MISCELÁNEA 05/05/2010

* Excelente artículo en Prensa Libre del domingo

En la sección de Opinión del matutino Prensa Libre se publicó el domingo pasado (02/05/2010) un artículo que me pareció excelente. El autor es mi estimado colega y amigo el veterano periodista Luis Morales Chúa, quien por muchos años fue Jefe de Redacción y durante algún tiempo desempeñó el cargo de Director de ese importante medio de comunicación. Además, es también abogado. Traté en vano de comunicarme con él para felicitarle y pedir su autorización para reproducir este artículo, pero una grabación de la compañía de teléfonos me respondió primero que su teléfono está “fuera de servicio” y después que “todavía no está instalado”. Por considerar este artículo de lo mejor que se ha escrito sobre este importante tema, lo reproduzco a continuación y les invito a que lo lean muy cuidadosamente. Al final agregaré un comentario personal.

Afanosa búsqueda de un nuevo fiscal

El poder público en Guatemala cada vez es menor, porque sus funciones y atribuciones han sido trasladadas a golpe de elecciones populares a organizaciones no gubernamentales, empresarios privados, grupos de opinión que se arrogan la representación del pueblo y a la comunidad internacional.

En otras palabras, la facultad de gobernar se va limitando hasta extremos increíbles, como consecuencia directa de una filosofía política y económica según la cual el Estado —no solo el Gobierno— debe ser un ente subsidiario, útil únicamente cuando se le pide ayudar a subsanar las deficiencias corporativas, como ha ocurrido en Estados Unidos y en muchos otros países durante la actual crisis financiera mundial.

Si uno se pregunta quién nombra al fiscal general y jefe del Ministerio Público, sería incorrecto responder que es el presidente de la República, por cuanto su capacidad de nombramiento está reducida a escoger uno entre los seis finalistas de un prolongado proceso al que resulta ajeno. Luego tiene la obligación de seleccionar a tres de esos mismos candidatos para formar parte del poderoso Consejo del Ministerio Público, integrado por el fiscal general, tres fiscales electos por la asamblea general de fiscales distritales y tres más electos por el Congreso entre los postulados a fiscal general.

Y no puede el Ejecutivo salirse de la línea marcada por la comisión de postulación, aunque una vez concluido el proceso previo al acto final del nombramiento, se alcen voces exigiendo que el proceso sea repetido, so capa de que los candidatos no son idóneos. O mejor, dicho, no son del gusto de los descontentos.

El caso es que la palabra repetir significa hacer lo mismo que se hizo anteriormente.

En una cena —dice el famoso diccionario— es repetirse el mismo guiso.

De modo que si se acata el obligatorio significado de las palabras —como dispone el artículo 11 de la Ley del Organismo Judicial— se volvería a reunir la misma comisión (no otra), con los mismos integrantes, pues si falta uno ya no sería la misma, la cual escogerá entre los mismos 29 semifinalistas, y solo entre ellos y ellas; calificará sus expedientes y les asignará los mismos punteos anteriores, y entregará al presidente la misma nómina de los seis afortunados (ni uno más, ni uno menos; ni uno distinto) que ahora están a la espera de que el presidente suba o baje el dedo gordo de su mano derecha.

Pienso que entre los seis finalistas, la mayoría presenta los atributos necesarios para ser fiscal general. Algunas objeciones son artificiosas y mal intencionadas, porque varias personas o grupos impugnadores —como sucedió con la elección de magistrados— tienen sus candidatos en secreto y su descontento obedece a que estos no fueron seleccionados por la comisión postuladora. Pero, téngase presente que los candidatos no son impulsados de oficio. Ellos, sin que nadie se los pida, presentan sus candidaturas, y las defienden hasta el final.

Además es absurdo hablar de “veto”. Nadie puede vetar lo actuado por la comisión postuladora. Ni el Congreso. Ni el presidente. Y menos pedir la repetición del proceso porque esto no está contemplado ni en la Constitución ni en la Ley Orgánica del Ministerio Público. Tampoco se debe hablar de un proceso distinto, con candidatos de otros nombres.

Veto es, en Guatemala, el derecho atribuido por la Constitución Política de la República al jefe del Ejecutivo con respecto a las leyes emitidas por el Congreso, salvo los casos en que no sea necesaria la sanción del Ejecutivo.

En otros países el veto corresponde al Senado. Pero una persona particular, por muy docta, querida, popular y respetable que sea, no puede vetar a ningún candidato seleccionado por la comisión de postulación. (Fin del artículo de Luis Morales Chúa)

Comento: No solo estoy totalmente de acuerdo con la opinión que expresa este veterano colega y amigo, sino le felicito y aplaudo por lo bien escrita que está; pero le agrego que me parece una insoportable falta de respeto que ciertas personas hayan tenido el atrevimiento de descalificar a los destacados profesionales del Derecho integrantes de la Comisión de Postulación, encabezados nada menos que por el Presidente del Organismo Judicial y Corte Suprema de Justicia, e integrado por los decanos de las facultades de Dereho o Ciencias Políticas y Sociales de las diferentes universidades del país, el presidente del Colegio de Abogados y el presidente del Tribunal de Honor de esa entidad, quienes desarrollaron una cuidadosa eliminación de candidatos para desempeñar el importante cargo de Fiscal General y Jefe del Ministerio Público hasta escoger a seis  para que de ellos le nombre el Presidente de la República. Ya es insoportable que estén usando el nombre de la “sociedad civil” para sus actividades politiqueras de índudable índole política. ¿Qué chingados es la “sociedad civil”? ¿Quién les eligió o nombró a ellos para que la representen y hablen en su nombre? ¿Y qué es el llamado “Movimiento pro Justicia” que liderea una mujer que se llama Carmen Aída Ibarra? ¡Ya no jodan más con eso de “Sociedad Civil” y “Movimiento pro Justicia”! Por otro lado, aunque la diputada Nineth Montenegro me merece respeto y simpatía, no podrá negar que ella también actuó con objetivos políticos, asesorada y patrocinada por cierto poderoso sector, para presentar ese recurso de amparo a todas luces improcedente, cuyo fallo de una jueza inexperta tuvo que ser reformado. Otra cosa que no tiene razón de ser es que algunos embajadores hayan cometido el abuso de tratar de influir en la Comisión de Honor para que designaran a algunos pretendientes a ese cargo. ¿Qué se estarán creyendo? Si en México observasen ese mismo comportamiento, inmediatamente se les citaría a la Cancillería para llamarles la atención o se les aplicaría el famoso Artículo 33 para expulsarles del país como personas non gratas. Pero está visto que aquí la Cancillería lo soporta todo. No en vano se dice que es como la “carabina de Ambrosio”.

* Exposición en Berlín de Frida Khalo

Durante 2 días, más de 7 mil visitantes a muestra de Frida Kahlo en Berlín

La exposición está abierta al público desde el jueves pasado y la inauguró simbólicamente el presidente Felipe Calderón.

En los sólo dos días de estar abierta al público, la exposición de Frida Kahlo recibió la visita de más 7 mil visitantes, fascinados con las coloridas pinturas que muchas veces incluyen elementos surrealistas y dan cuenta de la intensa vida de la pintora, entre la pasión y el sufrimiento, explicó el director del festival de artes Berliner Festspiele, Joachim Sartorius, en cuyo marco se organizó la muestra.

La muestra podrá verse hasta el 9 de agosto e incluye 150 obras de la pintora, entre ellas numerosos dibujos y fotografías que nunca antes se habían expuesto. Al equipo reunido en torno de la comisaria Helga Prignitz-Poda le tomó tres años montarla, por lo disperso de la obra de la pintora.

“El éxito de la muestra -que se presenta en el museo Martin Gropius Bau de Berlín- es arrollador, y los visitantes acuden masivamente desde el día de la inauguración”, agregó.

La mayoría de los coleccionistas poseen sólo una obra de Frida Kahlo, y son reticentes a la hora de cederlos para exposiciones. En Berlín se presentan por primera vez las colecciones completas del Museo Dolores Olmedo Patiño, de la ciudad de México, de la colección de Arte mexicano de Jacques y Natasha Gelman y de la fundación Vergel, de Cuernavaca.

Ante una nutrida concurrida, entre la que estaban los embajadores de los restantes países latinoamericanos en Alemania, el mandatario mexicano consideró un “honor” la posibilidad de abrir honoríficamente la exposición, que había sido oficialmente inaugurada el jueves.

Calderón se refirió a los festejos que se harán en Alemania para conmemorar el bicentenario de las revoluciones independentistas de América y el centenario de la Revolución mexicana. Luego destacó que la célebre pintora es “un puente de unidad entre Alemania y México, empezando por sus raíces alemanas”.

“A pesar de los infortunios que sufrió, como la poliomielitis o el accidente que tuvo en su juventud y la marcó para toda la vida, Frida usó toda la fuerza de su identidad para plasmar sus sentimientos e ideales en su pintura”, señaló Calderón.

El mandatario calificó a la pintora de “mexicana universal” que se ha convertido en “ícono del arte y la fortaleza femenina”. “Amó toda su vida; a su padre, Guillermo Kahlo, alemán que se naturalizó mexicano; amó al pueblo de México, lo mexicano y lo indígena, amó las tradiciones populares de su país”, aseguró mostrando una copia del acta de naturalización del padre de la pintora.

Desde luego, no mencionó ciertos detalles íntimos de su vida personal, como que tuvo un tórrido amorío con el líder de la revolución bolchevique Leon Trotsky y, además, tenía una fuerte e incontrolable inclinación sexual por el lesbianismo.

* Quién fue León Trotsky

León Troski fue amante de Frida Khalo y murió asesinado en México

Para que se enteren quienes lo ignoran, Lev Davídovich Bronstein, más conocido como León Trotsky, nació en Yanovka, Ucrania, el 7 de noviembre de 1879 y el 21  de agosto de 1940murió asesinado en su casa, situada en Coyoacán, vecina a la ciudad de México.

Político y teórico revolucionario soviético, protagonista de la revolución bolchevique en Rusia en 1917, que dio origen al primer estado obrero del mundo. Negoció la retirada de Rusia de la I Guerra Mundial mediante la paz de Brest-Listovskla. Tuvo a su cargo la creación del Ejército Rojo que consolidaría definitivamente los logros revolucionarios venciendo a catorce ejércitos extranjeros y a los ejércitos blancos contrarrevolucionarios durante la guerra civil rusa; fue condecorado con la Orden de la Bandera Roja Posteriormente, se enfrentó política e ideológicamente a José Stalin, liderando la oposición de izquierda, lo que le causó tener que salir al exilio y su posterior asesinato a manos de la OGPU.

En el segundo congreso del POSDR, celebrado en Londres en 1903, Trotsky coincidió en la primera parte con Lenin, pero en las cuestiones centrales que dividieron los campos entre los revolucionarios encabezados por Lenin y los reformistas, el programa y los estatutos, Trotsky se alineó con los mencheviques, calificando a Lenin como el “jefe del ala reaccionaria del partido” y desorganizador del POSDR. Sin embargo, no estableció fuertes vínculos con la facción menchevique.

Apartado de los principales dirigentes de la socialdemocracia se apresuró a regresar a Rusia para participar en la revolución de 1905, durante la cual fue uno de los organizadores del primer soviet (consejo revolucionario) en San Petesburgo, y asumió el papel de dirigente principal. Fracasada la revolución, fue encarcelado y deportado de nuevo a Siberia. Durante esta época escribe dos de sus obras: 1905 y Resultados y perspectivas.

En 1912 participó activamente de la llamada Alianza de agosto, alineándose junto a los mencheviques liquidacionistas, y se opuso férreamente a la organización de un partido firmemente centralizado. Fue lo que él mismo llamó “una alianza de elementos heterogéneos contra el ala proletaria del partido”.

Lev Davídovich Bronstein fue el quinto hijo de una pareja de pequeños terratenientes judìos de clase media. Estudió matemáticas por un breve período en Nikolayev. Fue en este período en el que comienza su activismo. Primero, adherido al llamado populismo agrario, para después integrarse definitivamente en el marxismo. Fue en Nikolayev donde organizó la Liga Obrera del Sur, cuyas actividades contra el régimen autocrático zarista hicieron que fuera detenido, encarcelado y posteriormente desterrado a Siberia.

En el segundo congreso del POSDR, celebrado en Londres en 1903, Trotsky coincidió en la primera parte con Lenin, pero en las cuestiones centrales que dividieron los campos entre los revolucionarios encabezados por Lenin y los reformistas, el programa y los estatutos, Trotsky se alineó con los mencheviques, calificando a Lenin como el “jefe del ala reaccionaria del partido” y desorganizador del POSDR. Sin embargo, no estableció fuertes vínculos con la facción menchevique.

En 1912 participó activamente de la llamada Alianza de Agosto, alineándose junto a los mencheviques liquidacionistas, y se opuso férreamente a la organización de un partido firmemente centralizado. Fue lo que él mismo llamó “una alianza de elementos heterogéneos contra el ala proletaria del partido”.

Revolución de 1917 y Guerra Civil

Fundó un grupo llamado Mezharayontsy (literalmente el “interdistrito de Petrogrado“) con varios dirigentes socialistas y otros futuros dirigentes de la Revolución de Octubre que en 1913 (año de la formación del grupo), no eran ni bolcheviques ni mencheviques, como él.

Fue durante el tiempo previo a la Revolución de 1907 que dedicó sus esfuerzos principalmente a contactar con diferentes conspiradores revolucionarios y a defender sus ideas en disputas ideológicas.

El estallido de la revolución de febrero le sorprendió en Nueva York, donde colaboraba para un periódico un ruso. Consiguió llegar a Rusia en mayo y asumió el control de la Organización Socialdemócrata Industrial y se integró al Soviet de Petrogrado (San Petesburgo). De esta forma se apartó de su anterior neutralidad durante el exilio implicándose directamente con los bolcheviques en el proceso revolucionario. Gracias a su poderosa oratoria alcanzó una enorme popularidad que le permitió llegar a formar parte del Comité Central del partido bolchevique, al que había ingresado en julio.

Trotsky apoyó totalmente la postura de Lenin en cuanto a la necesidad de derrocar al gobierno provisional surgido de la Revolución de Febrero y encabezado por el socialista moderado Kerenski. Así, sus esfuerzos se dirigieron a recabar apoyos para el movimiento bolchevique para el alzamiento previsto. Al tener Lenin que ocultarse, Trotsky asumió la jefatura del Comité Militar Revolucionario, cargo desde el cual aportó al triunfo de la Revolución de Octubre.

Durante la primera etapa de la Revolución, Trotsky se convirtió en el hombre de confianza de Lenin y éste le encomendó varias misiones. La primera fue la de acabar la guerra con las potencias centrales. Fue designado Comisario (Ministro) de Asuntos Exteriores, encargado de firmar con los alemanes el llamado el Tratado de paz Brest-Livosvk, que para Rusia consistió en una pérdida considerable de territorio.

Seguidamente fue nombrado Comisario (Ministro) de Guerra. Desde este puesto se encargó de la creación, promoción y dirección del Ejército Rojo, motivo principal para que los logros revolucionarios no se perdieran durante la época de la guerra civil (1918-1920) contra las fuerzas contrarrevolucionarias integradas por potencias extranjeras y rusos blancos.

Exilio

Miembro principal del Politburó, después de Lenin, apoyó a éste en sus principales innovaciones hasta que una apoplejía obligó a Lenin a apartarse de la política. En oposición a Trotsky, se unieron Grigori Zinóviev, Lev Kámenev y José Stalin. Este agrupamiento, una vez que logró apoderarse de la dirección del Partido, acusó a Trotsky de cometer serias violaciones a la disciplina del partido, con el objetivo de debilitar sus organizaciones. En consecuencia Trotsky fue primero destituido como Comisario de Guerra, luego apartado de la dirección del partido y posteriormente expulsado del mismo. Más tarde fue deportado a Kazaa Kazajistán (Asia Central) y finalmente expulsado de la URSS en 1929.

Desde entonces, los ideólogos oficiales del régimen se encargaron de revisar la figura de Trotsky, llegando incluso a trucar fotografías originales con el fin de hacerle desaparecer, por ejemplo, del lugar que ocupaba junto a Lenin mientras éste pronunciaba un discurso y haciéndolo aparecer como un traidor, aunque el trabajo historiográfico posterior ha demostrado que no son ciertas las aseveraciones que se hicieron contra él.

Durante sus años de exilio, Trotsky escribió varios ensayos (la autobiografía Mi Vida, Historia de la Revolución rusa y La revolución traicionada) y numerosos artículos sobre el estalinismo, nazismo, fascismo, la Guerra Civil Española. Desde su exilio también encabezaría la oposición comunista disidente, que formaría la IV Internacional.

Por otra parte, Trotsky empezaría un auténtico peregrinaje por diferentes países desde los cuales pudiera expresar públicamente sus críticas al stalinismo.

Finalmente, León Trotsky llegó a México, tras una serie de gestiones realizadas principalmente por el pintor comunista mexicano Diego Rivera ante el presidente Lázaro Cárdenas quien en 1937 le concedió asilo político.  A su llegada, el 9 de enero de 1937, Trotsky fue recibido en el puerto de Tampico por la pintora de inclinación comunista Frida Khalo, joven esposa del pintor de filiación comunista Diego Rivera, quien en esa forma cometió la imprudencia de ponerla al alcance del visitante, y fue transportado a la ciudad de México a bordo del tren presidencial que le facilitó el presidente Lázaro Cárdenas. Al principio vivió en la “Casa Azul”, morada de Frida y Diego en Coyoacán, hasta la ruptura política con este último, que se dio en 1939. Pero en ese año, después de haber sostenido apasionados amores clandestinos con Frida Khalo, cambió su residencia a la Calle de Viena también en Coyoacán, donde vivió hasta el día de su muerte. En esa casa, Trotsky sufrió dos atentados, el primero de ellos ocurrió en mayo de 1940. Durante la madrugada del día del atentado, un comando de 20 hombres fuertemente armados, al mando del famoso pintor comunista David Alfaro Siquieros, logró penetrar a la casa con la complicidad de Robert Sheldon Hart, un guardaespaldas de Trotsky que era doble agente. Los intrusos dispararon cerca de 400 tiros con armas de grueso calibre, pero no lograron su objetivo. El propio Siqueiros disparó contra el lecho donde dormían Trotsky y su esposa, Natalia Sedova, sin lograr asesinarlos, pues habían logrado pertrecharse junto a una pared, al lado de su cama. Los guardias de Trotsky repelieron a los intrusos y estos tuvieron que huir sin haber logrado su criminal propósito.

Unos meses más tarde, el 20 de agosto de 1940, Trotsky sufrió en esa misma casa un segundo atentado que le costaría la vida.

Asesinato

Stalin había dado órdenes de asesinar a Trotsky y Jotov, encargado de las operaciones contra éste en México y, para llevar a cabo el plan, se valió de dos comunistas catalanes, Caridad y Ramón Mercader (madre e hijo). Asimismo, colaboraron en este nuevo intento de asesinato dos comunistas mexicanos, el dirigente obrero Vicente Lombardo Toledano y el pintor David Alfaro Siqueiros.

Aunque el palacete en el que vivía estaba fuertemente custodiado, Ramón Mercader (conocido con el alias de Jaques Mornard) lograría infiltrarse en su círculo ganándose la confianza de una de las secretarias de Trotsky, Silvia Ageloff, con la que incluso mantuvo un noviazgo formal premeditado y planeado para perpretar el magnicidio. Con el pretexto de que leyera un escrito suyo se acercó a Trotsky y mientras este leía le clavó salvajemente un piolet (una pica) en la cabeza. El grito de Trotsky se escuchó un estruendo en toda la casa, acudiendo rápidamente sus custodios pero no se pudo hacer nada.

León Trotsky murió un día más tarde en un hospital. Cabe señalar que a sus exequias asistieron cerca de trescientas mil personas, en una ciudad que por aquel entonces apenas contaba con unos cuatro millones de habitantes. Su tumba está en México