La renovación -o no- del contrato para la exploración y explotación petrolera de la compañía Perenco situado en el campamento Xan, en el parque nacional denominado Laguna del Tigre, en el departamento del Petén, se ha convertido en un problema de carácter político entre el Ministerio de Energía y Minas y el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales. Mientras el Ministerio de primero procura la renovación, el segundo y los ambientalistas se oponen obcecadamente como si por ello la suerte de patria y el calentamiento global estuviesen en peligro.
Por otra parte, es obvio que fue el autor del titular quien empleó figurativamente el término “avalar”, y no fue el ingeniero Meany. Porque, según el diccionario de la lengua española, avalar significa “garantizar por medio de un aval”; y aval es un “”Escrito en el que alguien responde de la conducta de otra persona, especialmente en materia política. // 2. Firma que se pone al pie de una letra u otro documento de crédito para responder de su pago en caso de no efectuarlo la persona principalmente obligada a él”. Y este no es el caso porque, según las declaraciones del ministro Meany, el presidente de la República ha optado por lavarse las manos como Poncio Pilatos para no intervenir en la toma de decisión, y esperar a que entre ellos se discuta si procede o no procede la renovación. Lo cual me parece muy bien, para que no se pueda decir después que él tiene algún interés personal en el caso… como podrían hacerlo quienes siempre andan viendo “micos aparejados”.
Es evidente que Guatemala debe aprovechar esos recursos naturales en su subsuelo, como lo hacen todos los paísesque explotan la riqueza de su subsuelo. No hacerlo sería un desperdicio y una enorme tontería. Un gobierno, como el actual, que ha declarado constantemente que hacen falta recursos económicos para poder realizar sus actividades, no debe darse el lujo de desperdiciar el petróleo que hay en el subsuelo, sino debe hacer todo lo que sea indispensable para aprovecharlo.
Hay personas insensatas que no comprenden que es mejor que en el Petén se explore y se explote la riqueza petrolera y no que se apoderen de esas tierras los invasores, ya sea para dedicarlas a cultivar maíz o a la ganadería. Sería una barbaridad desaprovechar esas riqueza con las siembras de maíz. La Historia registra que los antepasados mayas tuvieron que abandonar esas tierras porque las agotaron con la siembra de maíz. ¿Es eso mismo lo que quieren quienes se obstinan en oponerse a la explotación petrolera que, en contraste con lo que dejaría el maíz, el petróleo sí es fuente de riqueza respetable.
Por otra parte, hay quienes se oponen terminantemente a que se reanude por 15 años la autorización a Perenco pero no por ser ambientalistas, sino porque apoyan los intereses de otras compañías competidoras que aspiran a quedarse con esas exploraciones. Se rumorea que el propietario de una compañía guatemalteca que antes estuvo ligado a la famosa empresaria francesa “madame Bo”, está interesada en que no se renueve la autorización a Perenco para poder sustituírla y aprovechar la fuerte inversión que aquella ha venido haciendo a través de los años que ha estado explorando.
El artículo 125 de la Constitución de la República establece lo siguiente: “Se declara de utilidad y necesidad públicas, la explotación técnica y racional de hidrocarburos, minerales y demás recursos naturales no renovables. El Estado establecerá y propiciará las condiciones propias para su exploración, explotación y comercialización”.
Sin embargo, hay ambientalistas fundamentalistas y otras personas que, pretextando que con ello se perjudica el medio ambiente, se oponen sistemáticamente a que Guatemala explore y explote sus recursos naturales; particularmente en las áreas protegidas, como en este caso. Según ellos, nuestro país no debe explorar ni, mucho menos, explotar su riqueza natural. Aunque con ello nuestro país deje de percibir los considerables ingresos que obtendría si los explotara. Es obvio que este criterio es a todas luces retrógrado y negativo. En el caso particular del petróleo -internacionalmente conocido como “oro negro”-, desde hace muchos años ha sido bien sabido que en el subsuelo de ese departamento hay mantos de petróleo, que se deben explotar. Particularmente desde que se sospecha que los países vecinos tienen al traspasar las fronteras pozos petroleros desde los cuales han venido “chupando” el petróleo bajo la tierra como si fuera con pajillas dobladas. Y en consecuencia, son ellos los únicos que están aprovechando la riqueza petrolera guatemalteca que los guatemaltecos no aprovechamos.
Esta fue la portada del diario Siglo Veintiuno de hoy
Y en las primeras páginas hay un reportaje que dice lo siguiente:
CHARLA. El ministro de Energía y Minas, Carlos Meany, acompañado por miembros de su equipo, se entrevistó con directivos y editores de Siglo Veintiuno. Foto: Rafael Rosales/S.21
Y en las páginas interiores hay el siguiente reportaje:
Meany: Presidente ya avaló prorrogar contrato de Perenco
El Ministro de Energía y Minas dice que hay resistencia en Ambiente para ampliación del contrato.
Advierte sobre pérdida de unos Q1 mil millones en recursos fiscales si se frena producción de crudo.
ASÍ LO DIJO
Le dijimos: Presidente, de los contratos vigentes, el más importante vence en agosto de 2010.
ASÍ LO DIJO
Una de las funciones del MEM es velar por la producción del petróleo. Y si no lo hago, no soy Ministro.
ASÍ LO DIJO
“El expediente del contrato fue llevado y traído 7 veces, y todavía está en la Secretaría General de la Presidencia”.
El ministro de Energía y Minas, Carlos Meany, afirma que el presidente Álvaro Colom ya avaló ampliar por 15 años más el contrato de la empresa Perenco, para que siga al frente de la explotación petrolera en el área de Petén. El funcionario expuso, ante editores de Siglo Veintiuno, que el Estado dejaría de percibir unos Q1 mil millones de recursos al año procedentes de esa actividad si no se prorroga el citado contrato, el cual vence en agosto.
¿A qué se debe la oposición del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales a prorrogar este contrato con Perenco?
El área que cubre el contrato son 90 km cuadrados; es mucho más pequeña de lo que se deforesta en el área de reserva. Lo que ocupan los pozos es sólo 1.3 km2. El Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap) permite que los asentamiento humanos lleguen; es inevitable, tuvieron que hacer una política de asentamientos y permitir que incluso se sembrara maíz y frijol, y ahora buscan cancelar una actividad que sí da recursos. Por eso no entendemos la oposición.
¿Qué significa el contrato en términos económicos para el país?
La explotación petrolera, de 2002 a 2009, ha generado Q7 mil millones. El 98% del dinero proviene de este contrato.
El contrato vence en agosto, pero el plazo para aprobar la prórroga vence antes ¿Por qué hasta ahora?
El reglamento estableció que debía ser como mínimo 5 años antes del vencimiento de un contrato cuando se debía iniciar el trámite de la prórroga, porque deben ser con tremenda certeza jurídica. Si no es así, no hacen inversiones. Esto es por el riesgo, ya que hacer un pozo petrolero cuesta entre $8 millones y $10 millones. Son inversiones importantes. En marzo de 2008 le dijimos: Presidente, de los contratos vigentes, el más importante vence en agosto de 2010. Hay dos sugerencias: una es licitemos, y la otra, prorroguemos. Para hacer la licitación tendríamos que modificar la Ley de Áreas Protegidas. La otra es prorrogar el contrato, que es la forma como se hace en el mundo.
En su momento, ¿el presidente estuvo de acuerdo?
Absolutamente de acuerdo.
Entonces nació Fonpetrol.
Cuando se tramitó la Ley de Fonpetrol, “mételo allí”, nos dijo, y lo llevamos a Manuel Baldizón, cuando era el diputado estrella de la UNE (Unidad Nacional de la Esperanza). La metió de urgencia nacional, y salió.
Si el Presidente estuvo de acuerdo; ¿entonces, por qué no sancionó la Ley de Fonpetrol?
Las lectura que nosotros hacemos es que eso tuvo sus discusiones en el Congreso. Llegó a tener 109 votos de aprobación. Cuando la recibió el Presidente, llegó el Ministro de Ambiente y comenzó a decirle que no la sancionara porque era área protegida. Entonces, ni la vetó ni la sancionó. La mandó de vuelta al Congreso para que los diputados decidieran. Como Poncio Pilatos… me lavo las manos. El Congreso volvió a votar, y pasó con 112 votos. El Legislativo la publicó. Luego, hicimos el reglamento, pero esto fue otro vía crucis. En la Secretaría General de la Presidencia (SGP) se tardaron cerca de 6 meses para aprobarlo.
En ese momento, ¿cómo se había convenido hacer la prórroga?
Le dije al Presidente: Bueno, ya está la ley aprobada, y ahora viene el esquema de la prórroga del contrato. Se hizo un análisis sobre cómo se prorrogan los contratos. Todo ello se presentó al Presidente. Él lo calificó como razonable. Fue cuando se llevó al pleno de la Comisión Nacional Petrolera, el órgano por el cual nos regimos y que está conformado por los ministerios de Energía y Minas, de Economía, de Defensa y de Finanzas Públicas, Banco de Guatemala y Procuraduría General de la Nación. “Procedamos”, fue su respuesta.
¿Cuáles fueron los siguientes pasos?
Se armó el expediente y se llevó a la SGP en septiembre de 2009. Nos lo devuelve con observaciones técnicas, en las cuales esa entidad no debe opinar. Se les hicieron varias presentaciones. El expediente fue y regresó unas 7 veces. Todavía está en la SGP.
¿Acaso ellos creen que en el contrato de prórroga hay algo ilegal?
No. Mi punto es que desde el primer día que llevamos el expediente, si hay algo ilegal ellos lo hubieran dicho, y no lo han hecho.
El trámite ¿cómo está?
Lo que nosotros interpretamos de todo esto es que es una decisión política. Una decisión del Presidente. Nuestro punto es sencillo: el Presidente tiene que decir “va” o “no va”. La SGP tiene que decir “va”, y acá está todo el sustento legal que indica que sí cumple. Y si no, nos vamos a la Corte de Constitucionalidad, que es un camino que estamos explorando en el Ministerio. Una de las funciones del MEM es velar por la producción del petróleo. Y si no lo hago, entonces no soy Ministro.
¿Qué le ha dicho el Presidente a usted?
Que sí. Tuvimos una reunión hace unos días de las tres y media de la tarde a las ocho de la noche, en la cual claramente el Presidente expresó y dijo: “Esta es una política de Estado, que genera desarrollo para el país”. Se trató de una reunión que procuró el Presidente el lunes pasado con SGP, PGN, MFP (que está de acuerdo), Conap, MARN y MEM.
La decisión del Presidente, a mi juicio, fue muy clara. Yo estoy dispuesto a buscar una solución.
Si se opone el MARN, ¿qué pasa?
Si no lo firma el Ministro, no hay acuerdo gubernativo.
Entonces, ¿sí hay un veto importante?
Así es. Además, debe publicarse, y hasta esa fecha no se le daría vida al contrato. Y si el Presidente dice: “Vamos a privilegiar el tema ambiental”, está bien. Yo tengo que acatar las decisiones. Y me quedan dos caminos: quedarme o irme. No puedo pasar por encima. Si me dicen no, ya no tengo nada que hacer. (Fin de la entrevista)
Comentario:
Es deseable que pronto se encuentre una sabia solución a este problema y que los ambientalistas comprendan que se perjudicaría más el medio ambiente en esa área protegida si es invadida por ganaderos o sembradores de milpa que, además, no dejan ninguna utilidad al fisco.