INJURIAS PERIODÍSTICAS ANÓNIMAS

Portada de Prensa Libre del 30 de junio de 1967. Como puede verse, estoy en la tribuna señalando con el dedo al mafioso italiano Oracio Cultreri, quien me demandó penalmente acusándome de difamación por haberle desenmascarado de las fechorías que hizo en otros países antes de venir a Guatemala. En otra de las fotos puede verse al ciudadano Jorge Toriello Garrido, ex miembro de la Junta Revolucionaria de Gobierno, declarando a mi favor y en contra del infame italiano al ser interrogado por el abogado de Cultreri. En la otra foto están los miembros del Jurado de Imprenta que me condenó a pesar de que tenía pruebas autenticadas de que había sido expulsado de Argentina, Chile, Ecuador, Perú, Colombia, Venezuela, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador y México.

El 29 de junio de 1967 se celebró una audiencia pública en el sala de vistas del antiguo palacio de la Corte Suprema de Justicia, en la 9a. avenida y 14 calle, frente al Teatro Abril, donde hoy se encuentra el Registro de la Propiedad Inmueble, y fui condenado de haber cometido los delitos de difamación e injurias en contra de un delincuente italiano de nombre Orazio Cultreri Buccelli –quien se hacía pasar por doctor, pero en realidad solamente había sido enfermero en el aeropuerto de Milán–, en un juicio de imprenta penal que entabló contra mí con su abogado, el licenciado Carlos García, de ingrata recordación. Plantearon la demanda contra mí en el Juzgado Sexto de Primera Instancia de lo Criminal por haber publicado durante varios días consecutivos, en mis habituales columnas diarias en el diario Prensa Libre, tituladas  Buenos días –firmadas con mi nombre– y Escena, firmada con el seudónimo de “Apuntador”, una serie de informes que me fueron proporcionados por las oficinas de Policía y Migración de Argentina, Chile, Perú, Colombia, Venezuela, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador y México, de las cuales tenía en mi poder copias debidamente autenticadas, en las que se informaba que había sido expulsado de esos países por haber participado en actividades ilícitas. No obstante lo cual, me condenó el jurado de imprenta, integrado por tres abogados: los licenciados Alejandro Silva Falla, Rafael Rivera del Frate y Arnoldo Reyes Morales;  y dos periodistas: Horacio Mauricio Barrera y Ángel Monasterio, quienes, después de haber sido juramentados por el juez, eligieron como presidente al licenciado Reyes Morales. Este jurado me declaró culpable porque el Código Penal establece que al acusado del delito de difamación no se le aceptan pruebas. ¡Así de simple! Unos amigos me aconsejaron que recusara a dos de los abogados, por diversos motivos, pero yo fui tan ingenuo –o tan tonto– que no quise hacerlo porque me sentía seguro de que había hecho lo correcto al publicar la información oficial que había obtenido en los diferentes países. Sabía que Silva Falla me odiaba por razones ideológicas (él era comunista), a pesar de que algunos años antes, durante el gobierno del general e ingeniero Miguel Ydígoras Fuentes, le ayudé a salir de la cárcel en la que estaba por conspirador subversivo. Pero, mis abogados –los abogados Sierra y Williams- y yo cometimos el error de confiar en mis pruebas.

El abogado de Cultreri era un individuo con mala fama y fue el primero a quien le tocó hablar extensamente. Cuando terminó y llegó mi turno, solicité al juez que me permitiese leer los informes que había recibido de los gobiernos de los países antes mencionados. El juez me autorizó a hacerlo, pero el abogado del italiano protestó dramáticamente, y leyó el artículo 162 del Código Penal que dice que al acusado del delito de injurias no se le admitirá pruebas sobre la veracidad de la imputación. Este artículo dice textualmente: “Es injuria toda expresión o acción ejecutada en deshonra, descrédito, o menosprecio de otra persona” y sigue diciendo: “Al acusado de injuria no se le admitirá prueba sobre la veracidad de la imputación”, lo que significa que aunque haya suficientes pruebas para respaldar lo que se da a conocer acerca de una persona, no pueden hacerse del conocimiento público; y agrega: “hay delito de difamación cuando las imputaciones constitutivas de calumnia o injuria se hicieron en forma o por medios de divulgación que puedan provocar odio o descrédito, o que menoscaben el honor, la dignidad o el decoro del ofendido, ante la sociedad”, o sea que cuando un medio de comunicación informa que alguien es ladrón comete el delito de difamación, aunque haya sido capturado in fraganti. Por eso siempre hay que decir “el supuesto”, aunque se trate de un maldito delincuente que ha sido capturado por haber violado y asesinado a una niña.

Traigo esto a cuenta para referirme a las muchas veces calumniosas y difamatorias secciones anónimas de chismografía dominicales publicadas tanto en elPeriódico, denominada El Peladero, como en Siglo 21 denominada Los Wikiliks de Crispino Picón Rojas. En la primera de éstas se publicó recientemente una nota  titulada “Aceptó el aventón”, que texualmente decía: “Guatemala no gastó un centavo en el viaje. Un grupo de empresarios viajó a Cartagena para participar en un foro económico y había un par de lugares libres”, explicó Otto Pérez Molina, después de reconocer que se trasladó a la Cumbre de las Américas, celebrada la semana pasada en Colombia, en un avión de Multinversiones. ¿Qué dirán aquellos que cuestionaron a Álvaro Colom por volar en una aeronave de Tomza a la toma de posesión de su homólogo peruano Ollanta Humala?” (Fin de la cita)

¡Vean que “mala leche”! ¡Qué mezquindad o ganas de joder! Si bien es cierto que se criticó al anterior presidente de la República, ingeniero Álvaro Colom Caballeros, por haber viajado varias veces en el avión de la empresa mexicana de gas Tomza, la crítica no fue debida al hecho de haber volado en dicho avión, sino que éste es propiedad de una compañía que estaba gestionando que se le permitiese hacer unas instalaciones controversiales en Punta Manabique. Y porque el propietario de la empresa, un mexicano de apellido Zaragoza, no goza de impecable reputación y hace algún tiempo se dijo que en la frontera de Estados Unidos  las autoridades aduanales y de la DEA encontraron drogas en uno de sus camiones.

En cambio, Multinversiones es una acreditada empresa de reconocidos empresarios guatemaltecos, de quienes, además, se dice que contribuyeron económicamente a la campaña electoral del binomio Pérez Molina-Baldetti. ¿Qué puede tener de malo que empresarios guatemaltecos como ellos colaboren con el Presidente de la República en su viaje a Colombia para participar en un evento internacional de esa envergadura? ¡No hay que ser tan mezquinos! Lo hubiesen podido hacer los señores Castillo, propietarios de la Cervecería Centroamericana, o los propietarios de Cementos Progreso y tampoco se les habría podido censurar por ello. Pero creo que no tienen ningún avión como los de Multinversiones.

Esas secciones anónimas dominicales de chismes malintencionados son indignas del periodismo guatemalteco. Y, es más, la de Siglo.21 –firmada con el seudónimo “Cristino Picón Rojas”– es una ofensa a la memoria del difunto abuelo del presidente y el director general de ese diario, Gonzalo y Eduardo Marroquín Godoy, respectivamente, el gran periodista, escritor, historiador y político Clemente Marroquín Rojas (qepd)–, porque él empleó muchas veces ese seudónimo para firmar alguna de las columnas que solía escribir, además de sus famosos editoriales.

Es una cobardía, además de ser un delito, la que se comete al publicar constantemente en esas secciones de chismografía barata toda clase de diatribas, calumnias y difamaciones ponzoñosas, aparentemente graciosas, que calumnian, injurian y deshonran a cuantas personas quieran desprestigiar. Y lo peor del caso es que los chismes son anónimos, porque no tienen firma responsable.

Alcalde Metropolitano Álvaro Arzú Irigoyen

A uno de los personajes a quienes  suelen agredir dichas columnas de chismografía con calumnias y difaman constantemente es al ex Presidente de la República y actual Alcalde Metropolitano, Álvaro Arzú Irigoyen, simplemente porque les es antipático, les cae mal, les parece que es demasiado arrogante o antipático para su gusto, porque él jamás se queda callado y siempre les riposta lo que se merecen, aunque sus aclaraciones posteriores no tienen el mismo efecto que las diatribas, como bien dijo en una reciente entrevista que le hizo la periodista Elsie Díaz Barrios en el segmento El Cafecito del noticiario Telediario, bajo su dirección, de Canal 3. La entrevistadora comenzó diciéndole que es labor del periodista informar, y Arzú le salió al paso para decirle categóricamente que él no está en contra del periodismo en sí, ni de los periodistas que dicen la verdad, sino de los malos periodistas que mienten, calumnian y difaman. ¡Y en mi opinión tiene toda la razón! Otra cosa por la que le han criticado es porque no les anda pidiendo permiso para dirigir el gobierno municipal como a él le parece conveniente. Seguramente querrían que les consultase sus opiniones antes de hacer lo que hace. Y le han criticado por impedir que los dos concejales de la oposición hagan el papel de quinta columnistas para boicotear, en vez de colaborar, todo lo que él y su equipo quieren hacer en TuMuni.

A otro personaje al que gratuitamente viven metiendo en todo tipo de enredos es al general retirado Francisco Ortega Menaldo, ex Jefe del Servicio de Inteligencia del Ejército (D-2) durante el gobierno del licenciado Vinicio Cerezo Arévalo y Jefe del Estado Mayor Presidencial del gobierno del ingeniero Jorge Serrano Elías. Constantemente el tiene que mandar a esos periódicos cartas para aclarar que no es verdad lo que han dicho de él, pero hay una gran diferencia entre el espacio y el tipo de letra que han empleado en la diatriba y las pocas líneas a las que tienen derecho sus aclaraciones. ¡Es obvio que le odian y ese odio parece ser enfermizo!

Periodista Sylvia Gereda, autora del apodo “Rey del Tenis” a Roberto López Villatoro

¿Y dónde me dejan las constantes imputaciones infundadas contra el  licenciado Roberto López Villatoro, apodado “Rey del Tenis”? Se le involucra injustamente en todo lo que pueda ser criticable en el país. Y todo porque hace algunos años la entonces columnista de elPeriódico y ahora presentadora de televisión, Sylvia Gereda, le puso ese apodo porque le ganó una licitación de botas militares y zapatos tenis a su esposo, Diego Torrebiarte, de la fábrica de calzado Cobán, porque ellos tenían precios muy altos y él trajo de China continental las botas y zapatos tenis a un precio mucho más bajo. ¡Desde entonces se le llama “Rey del Tenis”! ¡Cualquiera diría que se trata de alguna persona mafiosa! Y ¿quién es el “Rey del Tenis”? ¿De dónde vino y qué hace?

El licenciado Roberto López Villatoro, apodado “Rey del Tenis” haciendo pocker de reyes junto a un anuncio comercial de “Tercia de Reyes” en un Samborns de la Ciudad de México.

Yo no conocía personalmente a este personaje, pero había leído las constantes diatribas que le hacían ciertos periodistas –Sylvia Gereda a la cabeza– por lo que cada vez que le oía mencionar creía que se trataba de algún delincuente. Y cuando le conocí personalmente no tenía ni la menor idea de que fuese nada menos que el famoso “Rey del Tenis”. Solo le conocía como un abogado muy popular, simpático y servicial que había estado casado con la bella licenciada Zury Ríos Sosa, hasta que un día me dijeron unos amigos mutuos que él era el famoso “Rey del Tenis”. Entonces le pregunté si le ofendía ese apodo que le puso Sylvia Gereda y me contestó que no, riendo a carcajadas, que no le molesta, en lo más mínimo, sino le causa risa; pero no le gusta que ciertos periodistas le han involucrado en algunos asuntos en los cuales él no ha tenido nada que ver.

Por este motivo me propuse investigar un poco su vida, y estos son los datos que he averiguado: nació el 7 de diciembre de 1968 en el municipio de Cuilco, del departamento de Huehuetenango, donde transcurrió su niñez, hasta que a los 12 años de edad sus padres le enviaron a la cabecera departamental para acceder a mejor educación. Se graduó de Maestro de Educación Primaria en el Instituto Nacional y al año siguiente viajó a la capital para inscribirse en la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), donde se graduó de licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales en el año de 1997 y de Abogado y Notario en el 2003. Su número de colegiación en al Colegio de abogados es 13,303. En el 2005 sacó un postgrado en Business Administration MBA en la Escuela de Negocios de Alta Gerencia. Después obtuvo una maestría en Negocios Internacionales en la Universidad Francisco de Vittoria, Madrid (España) en el 2006. En el 2009 obtuvo una maestría en Derecho Penal de la Universidad de Sevilla (España). Luego hizo estudios de Administración, marketing y Negociación en la Universidad de San Francisco (USF), California, y en el Instituto Chester Karras de la Universidad de Boston. Ha dedicado mucho tiempo de su vida a ayudar al prójimo, y así participó en la constitución de la Fundación Nicky Cruz, que se dedica a ayudar a la rehabilitación de personas que tienen problemas de adicción a las drogas.

El famoso cantante mexicano José José, llamado el “Príncipe de la Canción”, durante su última visita a la Ciudad de Guatemala, con el “Rey del Tenis” Roberto López Villatoro acompañado de su joven y bella esposa, Analucía Valencia.

Alguna persona perversa le metió en la cabeza al tristemente recordado ex jefe de la CICIG Carlos Castresana que el licenciado Roberto López Villatoro es una persona de cuidado porque ejerce muchas influencias en muchas personas, y desde entonces el desafortunado inquisidor español investigó todos sus pasos, al extremo de investigar qué hacía durante sus estudios en Sevilla, hasta qué bebía y qué comía, y con quiénes salía. En una oportunidad, para el cumpleaños de un respetable miembro del grupo de amigos que llamamos “La Cofradía de los Viernes” (que consiste en que un selecto grupo de amigos nos reunimos a almorzar todos los viernes en diferentes lugares, principalmente en mi casa), un viernes lo hicimos en el restaurante “Los Cebollines”, de nuestro querido amigo y cofrade Ernesto (“Neto”) Villa, y durante la reunión se sacaron muchas fotos, las cuales me sirvieron ilustrar una crónica que publiqué en este blog, y Castresana fue tan imbécil que empleó varias de esas fotos para reproducirlas en Prensa Libre diciendo que “El rey del tenís es tan desvergonzado que no niega que es miembro de La Cofradía” (probablemente refiriéndose a “La Cofradía” de la Inteligencia Militar). Y en ambas secciones de chismografía le viven achacando un sin fin de cosas en las que no ha tenido ninguna participación. Una de las últimas que publicó “El Peladero” fue que gracias a su apoyo logró salir en libertad Gloria Torres Casanova, lo cual es totalmente falso porque no tuvo nada que ver en ese asunto.

El licenciado Roberto López Villatoro, apodado “Rey del Tenis”, acompañado de mi querido viejo amigo el famoso periodista mexicano licenciado Jacobo Zabludovsky (con zapatos tenis) en la residencia de éste en la Ciudad de México. Roberto López es un hombre pro positivo que siempre está sonriente y es sumamente fraternal con sus numerosos amigos.

Ceremonia de la develación de la placa de reconocimiento al Presidente José López Portillo en la residencia de la embajada de Guatemala en México por haberme donado esa casa cuando yo era embajador. Aparecen de izquierda a derecha el licenciado Guillermo Cosío Vidaurre, ex Presidente Municipal de Guadalajara, ex Gobernador de Jalisco, ex embajador de México en Guatemala; seguido por el licenciado Jacobo Zabludovski, ícono del periodismo en México, yo, mi querida amiga Aura Ruiz (“La Muñecona”), mi querido amigo el escultor José “Pepo” Toledo Ordóñez y el susodicho licenciado Roberto López Villatoro, apodado “Rey del Tenis”.

En una calle de Manhattan, el licenciado Roberto López Villatoro, Aury Ruiz (“La Muñecona”) y yo. Detrás está el Rockefeller Center. El licenciado Stuardo Juárez no aparece porque él tomó la foto.

Cena en el fabuloso restaurante Le Cirque de New York para celebrar mi 83 cumpleaños el 11/11/11. De izquierda a derecha, la encantadora señora Regina Mejía de Toledo, su esposo el escultor José “Pepo” Toledo, y de pié el licenciado Stuardo Juárez; luego mis queridas amigas Sarita Mishaan y Aury Ruiz Castañeda que me abrazan afectuosamente, y finalmente el licenciado Roberto López Villatoro, apodado “Rey del Tenis”.

Lo que sí es verdad de todo lo que se pueda decir del licenciado Roberto López Villatoro, apodado “Rey del Tenis”, es que tiene una enorme cantidad de amigos y siempre anda viendo a quién puede servir o ayudar en algo. Porque él es una persona sumamente amigable, amable y generosa. Puedo agregar que los integrantes de “La Cofradía de los Viernes” le estimamos en alto grado y su amistad y compañía nos es muy grata.

Otro aspecto del último almuerzo de “La Cofradía de los Viernes” en la que aparecen de espaldas los licenciados Roberto Quevedo y Ricardo Rubio y les siguen el licenciado Julio Vielman, Alejandro Palmieri Waelti, el licenciado Juan Luis Florido, Rodrigo Carrillo Waelti, Mynor Palacios, José “Pepo” Toledo, yo bebiendo una copa de vino, después la anfitriona Aury Ruiz, Ernesto “Neto” Villa Alfonso y el licenciado Víctor Hugo Orantes.

Los ex compañeros de estudios y ahora abogados Roberto Quevedo, Ricardo Rubio, y detrás, de pié, Diego Polanco y Julio Vielman, observando un objeto.

El escultor José Toledo Ordóñez mostrándome la maqueta de su escultura de la Paloma de la Paz que próximamente será colocada en el bulevard de Las Naciones, cerca del aeropuerto, donde habrá muchos monumentos a la paz.

Para terminar, reproduzco textualmente a continuación lo que dice el Código Penal vigente sobre la penalización de esas chismografías calumniadoras y difamatorias:

TITULO II
DE LOS DELITOS CONTRA EL HONOR
CAPITULO I
DE LA CALUMNIA, DE LA INJURIA Y DE LA DIFAMACION
CALUMNIA
“ARTICULO 159.- Es calumnia la falsa imputación de un delito de los que dan lugar
a procedimiento de oficio.
El  responsable  de  calumnia  será  sancionado  con  prisión  de  cuatro meses  a  dos
años y multa de cincuenta a doscientos quetzales.
VERACIDAD DE LA IMPUTACION
ARTICULO 160.- En el caso del artículo anterior, el acusado de calumnia quedará
exento de toda responsabilidad penal probando la veracidad de la imputación.
INJURIA
ARTICULO  161.-  Es  injuria  toda  expresión  o  acción  ejecutada  en  deshonra,
descrédito menosprecio de otra persona.
El responsable de injuria será sancionado con prisión de dos meses a un año.
EXCLUSION DE PRUEBA DE VERACIDAD
ARTICULO 162.- Al acusado de injuria no se le admitirá prueba sobre
la verdad de la imputación.
INJURIAS PROVOCADAS O RECIPROCAS
ARTICULO 163.- Cuando las injurias fueren provocadas o recíprocas, el tribunal
podrá, según las circunstancias, eximir de responsabilidad penal a las dos partes o
a alguna de ellas.
DIFAMACION
ARTICULO 164.- Hay delito de difamación, cuando  las  imputaciones constitutivas
de calumnia o injuria se hicieren en forma o por medios de divulgación que pueda
provocar odio o descrédito, o que menoscaben el honor, la dignidad o el decoro del
ofendido, ante la sociedad.
Al responsable de difamación se le sancionará con prisión de dos a cinco años.
PUBLICACION DE OFENSAS
ARTICULO  165.-  Quien  a  sabiendas  reprodujere  por  cualquier  medio,  injurias  o
calumnias inferidas por otro, será sancionado como autor de las mismas de dos a
cinco años.
EXCEPCIONES
ARTICULO  166.- No  incurre  en  delito  de  calumnia,  injuria  o  difamación,  siempre
que no haya obrado por interés o con ánimo de perjudicar:
1º. Quien manifestare  técnicamente  su  parecer  sobre  alguna  producción  literaria,
artística o científica.
2º.  Quien,  por  razón  de  cometido,  expresare  su  juicio  sobre  la  capacidad,
instrucción, aptitud o conducta de otra persona”.

Twitter @jorgepalmieri

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