Este domingo están terminando exitosamente, en Londres, Gran Bretaña, la XXX Olimpíadas, que sospecho que serán las últimas que voy a ver, porque a mi edad cuatro años es mucho tiempo y no creo que vaya a llegar a cumplir 88 años de edad para poder ver las XXXI Olimpíadas que se celebrarán en Brasil. Pero, aunque sin haber viajado a Londres, ahora me he gozado enormemente estas XXX Olimpíadas gracias a las transmisiones de televisión, que, dicho sea de paso, han sido excelentes, por lo que felicito a los canales que los transmitieron y a los diferentes comentaristas; pero les promet0 que de hoy en adelante voy a tener un poco de más tiempo para volver a escribir con más periodicidad, aunque primero tendré que terminar la serie de artículos que he titulado Muchas Gracias, para informarles sobre algo de lo que dije improvisadamente en el acto en el que la Fundación Mario Monteforte Toledo me otorgó la Orden Mario Monteforte Toledo por el hecho de ser actualmente el “decano” de los periodistas (para no decir que soy el más viejo), después de haber dedicado más de 64 años de mi vida a ese oficio. Les ruego que disculpen que no lo haya publicado antes por el motivo que antes expliqué.
1) Pero primero quiero reiterar mis calurosas felicitaciones a todos los atletas compatriotas que participaron en la XXX Olimpíada y, para satisfacción nacional, hay que reconocer que todos se comportaron a la altura. Admiro y felicito especialmente al joven marchista Erick Bernabé Barrondo por haber logrado obtener una medalla de plata en la marcha 20 kilómetros. Aunque, lamentablemente, en la marcha de 50 kilómetros fue descalificado tras haber figurado en el pelotón de punto hasta el kilómetro 35. Asimismo, hay que felicitar a Ana Sofía Gómez quien se desempeñó muy bien en la competencia de gimnasia, a Elizabeth Zamora en el taekuondó, a Jamy Franco, quien en la competencia de marcha de 20 kilómetros logró clasificar en la posición 31, con un tiempo de 1 hora 33 minutos y 18 segundos, Mayra Herrera, quien llegó a la meta en la posición 46 con un tiempo de 1 hora, 35 minutos y 33 segundos, y Mirna Ortiz, quien fue descalificada en el kilómetro 8. Todos hicieron sus mejores esfuerzos por obtener una medalla, pero no siempre se gana. Felicito también a Kevin Cordón, por haberse lucido en la competencia de Bádminton y a Juan Ignacio Maegli en navegación a vela, y, desde luego hay que felicitar y agradecer al entrenador cubano Rigoberto Medina, quien les han preparado a pesar del escaso apoyo que ha recibido de las autoridades. Hago extensiva mi cordial felicitación a Willy Kaltshmitt por haber sido nombrado miembro permanente del Comité Olímpico Internacional, gracias a lo cual tuvo el privilegio de colocar la medalla de plata en el cuello de Erick Barrondo y darle emocionado beso en la mejilla, con lo que puso de manifiesto la emoción que sintió por el triunfo de nuestro compatriota, Por eso insto a que todos asistan a recibir en el aeropuerto el lunes por la tarde a este muchacho de 21 años que ha sido el primero en obtener una medalla olímpica para nuestro país. Y a todos hay que patentizarles nuestros aplausos.
2) Pasando a otra cosa, hoy quiero reproducir, para beneficio de quienes no los hayan leído, dos excelentes publicaciones recientes en elPeriódico: la primera del jueves 9 del mes en curso en la Sección de Cartas del Lector, con el título Dos ejemplos, escrita por el notable escritor, columnista de elPeriódico y catedrático universitario Mario Roberto Morales; y, la segunda, el Editorial de ayer titulado Dudas sobre el negocio portuario en ese mismo medio, acerca del mismo tema. Estoy seguro que a ustedes les interesará leerlas si aun no las han leído o volverlas a leerlas si ya las leyeron. Como de costumbre, al final de cada una voy a agregar mis comentarios.
Dos ejemplos
Mario Roberto Morales / A1 34003
1. Pasa por la televisión un “spot” comercial de “Azúcar de Guatemala” en el que el encargado de enaltecer las virtudes “humanitarias” del feroz monopolio azucarero local es un cura que ocupa el cargo de Arzobispo y ostenta la dignidad de Monseñor. No se trata de un animador de televisión cualquiera (de esos que se ahogan fingiendo entusiasmo porque lo que enaltecen es la vacuidad consumista), sino de alguien en posición de legitimar las prácticas monopólicas de la oligarquía vernácula ante una grey de fieles que no duda de su honestidad personal como encarnación de las virtudes de la milenaria iglesia que representa. He aquí un triunfo más de la “libertad de expresión y de mercado”, unidas a la “bondad cristiana”. Alabado sea el Señor, quien nos bendice con un prelado que, aunque no tiene el don de la sanación (como esos vistosos competidores que curan a golpe de dedo), sí posee una sublime y virtuosa vocación de merolico de “los buenos”, aunque estos tengan el defectillo de ser monopolistas.
2. El increíblemente pésimo escritor Paulo Coelho declaró a medios masivos que la novela Ulises, de James Joyce, ha hecho mucho daño porque carece de contenidos. “No hay nada ahí”, dijo, “es puro estilo”. Sin ánimo de desasnarlo explicándole que el estilo no existe sin sus contenidos, ni de informarle sobre que la novela que desprecia es un libro arquetípico de la modernidad (porque la desconstruye como paradigma, tal como lo hace, en la plástica, el Guernica, de Picasso), sí vale la pena llamar la atención de los miles de biempensantes que tienen a este farsante en calidad de gurú, para que reconsideren su pueril entusiasmo por la liviandad de la ya pasada moda “New Age”, de los pastiches y collages esotéricos “light” y de la melodramática espiritualidad para “dummies” que conforma su proverbial y chata “hondura de pensamiento”. Esto, para que busquen un consuelo más sólido y permanente a la orfandad afectiva y el vacío existencial que en vano tratan de llenar consumiendo basura. (Fin de la Carta de Mario Roberto Morales)
Comento: Estoy totalmente de acuerdo con los dos comentarios anteriores del destacado escritor, columnista de elPeriódico y catedrático universitario Mario Roberto Morales, sobre todo con el primero, sobre los “spots” publicitarios que han sido trasnsmitidos los últimos días en los canales de televisión, en los que el Arzobispo Metropolitano de Guatemala ha venido expresando opiniones personales acerca de diferentes aspectos de las instalaciones materiales y el “trato humanitario” al personal en las fincas azucareras que visitó, a las cuales probablemente fue invitado y atendido espléndidamente, y, en reciprocidad, él accedió a declarar esas cosas que han sido transmitidas por televisión, las cuales han sido utilizadas por la Industria Azucarera como propaganda, y quiero pensar que la publicación fue desinteresada y sin la autorización del susodicho. Porque, aunque la hubiesen pagado una buena cantidad de dinero, no se justifica de ninguna manera que un obispo católico aparezca en la televisión como propagandista de un negocio que por varios motivos justificados no goza de las simpatías populares. Y en cuanto al segundo caso, me pareció absurdo y ridículo lo que declaró el mediocre escritor brasileño de “novelas rosa” Paulo Coelho sobre el sensacional libro Ulises, de James Joyce, cuando él solo es un mediocre escritor de novelas al estilo romántico similar a la escritora española María del Socorro Tellado López, más conocida como Corín Tellado (1927-2009), o la escritora mexicana hija de actores cubanos Caridad Bravo Adams (1908-1992), autora de cursis radionovelas y telenovelas románticas y dramáticas.
3.- Ahora permítanme tocar un poco el tema más peliagudo del momento: la oscura negociación del discutido usufructo o concesión en Puerto Quetzal.
El Editorial de ayer en elPeriódico dijo lo siguiente:
Dudas sobre negocio portuario
¿Permite la Ley Orgánica de la Empresa Portuaria Quetzal (EPQ) que se concesione el servicio público portuario, por medio del contrato de usufructo oneroso?, ¿no exige la ley que las concesiones de los servicios portuarios se publiquen? y ¿tiene el interventor facultades para otorgar concesiones?, son algunas interrogantes que nos inquietan.
El Artículo 95 de la Ley de Contrataciones establece que “(…) se entiende por concesión la facultad que el Estado otorga a particulares, para que por su cuenta y riesgo construyan, produzcan, monten, instalen, mejoren, adicionen, conserven, restauren y administren una obra, bien o servicio público, bajo el control de la entidad pública concedente, con o sin ocupación de bienes públicos, a cambio de una remuneración que el particular cobre a los usuarios de la obra, bien o servicio”. O sea que lo que efectivamente se otorgó, por medio del contrato de usufructo oneroso celebrado entre la EPQ y la entidad Terminal de Contenedores Quetzal, S.A. (TCQ), fue una concesión del servicio público portuario, bajo el ropaje de un “usufructo oneroso”.
La Ley Orgánica de la EPQ no contiene normas específicas sobre concesiones, en tanto que la Ley de Contrataciones sí. Entonces, ¿debe la EPQ observar la Ley de Contrataciones en cuanto a concesiones? El Artículo 98 de la Ley de Contrataciones dispone: “El régimen de concesiones establecido en este capítulo regirá en todos los casos en los que no exista otra ley específica que contenga normas de concesión para ámbitos especiales de aplicación”. Por tanto, la EPQ sí debe cumplir y aplicar las normas sobre concesiones de servicios públicos previstas en la Ley de Contrataciones, así como someterlas a aprobación del Congreso, conforme al Artículo 183, inciso k, de la Constitución. En cuanto a la no exigencia de publicidad, debe tenerse presente que el Artículo 96 de la Ley de Contrataciones establece que las concesiones deben someterse al procedimiento de licitación pública.
Finalmente, si bien el Artículo 120 de la Constitución permite la intervención de empresas que prestan servicios públicos esenciales, como la EPQ, la Corte de Constitucionalidad (CC), en opinión consultiva del 17 de septiembre de 2010 (expediente 3174-2010), expresó “que la medida de intervención debe limitarse a posibilitar una adecuada administración del ente intervenido, con el fin de normalizar y tornar eficiente su funcionamiento”, por lo que la intervención de la EPQ, además de ser temporal, excluye decisiones de largo plazo o que afecten el dominio de inmuebles, como las concesiones. Es más, la indefinida intervención de la EPQ no se justifica. (Fin del Editorial)
Comento: en mi opinión, éste es, probablemente, el mejor análisis que se ha publicado hasta el momento sobre este controvertido asunto. En contraste, en la sección de “Plumas Invitadas” de Prensa Libre de hoy se publica la opinión del abogado Gustavo Martínez Luna, quien desempeña el cargo de Secretario General de la Presidencia de la República:
Legal y viable
El otorgamiento de usufructo favorece al país porque atrae una inversión de US$120 millones.
La Empresa Portuaria Quetzal, entidad estatal, descentralizada y autónoma, con personalidad jurídica y patrimonio propio.
Los servicios marítimos y portuarios en Puerto Quetzal no tienen naturaleza de “servicios públicos”, como los que debe de prestar el Estado para las necesidades de todos sus habitantes y la realización del bien común. Se encuentra intervenida según acuerdos gubernativos del 2011 , que le dan al interventor funciones de Junta Directiva.
En el reglamento dice: “Autorizar el uso y aprovechamiento del espacio portuario, marítimo o terrestre, mediante modalidades jurídicas de derecho privado…”.
La Procuraduría General de la Nación, en octubre 2006, analizó la figura de usufructo oneroso y dijo: “La Portuaria tiene facultades suficientes para dar en arrendamiento o en usufructo oneroso sus bienes inmuebles, según convenga a sus intereses”.
Actualmente existen 23 contratos de usufructo onerosos. La minuta es, en esencia, la misma utilizada en el contrato de usufructo oneroso otorgado.
Lo hecho por la Empresa Portuaria Quetzal es totalmente legal y viable. Para atacar el procedimiento se ha indicado que se debió usar otros procedimientos aplicables para otros casos, tales como los contemplados en la Ley de Contrataciones del Estado, los cuales no son aplicables porque la Portuaria Quetzal cuenta con un régimen constitutivo de un ámbito especial.
También se ha invocado una sentencia de la Corte de Constitucionalidad, de la intervención a una asociación privada y una opinión consultiva realizada a la Corte de Constitucionalidad, de lo que se citan párrafos aislados, y no se hace una lectura en su contexto, la cual en la conclusión dice: “En ausencia de una regulación de carácter ordinario, que desarrolle la forma en la que se debe sujetar la realización de una intervención administrativa, corresponde al Organismo Ejecutivo el ejercitar aquella potestad, siempre que el interés público así lo exija o el orden público así lo requiera”.
La intervención, el procedimiento realizado, el otorgamiento del usufructo se encuentran ajustados a derecho, ya que para autorizar a una empresa particular para la prestación de servicios portuarios y marítimos en Puerto Quetzal, no es procedente someterlo a la aprobación del Congreso de la República. El otorgamiento del usufructo favorece al país porque atrae una inversión de US$120 millones, que generará desarrollo, empleo y competitividad. (Fin de la opinión del licenciado Gustavo Martínez Luna, Secretario General de la Presidencia de la República)
Comento: es explicable que esta sea la opinión del licenciado Martínez Lima, por el hecho de ser el Secretario General de la Presidencia de la República (y, aunque no venga al caso, se dice que es yerno del Presidente Otto Pérez Molina), pero si analizamos su carta desapasionadamente podemos comprender que tiene que hacerlo por ser uno de los principales funcionarios públicos que ha participado en esta “negociación” (para llamarla de algún modo). Hay que reconocer que su opinión es casuística, interesada, por el hecho de ser una de las partes involucradas. Es más, la infaltable maledicencia pública ya anda diciendo que él es parte interesada, tal como lo fue durante el gobierno de Alfonso Portillo Cabrera (“Pollo Ronco”) su Secretario General de la Presidencia Julio Girón en el negocio de las grúas en esa misma terminal de puertos, no obstante lo cual, nunca se le ha tocado ni con el pétalo de una rosa.
En la misma sección de “Plumas Invitadas” se publica también la opinión del abogado Ovidio Parra, miembro del Centro para la Defensa de la Constirución de Guatemala (Cedecon), que dice:
¿Ambigüedades?
El Ejecutivo, en aras de la transparencia, debe terminar con la intervención de Puerto Quetzal
En la cláusula cuarta del contrato celebrado entre la Empresa Portuaria Quetzal y la entidad Terminal de Contenedores Quetzal, S.A. (TCQ), acordaron para el caso de existir “ambigüedades” en su interpretación, las mismas se resolverán de mutuo acuerdo. La disposición deja a su criterio e interés resolverlas, así aún contravengan disposiciones legales. Las dudas despertadas por la celebración del contrato se inician desde el momento de la constitución de TCQ hasta la constitución del usufructo oneroso.
La sociedad se constituyó el 14 de mayo de este año ante los oficios de la misma notaria que autorizó el 11 de julio el contrato de usufructo. Tiempo transcurrido: dos meses, dentro de los cuales se inscribió en el Registro Mercantil, se aprobaron el otorgamiento del real de goce sobre una fracción de terreno equivalente a 348 mil 171.81 m2 y diversos dictámenes, entre ellos el de la Dirección General de la Asesoría Jurídica y Cuerpo Consultivo del Presidente y Secretaría General de la Presidencia, que dio validez al contrato.
El interventor, a instancia del Ejecutivo, modificó el Normativo para el Usufructo y Arrendamiento de Áreas y Locales de la Empresa Portuaria Quetzal.
¿Tal eficiencia del Gobierno? ¿Contó con la opinión de la Procuraduría General de la Nación?, ¿o los dictámenes de las asesorías jurídicas prevalecen sobre los de esta?
Al final el subinterventor suscribió el contrato y no su titular, quien aprobó con sus resoluciones el usufructo oneroso. ¿Simples ambigüedades de forma? ¿Y de fondo? Para citar algunas: qué injerencia tendrán Grup Maritim TCB, S.L “y otros posibles socios” —cláusulas 36 y 39—; qué sucede con la cesión y traspaso del 99% de acciones a favor de la firma Grup Maritim TCB, S.L.
Y existe la posibilidad de que TCQ declare sobre su estado financiero al 31 de diciembre de 2011, época en la que no existía.
No se está en contra de la competitividad y el desarrollo del país. Por el contrario, debemos sumarnos a ellas siempre y cuando no se extralimite la intervención, la que consiste en la provisionalidad de su funcionamiento administrativo, con el objetivo de ordenar el servicio público intervenido y no la de disponer en forma arbitraria de los bienes de la institución.
El Ejecutivo, en aras de la Transparencia, debe terminar con la intervención de Puerto Quetzal y de está forma evitar “ambigüedades”. (Fin de la opinión del abogado Parra)
Comento: Habrá que ver meticulosamente quién está en lo correcto. Hay que comprender que las inversiones extranjeras siempre deben ser bienvenidas, pero las negociaciones de concesiones o de usufructos (como se prefiera llamarlas) deben hacerse estrictamente apegadas a la ley y no a escondidas porque son productos del enriquecimiento ilícito de alguno de los funcionarios públicos involucrados. Y por de pronto el partido LIDER de oposición se ha apuntado un 10 por haber iniciado el escándalo. Por lo que, para evitar suspicacias, el gobierno de la República ha hecho bien en echar marcha atrás para que se estudie la forma de que este caso sea hecho con transparencia, para evitar que la oposición y las malas lenguas dejen de decir que eso no es otra cosa que un “negocio” del que van a beneficiarse en lo particular el Presidente Otto Pérez Molina, la Vicepresidenta Rossana Baldetti, el Secretario General de la Presidencia, licenciado Gustavo Martínez, el Interventor y el Subinterventor de la Empresa Portuaria Quetzal. Pero ya sabemos cómo se manejan estas cosas en los interesados a desprestigiar al gobierno en general y al general Pérez Molina y sus colaboradores cercanos en particular. Como no soy el Oráculo de Delfos, he estado recabando opiniones de personas desinteresadas y pronto podré explicarles a qué conclusiones llegaré. Por de pronto, aquí me quedo.
Mientras tanto, les deseo un feliz domingo.
Twitter: @jorgepalmieri