En ocasión de la muerte de mi entrañable amigo y colega, el insigne periodista mexicano Jacobo Zabludosky, ocurrida en horas de la madrugada del jueves pasado, a la edad de 87 años, hago mías las palabras del cantautor argentino Alberto Cortés en su famosa canción: “Cuando un amigo se va… queda un espacio vacío… que no lo puede llenar… la llegada de otro amigo”. Porque durante 65 años fuimos entrañables amigos y colegas. Y en el transcurso de los años que tuve a honra ser embajador de Guatemala en México fuimos vecinos en la calle Sierra de la Breña, de las Lomas. Él me enseñó a hacer periodismo televisivo, desde que tenía el noticiero de la mañana titulado Su Diario Nescafé, que se transmitía por Televisa a partir de las 8 de la mañana hasta las 12 del medio día.
Sinceramente, hasta ahora no había podido escribir nada sobre este tema porque me entristeció demasiado la noticia de la muerte de mi querido amigo el licenciado Jacobo Zabludovsky y él siempre hizo recíproca su amistad. Además, porque nuevamente se descompuso el servidor de esta columna, lo que me impedía publicar ni una sola palabra para expresar mi tristeza y mis condolencias a su familia, a su amada esposa, la encantadora señora Sarita Nerubay y a sus queridos hijos Jorge, Diana y Abraham. Así como también a las letras mexicanas en general, porque con la muerte de Zabludovsky pierden a uno de los más valiosos comunicadores de México –y del mundo– además de perder a un hombre de su excepcional calidad humana. Y yo, en lo personal, pierdo a un viejo y entrañable amigo desde hace 65 años, cuando ambos teníamos 22 años de edad.
Licenciado y Periodista Jacobo Zabludovsky
Zabludovsky comenzó a trabajar como periodista en el año de 1946 en Cadena de Radio Continental de noticieros. En 1947 ingresó a la estación XEX-AM, como subjefe de Servicios Informativos. En los inicios de la televisión en México, en 1950 asumió la producción y dirección del primer noticiero profesional en el país, el programa matutino Su Diario Nescafé, y continuó relacionado con las noticias hasta el 30 de marzo del 2000, cuando renunció del programa 24 Horas y de Televisa.
Comenzó su larga experiencia en la televisión mexicana en Su Diario Nescafé que se transmitía de lunes a vienes a partir de las 8 de la mañana y hasta las 12 del día. En esa época no existían muchas de las facilidades que hoy hay. Con decir que no tenían ni siquiera un teleprompter.
Jacobo Zabludowsky a los 22 años de edad, en el programa periodístico Su Diario Nescafé. A sus lados, Norma Meraz, la telefonista y Guadalupe o Lupita, su entrañable secretaria durante muchos años. Al señor de bigotes no le identifico, pero creo que era un invitado.
En el noticiero 24 Horas entrevistando al popular cantante argentino Sandro. Yo estoy a su lado izquierdo. Nótese que entonces, a los 40 años de edad, estaba tan peludo como Sandro y con el cabello totalmente negro. Pero hoy, a los 86 años y siete meses, tengo el cabello totalmente blanco y he de decir que relativamente escaso.
En el canal solo de noticias ECO, Jacobo Zabludovsky, un hombre tan elegante, siempre con la corbata negra que usó desde el día que falleció su padre. Jamás usó corbatas de otros colores, en homenaje a su padre.
24 horas fue un excelente programa informativo de televisión transmitido en México por El Canal de las Estrellas de Televisa durante 27 años, conducido y producido por el periodista Jacobo Zabludovsky. Fue transmitido a partir del lunes 7 de septiembre de 1970. Fue el programa de noticias con mayor tiempo al aire en la televisión mexicana, con casi tres décadas ininterrumpidas de transmisión; dejó de transmitirse el lunes 19 de enero de 1998, aunque Zabludovsky continuó laborando en Televisa hasta el año 2000. Fue de gran influencia dado que fue el programa de noticias con mayor audiencia en el país. Ese noticiario fue el primero en producirse por un numeroso equipo de noticias del propio canal, sin notas tomadas de los periódicos. Fue impresionante que para despedirse de su numerosa audiencia, Jacobo Zabludovsky simplemente dijo: “Este ha sido el último programa 24 horas. Buenas noches”.
Fueron destacadas también sus entrevistas a diversos importantes políticos, presidentes de la República, científicos, músicos, deportistas, cantantes, cineastas, pintores y demás personajes destacados de México y del mundo, tales como el famoso actor cómico Mario Moreno Cantinflas, la bella estrella de cine María Félix, el genial pintor catalán Salvador Dalí, el escritor colombiano Gabriel García Márquez, premio Nobel de Literatura; los actores de cine Antonio Badú y Mauricio Garcés, el gran torero originario de Texcoco Silverio Pérez, a quien el famoso músico-poeta Agustín Lara escribió un bello paso doble en el que le cantó: “Silverio… Silverio Pérez… monarca del trincherazo… torero… torerazo… azteca y español… Silverio, cuando toreas… no cambio por un trono… mi barrera de sol”; el profesor Carlos Hank González, destacado político que desempeñó muy importantes cargos públicos, tales como Secretario de Turismo, Regente del Distrito Federal y gobernador del Estado de México, y otros personajes.
A Zabludovsky le favoreció la fortuna por el hecho que al principio él quería venir a Guatemala para entrevistar al Presidente de la República, general e ingeniero Miguel Ydígoras Fuentes, sobre la llamada “Operación Drake” en la cual varios barcos camaroneros piratas mexicanos, pertenecientes a un secretario de estado mexicano, fueron ametrallados en aguas territoriales guatemaltecas por aviones de la Fuerza Aérea de Guatemala (FAG) y en esa acción murieron varios pescadores. Por lo que el gobierno de México, entonces presidido por el licenciado Adolfo López Mateos, rompió relaciones con el gobierno de Guatemala, en menoscabo de su famosa Doctrina Estrada para el comportamiento en sus relaciones diplomáticas. Pero el presidente Ydígoras Fuentes le negó su solicitud de entrevistarle y entonces Jacobo optó por viajar a Cuba para investigar como estaba la situación en la guerra de insurrección de los guerrilleros de Fidel Castro contra el gobierno del dictador Fulgencio Batista. Y fue grande su sorpresa cuando ocurrió que ese día, mientras La Habana festejaba alegremente el fin del año 1958 y el principio de 1959, entraron victoriosas a la capital cubana las tropas del comandante Fidel Alejandro Castro Ruz, mejor conocido simplemente como Fidel Castro. Y gracia a esa inesperada circunstancia le fue posible entrevistar a Castro y al argentino Ernesto Ché Guevara, lo cual le mereció un reconocimiento internacional, por haber sido tan novedosa y reveladora. Y Zabludovsky siempre decía que agradecía al presidente Ydígoras Fuentes por no haberle recibido en Guatemala.
Algunos medios de comunicación y periodistas –particularmente de tendencia ideológica de izquierda, como The Economist— han criticado severamente el comportamiento profesional de Zabludovsky mientras estuvo a cargo de 24 Horas en Televisa porque le acusan de que se plegó a los sucesivos gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que gobernó el país durante 70 años, ininterrumpidamente; y, en especial porque no reportó la masacre cometida en la Plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre de 1968 cuando tuvo lugar la matanza de Tlatelolco, en la que perdieron la vida cientos de civiles desarmados que manifestaban pacíficamente, principalmente estudiantes y docentes , a manos del ejército y la policía, durante el sexenio del presidente Gustavo Díaz Ordaz. El número de muertos no se sabe con precisión, fuentes oficiales refieren que fueron no más de 50 mientras que investigadores privados afirman que fueron más de 300.
Pero estas críticas al periodista Jacobo Zabludovsky han sido injustas, por cuanto que México estaba entonces viviendo una dictadura –calificada como “La dictadura perfecta” por el escritor peruano Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura–, en la que no había la más mínima libertad de expresión y de prensa, y las estaciones de televisión y radio no tenían ninguna posibilidad de publicar absolutamente nada en contra del régimen de turno, porque, si alguna persona osaba hacerlo, sencillamente eran sacadas del aire. Además, Emilio Azcárraga Milmo (apodado “El Tigre“), propietario de Televisa, en una ocasión se identificó a sí mismo como “un soldado del PRI” y se aseguraba que lo que se transmitía por su canal respondiese a esa posición. Y hay que recordar que Zabludovsky no era el dueño del canal de televisión, sino solamente el director de un noticiario.
Durante el tiempo en que yo trabajé para 24 Horas, muchas veces tuvimos que soportar la censura porque de la Casa Presidencial denominada “Los Pinos” nos llamaban por teléfono para indicarnos qué podíamos decir sobre algún hecho ocurrido, y qué no se podía decir. Por otra parte, el propio Zabludovsky había desempeñado el cargo de director de Comunicación Social de la Presidencia durante los sucesivos regímenes de los licenciados Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz. En esos años no había libertad de prensa en el país y si algún periodista se atrevía a publicar críticas en algún medio impreso, era asesinado. Como le ocurrió al columnista Manuel Buendía, autor de la columna titulada Red Privada, que se publicaba el diario Excélsior, quien fue asesinado en la Ciudad de México la noche del 30 de mayo de 1984, cuando salía de su oficina en la Ciudad de México, situada en el cruce de las calles Insurgentes casi con Avenida Reforma, y un hombre, descrito por testigos presenciales como alto y fornido de corte y gorra militar, le hizo cinco disparos por la espalda con arma de fuego. Buendía no sólo era crítico del gobierno sino de la penetración de la CIA y de la embajada de Estados Unidos en México y el predominio de las ultraderecha y del narcotráfico. El asesino escapó en una motocicleta que lo esperaba, la cual era conducida por el agente de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) Juan Rafael Moro Ávila, sobrino nieto del ex presidente de México general Manuel Ávila Camacho, y nieto del poderoso general Maximino Ávila Camacho, para ir a refugiarse a la DFS, tan sólo a unas calles de distancia. El asesino material fue encontrado tres días después en la ciudad de Zacatecas, asesinado por 120 puñaladas.
Sin embargo, después de que el PRI perdió las elecciones presidenciales y llegó al poder Vicente Fox Quesada, candidato del partido opositor PAN, ya existe libertad de prensa, una libertad hasta entonces desconocida en México, y los periodistas de los medios impresos y los de los medios radiales y televisivos ya pueden expresarse libremente. Gracias a lo cual Jacobo Zabludovsky escribía desde hace varios años una excelente columna semanal los lunes en el El Universal, el diario de mayor circulación del país y el más atrevido en sus críticas.
Pero escuchemos las palabras de boca del propio Jacobo Zabludovsky acerca de “la angustia” que le produce el periodismo en general y las entrevistas en particular:
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En esta entrevista que le hizo un reportero de la cadena CNN en Español a Zabludovsky se puede comprobar su extraordinaria calidad de periodista y, sobre todo, su elevada calidad humana, porque a pesar de ser tan importante, tenía ética para hacer sus entrevistas y comprendía que el entrevistador no debe erigirse en una especie de verdugo o examinador de los entrevistados. Que el éxito de una entrevista no es que el entrevistador ponga en evidencia cualquier falla o defecto del entrevistado, sino que debe exaltar los méritos de la persona que está siendo entrevistada. A diferencia de otros periodistas que no paran de hablar y creen que son “los papás de los pollitos” (como dijo Zabludovsky en esta entrevista) y creen que solo ellos tienen la razón y tratan de humillar o poner en entredicho a las personas a quienes entrevistan para tratar de aparentar que saben mucho más que ellas sobre todos los temas que se aborden. Es obvio que lo que les gusta a este tipo de entrevistadores parlanchines es oírse a sí mismos.
La última vez que nos vimos Jacobo y yo fue el 10 de enero del 2012, en ocasión de la recepción de despedida de la embajadora de Guatemala en México, señora Rita Claverie Díaz, y Zabludovsky asistió al acto de develación de a placa de reconocimiento al ex presidente mexicano José López Portillo por haberme donado la mansión que desde entonces ha venido sirviendo de residencia gratuita a todos los sucesivos embajadores de Guatemala.
La placa dice: “Reconocimiento. Esta residencia fue donada por el Presidente de México José López Portillo al Embajador Jorge Palmieri (1978-1982)”. Por cierto que la manera como me agradeció el gobierno de facto del general Efraín Ríos Montt, después de que fue derrocado el gobierno del general Fernando Romeo Lucas García fue “cancelando” mi nombramiento (una manera de despedirme deshonrosamente) y dándonos a mí y a mi familia, compuesta por mi esposa enferma y dos hijos menores, el perentorio plazo de 3 días para desocupar la casa que a mí me había donado López Portillo, valuada entonces en más de US$1 millón sin que a Guatemala le costase ni un centavo. Esto comprueba el dicho popular que dice “así paga el diablo a quien bien le sirve”. Pero no solo eso. Hasta la fecha, el gobierno de Guatemala jamás ha agradecido oficialmente a México la valiosa donación, ni había expresado en alguna forma, antes del 10 de enero del 2012, un reconocimiento al presidente López Portillo por su generosa donación a Guatemala por mi medio.
El 10 de enero del 2012 fue develada en la residencia de la Embajada de Guatemala en México, una placa de reconocimiento al presidente ex José López Portillo por haber donado la casa que hoy sirve de residencia para los sucesivos embajadores de Guatemala. La casa fue donada durante el período en que yo fui embajador (1978-1982). La cual fue inscrita en el Registro de la Propiedad a nombre del gobierno de Guatemala para que desde entonces sirva como residencia a todos los sucesivos embajadores de Guatemala en los Estados Unidos Mexicanos y por ningún motivo pueda ser enajenada.
De izquierda a derecha, el licenciado Guillermo Cosío Vidaurre, ex embajador de México en Guatemala del 21/06/94 al 20/02/96, el licenciado y periodista Jacobo Zabludovsky, el periodista Jorge Palmieri, ex embajador de Guatemala en México durante el período comprendido de 1978 a 1982, le siguen los amigos de la Cofradía de los Viernes: la empresaria de restaurantes Aura Ruiz, el empresario y destacado escultor José Pepo Toledo Ordóñez y el licenciado Roberto López Villatoro.
Mientras yo trataba de improvisar un breve discurso alusivo al acto, escuchaba atentamente mi querido amigo licenciado y periodista Jacobo Zabludovsky, lo cual confieso que me puso nervioso. Nótese que a mis 86 años de edad mi cabello ya está totalmente blanco y escaso. Y el de Jacobo ya no es solo “güero” (rubio) sino también está lleno de canas.
El licenciado Jacobo Zabludovsky franqueado por el licenciado Guillermo Cosío Vidaurre, bien recordado ex embajador de México en Guatemala, y el periodista Jorge Palmieri ex embajador de Guatemala en México de 1978 a 1982.
Charlando con el licenciado Jacobo Zabludovsky, sus amigos el licenciado Guillermo Cosío Vidaurre, ex embajador de México en Guatemala y el periodista Jorge Palmieri, ex embajador de Guatemala en México. Mientras que atrás se encuentra el coronel Jorge Antonio Ortega Gaytán, entonces Agregado militar a la embajada de Guatemala y hoy es vocero del gobierno.
Charlando con el periodista Jacobo Zabludovsky, sus amigos el licenciado Guillermo Cosío Vidaurre, ex embajador de México en Guatemala y el periodista Jorge Palmieri, ex embajador de Guatemala en México.
El famoso periodista Jacobo Zabludovsky flanqueado por el licenciado Guillermo Cosío Vidaurre, ex embajador de México en Guatemala y el periodista Jorge Palmieri, ex embajador de Guatemala en México.
Jacobo Zabludovsky en medio del licenciado Guillermo Cosío Vidaurre y el periodista Jorge Palmieri.
Momento en el que el periodista licenciado Jacobo Zabludovsky se retiraba de la recepción de despedida de la embajadora Rita Claverie para ir a atender su escuchado programa de radio titulado De una a tres, que era el de mayor rating en el país.
Acompañé a Zabludovsky hasta la puerta de la residencia de la embajada. Caminamos abrazados, como si presintiésemos que esta sería la última vez que nos veríamos.
La última fotografía que me tomaron con mi entrañable amigo Jacobo Zabudovsky, la tomó mi querida amiga Aura Ruiz mientras caminábamos abrazados hacia la puerta de la residencia de la embajada de Guatemala, vecina a su casa.
Twitter@JorgePalmieri