Facundo Cabral ofreció en Guatemala los últimos dos conciertos de su vida
El primero fue en la capital y el segundo en Quetzaltenango.
Reportaje publicado el lunes en la Sección de Espectáculos de Prensa Libre y del cual tomaré algunos datos
Facundo Cabral nunca morirá
“Vive de instante en instante, porque eso es la vida”
En esta fotografía publicada el lunes pasado en Prensa Libre tomada durante el concierto, el martes último se puede notar el estravismo o ptosis en los ojos desiguales de Facundo Cabral, porque los anteojos que estaba usando últimamente eran un poco más claros que los que usó durante muchos años con lentes sumamente gruesos y suficientemente negros para ocultar sus ojos, por lo cual tuvo que ser operado varias veces por eminentes bléfaro-cirujanos japoneses que le sometieron a varias operaciones en el transcurso de muchos años, porque también tuvo cataratas. Sufrió mucho por sus ojos, pero, además, recientemente se le diagnosticó cáncer en el páncreas que se le extendió a la vejiga. De manera que él sabía que tenía los días contados y por eso quería despedirse. Dios le libró de tener que sufrir los rigores de la quimeoterapia y soportar una larga y dolorosa enfermedad.
Por eso digo que fue profético cuando me llamó por teléfono, a través de mi colega y amigo Haroldo Sánchez, para saludarme y me invitó a asistir a su concierto y me dijo que ya tenía 74 años y le habían diagnosticado cáncer en el pancreas y la vejiga y ya estaba “preparado para la muerte” porque quería “despedirse de sus compinches” (como solía llamar a sus amigos más entrañables), lo cual repitió durante su concierto.
La crónica de su último concierto en Guatemala publicada en Prensa Libre comienza con un recuadro que dice:
Semblanza
Una vida llena de riqueza espiritual
“Cuando me marché de mi casa, niño aún, tenía siete años de edad. Mi madre —Sara— me acompañó a la estación y cuando subí al tren me dijo: Este es el segundo y último regalo que puedo hacerte. El primero fue darte la vida, y el segundo la libertad para vivirla” Y con esa frialdad viajó por el mundo, pocos países le quedaban por conocer, transmitiendo música, voz, paz, reflexión, alegría, experiencia”.
Facundo Cabral (*) nació el 22 de mayo de 1937 en La Plata, Argentina. Cuando todavía era niño, su padre abandonó a su madre con siete hijos, pero ella sustituyó con creces la ausencia paterna. Su carrera musical empezó en 1959 con el nombre artístico de “El Indio Gasparino”. Pero pronto se percató que con ese nombre no llegaría muy lejos, por lo que decidió cambiar de nombre y ya con el nombre de Facundo Cabral grabó en nueve idiomas su primer gran éxito musical y económicamente hablando: “No soy de aquí, ni soy de allá”.
(*) Su verdadero nombre era Rodolfo Enrique pero después de hacer comenzado su carrera infructuosamente en 1959 con el nombre de “El Indio Gasparino”, decidió cambiar el nombre y adoptó el nombre Facundo en homenaje a Juan Facundo Quiroga, sobre cuya vida publicó un famoso libro en 1859 9el periodista y escritor Domingo Faustino Sarmiento –quien posteriormente fue presidente de la República– sobre la dictadura de Juan Manuel de Rosas, que gobernó Argentina dos veces: primero de 1829 a 1832 y después de 1835 a 1852.
Otro párrafo del reportaje dice:
“Siempre que se le preguntaba acerca de sus influencias para su vida nombraba a Jesús, Gandhi y la Madre Teresa de Calcuta, el poeta Jorge Luis Borges y el poeta estadounidense Walt Whitman también lo inspiraban en la literatura”. Y más adelante agrega: “Siempre dejó claro que Atahualpa Yupanqui (**) era como su padre artístico, por lo que seguía sus pasos”.
Nota fuera de la crónica: Se le olvidó mencionar a otro personaje que fue una de sus básicas fuentes de inspiración y de quien citaba muchos pensamientos constantemente en sus conciertos, como una de sus principales fuentes de inspiración: el filósofo, escritor y conferencista hindú Krishnamurti.
“Compartió su música con artistas como el cantautor argentino Alberto Cortez, Julio Iglesias, Pedro Vargas y Neil Diamond. Se le reconoció por ser uno de los máximos exponentes de la trova, el folk rock y las baladas latinoamericanas. En el transcurso de su carrera grabó más de 25 discos de estudio y escribió varios libros, algunos de los cuales hay algunos que están inéditos. Yo conservo un cuaderno en el que escribió varios de sus acostumbrados mensajes espirituales y dibujó interesantes figuras alegóricas cuando estaba sentado a mi lado mientras yo hacía la introducción a mi programa de radio previo a entrevistarle, el cual él me instó a que lo publicara y probablemente lo haré más adelante con otros datos curiosos sobre su vida. Es innegable que fue un hombre de prodigiosa sensibilidad espiritual, poética, filosófica y musical. Además de ser un buen intérprete con una voz muy particular no sólo de sus propias canciones sino también las de otros compositores. Por otra parte, era un inspirado poeta y excelente dibujante, dato que ha sido poco conocido por sus admiradores.
(**) Atahualpa Yupanqui es un seudónimo en quechua que significa “el que viene de viejas tierras para decir algo”, de Héctor Roberto Chavero Aramburo, un cantor, guitarrista, poeta, compositor, recopilador de folclore argentino que nació en Junín (Provincia de Buenos Aires) el 31 de enero de 1908. Se le considera el más importante músico argentino de folclore. Sus composiciones -como Los ejes de mi carreta– han sido cantadas por reconocidos intérpretes que siguen formando parte del repertorio de innumerables artistas, en Argentina y en distintas partes del mundo. En 1986 Francia lo condecoró como Caballero de la Orden de las Artes y las Letras.
Como reguero de pólvora
La noticia de la trágica muerte del admirado, querido, famoso y popular y cantautor argentino se difundió por el mundo entero como si fuese reguero de pólvora, y ha causado el repudio internacional, en general, y de los guatemaltecos, en particular, donde algunos han exagerado al extremo de expresar que debe ser motivo de vergüenza nacional y que debemos pedir perdón porque este homicidio (no asesinato) porque ocurrió en nuestro país. En muchos países del mundo, especialmente en los de habla hispana, donde fue más conocido este inspirado cantautor que fue muy famoso, admirado, aplaudido y querido por su público, porque en todas partes se publicó detalladamente lo ocurrido.
El último concierto de su vida.
Desde la primera vez que leyó La Biblia –mientras estaba preso en un reformatorio– y todavía era menor de edad, decidió que iba a aprenderla bien, y la memorizó casi por completo, así como muchas de las demás lecturas que fue haciendo después, como los libros del filósofo hindú Krishnamurti, y las canciones del trovador argentino Atahualpa Yupanqui, las palabras de la hoy beata de la Iglesia católica Madre Teresa de Calcuta, así como los libros y poemas de Jorge Luis Borges, con lo cual se hizo un bien remunerado modus vivendi porque sus actuaciones eran discursos de amor a Dios y al prójimo. Así fue como desarrolló su personalidad cantando su amor tanto a la vida como a la muerte. Durante este último concierto dijo que ya estaba “preparado para la muerte”. Y, francamente, su muerte, aunque en esta forma tan repudiable –que ha causado un justo repudio y escándalo mundial– es, indudablemente, una forma espectacular de hacer mutis de la vida para cualquier artista tan admirado, famoso y tan querido como lo fue él. Estoy seguro que a Facundo Cabral le habría gustado saber que iba a morir en forma instantánea, sin tener que soportar los consabidos sufrimientos del cáncer, y que por su muerte recibiría tantos homenajes por todas partes del mundo. Porque no se puede negar que su trágica muerte y su paso a la siguiente etapa de la vida, que él consideraba eterna, le abrió espectacularmente las puertas de la inmortalidad. Y si, en cambio, hubiese muerto como consecuencia del cáncer, no habría sido objeto de tanta atención ni habría recibido tantos homenajes en muchas partes del mundo como los que se le han rendido por haber muerto por un homicidio causado por haber ido en un automóvil que era tripulado por un nicaragüense de dudosa reputación de nombre Henry Aquiles Fariñas Fonseca que fue quien le contrató para venir a dar un concierto en Nicaragua y dos en Guatemala y se ofreció a llevarle al aeropuerto para que el cantautor no tuviese que levantarse tan temprano para tomar el bus colectivo que recoje a los huéspedes de los hoteles para llevarles al aeropuerto. Pero unos sicarios les emboscaron cuando iban camino a la Terminal Aérea con el propósito de dar muerte a Fariñas, pero no lograron su propósito porque solamente le hirieron y algunas de las balas mataron a Cabral.
Esta fotografía encabeza unaa excelente crónica de Ana Luisa Mendizábal que fue publicada el lunes 11 en las páginas 24 y 25 de Siglo Veintiuno que me voy a permitir transcribirlo porque interpreta el comportamiento en escena de Facundo Cabral en su último concierto en Guatemala y el penúltimo en su vida porque el último fue en la ciudad de Quetzaltenango.
Voy a permitirme reproducir algunos prárrafos de esta crónica:
Despedida
El cantautor asesinado en el país manifestó su amor a los chapines
“Apoyado en su bastón, Facundo Cabral ingresó al escenario del Grand Tikal Futura Hotel en medio de los aplausos del público guatemalteco que esperaba sus mensajes el pasado martes, sin saber que cuatro días después la violencia los dejaría sin posibilidades de más encuentros”,
“El cantautor que en 2007 emprendió la gira que él llamó “de despedida”, había visitado ya dos veces Guatemala, regresó al país después de una actuación en 2009 en el Teatro Nacional.
“Les agradezco mucho tantos años de amistad”. Irónicamente Cabral señaló: “La última vez que estuve aquí pensé sinceramente que no nos íbamos a volver a ver”, haciendo clara referencia al cáncer que le había sido diagnosticado hace cinco años. “Quería decirles mil gracias porque fueron mis compinches”, agregó.”
En otro párrafo de la crónica dice la autora:
La existencia y el arte
“En el recital se adentró en el significado de su quehacer: “Ser artista es estar locamente enamorado de la vida. La vida es poesía y luego puede ser útil”, agregó.
“Habló de su admiración por Jorge Luis Borges, de quien contó: “En una ocasión ví a Borges y yo era muy tímido y no me atreví a interrumpirle. Pensaba ¿qué pasa si lo interrumpo y estoy jodiendo la literatura del futuro?”, pero más adelante pudo acercarse al escritor.”
“También al momento de interpretar Los ejes de mi carreta recordó su admiración por Atahualpa Yupanqui, a quien identificó como el líder de los folcloristas de su país. El amor y su importancia tuvieron también su espacio en las reflexiones del cantautor: “Si para Dios siempre somos niños, la vida es un juego y la mejor manera de jugarla es con amor”, reflexionó.
“Saqué de mi vocabulario tres palabras: el compromiso, la responsabilidad y el deber, porque las cosas deben hacerse por amor”, enfatizó el artista. “Si somos hijos del amor, nacimos para la felicidad y la felicidad es una obligación”
Otro párrafo:
La mayoría somos buenos
“Su fe en la humanidad se expresó cuando dijo: “Que no te confundan unos cuantos homicidas, el bien es mayor, lo que pasa es que es silencioso”
“El Dios del juicio final, si es que nos va a juzgar, no nos va a juzgar individualmente, sino en promedio y ahí estamos bien, porque la mayoría somos buenas personas“, afirmó. Su madre, Sara, también fue recordada por el artista al decir que “ella decía: si los malos supieran qué buen negocio es ser bueno, serían buenos aunque sea por negocio”.
Este es el último párrafo de la crónica:
El adiós
“Antes de cantar Este es un nuevo día, preguntó al público “¿Saben cuánto cuesta cada día ahora? Es maravilloso cuando despiertas y sigues aquí”
“Como un consuelo adelantado, Facundo hablaba siempre de la muerte al decir: “El mañana no me interesa, el mañana es asunto de Dios. Al que amaste no se ha ido. El que murió simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además, lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón”.
“Su satisfacción hacia la vida la demostró cuando contó: “La última vez que ví a mi madre, en 1985, ella ya sabía que estaba mal y me dijo: “Me voy feliz porque cada vez te parecés más a lo que cantás”.
“Luego de recordar que su primera visita al país se dio en los años 70, “cuando todavía no existía el Teatro Nacional”, y que le debía haber venido “gracias a mi amigo periodista Jorge Palmieri, que empezó a publicar frases mías en sus columnas”, comenzó la que sería su despedida definitiva del público capitalino.
“Pronunció estas palabras que podrían verse ahora como proféticas: “Ya les dí las gracias a ustedes. Las daré a Quetzaltenango y después que sea lo que Dios quiera, porque Él sabe lo que hace”. Posteriormente concluyó su concierto pronunciando: “¡Por tu bello mundo, gracias Dios!”.
Los izquierdosos se aprovechan de todo
Foto de Juan Diego Oquendo / elperiódico
Artistas despiden a Cabral
El concierto que duró seis horas y se realizó en la Plaza de la Constitución fue interrumpido para anunciar la muerte de Alfonso Bauer Paiz, quien estaba enfermo.
Y aunque no se puede negar que son justificadas las manifestaciones contra la violencia que se han llevado a cabo y otras para rendir un homenaje a Facundo Cabral y repudiar este homicidio, como la de los artistas Rony Hernández, Armando Pineda y Álvaro Aguilar que organizaron un concierto en su honor, el cual tuvo lugar el domingo y al que asistieron miles de personas, aún bajo la lluvia, en el que participaron muchos intérpretes que cantaron solamente dos canciones cada uno. Y para explicar su propósito, Rony Hernández declaró: “Creo que el arte es una buena respuesta a la violencia, porque el arte no lastima ni ofende a nadie: Por eso creo que los artistas debemos seguir adelante con nuestra propuesta frente a un hecho violento que nos pueda detener o nos deprima”. De acuerdo a los reportajes sobre este acontecimiento, a pesar de la lluvia, los asistentes recibieron con aplausos a los tres organizadores, quienes abrieron el espectáculo con la composición más conocida y popular de Cabral que en una parte dice: “No soy de aquí, ni soy de allá…” y explicaron que fue “porque a un músico se le despide con música, y nos reunimos hoy para cantarle a la vida”, que era uno de los motivos favoritos del cantautor argentino. Miles de personas que ocupaban más de la mitad de la plaza gritaban “¡Viva Cabral!” y agregaban “¡Ya no más violencia!” y se colocó un listón negro alrededor las banderas de Guatemala y Argentina.
Algunos desorientados han venido calificando de asesinato el atentado criminal contra del “empresario” nicaragüense Henry Aquiles Fariñas Fonseca, de 40 años de edad, propietario de establecimientos nocturnos de dudosa reputación donde se explota la prostitución, como el Josephine’s o el Elite, donde trabajan guapas mujeres, traídas de Nicaragua o Colombia, a quienes se las puede sacar mediante el pago del “derecho de salida” que tiene una tarifa de US$300 por tres horas, porque fue él quien le trajo contratado para ofrecer estos dos conciertos en Guatemala, en el hotel Grand Tikal Futura y posteriormente otro en Nicaragua. Y era él quien iba conduciendo el automóvil Range Rover, custodiado por una camioneta Suburban con cuatro guardaespaldas; y, por esas cosas insondables de la vida, que llamamos destino, Facundo aceptó que le llevara al aeropuerto para no tener que levantarse tan temprano para ir en el bus colectivo del hotel que transporta a los huéspedes al aeropuerto. Y, lamentablemente, encontró la muerte por haber ido tan mal acompañado de un “empresario” nicaragüense de quien la DEA sospecha que tiene vínculos con los traficantes de drogas del Cartel de Sinaloa y él se dedica al lavado de dinero en sus “barra-shows” en los que todo se tiene que pagar con dólares en efectivo y no se aceptan tarjetas de crédito.
El colmo de su ignorancia, desorientación y demagogia, Rigoberta Menchú Tum, Premio Nobel de la Paz –¡de la paz, háganme favor!, quien no pierde oportunidad para causar más divisiones entre los guatemaltecos!– y candidata a la Presidencia de la República, se presentó en el lugar donde fue el homicidio y declaró: “Hay que investigar bien lo que pasó porque sospecho que el asesinato de Facundo Cabral pudo haber sido obra de los reaccionarios por las cosas que éñ decía”. ¡Pero, lo que es peor: el ex director de la UNESCO, Federico Mayor, repitió en Madrid semejante insensatez!
Nuestro lábaro patrio pintarrajeado de rojo
Nuestro lábaro patrio pintarrajeado de rojo por activistas de izquierda
Es imperdonable que otras personas hayan llegado al incalificable extremo de pintar de rojo una bandera nacional -¡nuestro sagrado lábaro patrio!- en la Plaza de la Constitución, frente al Palacio Nacional de la Cultura, para expresar que nuestro país está bañado en sangre y por ende es responsable de este condenable homicidio. Estas personas deben comprender que con este incalificable acto faltaron al respeto a uno de nuestros máximos símbolos patrios. Y olvidan que una estrofa de nuestro Himno Nacional dice: “Es tu enseña pedazo de cielo / en que prende una nube su albura / y ¡ay de aquel que con ciega locura / tus colores pretenda manchar! / Pues tus hijos valientes y altivos, / que veneran la Paz, cual presea, / nunca esquivan la ruda pelea / si defienden su tierra y su hogar”. ¡Qué poco respeto tienen estas personas por nuestros símbolos patrios!
Diferencia entre asesinato y homicidio
Es inexacto decir que Facundo Cabral fue asesinado, como se ha venido diciendo, al extremo de que así lo calificó en recientes declaraciones nada menos que el Rector de la Universidad de San Carlos (USAC), licenciado Carlos Estuardo Gálvez Barrios, graduado de abogado y notario en la USAC y con maestría en Derecho Penal de la Universidad de Costa Rica, colegiado con número 3142 en el Colegio de Abogados y Notarios; y, por lo tanto, debería saber que hay una diferencia entre un asesinato y un homicido. El delito de asesinato es llamado en unos países homicidio calificado y el Código Penal de Guatemala le llama delito preterintencional o accidental y se define como “un delito contra la vida humana, de carácter muy específico, que consiste en matar deliberadamente a una persona concurriendo las circunstancias de alevosía, precio, recompensa o promesa remuneratoria y ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido”. En otras palabras, según el Código Penal de Guatemala, un homicidio es “un delito que se comete por acabar intencionalmente con la vida de una persona”, en el asesinato existe una mayor intensidad del propósito criminal que en el homicidio, por los medios perjudiciales utilizados de un modo especial o por la inconfundible malicia y peligrosidad que se revela. Y, en este lamentable caso que nos ocupa, de acuerdo a las investigaciones que se han hecho se ha llegado a la conclusión de que el propósito de los sicarios era matar al empresario nicaragüense Henry Aquiles Fariña Fonseca, gerente de un conocido Barra-show de dudosa reputación, de quien, según se ha informado, la DEA sospecha que tiene vínculos con el Cartel de Sinaloa del tristemente famoso Joaquín Guzmán Loera (alias“El Chapo”) y se dedica al lavado de dinero, a quien iban dirigidas las balas que mataron a Cabral pero no a él porque le dejaron gravemente herido y se está recuperando en un hospital privado rodeado de fuerzas de seguridad del Estado. O sea que la muerte de Cabral se debe a haberse encontrado en un lugar equivocado, a bordo de un automóvil equivocado y en compañía equivocada, de una persona a quien trataron de asesinar sicarios de alguno de los cárteles de narcotraficantes. ¡Guatemala no tiene por qué “avergonzarse” ni, mucho, menos pedir perdón por el lamentable hecho que Facundo Cabral haya cometido todas esas trágicas equivocaciones que le costaron la vida.
Finalmente, como dijo bien el embajador de Argentina en Guatemala, no se puede culpar a los guatemaltecos por esto, como no se culpó a los neoyorkinos por el asesinato (¡éste sí!) del beatle John Lennon. Así que no nos dejemos convencer de que Guatemala y los guatemaltecos tenemos que avergonzarnos de tan repudiable crimen.
Su último viaje
Momento en el que subían el féretro al avión presidencial de México
Un avión de la Fuerza Aérea Mexicana vino por el féretro y la guitarra y el bastón de Facundo Cabral, para transportarlos a Buenos Aires después de una escala en Lima La Cancillería mexicana informó que el presidente de Guatemala, ingeniero Álvaro Colom Caballeros, se lo solicitó al presidente mexicano Felipe Calderón Hinojosa a quien explicó que el gobierno de Guatemala no tiene un avión aporpiado para realizar ese vuelo.
Facundo Cabral viajó por muchas partes del mundo con sus conciertos y, como consecuencia de la forma en que murió en nuestro país, ha hecho su último viaje, de regreso a su patria, nada menos que en un avión de la Fuerza Aérea Mexicana, en el cual cerca de las 7 de la noche de ayer fue transportado su féretro en un cortejo fúnebre que tuvo cerca de 15 minutos de duración hasta la pista de la Terminal Aérea, donde sus restos fueron despedidos, entre otros, por el vicecanciller de Guatemala y en el avión viajó a Buenos Aires el ministro de Cultura y la directora de Protocolo de la Cancillería, donde serán recibidos por un número muy limitado de personas, encabezadas por su esposa, Silvia Pousa, una sicóloga nacida en Venezuela que vive en Mar del Plata con quien se casó hace siete meses después de vivir en pareja cerca de diez años. “Su hijo, Juan Francisco, es ahijado de Facundo Cabral”, informó el ex representante del artista, y `por el Canciller de Argentina y el embajador de ese país en Guatemala. Miles de personas, incluyendo representantes de la política y de la cultura de Argentina, se despidieron el martes de Cabral en el pequeño Teatro ND Ateneo, escenario en el que el cantautor se había presentado en el pasado mayo por última vez en Argentina.
Después sl cortejo fúnebre pasará por las inmediaciones del bar-café La Biela, tradicional punto de reunión de intelectuales y personalidades argentinas que Cabral frecuentaba siempre que se encontraba en esa ciudad y todas las tardes se reunía con un grupo de sus viejos compinches. En respeto a la voluntad del cantautor, sus restos van a ser incinerados en el cementerio Jardín de Paz, en la periferia noroeste de Buenos Aires. “No se realizará velatorio y los restos serán cremados, tal como fue la última voluntad de Facundo”, dijo Pablo Pérez Iglesias, ex manager del artista, en un contacto telefónico desde Mar del Plata.
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirschner, decretó este martes tres días de duelo nacional por la muerte de Cabral, quien “consagró su vida al canto, transmitiendo con sus letras el espíritu de paz inspirado en las enseñanzas de Jesús, Ghandi y la Madre Teresa de Calcuta” , según dice la resolución de la mandataria.
Facundo Cabral y yo fuimos entrañables amigos o “compinches” durante muchos años, a partir de la primera vez que vino a Guatemala y yo fui el primer periodista que le entrevistó en un programa de radio dominivcal, y cada vez que venía a Guatemala casi todos los días almorzaba en mi casa y pasábamos largo tiempo hablando de muchas cosas. También nos vimos muchas veces en México, tanto antes de que yo fuese embajador como durante los años que lo fui, y a menudo compartimos momentos muy gratos con mis amigos y con los suyos. Pero decidí dar por terminada la amistad desde que una vez que me encontraba en Buenos Aires, acompañado de mi hijo Alejandro, le encontramos en el famoso Bar Biela que él acostumbraba visitar cuando estaba en Buenos Aires, situado en el barrio residencial Recoleta en los alrededores de donde él tenía un departamento, y cuando le saludamos nos trató con desagradable displicencia, como si creyese que íbamos a pedirle algo. Pero, a pesar de ese lamentable recuerdo, con este largo artículo le rindo un homenaje póstumo en nombre de la amistad que antes tuvimos. ¡Que descanse en paz!
Genial caricatura
El genial caricaturista Fo, del diario Prensa Libre, publicó esta extraordinaria caricatura que muestra el último destino de
Esta caricatura me parece excelente y merece ser reproducida en este blog para que sea vista por más personas de las que habitualmente las ven día tras día en la página Editorial del matut¡tino Prensa Libre.