Este domingo solamente quiero felicitar a todas las madres del país –y del mundo–, porque son la persona fundamental de las familias y de la humanidad. Además, son la primera expresión de amor que todos conocemos desde que venimos en sus vientres.
Todos los días de la vida debemos festejar a nuestras madres, pero, en este día en especial, recuerdo con todo mi amor a mi venerada madre la señora María Carlota García de Palmieri y a mi amada esposa, Anabella Patricia Waelti Castejón de Palmieri, la amorosa madre de Rodrigo y Alejandro.
Todas las madres del mundo deben ser sagradas, porque traen consigo la misión divina de en quien se produce el milagro de la creación humana. ¡Que Dios las bendiga, las proteja y las libre de todo mal, particularmente en nuestro país, en el que, dolorosamente, abundan los feminicidios.
Además, según reporta hoy Prensa Libre, “Guatemala tiene el quinto por mortalidad materna en América Latina y en el cuarto lugar con mayor número de adolescentes embarazadas, lo cual pinta un escenario desafiante,pues ambos factores se implican, aunque no son los únicos.
Todos los días, 20 mil mujeres menores de 18 años dan a luz en países subdesarrollados, según señala el informe Maternidad en la niñez, de la División de Información y Relaciones Externas del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), lo cual constituye un problema serio para el desarrollo humano”.
Más delante sigue diciendo: “Las expertas señalan que además de la amplia desigualdad que ha existido entre hombres y mujeres a lo largo de los años, en donde predomina la cultura patriarcal, la falta de equidad y desigualdad de oportunidades, en donde las féminas incluso ganan mucho menos ejecutando el mismo trabajo que los hombres, la situación de la maternidad temprana también se desencadena de otros factores como la pobreza, acceso nulo a servicios básicos como los de salud, falta de formación, ausencia de educación integral en sexualidad y violencia sexual, entre otros factores.
Cabezas de hogar
“A criterio del sociólogo Hans Quevedo, las madres guatemaltecas también se enfrentan a otras realidades que hacen más difícil su crecimiento humano, social y profesional. “Muchas de ellas son estigmatizadas y marginadas, y otras hasta llegan a ser abandonadas por su pareja, lo cual las obliga a convertirse en motor laboral, además de ser amas de casa, o deben dejar a sus hijos para emigrar a países como Estados Unidos”, comenta”.
Y finaliza diciendo: “En ese sentido, vale la pena mencionar que 19 por ciento, casi una de cada cinco madres, se han convertido en jefas de hogar, que día con día luchan por sobresalir, en un mundo desigual en donde ganan en promedio Q2,400, que no es suficiente para mantener a sus hijos, cuatro en promedio”.
Twitter: @jorgepalmieri