En repetidas ocasiones he publicado en diversos medios mi testimonio de lo que presencié el 31 de enero de 1980 en la trágica quema de las oficinas de la Embajada de España en Guatemala, donde me encontraba presente al igual que varios periodistas y numeroso público, atraídos por el escándalo que se produjo cuando se supo que esas instalaciones diplomáticas habían sido invadidas por un grupo de campesinos del Comité de Unidad Campesina (CUC), brazo armado de la guerrilla, dirigidos por un grupo de estudiantes de la Universidad de San Carlos integrantes de una célula subversiva. Y no me cansaré de repetir que esa fue la causa principal y el detonante de esa tragedia, en la que murieron calcinadas 37 personas, entre ellas el ex Vicepresidente de la República, licenciado Eduardo Cáceres Lehnhof y el ex Ministro de Relaciones Exteriores, doctor Adolfo Molina Orantes, el SecretarioJaime Ruiz del Árbol, el Cónsul y otros funcionarios y empleados de esa misión diplomática, así como todos menos uno de los integrantes de un grupo de indígenas, encabezados por su secretario general, Vicente Menchú, padre de Rigoberta Menchú, que llevaron a cabo la “toma pacífica”, operación guerrillera denominada “Plan de la Subida” organizada por el guerrillero Gustavo Adolfo Meoño Brener alias “comandante Manolo/Pancho”, por entonces jefe de operaciones del Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP) y unos estudiantes de la Universidad de San Carlos miembros del grupo guerrillero del EGP, bajo el mando de la estudiante Edna Magalí Welchez Valdez. De no haberse producido esa denominada “toma pacífica”, nada habría ocurrido. Porque en el momento en que fue invadido el edificio, por hombres armados de pistolas, machetes y botellas llenas de gasolina y con mecha, o sea lo que se conoce como Cocteles Molotov, varios empleados de la Embajada llamaron por teléfono pidiendo auxilio angustiosamente tanto a la Dirección General de la Policía Nacional como al Ministerio de Relaciones Exteriores. Esto último me consta personalmente porque yo contesté una de las llamadas mientras me encontraba en el despacho del Subsecretario, licenciado Alfonso Alonzo Lima, porque yo era embajador en México y había venido a hacer los arreglos pertinentes para la programada visita a Guatemala del presidente José López Portillo. Y Alonzo Lima me pidió que hiciera el favor de contestar el teléfono si acaso había alguna llamada porque se había presentado una emergencia y tenía que entrar a hablar urgentemente con el Canciller RafaelEduardo Castillo Valdés. Durante ese tiempo llamó una funcionaria de la embajada solicitando que se pidiera a la Policía Nacional que les protegiera porque las oficinas habían sido invadidas por un grupo de personas armadas. Y agregó que antes había llamado a la Policía Nacional pero que aun no habían tenido respuesta.
Si bien la Convención de Viena sobre Relaciones diplomáticas dice en su artículo 1 que “los locales de la misión son inviolables. Los agentes del Estado receptor no podrán penetrar en ellos sin consentimiento del jefe de la misión”. El inciso 2 establece que “El Estado receptor tiene la obligación especial de adoptar todas las medidas adecuadas para proteger los locales de la misión contra toda intrusión o daño y evitar que se turbe la tranquilidad de la misión o se atente contra su dignidad”. Y es indudable que quienes invadieron las oficinas de la embajada de España fueron quienes primero violaron la inmunidad diplomática al ingresar armados y aparentemente sin invitación porque el canalla embajador nunca reconoció haberles invitado, y que en cumplimiento del inciso 2 las fuerzas de seguridad del país tenían “la obligación especial de adoptar todas las medidas adecuadas para proteger los locales de la misión contra toda intrusión o daño y evitar que se turbe la tranquilidad de la misión o se atente contra su dignidad”. Por lo que la Policía Nacional estaba tratando de que desalojaran el edificio los invasores “pacíficos” armados con bombas Molotov.
El Video que van a ver lo componen los reportajes de los noticiarios que había en aquellos días:Aquí el mundo, de canal 3, dirigido por el licenciado Mario David García y TelePrensa de canal 11. Además, los comunicados oficiañes transmitidos por cadenas de radio y televisión nacionales. Y concluye con las declaraciones que, en conferencia de prensa, ofreció de inmediato el entonces Secretario de Relaciones Públicas del gobierno de la República, periodista Carlos Toledo Vielman, acompañado del Subsecretario, mayor Rolando Archila Marroquín. Podrán ver que las fuerzas de seguridad del gobierno actuaron porque no podían permitir que se llevara a cabo la invasión por “pacífica” que pretendiera ser, porque constituía un delito y, de acuerdo a la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas, el gobierno tenía la obligación de dar seguridad a las oficinas de la embajada y, asimismo, tenía que liberar a los rehenes. Y reiteradamente se solicitó a los invasores que desalojaran pacíficamente el edificio porque de lo contrario entrarían a sacarles por la fuerza. Y como los invasores no quisieron atender las órdenes de las fuerzas de orden, procedieron drásticamente. Lo cual, lamentablemente, causó la tragedia cuando uno de los invasores disparó su pistola varias veces para tratar de repeler a los policías y después lanzó una bomba Molotov que incendió a otras y se quemó la alfombra plástica de la oficina del embajador Cajal y prendió fuego a todas las demás botellas llenas de gasolina, lo que causó la quema de todas las personas que se encontraban en las oficinas de la embajada española.
Verán cómo todavía se rescataron varias bombas Molotov sin estallar y copias del llamado “Plan de la Subida”, que se encontraron entre los morrales de algunos de los invasores. Lo cual desmiente la versión de que fue escrito por funcionarios del gobierno del General Romeo Lucas García. Verán también cómo uno de los hijos del doctor Adolfo Molina Orantes pedía a gritos a los policías que procedieran de inmediato a liberar a su papá, temiendo que fuese a producirse un trágico desenlace. Como en efecto ocurrió. Verán también la total ausencia del Ejército Nacional y que los policías no tenían lanzallamas, como ha dicho la premio Nobel Rigoberta Menchú, quien al presentarse ayer en el programa de televisión “Primero noticias” de Carlos Loret de Mola, que transmite “El canal de las estrellas” de Televisa, dijo que todo tiene un antes y un después. En efecto, el antes en la quema de la embajada de España fue la invasión pacífica, y el después fue la tragedia que esto provocó.
Ya he dicho en múltiples oportunidades que el ex Vicepresidente Eduardo Cáceres Lehnhoff, el ex Ministro de Relaciones Exteriores doctor Molina Orantes, el doctor Mario Aguirre Godoy, y el licenciado Luis Beltranena Valladares, habían sido llamados insistentemente para pedirles que asistieran “en punto” de esa hora por el embajador Máximo Cajal, para hablar sobre una próxima reunión de notariado hispano-americano que iba a tener lugar en nuestro país, con lo cual les tendió esa trampa mortal para que sirvieran de rehenes a los invasores “pacíficos” de la embajada. La insistencia por la vía telefónica de parte de Cajal hizo que el licenciado Luis Beltranena Valladares entrara en sospechas que se trataba de una trampa y no quiso asistir a la reunión.
Después de ocurrida la tragedia volé inmediatamente a México para presentarme esa misma noche en el programa “24 Horas” por Televisa del famoso e influyente periodista Jacobo Zabludovsky para explicar a la enorme audiencia lo que había ocurrido. Lo cual fue muy afortunado porque al día siguiente el entonces Secretario de Relaciones Exteriores, un comunistoide de nombre Jorge Castañeda y Álvarez de la Rosa, pidiese a mi amigo el presidente José López Portillo que México rompiese relaciones con Guatemala, siguiendo el mal ejemplo de la Secretaría de Exteriores de España, que se precipitó a romper relaciones sin haberse tomado el cuidado de investigar cómo había ocurrido la tragedia. Pero su idea no tuvo éxito gracias a que el mandatario mexicano me escuchó en el programa “24 Horas” de Zabludovsky y me invitó a que llegara a su despacho a primeras horas del día siguiente para que le ampliara la información de lo que había ocurrido. Lo cual hice, mientras revisábamos el documental que ustedes van a ver, el cual fue reproducido en su totalidad en “24 Horas”.
Les ruego que tengan la paciencia necesaria para ver cuidadosamente este Video documental que dura menos de una hora. Para verlo mejor, pueden agrandar la pantalla en el lugar correspondiente. Escuchen atentamente las declaraciones del doctor Mario Aguirre Godoy, quien pudo ser rescatado de la embajada gracias a la ayuda de los policías. Les prevengo que verán escenas macabras, sumamente impresionantes, de cadáveres calcinados, de quienes se quemaron en el segundo piso de la embajada.
[youtube]_MPD2_VP5gA[/youtube]
Twitter@jorgepalmieri