guatemala no tiene una refinería propia, en la importación de combustibles tiene que pagar los precios que fijan en el mercado los refinadores del crudo y los distribuidores y vendedores de gasolina, diesel y gas. Por otra parte, hay que tomar en consideración que aquí los consumidores de combustibles pagamos varios impuestos que aumentan considerablemente el precio de los importadores, distribuidores y vendedores. Así de simple.
Antes de que el ministro Meany expusiese estas puntualizaciones ante el pleno del Congreso, tuve oportunidad de conocer al detalle la meticulosa presentación gráfica que iba a hacer, la cual me pareció excelente y le felicité por haberse tomado el cuidado de explicarlo de manera tan fácil de entender hasta para un ignorante en la materia, como yo.
Sinceramente, creí que después de hacer esa presentación ante el pleno no quedaría ni la más mínima posibilidad de que algunos de los diputados no entendiesen en qué consiste que no obstante que ha bajado el precio internacional del barril de crudo, en Guatemala los consumidores de gasolina, diesel y gas seguimos pagando los mismos precios altos que se impusieron a raíz del aumento del precio mundial del barril de petróleo. Creí que todos los diputados y las diputadas, sin excepción, iban a poder entender fácilmente la explicación y que lo mismo ocurriría con todos los diferentes medios de comunicación.
Pero no fue así. Confieso que me equivoqué. A pesar de que a estas alturas todavía no logro comprender qué parte de la presentación no entendieron. Se me hace muy difícil aceptar que hubo unos cuantos diputados que malinterpretaron lo que dijo, o por algún motivo inconfesado le dieron una torcida interpretación, y luego declararon a los reporteros que el ministro había tratado de ?justificar? que en Guatemala no hayan bajado los precios de los combustibles a pesar de la baja que se ha operado en el precio internacional del barril de petróleo. ¡Esto explica por qué en ese organismo del Estado suceden ciertas cosas inconcebibles!
Asimismo, por simple ignorancia o por malintencionados propósitos políticos, se quiere responsabilizar al ministerio de Energía y Minas, o en lo personal al ministro Meany Valerio, de no exigir que se fijen precios más bajos a la venta de gasolina, diesel y gas. Se olvidan que de acuerdo a la política de economía de mercado de la oferta y la demanda que se aplica en nuestro país, las leyes y disposiciones comerciales no permite que el Gobierno haga semejante cosa; y, como trató de explicar el ministro, da la casualidad que en el único país centroamericano en el cual el gobierno controla los precios -que es Costa Rica-, es precisamente donde los combustibles tienen los precios más elevados. ¿Quién con una luz se pierde?
También se ha dicho que el ministro Meany no ha planeado una Política Energética a seguir, lo cual es injusto y totalmente falso, ya que en su presentación explicó que “la defensa que tiene Guatemala ante el embate de estas crisis mundiales y la volatilidad del precio del petróleo, es implementar políticas que en corto, mediano y largo plazo le permitan amortiguar el impacto, como lo hicieron Colombia, Brasil, Rusia y otros”.
Política a Corto Plazo
> Continuar con el cambio de matriz energética para disminuir la dependencia del petróleo para la generación de energía.
> Aumentar la producción nacional de petróleo a 80,000 bbl/día, en vista de que el consumo nacional actual es de 70,000 bbl/día.
> Nuevas áreas a licitar.
> Fortalecimiento y ejecución de contratos vigentes.
> Ley Fondo de Petróleo socializa a destino de recursos.
> Promover la sostenibilidad de los campos productivos actuales.
> Fortalecimiento del monitoreo de precios.
> Campaña de concientización.
Política a Mediano Plazo
➢ Instalación de refinería
➢ Mesoamericana
➢ Con apoyo de Venezuela.
➢ Con apoyo de Brasil
➢ Iniciar la Ley de Biocombustibles
➢ Uso de Etanol
➢ Impulsar biodiesel (planta experimental donada por Colombia 10,000 It/dra
Política a Largo Plazo
➢ Refinería en operación
➢ Explotación de gas natural
➢ Nuevas inversiones de generación eléctrica a operación.
Espero que con esta información, los diputados y los medios de comunicación comprendan y reconozcan que se equivocaron en ciertas apreciaciones a todas luces injustas que hicieron ayer los diputados y hoy publican los medios de comunicación. Si el propósito es de carácter político para tratar de desprestigiar la patriótica labor que está desarrollando un buen funcionario público ajeno a cualquier tipo de corrupcion, es una ingratitud. ¡No hay que ser!