Me llena de satisfacción personal –y es un justo motivo de orgullo para Guatemala– que algunos guatemaltecos hayan merecido medallas de oro, de plata o de bronce en los diferentes eventos atléticos y deportivos que se han sucedido últimamente, y que el doctor Luis von Ahn sea merecedor del reconocimiento internacional por el hecho de ser un científico excepcional y profesor de ciencias de la computación en Carnegie Mellon University, el fundador de la compañía Recaptcha, la cual fue vendida a Google en el 2009. Sus investigaciones en computación y en Crowdsourcing le han dado reconocimiento internacional y varios honores en el ámbito científico y tecnológico. En el 2006 ganó el premio MacArthur, también conocido como el “premio del genio”. Ha sido nombrado uno de los 50 mejores cerebros en la ciencia por la revista Discover, uno de los 10 científicos brillantes del 2006 por Popular Science, y una de las 50 personas más influyentes en la tecnología por Silicon.com En 2009, el diario Siglo Veintiuno de Guatemala nombró a Luis von Ahn como su personaje del año. En el 2011, la revista Foreign Policy en español escogió a von Ahn como “el intelectual más influyente de Iberoamérica”.
Hoy voy a reproducir una interesante entrevista publicada el miércoles 7 de diciembre de 2011 en el importante periódico La Jornada de la ciudad de México, acerca del resonado triunfo que obtuvo recientemente en ese país el doctor Pedro Julio Collado Vides, nacido en Guatemala e hijo de nuestro compatriota el Dr. Rolando Collado Ardón, un estimado amigo mío que reside en el Distrito Federal de México desde 1965 a raíz del asesinato -aparentemente por fuerzas de seguridad- de su hermano, mi querido amigo el eminente siquiatra Santiago Collado Ardón, desaparecido inexplicablemente. El premio al que se ha hecho acreedor le fue entregado personalmente, en una solemne ceremonia, por el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Felipe Calderón Hinojosa. El Honorable Consejo de Premiación está presidido por el Secretario de Educación Pública e integrado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes; las universidades Nacional Autónoma de México y Autónoma Metropolitana; el Instituto Politécnico Nacional, y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. La resolución final del Presidente de México será publicada en el Diario Oficial de la Federación para efectos de la ceremonia de premiación del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2011. Además, la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior, el Colegio Nacional; el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías, la Dirección General de Culturas Populares del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y la Dirección General de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Son diez los artistas, intelectuales y científicos galardonados, así como un colectivo, quienes recibirán el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2011. Entre ellos nuestro compatriota el doctor Collado Vides.
Premios nacionales
Julio Collado pide un año de silencio contra el desdén oficial a la ciencia
Recibirá el galardón en el rubro de Ciencias físico-matemáticas y naturales
La humanidad no puede darse el lujo de despreciar ningún tipo de saber, manifiesta el investigador a La Jornada
Trabajo en editar la regulación del conocimiento genético en un libro electrónico.
Julio Collado Vides en su oficina del Centro de Ciencias Genómicas, de la UNAM, en Cuernavaca, Morelos, durante la entrevista con La Jornada. Foto Cristina Rodríguez
Emir Olivares Alonso
El investigador Julio Collado Vides, ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2011 en el rubro de Ciencias físico-matemáticas y naturales, es enfático al afirmar que en la actualidad la humanidad no puede darse el lujo de despreciar ningún tipo de conocimiento.
El científico, encargado del Programa de Genómica Computacional del Centro de Ciencias Genómicas (CCG) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con sede en Cuernavaca, Morelos, señala que el siglo XXI será la centuria de la genómica.
El siglo pasado ya fuimos a la Luna. Ahora, hay que ir al viaje más fascinante, nuestro propio cuerpo. Por ello, subraya que los jóvenes que la UNAM forma en la licenciatura de ciencias genómicas en el campus Morelos son el nuevo pozo de Cantarell para México.
Creativo, desmadroso y un tipo muy simpático son los primeros adjetivos que vienen a su cabeza para describir su personalidad dentro y fuera del laboratorio. Y define su trabajo cotidiano como el de un editor del conocimiento y un coleccionista de miles de imágenes sobre la regulación genética.
Disciplina renacentista
En entrevista con La Jornada, Julio Collado manifiesta alegría y satisfacción por haber sido reconocido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes este año, en mérito a sus aportaciones en el campo de la genómica computacional.
El científico realizó todos sus estudios en la UNAM: completó la licenciatura en investigación biomédica básica en 1983, la maestría en físico-química en 1985 y el doctorado en investigación biomédica (con especialidad en biomatemáticas) en 1989. Posteriormente realizó una estancia posdoctoral de tres años en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Y en 1992 regresó a su verdadera patria: la Universidad Nacional.
–¿En qué consiste la genómica computacional?
–Es el uso de herramientas, esencialmente de computación, para descifrar, entender, organizar el conocimiento genómico y ayudar a interpretar, entender y apoyar en la realización de hipótesis. El apoyo se proporciona con conocimientos de computación, con estadística, con matemáticas aplicadas a la biología, a la genómica, con conocimiento genómico. Creo que es una de las disciplinas más renacentistas del siglo actual; puedes saber matemáticas, estadística, física y cualquiera que pueda contribuir de manera importante a entender el sistema más complejo que existe en el universo, que son los seres vivos.
–¿Cómo describe su trabajo?
–Es de edición. Es imposible imaginar la genómica sin la computación, y un genoma son millones de letras, de nucleótidos, y se necesita la computadora para visualizar tal cantidad de datos. Mi trabajo es editar el conocimiento de la regulación genética en un libro electrónico. ¿Y qué es la regulación genética? Es tan simple como la necesidad que tiene la célula de expresarse. Lo viviente está organizado con piezas de información que son genes, que tienen asociado un switch molecular, de prendido o apagado, y es justo cuando está en prendido cuando se están expresando. Es como una colección de estampillas que por años han sido analizadas y con las que se ha experimentado en distintos laboratorios en el mundo. Las colecciono todas para hacerlas disponibles a la comunidad. Y es en este trabajo de recolección donde tengo la libertad creativa de representar ese conocimiento y he propuesto un nuevo concepto en biología molecular.
–¿Cuál es ese concepto?
–Se llama unidad de censado genético. La idea es contar con un mecanismo que tenga la capacidad de censar, percibir cambios en el medio ambiente, la aparición de nuevas moléculas, de nuevas fuentes de energía o de peligro para las moléculas que te pueden intoxicar. El censado que está acoplado a la regulación genética hará que la célula pueda contestar al cambio que está afuera haciendo uso de su genoma.
–¿Por qué es importante el conocimiento científico?
–Vivimos en una cultura del conocimiento y es inevitable, inimaginable, despreciar el conocimiento de cualquier área. De la Edad Media para acá el hombre emprendió la revolución científica para conocer el universo.
–¿Qué piensa de que en México no se apoya a la ciencia básica con más presupuesto?
–Yo no pediría un minuto, sino todo un año de silencio por el duelo (por la falta de inversión). Es todo lo que puedo decir.
Orgullo por la UNAM
Julio Collado Vides, hijo de médicos guatemaltecos, llegó a México en los años 60, luego de que su padre fue perseguido por el régimen dictatorial de su país. Visitó Cuba cuando estaba prohibido y fue acusado de comunista, ahora uno puede ya hablar, en mi familia hubo tanto cercanos del lado de la guerrilla como de los militares. Pero a mi padre lo amenazaron de muerte y salimos en 1965 para acá.
Hoy es un mexicano orgulloso de formar parte de la UNAM, a la que define como la mejor institución del país e inclusive más allá de las fronteras. En Estados Unidos no existe una universidad con el carácter de nacional, por más que Harvard sea Harvard no tiene el compromiso con su país que en cierto sentido da el nombre de Universidad Nacional Autónoma de México.
Aunque las matemáticas, la biología y las nuevas tecnologías son parte de sus pasiones, e incluso su habilidad en las dos primeras propiciaron que decidiera ser científico y no economista, Julio Collado también tiene otros amores.
En principio sus dos hijos (el mayor que realiza un doctorado en el campo de la genómica y el menor que estudia el bachillerato). Pero también se inclina por la lectura y el lenguaje: “Me compré Ese modo que colma, de Daniel Sada (también ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2011 en la categoría de Lingüística y literatura, quien murió el mismo día que se dio a conocer este reconocimiento) que estoy gozando mucho”.
En su deseo por acumular nuevos conocimientos, hace un tiempo, cuando cumplió 50 años de edad, Collado Vides decidió aprender a bailar salsa y cumbia. “Tenía mucho deseo de hacerlo, es una práctica que en México debería ser parte de la primaria; está relacionado con gozar con la pareja, con la mujer. Además, mi trabajo es tremendamente intelectual y se realiza sentado, y con el baile descubrí que me quitaba el estrés, una hora de clase te relaja y te hace ser atento a la coordinación corporal, que es una maravilla.
–¿Qué le deja impartir clases a jóvenes de licenciatura y no sólo en el posgrado?
–Es una belleza, una gran oportunidad de conectarse con la energía de la juventud. Es como cumplir con un compromiso transgeneracional. Mis maestros me dieron mucho y hoy trato de dar a los alumnos el deseo de un México que busque investigación y tenga pasión por la ciencia. Es un aliciente continuar en este juego, es como el pase de antorcha en las Olimpiadas.
Mi comentario: un fraternal abrazo de felicitación al galardonado, pero también para sus padres y en especial para mi viejo amigo el doctor Rolando Collado Ardón, quien debería ensanchar las puertas de su casa para que pueda entrar orgullosamente su hijo Julio. Aunque creo que por su natural modestia eso no será necesario.
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