Una visita al Teatro de los Insurgentes
Entre nuestras múltiples andanzas en la Ciudad de México, para festejar mi 84 cumpleaños, algunos fuimos al Teatro de los Insurgentes para ver una íntima colección de historias de la obra Amor, Dolor y lo que traía puesto de Nora y Delia Ephron, basada en el libro de Ilene Beckerman, bajo la dirección de Francisco Franco, en la que actúan las estrellas Silvia Pinal, Diana Bracho, Susana Zabaleta, Gabriela de la Garza, Mariana Treviño y Alejandra Barros. En mi opinión, la pieza teatral es simpática y un tanto escatológica de acuerdo con la tendencia que está de moda. Lo que quiere decir que cada una de las intérpretes suelta de vez en cuando alguna “palabrota” o “albur” (como le llaman en México a hablar en doble sentido) que por ser inusual en el teatro, provoca risa. Por lo demás, tanto Silvia Pinal como Diana Bracho se desenvuelven con soltura y todavía se conservan atractivas a pesar de su avanzada edad, pues la primera tiene 81 años y la segunda 68. Lamentablemente no estuvo Suzana Zabaleta, a quien me habría gustado ver de cerca y escucharla, porque tiene una voz privilegiada, pero la sustituyó su suplente Regina Orozco, quien también canta y actúa muy bien.
La veterana actriz Silvia Pinal, de 81 años de edad, que en un tiempo fue tan famosa como Dolores del Río y María Félix, se presenta en la comedia escatológica Amor, Dolor ¡y lo que traía puesto! alternando con Diana Bracho, de 68 años, Susana Zabaleta, Gabriela de la Garza, Mariana Treviño y Alejandra Barros.
Se trata de una obra cómica con expresiones escatológicas, como las que se han puesto de moda en México últimamente. Vale la pena ir a verla.
En el Teatro de los Insurgentes, en primera fila la señora Regina Mejía de Toledo, seguida por su esposo, José Pepo Toledo y el diputado Julio César López Villatoro, y en la fila de atrás, Aura Ruiz, conocida también como “La Muñecona”, el inefable licenciado Roberto López Villatoro, y quien escribe estas líneas, viendo la graciosa comedia Amor, Dolor ¡y lo que traía puesto! Como podrán ver apenas si estaba llena la mitad de la platea.
Silvia Pinal nació en Guaymas, Sonora, el 12 de septiembre de 1931, siendo la más joven de cuatro hermanas: Mercedes, Beatriz y Eugenia, hijas de María Luisa Hidalgo, descendiente (según varias fuentes) del sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla, el iniciador de la lucha por la independencia con su famoso Grito de Dolores. Su padre adoptivo, quien le dio el apellido, Luis G. Pinal, era periodista, militar y político, razón por la cual la familia vivió en varias ciudades de México como Querétaro, Monterrey y Cuernavaca, para finalmente establecerse en la capital del país. En la Ciudad de México trabajaba como secretaria en su departamento de publicidad de una firma de productos farmacéuticos, lo cual le permitió entrar en contacto con gente de la radio, quienes le dieron oportunidad de participar en la grabación de algunas comedias radiofónicas en la radiodifusora XEQ, como Dos pesos dejada y Sueño de una noche de verano, para luego tomar clases de actuación en Bellas Artes y de canto en una academia. Su debut en teatro fue en la obra Celos del Aire, del actor, director y productor Manolo Fábregas, de quien fue novia cuando solo tenía 14 años de edad, consiguió su primer gran estelar en Anna Christie, del dramaturgo Eugene O’ Neill. Otros de sus éxitos en comedias musicales fueron Mame, Gipsy, Ring, Ring llama el Amor, Plaza Suite, Irma la dulce, Sueños de cristal, Adorables enemigas, siendo productora de algunas de ellas. Su amor por el teatro es tal que adquirió dos foros: el Teatro Silvia Pinal y el Teatro Diego Rivera. Actualmente participa en la obra Amor, Dolor y lo que traía puesto en el teatro de los Insurgentes. En seguida fue elegida reina estudiantil de México y fue presentada con el actor, director y productor cubano Rafael Banquells, quien la incluyó en varias obras de teatro que montaba. La relación de trabajo con Banquells culminó en romance y posteriormente en matrimonio, contando Silvia con sólo 17 años. De la unión nació su primogénita, la hoy actriz Silvia Pasquel. El matrimonio terminó en divorcio en 1952, poco tiempo después, iniciaría un romance con Emilio Azcárraga Milmo, que culminaría al cabo de tres años, tras la rotunda negativa del padre de Emilio de que se casara con una mujer divorciada. En 1961 contrajo segundas nupcias con el empresario periodístico y productor Gustavo Alatriste, fruto de esta relación nació su segunda hija, Viridiana, como el título de la película en la que participó bajo la dirección de Luis Buñuel, quien murió trágicamente en 1982 en un accidente automovilístico. La relación terminaría igualmente en divorcio. También estuvo casada con el cantante de rock y actor Enrique Guzmán, 11 años menor que ella, y con quien engendró a la polémica cantante de rock Alejandra Guzmán y al músico Luis Enrique Guzmán hijo. Su último matrimonio fue con el político Tulio Hernández Gómez, entonces gobernador del estado de Tlaxcala, de quien se separó al terminar la década de los 80. En 1968 Silvia hizo su debut en televisión con la telenovela histórica de Televisa Los caudillos, inspirada en los eventos de la Guerra de la Independencia de México, producida por el actor Ernesto Alonzo. En los 70 tuvo un programa de revista de gran éxito titulado Silvia y Enrique al lado de su entonces esposo, el cantante y actor Enrique Guzmán, en 1983 se apunto otro éxito televisivo con Mañana es primavera, último trabajo actoral de su hija Viridiana, antes de morir en un accidente automovilístico A finales de los 80 se convierte en productora y presentadora del exitoso programa Mujer, casos de la vida real, producción que ha sido todo un éxito y lleva más de 20 años transmitiéndose en México. Sus últimos trabajos han sido en participaciones especiales o en papeles de reparto en malas producciones que no han respetado su categoría de actriz como Aventuras en el Tiempo (2001) y Amor sin maquillaje (2007) y en los exítos de Fuego en la sangre (2008) y Soy tu dueña (2010).
Así era de bella Silvia Pinal en 1961 cuando filmó la película Viridiana, a los 30 años de edad. Era lo que se podía llamar “un monumento”, pero hoy ya tiene 81 y el tiempo es implacable.
Viridiana fue un drama psicológico dirigido por el cineasta español Luis Buñuel, en la que la estrella principal femenina era Silvia Pinal, y en los papeles estelares masculinos estaban Francisco Rabal y Fernando Rey. La película está basada en la novela Halma, del escritor Benito Pérez Galdós, concebida como una continuación de Nazarín. La película recibió el máximo galardón la Palma de Oro del Festival de Cannes, así como la ovación unánime de público y jurado. En la actividad política, Silvia Pinal ha sido Secretaria General de la Asociación Nacional de Intérpretes, organización encargada de la gestión de cobro de regalías por retransmisiones en medios, por parte de actores e intérpretes en general. Entre 1991 y 1994 fungió como Diputada Fdederal en la LV Legislatura por el Partido Revolucionario Institucional (PRI). En 1994 fue electa asambleísta de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal, hoy Asamblea Legislativa del Distrito Federal y en octubre de 1997, tomó protesta como Senadora por parte del PRI. Durante su labor como senadora fue integrante de las comisiones de Radio, Televisión y Cinematografía, Distrito Federal y Cultura. Actualmente es Secretaria General de la Asociación Nacional de Actores (ANDA), donde fue electa por el periodo 2010-2014.
Unas personas le dijeron a Pepo Toledo que esta actriz tiene cierto parecido con su esposa, Regina, y en verdad si lo hay. Pero Regina es más joven y encantadora.
Diana Bracho, cuyo nombre de pila es Diana Guadalupe Bracho y Bordes Mangel, nació en la Ciudad de México el 12 de diciembre de 1944, por lo que hoy tiene 68 años de edad, y proviene de una familia relacionada con el medio artístico. Es hija del destacado actor y director mexicano Julio Bracho y de la actriz y bailarina Diana Bordes Bordes Mongel, y sobrina de la eximia actriz Andrea Palma. Además es prima de la actriz de doblaje Marcela Bordes y también está emparentada con Ramón Navarro y Dolores del Río. Se casó en primeras nupcias con su primo en segundo grado, el doctor Felipe Bracho, catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México, con quien tuvo una hija, Andrea. Posteriormente se casó con el artista, diseñador y pintor Rafael Cortés. El 6 de agosto de 2002 fue nombrada presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas, puesto que ocupa hasta la fecha. Diana debutó en el cine como actriz infantil en dos películas de su padre: San Felipe de Jesús (1949) e Inmaculada (1950). Estudió la carrera de Filosofía y Letras en Nueva York. Debutó profesionalmente en el teatro en la obra Israfel de Abelardo Rodríguez, dirigida por Héctor Azar, al lado de Sergio Bustamante. En la televisión su debut fue en 1973 con las series Los Miserables y Mi primer amor y en el cine en la película El castillo de la pureza (1972) de Arturo Ripstein. Esa película se convierte en un film de éxito internacional y le da a Diana Bracho sus primeros premios de actuación, Ariel 1973 a la mejor co actuación femenina, Diosa de Plata y Heraldo. Vive cuatro años en Oxford, Inglaterra, donde estudia técnica Alexander, con E.A.M. Goldie, alumna del Sr. Alexander. De regreso a México trabaja ininterrumpidamente en todos los medios y obtuvo el Ariel por mejor coactuación femenina, además de por El castillo de la pureza, por El infierno de todos tan temido, y obtuvo nominaciones a la mejor actriz por Actas de Marusia y por Entre Pancho Villa y una mujer desnuda. En 1976 filmó la película La poquianchis bajo la dirección de Felipe Cazals y actúa al lado de su mejor amiga, María Rojo. Ha participado en co-producciones con varios países como: El Jugador de ajedrez (México-Francia), Edmilson (Alemania), The Dogs of War (Inglaterra), El Aleph (Italia), La leyenda del tambor (México-España), Antonieta (México, España), On Wings of Eagles (Estados Unidos). Ha participado en importantes producciones teatrales: Israfel, Santísima, El Perceptor, Un tranvía llamado deseo (dirigida por Martha Luna) por la que recibió cuatro premios de la crítica, Trío, Las Dos Fridas, Drácula, El Eclipse, Entre Pancho Villa y una mujer desnuda, Los negros pájaros del adiós, Juegos fatuos, Un tranvía llamado deseo (dirigida por Francisco Franco) por la que también recibió cuatro premios de la crítica. Es la única actriz en el mundo que ha interpretado a las dos hermanas, Blanche y Stella, en Un tranvía llamado deseo de Tennesse Williams. En la televisión ha protagonizado diversas series y telenovelas, donde los personajes más recordados de su carrera son el de Leonora Navarro en la telenovela Cuna de lobos (1986), producida por Carlos Téllez, al lado del personaje más famoso de la televisión mexicana, Catalina Creel; y el de Evangelina Vizcaíno en Cadenas de amargura en (1991). Cuando la reconocida bailarina neoyorquina Twyla Tharp se presentó en México, invitó a Diana para participar como actriz en su coreografía The Bix Pieces.
Al terminar la función, el licenciado Stuardo Juárez me dio la sorpresa de decirme que se había permitido tomar la iniciativa inconsulta de hacer arreglos para que fuésemos a saludar a Silvia Pinal, lo cual yo no habría aceptado si me lo hubiese consultado, pero cuando me dí cuenta ya estábamos frente al camerino de la famosa y veterana estrella quien salió gentilmente a atendernos. Yo la había conocido cuando ella tenía 16 años y yo 19, todavía no se había casado con mi querido amigo Rafael Banquells, quien me la presentó. Pasados los años volví a verla cuando la bella Ariadne Welter era su más íntima amiga y vecina y estaba casada con el empresario y productor Gustavo Alatriste, pero Silvia se lo birló. Después yo tuve un inolvidable romance conla joven y bella actriz Ariadne Welter, cuando vino a tomar parte en el estreno de una película de mi recordado amigo Manuel “El Gordo” Zeceña, junto con Emilio “El Indio” Fernández y el cantante Marco Antonio Muñiz, y así me enteré de ese episodio. Ariadne era hermana menor de la también bella actriz cinematográfica Linda Christian, quien estuvo casa con Tyrone Power. de 1950 a 1960. Después volví a ver a Silvia cuando vino casada con el cantante y actor juvenil Enrique Guzmán, y en esa oportunidad nos conocimos un poco más. Pasados muchos años la encontramos con mi hijo Alejandro caminando por el barrio “Las Cañitas” de Buenos Aires. Y finalmente un día me llamó mi querido amigo Carlos Meany desde un restaurante de la Ciudad de México, y me dijo que unos artistas que estaban en la mesa siguiente a la de él le habían preguntado por mí y querían saludarme. Eran Silvia Pinal y mi querido amigo el actor Hugo Stiglitz, y quedé que en alguna oportunidad que llegara a Mexico les iba a llamar. Pero por esas cosas de la agenda nunca lo hice. Después la ví en la ceremonia de conmemoración del centenario del nacimiento de mi inolvidable amigo el genial mimo Mario Moreno “Cantinflas”, pero no quise acercarme a saludarla porque estaba acompañada de Pepillo Origel, el famoso periodista de chismes y presentador del programa de televisión Derecho de Admisión, quien no me cae bien.
Así recibió mi vieja amiga Silvia Pinal a su viejo amigo Jorge Palmieri
Encuentro de dos viejos amigos, Silvia Pinal y yo. ¡Ya estamos viejos los dos!
Silvia Pinal y yo haciendo recuerdos de antaño mientras escucha mi querido amigo el licenciado Stuardo Juárez, quien urdió la visita inconsultamente.
Charlando animadamente con todos los visitantes. A sus lados los hermanos huehuetecos Roberto y Julio César López Villatoro.
Despidiéndome de la veterana estrella de cine, teatro y televisión Silvia Pinal. Atestigua la escena mi querido amigo Su Majestad Roberto López Villatoro, también conocido internacionalmente como “Le Roi de le Roebuck”.
Todo el grupo que asistimos al teatro para ver la obra cómica-musical-escatológica Amor, Dolor ¡y lo que traía puesto! rodeando a la octogenaria actriz, cantante y bailarina Silvia Pinal. De izquierda a derecha, la empresaria restaurantera y cantante Aura Ruiz Castañeda, el autor de estas líneas, Silvia Pinal, la encantadora Regina Mejía de Toledo, su esposo el escultor José “Pepo” Toledo Ordóñez, el licenciado Stuardo Juárez Charchalac, y atrás, muy sonrientes, nuestros queridos amigos los hermanos Roberto y Julio César López Villatoro.
(Continuará)
Twitter@jorgepalmieri