Regresamos de la Plaza de Toros Monumental en el pequeño autobus que proporciona el hotel Presidente InterContinental a sus huéspedes que desean asistir a una corrida, después de haber convencido al chofer de que ya había terminado todo y que si no habían llegado los otros pasajeros que vinieron con nosotros era tal vez porque se habían quedado en alguno de los restaurantes de tacos que hay cerca de la plaza. Pero en realidad no era así, lo engañamos, porque los demás pasajeros se habían quedado en la plaza a ver el toro “de regalo” que ofreció el matador oriundo de Querétaro Héctor Octavio García González, “El Payo”, porque nosotros nos salimos ante de que eso ocurriera y por tal razón nos perdimos de ver el que fue el mejor toro de la tarde. Así que probablemente le causamos una reprimenda del hotel por no haber esperado a todos. Lo primero que hicimos al llegar al hotel fue ir a buscar a los hermanos Julio César (“Checha”) y Roberto López Villatoro, quienes no se fueron con nosotros después de haber consumido tanto Champán Moët & Chandon Brut Imperial en el restaurante La Chimenea, por lo que no abordaron el bus del hotel, como lo hicimos nosotros, sino se fueron en un taxi, pero como ya habíamos llegado a la plaza y ellos no tenían los boletos que nos obsequió Alfredito Mirón, porque nuestro amigo español Luis Castro Valdivia los tenía en su poder, no pudieron entrar a la plaza y tuvieron que regresar al hotel a esperar nuestro regreso. Ya para entonces el querido “Pepo” Toledo había llegado de Guatemala y también esperaba nuestro regreso para saber qué planes teníamos para esa noche, porque quería invitarnos a cenar en el restaurante Au Pied de Cochon, Lo cual aceptamos con mucho gusto.
El querido amigo “Pepo” Toledo, quien fue nuestro anfitrión de la cena del domingo en el restaurante Au Pied de Cochon, invitó también a nuestro admirado y querido compatriota y amigo el poeta, escritor y editor Carlos Humberto López Barrios, Orden Mario Monteforte Toledo y Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias, por lo cual compartió con nosotros la cena y después la charla de sobremesa en mi suite en el 40 piso. En esta foto lo vemos sentado al lado de José “Pepo” Toledo y yo estoy en la esquina y de espaldas mi hijo Alejandro Palmieri Waelti.
En esta foto, el licenciado Stuardo Juárez Charchalac y el licenciado Roberto López Villatoro, seguido del señor Otto Altúzar. De espaldas, el poeta, escritor y editor Carlos Humberto López Barrios, brillante compatriota residente en México.
El querido amigo el escultor José “Pepo“ Toledo Ordóñez, nuestro anfitrión esa noche en el restaurante Au Pied de Cochon, junto a nuestra querida amiga Aura Ruiz Castañeda, a quien hemos llamado afectuosamente “La Muñecona“, pero después de haber estado en la Monumental Plaza de Toros hemos pensado llamarla también “La Monumental”. Durante la dictadura ubiquista, en Guatemala “se celebraba obligatoriamente el cumpleaños del nefasto dictador Jorge Ubico Castañeda, quien se hacía llamar “general de división” aunque no estudió en la Politécnica ni en ninguna otra escuela militar, ni mucho menos ganó los galones peleando en alguna guerra.
Aspecto general de la mesa de la cena en el restaurante Au Pied de Cochon la noche del 10 de noviembre, previa a mi 85 cumpleaños que fue el 11. En esta foto, de espaldas el señor Otto Altúzar, nacido en Tiquisate, pero actualmente residente en México, el empresario español Luis Castro Valdivia, el diputado por Huehuetenango Julio César “Checha” López Villatoro y enfrente el poeta, escritor y editor guatemalteco Carlos Humberto López Barrios, el querido amigo “Pepo” Toledo, anfitrión de esta cena, Aura Ruiz “La Muñecona”, este viejo periodista de 85 años de edad y mi hijo Alejandro Palmieri Waelti.
En esta foto, de frente, junto a nuestro querido amigo el licenciado Roberto López Villatoro, a quien la entonces columnista de elPeriódico Sylvia Gereda Valenzuela de Torrebiarte bautizó con el mote de “El rey del tenis”, resentida porque le ganó una licitación de zapatos tenis para el Ejército a la fábrica de calzado Cobán, propiedad de su esposo; junto a él está el compatriota Otto Altúzar, guatemalteco por nacimiento porque nació en Tiquisate en tiempos de la United Fruit Company pero nacionalizado mexicano y residente en el Distrito Federal. El día de mi cumpleaños me trajo a regalar una botella gigante de tequila, la cual le agradecí pero le dije que no nos la podríamos beber allá ni me la podría traer a Guatemala por su tamaño y él me prometió que me la traerá la próxima vez que venga a Guatemala. Espero que lo cumpla lo más pronto que le sea posible. De perfil, el diputado Julio César López Villatoro, y de espaldas, el poeta, escritor y editor Carlos Humberto López Barrios.
De izquierda a derecha, yo, el 85 cumpleañero, seguido por mi hijo Alejandro Palmieri Waelti, el licenciado Roberto López Villatoro y el señor Otto Altúzar quien fue jefe de operaciones en México de los vuelos de los aviones Concorde.
Los queridos amigos “Pepo” Toledo y “La Muñecona” (o la “Monumental”) Aura Ruiz Castañeda y este viejo periodista que estaba celebrando que cumplí 85 años de edad con un grupo de queridos amigos de La Cofradía de los Viernes.
El diputado por Huehuetenango Julio César (“Checha”) López Villatoro, seguido por su hermano el licenciado Roberto López Villatoro y el escultor José “Pepo” Toledo Ordóñez, departiendo en la sobremesa de la cena del 10.
El poeta, escritor y editor guatemalteco Carlos Humberto López Barrios y Aura Ruiz Castañeda departiendo la charla de sobremesa en mi suite 4006 del hotel Presidente InterContinental. (Continuará)
Twitter: @jorgepalmieri