Mi intención de voto

Innumerables veces me han preguntado por todas partes por quién voy a votar el próximo 9 de septiembre para Presidente de la República y para Alcalde Metropolitano, y siempre he respondido que, de acuerdo con lo que dice la Constitución de la República, el voto es secreto y, por ende, la intención de voto también lo es.
Sin embargo, el 10 del mes en curso recibí este correo electrónico: ?Señor Jorge Palmieri, reciba un atento y cordial saludo, le escribe Oscar Jiménez, otro de los “cuatro gatos” que leen su interesante columna. Muy buen artículo el que ha escrito usted hoy. Sin embargo, hay un punto en el que, desde mi perspectiva, usted se contradice: es evidente su favoritismo hacia el candidato de la UNE y bueno, usted tiene todo el derecho del mundo a simpatizar con él, con su proyecto y con su partido; espero en Dios que usted y todos los que van a votar por él no se equivoquen como sucedió en el 85, 90 y 99; los años cuando hemos elegido a los peores presidentes que se hayan sentado en la Silla Presidencial. Ahora bien, me llamó la atención de su artículo esto que usted escribió: “Ni es necesario ser un sabio profesor de matemáticas para garantizar que se conoce la situación del país y se sabe cómo se debe gobernar en las circunstancias en las que se encuentra.” En una oportunidad anterior usted se expresó muy bien y demostró tener un alto concepto del doctor Eduardo Suger (quien NO es un “profesor” sino tiene un doctorado en Física, profesor sería el mugroso, detestable, ignorante, corrupto y fraudulento Joviel Acevedo), incluso dijo que sería un lujo para Guatemala tener un presidente con ese perfil, pero que los guatemaltecos (debido al bajo nivel educativo y cultural) no merecíamos un presidente como él. Corríjame si estoy equivocado pero yo recuerdo que eso fue lo que usted dijo. Bueno, lo arriba expuesto es solo un comentario que hago basado en algo que captó mi atención. Le deseo lo mejor a usted y a sus hijos, que Dios me lo bendiga y hasta pronto. Atentamente?.
A sólo 55 días de las elecciones generales en las que vamos a elegir al Presidente y Vicepresidente de la República, a los diputados al Congreso Nacional y al Parlamento Centroamericano y a los alcaldes de nuestros respectivos municipios, creo que ha llegado el momento en que debo dar a conocer cuál es mi intención de voto. Hasta este momento por lo menos. Aunque no tengo por qué confesar públicamente por cuáles de los numerosos candidatos votaré probablemente, no tengo inconveniente en decir por este medio cuál es, al menos por ahora, mi intención de voto.
Para comenzar, no tengo ni la menor duda que para Alcalde Metropolitano votaré por la reelección del ex Presidente de la República Álvaro Arzú Irigoyen, porque durante este período, contando con un eficiente equipo de trabajo, ha desempeñado ese cargo en forma excelente. Ha mejorado notablemente los servicios municipales y ha limpiado, ordenado y embellecido nuestra capital. Y sin ánimo de disminuír a ninguno de sus contendientes, creo sinceramente que entre todos los demás candidatos no hay nadie que podría hacerlo mejor que él.
En lo que respecta a los candidatos presidenciales, según el autor del correo electrónico es ?evidente? mi ?favoritismo? por el candidato de la UNE (Unidad Nacional de la Esperanza), Ingeniero Industrial Álvaro Colom Caballeros, y no tengo ningún inconveniente en responderle que está en lo correcto. Por lo menos en parte. Porque, en efecto, a pesar de que hay ciertas cosas del ingeniero Colom que me desagradan, como eso de que siga fumando a pesar de toda la información que hay contra ese estúpido vicio, y de que su compañero de fórmula es un brillante cirujano cardiovascular que puede explicarle mejor que yo que no debe hacerlo, después de analizar a los 14 pretendientes a la Guayaba, no sólo creo que él está mejor informado de la realidad nacional y bien preparado para desempeñar ese importantísimo y difícil cargo público, gracias a que se ha dedicado a la actividad política durante muchos años y ha adquirido la experiencia necesaria en ciertas responsabilidades que ha tenido, como haber sido director de Fonapaz, sino es el candidato que tiene más posibilidades de alcanzar el triunfo porque tiene un partido político numeroso y bien organizado.
En una oportunidad, que yo hice pública porque no tenía por qué ser secreto, coincidí con Álvaro Colom y su esposa, la licenciada Sandra Torres Casanova de Colom, merecedora de mi simpatía y respeto, en una cena que ofreció en su restaurante “Linda B”, en Key Biscayne de Miami, el magnate mexicano de televisión y radio Ángel González, y eso dio pie para que algunas personas creyeran que estoy involucrado en su candidatura. Pero no fue por eso que compartimos esa cena, como expliqué en esa oportunidad, sino porque coincidió en que fui invitado para celebrar mi reconciliación con Ángel González, con quien, lamentablemente, después de haber tenido amistad, tuvimos un distanciamiento que duró varios años. A esa misma cena asistieron también varias personas ampliamente conocidas que tampoco están necesariamente ligadas con la candidatura presidencial de Colom. Sin embargo, ya se sabe que en Guatemala hay gentes que se dedican a inventar bolas, razón por la cual el recordado gran periodista Clemente Marroquín Rojas solía llamar ?Guatebolas? a nuestro país.
Aunque no tengo una estrecha amistad con los esposos Colom-Torres, ellos solían visitar mi casa con cierta frecuencia en muchas de las cuales compartieron mi pan y mi vino, y en una ocasión fui invitado una vez a almorzar en casa de ellos en compañía de mi hijo Alejandro, experiencia que fue muy grata por cierto, pero nunca volvió a repetirse.
Pero, como por arte de magia, no volvieron a visitarme ni a llamarme por teléfono desde que dejé de ser columnista de elPeriódico. Lo cual me demostró que tenía razón el insoportable presidente de ese periódico cuando profetizó en un restaurante que algunas personas se iban a alejar de mí por haber dejado de ser columnista de ese medio de comunicación. Ni modo. ¿Qué le vamos a hacer? ¡Si supieran que ahora tengo muchos más lectores que entonces en esta página cibernética!
No han sido sólo ellos los únicos que adoptaron esa actitud, sin embargo. El propio anfitrión de la cena en Miami, mi “reconciliado amigo? Ángel González, el mismo día que se publicó en elPeriódico una nota informando que no se publicarían más mis columnas, me llamó por teléfono de Miami para decirme que ponía a mi disposición sus canales de televisión abierta (3, 7, 11 y 13) y sus muchas radiodifusoras para que hiciera en ellos lo que quisiera. Fue él quien me llamó, yo no le llamé. Sin embargo, desde ese día jamás volví a saber nada de él. Y después de esperar sus noticias por algún tiempo le llamé por teléfono a Miami y cuando su secretaria me informó que estaba en América del Sur le envié un correo electrónico solicitándole una cita para plantearle mis proyectos. Pero no tuvo a bien contestarme. Como quien dice ?si te ví no me acuerdo?. ¡Así es la vida!
De hecho, sospecho que a pesar de que Luis Rabbé, ex cuñado de Ángel González (a quien quiere mucho), es candidato presidencial del FRG, a juzgar por las pautas de propaganda en sus canales, a quien realmente está apoyando este magnate es al general retirado Pérez Molina, el de la famosa ?mano dura?. Es evidente que él tiene más tiempo y espacio en los canales de televisión abierta.
Volviendo a Colom, aunque me decepciona su comportamiento personal conmigo, y me desagrada que a pesar de ser una persona inteligente todavía siga fumando, eso no altera que sea el candidato presidencial por quien probablemente voy a votar. Con mayor razón desde que su compañero en el binomio electoral es el eminente doctor Rafael Espada, merecedor de mi simpatía y respeto. Aparte es una cosa y aparte es otra. No se debe votar por motivos personales, sino porque uno cree que es la persona que más conviene al país en estos momentos.
Y si alguna duda me quedaba todavía de que ellos son mi opción, anoche ví y oí al ingeniero Colom y al doctor Espada en el programa de televisión Libre Encuentro, del licenciado Dionisio Gutiérrez, en el cual se desenvolvieron estupendamente y respondieron con gran aplomo y certeza todas las interesantes preguntas que les plantearon los distinguidos panelistas, el licenciado Pedro Trujillo, director de Estudios Políticos de la Universidad Francisco Marroquín, y el doctor Eduardo Velásquez, director del CEUR de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Colom supo desenvolverse como un estadista y fueron satisfactorias sus respuestas a todas las preguntas que se le plantearon. Las explicaciones que dio sobre su plan de gobierno fueron sumamente satisfactorias y es interesante su tesis económica de que ?el mercado debe aplicarse donde sea posible y el gobierno donde sea necesario?. Y en cuanto a su compañero de fórmula, el doctor Espada, también se portó a la altura. Sobre todo en los temas de su competencia, como son la Salud Pública y el Servicio Social. Todo lo que dijo del IGSS fue impactante. En otra oportunidad me extenderé un poco más sobre sus declaraciones.
Para terminar de responder el correo electrónico con el que comencé esta página, es verdad que tengo un elevado concepto del doctor Suger Cofiño, como persona caballerosa y como docente, y que he publicado algo parecido sobre el, pero llamarle “profesor” no es menospreciarle ni cosa parecida. En Europa ser profesor es más importante que ser doctor. Dije que es un hombre brillante y que sería un lujo para Guatemala tener un presidente con su preparación y categoría intelectual, pero el pueblo guatemalteco no está preparado para ello; y agregué que para ser presidente de la República hay que ser político y contar con el respaldo de un partido político poderoso. Y he dicho también varias veces que, lamentablemente, ese no es el caso del doctor Suger, como lo ha venido demostrando en su campaña. Ahora bien, me parece impropio llamar ?mugroso, detestable e ignorante” al profesor y dirigente magisterial Joviel Acevedo, y la única razón por la cual publico esos insultos es para que el autor no crea que he aplicado censura a su correo electrónico. Pero no estoy de acuerdo con ese irrespetuoso concepto.
Para terminar, probablemente en los días sucesivos me extenderé un poco más sobre este mismo tema. Por de pronto me voy a dormir porque estoy muy cansado. Hasta mañana.

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