Solidaridad con Luis Felipe Valenzuela

Luis Felipe Valenzuela sufrió anoche un ataque armado

Como reguero de pólvora trascendió anoche que, cuando era alrededor de las 18 horas, el destacado periodista Luis Felipe Valenzuela, director ejecutivo de la cadena radial denominada Emisoras Unidas y columnista semanal del periódico Siglo Veintiuno, fue atacado a balazos por personas desconocidas que tripulaban otro automóvil y le exigieron que les entregase su vehículo mientras se desplazaba por una calle de la zona 14. Lo primero que muchas personas sospechamos fue que se trató de un intento de asesinarle como consecuencia de su valiente actividad periodística cotidiana en la que ha criticado a numerosas personas poderosas. Esta versión parecería creíble por el hecho que no obstante que él les entregó las llaves de su vehículo, le dispararon tres balazos de los cuales uno de ingresó por detrás de la oreja derecha y le salió por el pómulo; y a corta distancia lo dejaron abandonado. Naturalmente, por la insoportable inseguridad y delincuencia que reina en el país y los constantes asaltos y robos de vehículos en la capital, también cabe sospechar que se trató de otro de tantos asaltos y robos comunes. Afortunadamente, a pesar de la peligrosa herida y de la hemorragia, el estimado colega y amigo logró caminar dificultosamente dos o tres cuadras hasta llegar a un hospital privado para solicitar atención médica y fue operado durante varias horas por varios especialistas, gracias a lo cual logró salvar la vida y actualmente su estado de salud es estable.

Ha sido verdaderamente impresionante y conmovedora la inmediata respuesta de numerosos sectores de la sociedad guatemalteca y de varios representantes diplomáticos, para manifestar su solidaridad con el querido amigo Luis Felipe, por el alto grado de estimación que merece no sólo por su calidad de periodista destacado sino, también, en lo personal, por su ampliamente reconocida hombría de bien, ejemplar sencillez y habitual caballerosidad.

Este nuevo execrable atentado criminal se ha venido a sumar a los numerosos asesinatos a choferes de camionetas y sus ayudantes, por los cuales también hemos protestado oportunamente y nos hemos manifestado solidarios. ¿Hasta cuándo vamos a soportar esta situación? ¿Por qué hemos de aceptarla como si fuese una condena sin hacer algo decisivo para impedirla? Ya es hora de que todo el pueblo de Guatemala –me refiero al que no está ligado a la corrupción, la delincuencia, al crimen organizado o al narcotráfico– se una para exigir a las autoridades que cumplan con su deber estipulado en el primer párrafo de los artículos 1o. y 2o. de nuestra Constitución Política que dicen lo siguiente:

Artículo 1o.: Protección a la persona. “El Estado de Guatemala se organiza para proteger a la persona y a la familia.

Artículo 2o. Deberes del Estado. Es deber del Estado garantizarle a los habitants de la República la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integral de la persona.”

Reportaje publicado en elPeriódico:

Atacan a director de “Emisoras Unidas”

tambaleándose, Felipe Valenzuela ingresó al Hospital Américas a pedir atención pronta luego de ser herido.

Por Óscar F. Herrera

Felipe Valenzuela, director General de Emisoras Unidas, sufrió un ataque por desconocidos que lo interceptaron en la 2a. calle y 9a. avenida de la zona 14, cuando se dirigía a una misa. 
Al parecer los delincuentes le indicaron que entregara las llaves de su vehículo y aunque no se opuso le dispararon en tres ocasiones. Uno de los proyectiles lo hirió en la parte derecha de la cabeza, lo cual le habría provocado una fractura en el pómulo del mismo lado, relató Alma Valenzuela, hermana de la víctima.

Luego del ataque, Valenzuela caminó al menos 300 metros hacia la emergencia de un centro asistencial ubicado en dicho sector. De inmediato fue atendido por paramédicos que lo ingresaron de emergencia. 
Al conocerse la noticia, al nosocomio asistieron varios directores de medios de comunicación para expresar su solidaridad con el comunicador, además, se presentaron funcionarios como el vicepresidente Rafael Espada, el ministro de Gobernación, Carlos Menocal, y el representante de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), Carlos Castresana. 
También representantes del sector empresarial del país mostraron su apoyo al periodista que dirige el programa A Primera Hora en dicha emisora y dos de las tres emisiones de noticias radiales.

Comunicado médico

El hospital que atendió a Valenzuela emitió un comunicado de prensa donde informó que tras el ataque, la víctima llegó a las 18:30 horas con una herida de bala con orificio de ingreso a nivel temporal y con salida en el molar derecho, lo cual le provocó “hemorragia activa, pero se encontraba orientado en tiempo, espacio y persona”. 
“Se nombró un grupo multidisciplinario que incluye medicina interna, neurocirugía, cirugía maxilofacial, cirugía plástica, radiología, oftalmología y otorrinolaringología”, dictaba el comunicado.

Por su parte, el Ministro de Gobernación asignó dos equipos de investigadores de delitos contra la vida y robo de vehículos para coordinar las pesquisas con el Ministerio Público. “Haremos el mejor esfuerzo para tratar de esclarecer el hecho”, refirió el portavoz de la Policía Nacional Civil (PNC), Donald González. 
Anoche, el fiscal general, Amílcar Velásquez Zárate, visitó a la víctima.  Dijo que  la Unidad de Delitos contra Periodistas y la Fiscalía de Delitos contra la Vida se hacen cargo de las pesquisas.

Reportaje publicado en Siglo Veintiuno

Atacan a balazos al periodista Valenzuela

Agresión causa consternación y condena unánime

Director de Emisoras Unidas tiene una herida que le atravesó parte del cráneo. Médicos dicen que su situación es estable.
Manuel Hernández mhenandez@sigloxxi.com

El periodista y director ejecutivo del grupo Emisoras Unidas, Luis Felipe Valenzuela, fue víctima de un ataque armado en la 9a. calle y 2a. avenida zona 14, instantes después de estacionar y bajar de su vehículo.

Testigos que brindaron auxilio a Valenzuela indican que el agresor le disparó tres veces e impactó uno de los tiros en el cráneo del también columnista de Siglo Veintiuno.

Valenzuela llegó a dicho sector para asistir a una misa en la iglesia San Judas Tadeo; y de inmediato fue llevado a la emergencia del cercano Grupo Hospitalario Guatemala.
Allí fue evaluado y los médicos informaron que la bala ingresó en la parte temporal (posterior) del cráneo y salió en el malar (pómulo) derecho (lea: Parte médico).
El director general de Siglo Veintiuno, Luis Marroquín, y el vicepresidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Gonzalo Marroquín, condenaron el hecho armado.
“Este ataque debe ser esclarecido. Es un atentado que desnuda la forma en que vivimos los guatemaltecos; además, se trata de un periodista valioso”, señaló el vicetitular de la SIP.
Tras difundirse la noticia, familiares, amigos, colegas y directivos de medios de comunicación escrita, radial y televisiva, fueron los primeros en presentarse al hospital para solidarizarse con Valenzuela.
Al nosocomio también llegaron el vicepresidente Rafael Espada, el ministro de Gobernación Carlos Menocal y el Fiscal General Amílcar Velásquez Zárate.
Asimismo, acudieron el presidente del Congreso, Roberto Alejos; el titular de la CICIG, Carlos Castresana; el embajador de Estados Unidos, Stephen McFarland; el de México Eduardo Ibarrola; el dirigente político Otto Pérez Molina, y representantes del sector privado.
Castresana habló con Valenzuela e indicó: “Él se dirigía a misa, cuando le hablaron por detrás; en ese momento se desconcertó y al instante escuchó los disparos”.
Velásquez indicó que se están haciendo todos los esfuerzos para esclarecer el hecho. “Desde el momento en que ocurrió el ataque se coordinó con la Fiscalía de Delitos contra la Vida”, afirmó.

PARTE MEDICO

El Hospital Las Américas emitió un boletín médico, en el cual informó que Valenzuela ingresó a la emergencia, “presentando herida por arma de fuego con orificio de ingreso a nivel temporal y con salida en el pómulo derecho”. Añade: “Dicho daño le ocasionaba hemorragia activa, pero consciente y orientado en tiempo, espacio y persona”. Se determinaron los siguientes hallazgos: “Fractura de los múltiples componentes de la órbita derecha, invasión del espacio retroocular derecho por gas y hemorragia, así como fractura del seno maxilar y severo edema de tejidos blandos en la misma región”.

Reportaje en Prensa Libre

Violencia Sociedad Civil y prensa repudian acción armada

Atacan al director de Emisoras Unidas

El director general de la cadena de radios Emisoras Unidas, Felipe Valenzuela, fue atacado ayer por hombres que le acertaron uno de tres disparos cuando aparentemente intentaron robarle su automóvil, hecho que fue repudiado por funcionarios del Gobierno, políticos, periodistas y miembros del Cuerpo Diplomático.

Por Karen Cardona

Valenzuela fue atacado a balazos ayer, a las 18 horas, cuando se dirigía a la iglesia San Judas Tadeo, en la 2a. avenida de la zona 14.

Amigos de Valenzuela y una testigo relataron que los atacantes se conducían en un automóvil verde, desde dónde le exigían que entregara las llaves de su vehículo.

Aparentemente, Valenzuela accedió a entregar el vehículo dos cuadras adelante de la iglesia. La testigo afirmó que el periodista no se detuvo y ahí detonaron tres disparos, de los cuales uno le entró detrás de la oreja y le salió por el pómulo derecho.

Para la Policía Nacional Civil y el Ministerio Público, lo más extraño del caso es que el vehículo fue abandonado en el mismo lugar donde Valenzuela lo dejó, pese a que las llaves pendían de la puerta derecha del vehículo.

A pesar de la herida, el periodista caminó desde la 2a. avenida y 9a. calle, zona 14, hasta el Hospital Las Américas; es decir, caminó dos cuadras desde donde fue atacado, sosteniéndose la hemorragia con una mano.

Consciente y orientado en tiempo, Valenzuela solicitó ayuda en el área de urgencias del citado nosocomio, a las 18:30 horas, según el comunicado emitido por esa entidad.

Ahí le practicaron una cirugía maxilofacial, cirugía plástica y neurocirugía. Al cierre de esta edición, el estado del periodista era estable.

Consternación

La noticia no tardó en darse a conocer, y uno de los primeros en llegar al lugar fue el embajador de Estados Unidos Steven McFarland, que tras haber conocido las condiciones en las que se encontraba Valenzuela manifestó su consternación por la ola de violencia que afecta el país.

“No podemos afirmar que se trate de un ataque directo en contra de Valenzuela. No especulemos”, dijo el ministro de Gobernación, Carlos Menocal, que también llegó al lugar.

El funcionario informó que se asignó seguridad especial para Valenzuela y su familia, y se nombró a un grupo de investigadores especializados.

El jefe de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), Carlos Castresana, también llegó al lugar.

Se informó que la Cicig participará en la investigación, ya que la labor de Valenzuela ha sido reconocida por las críticas lanzadas contra el Gobierno.

Investigación inmediata

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) se pronunció para exigirle al gobierno del presidente Álvaro Colom que investigue de inmediato el hecho y que lo antes posible informe sobre los resultados de las pesquisas.

Al cierre de esta edición todavía llegaban al hospital directores de los medios de comunicación del país, funcionarios y diplomáticos.

Columna Catalejo en Prensa Libre de hoy

Ante el ataque contra Luis Felipe

Por Mario Antonio Sandoval:

RECHAZO DE MANERA abierta y clara el ataque sufrido por el periodista Luis Felipe Valenzuela, director de Emisoras Unidas, ocurrido ayer por la noche en la zona 14. Cierto: puede ser uno más de los casos de la criminalidad desatada en nuestro país, pero también existe la posibilidad, imposible de descartar en este momento, de tratarse de un hecho dirigido específicamente contra él. Con Luis Felipe me unen lazos de especial afecto: fue mi alumno y ahora es un apreciado colega, cuya tarea dirigiendo una organización periodística radial tan importante como Emisoras Unidas no solamente es notoria, sino además demuestra la conveniencia evidente de tener periodistas preparados con educación universitaria de primer orden.

MUCHAS LUNAS HAN pasado desde el inicio de mi carrera periodística, en el lejano 1966. Me ha tocado ver de todo, incluida la muerte de colegas, y —créanme— no se puede uno acostumbrar ni aceptar la posibilidad de la muerte violenta como premio a una carrera profesional como reportero, director o columnista. Nunca imaginé estar en el doloroso caso de escribir un artículo como el de hoy, dedicado a quien estuvo en las aulas universitarias otorgadas a mi cuidado durante mi etapa como catedrático universitario. Pero los nuncas se llegan, siempre. Me da mucha rabia comprobar cómo la estupidez de funcionarios incapaces de comprender la tarea periodística es una prueba adicional del subdesarrollo político y mental.

ESTA MISMA SEMANA escribí sobre el caso de Honduras, donde el mes pasado cinco periodistas engrosaron la larga lista de los colegas latinoamericanos asesinados en el continente. Leí algún artículo en la prensa estadounidense, cuyo autor señalaba la posibilidad de convertir a la desaparición física de los comunicadores en un hecho común, y por tanto con desvaneciente interés entre los ciudadanos y con reducción paulatina del espacio y tiempo dedicados por los mismos medios informativos. Hace mucho tiempo escuché a un alto editor de The New York Times señalar cómo desde las cómodas sillas de Manhattan es imposible imaginarse las condiciones de peligro en las cuales se desenvuelve el periodismo en América Latina.

TAMPOCO SE PUEDE cerrar los ojos ante la realidad evidente del riesgo cada vez mayor del ejercicio periodístico en nuestros países. Si no son los narcotraficantes, son los gobiernos proclives a crear leyes restrictivas a la libertad de emisión del pensamiento, de apoderarse de medios informativos independientes por medio de testaferros, o de clausurarlos con una serie de subterfugios. Las consecuencias de la destrucción o silencio de la prensa escrita, televisada o radial, no necesitan ser señaladas en este espacio. El péndulo se mueve en contra del derecho humano a informar y ser informado. Es hora de acción de la OEA, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de todas las entidades periodísticas del mundo occidental.

LA ÚNICA MANERA DE tratar de evitar más atentados como el perpetrado contra Luis Felipe es exigir la investigación de lo ocurrido. Cuando se lo propone, el aparato estatal puede llegar a conclusiones correctas, pero necesita del aliciente de la exigencia. No se trata de llegar a conclusiones precipitadas, sino de alzar la voz ante las posibilidades para explicar quién y por qué le disparó al periodista. El periodismo es una profesión hermosa, y muchas veces es ejercida como un apostolado. Por eso, el peor insulto posible de recibir por un periodista herido en un hecho delictivo es la decisión de rechazar la posibilidad de tratarse de un hecho dirigido. Por eso envío mi solidaridad a la familia, y enviarles, como a mi querido ex alumno, un abrazo fraternal.”

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