Unos minutos antes de abordar el avión de TACA y emprender su vuelo a Venezuela para firmar mañana el documento para adherir a Guatemala al sistema energético que impulsa el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, comandante Hugo Chávez Frías, el mandatario guatemalteco, ingeniero Álvaro Colom Caballeros, explicó a los representantes de los medios de comunicación que la razón por la cual ha decidido contraer la deuda multimillonaria a 25 años plazo con ese país, por la compra de derivados del petróleo, es que los intereses a pagar serán por un cómodo 1% anual, y el 40% del 50% de ese dinero que no se pagará al contado servirá para pagar las elevadas deudas interna y externa que dejó el menos que mediocre y corrupto gobierno que presidió el licenciado Óscar Berger Perdomo, y sustituir las condiciones de pago actuales, porque por éstas hay que pagar intereses de un 7 por ciento. En cuyo caso sería considerable el ahorro para nuestro país, porque, de acuerdo a lo que publicó esta mañana en un recuadro de la página 3 elPeriódico, si el Gobierno emplea el 40% de la compra de 20 mil barriles diarios de petróleo, de acuerdo a los precios actuales y los intereses de esa suma, a la tasa actual sería Q120 millones, mientras que los intereses después de sustituir la deuda serían Q16 millones, con lo cual el ahorro sería de Q104 millones y el endeudamiento anual sería de Q4.01 millardos.
Pero un amigo que sabe de matemáticas me dijo que está mal hecho este cálculo, y me envió este otro: el total de Q120 millones al 7% equivale a Q.1,714,285,714.28, pero sobre el monto que se menciona de Q.1,061 millardos, al 7% es de Q.74,270,000.00 y al 1% es de Q.10,610,000; en consecuencia, el ahorro real sería de Q.63,660,000.
Viendo así las cosas, un analista económico podrá decir que la operación sería conveniente, pero existe la suspicacia de en qué realmente va a gastar el Gobierno de Álvaro Colom el 50% de lo que no se pagará al contado por la compra de derivados del petróleo. No hay transparencia en la transacción. Ni se tiene confianza en las verdaderas intenciones de los esposos Colom.
En todo caso, ya no hay posibilidad alguna de que el actual Gobierno recapacite sobre su propósito de firmar la adhesión de Guatemala al proyecto de Petrocaribe porque, como dijo Julio César ante el Rubicón, alea iacta est, que quiere decir ?la suerte está echada?.
El presidente Colom y su comitiva oficial, encabezada -por supuesto- por su esposa Sandra Torres Casanova de Colom ya llegaron a Caracas y se han reunido con el presidente Chávez, y hoy se trasladarán a Maracaibo, donde mañana firmarán el documento respectivo.
Ya sólo queda la esperanza ?no muy probable por cierto- que los diputados se pongan la mano en la conciencia y no aprueben la deuda multimillonaria que contraerá nuestro país por la compra de 20 mil barriles diarios de petróleo que nos venderá Venezuela al mismo precio internacional fijado por la OPEP, de lo cual tendremos que pagar el 50 por ciento al estricto contado y el restante 50 por ciento quedará pendiente de pago durante 25 años, pero devengando el módico interés de 1% anual. No cabe duda de que esto es un buen negocio para Chávez, pero no podemos estar tan seguros de que también lo sería para Guatemala? por más que pueda serlo para los esposos Colom, sobre todo si se comprueba que doña Sandra está ilusionada en seguir el ejemplo de la actual presidenta de Argentina, licenciada Cristina Fernández de Kirchner, quien llegó a ocupar la presidencia después de tener una larga carrera política y de que la desempeñó su marido, Néstor Kirchner. Pero no hay que llamarse a engaño, porque en estos dos casos hay diferencias muy respetables que, al menos en mi opinión, serían casi insalvables.
En todo caso, será conveniente que los diputados que no hayan sido ?convencidos? por el intenso cabildeo o por los desayunos en Casa Presidencial, se hagan asesorar de personas entendidas en la materia antes de emitir su voto para aprobar o no aprobar la adhesión de Guatemala al proyecto de Petrocaribe. Por cierto que este proyecto todavía está en ?veremos? porque no se puede decir que el presidente Chávez vaya a lograr implementarlo, porque también allá hay fuertes suspicacias que podrían impedirlo.