VIVENCIAS EN MÉXICO 3

El licenciado, periodista y querido amigo Jacobo Zabludovsky
La idea original que yo tenía en mi reciente viaje a México el jueves 04 del mes en curso era acompañar a Toluca el sábado 06 a mi buen amigo Guayo Palomo Escobar a los festejos del 70 cumpleaños de su simpático primo Gabriel Escobar Ezeta y permanecer allá esa noche para seguir la parranda el domingo 07 en el “quita-cruda” o “quita goma” con tequila y tacos de ternera en barbacoa lo cual iba a tener lugar en un rancho cercano propiedad de Gabriel; pero mis planes cambiaron por completo cuando mi querido viejo amigo, colega y compañero, el famoso periodista Jacobo Zabludovsky y su encantadora esposa Sarita me invitaron a ir a su casa el domingo al medio día a tomar unas cervezas o tequilas, lo cual me entusiasmaba, porque son mis amigos muy queridos desde hace muchos años y siempre es un placer compartir con ellos, por lo cual aproveché para pedirle “un jalón” para regresar al Distrito Federal al embajador de Guatemala, licenciado José Luis (“El Chino”) Chea Urruela, quien también me invitó a pasar a tomarme un trago a la residencia antes de ir a la casa de los Zabludovsky, porque todos los miembros del personal de la embajada iban a estar reunidos con él para celebrar su cumpleaños. Y yo acepté la invitación, con mucho gusto, para tener la oportunidad de saludar a esos compatriotas.
Desde hace mucho tiempo, el licenciado, periodista y querido amigo Jacobo Zabludovsky y su esposa, Sarita, acostumbran abrir las puertas de su casa a unas cuantas personas de su amistad los domingos al mediodía para departir un rato e invitarles a beber unos tragos y a comer unas “botanas”, como llaman los mexicanos a lo que nosotros llamamos boquitas. Y para que no pueda haber equívocos, especifican, con toda claridad, que no se trata de una “comida”, como llaman en México a lo que nosotros llamamos almuerzo. La casa de ellos está situada en la callecita cerrada Sierra de la Breña, en las Lomas de Chapultepec, a la vecindad de la mansión que me regaló el presidente José López Portillo cuando yo era embajador en aquel país, la cual yo inscribí a nombre de Guatemala para que sirva como residencia a los sucesivos embajadores guatemaltecos. Gracias a eso han vivido con la comodidad y dignidad del caso los embajadores de Guatemala que se han sucedido desde entonces: el ex presidente de la República Julio César Méndez Montenegro, Antonio Pallarés Buonafina, Ricardo Gómez Gálvez, Alejandro Maldonado Aguirre, Juan José Serra, Claudio Riedel, Jorge Escoto, Rómulo Caballeros, Arturo Soto Aguirre y actualmente José Luis (“El Chino”) Chea Urruela.
Cuando llegué a la casa de los Zabludovsky, ya se encontraban con ellos unos pocos amigos muy agradables y Jacobo me preguntó por el embajador Chea, a quien solamente había conocido por teléfono de larga distancia un día que yo le llamé desde mi casa, en Guatemala, para presentarlos, pero desde que “El Chino” se hizo cargo de la misión nunca les había visitado. Entonces Jacobo me preguntó si creía que no sería impertinente de su parte que él fuese a buscarle a la vecindad para invitarle a un trago, y yo le dije que me parecía que sería un buen detalle de su parte. Y así lo hizo. Caminó a la puerta vecina para buscar al embajador Chea y regresó con él. Lo cual aproveché para que uno de los otros invitados sacara esta foto con mi camarita.

En la casa de los Zabludovsky el 07/06/09 con el embajador Chea Urruela y yo.
Aunque ya lo he dicho antes, no tengo inconveniente en repetir que cuando yo me hice cargo de la Embajada de Guatemala en México, la residencia del embajador era una casita alquilada, muy fea, insalubre, incómoda e inhóspita, situada en la calle Goethe, en la colonia Anzures, una de las zonas más contaminadas de smog que hay en el Distrito Federal. Además, era demasiado fría y húmeda porque nunca recibía los rayos del sol porque estaba enmedio de edificios altos. Al extremo que en los últimos meses del año la humedad formaba en el techo del comedor unas gotas de humedad que parecían estalactitas que caían sobre la cabeza los que ocupaban el comedor. Esto causó mucho daño a la salud respiratoria de nuestros pequeños hijos Rodrigo y Alejandro. ¡Pero eso no era lo peor! No se podía dormir tranquilamente, porque allí había estado una Casa de Citas conocida como “La casa de Esther” y muchas veces tocaban en la puerta a altas horas de la noche hombres con tragos preguntando por alguna de las “muchachas”. ¡Aquello era insoportable! Teníamos que levantarnos a contestar las llamadas y a decirles que en esa casa ya no habían “muchachas”. Y al cansarnos de esa desagradable situación informé al presidente Lucas García que por esa circunstancia iba a tener que presentarle mi renuncia, pero él me pidió que no nos desesperáramos porque me iba a autorizar a comprar una casa para que sirviese de residencia permanente de los sucesivos embajadores, así como se hizo para la embajada en Washington y el Consulado en Nueva York. Acepté y todos los días salíamos con mi amada esposa, Anabella, a ver las casas que nos ofrecían, pero cada vez que enviaba al gobierno los datos de las casas, se tardaban tanto en contestar y cada vez pedían más datos que antes vendían las casas. La situación era muy desagradable porque sabíamos que cuando le preguntaban a un nuevo embajador cómo había encontrado su residencia, algunos contestaban: “No es tan buena como la de Irán, pero tampoco tan mala como la de Guatemala”.
¡Aquello era muy desagradable! Así pasó poco más de un año y un día que platicaba con mi buen amigo el Presidente de México, licenciado José López Portillo, le informé de la situación tan insoportable y de mi intención de renunciar y él me contestó: “¡No renuncies, por favor! No quisiera que porque no estás a gusto en esa casa desagradable vayas a retirarte ahora que Guatemala nos ha enviado un embajador que es amigo de México”. Y me preguntó: “¿Qué se podría hacer?” Y como yo sabía que el embajador de México en Guatemala, el general Macedo Figueroa, quería adquirir una casa para sus oficinas, le contesté: “Se podría hacer un trueque en el cual México le daría una casa a Guatemala aquí y Guatemala le daría a México una casa allá”. A mi amigo López Portillo le pareció buena idea y me contestó: “¡Hecho!”. Y agregó: “Será necesario que Anabella y tú sigan buscando la casa que más les guste y cuando la encuentren me avisen para que la compremos”. Así fue. Buscamos incansablemente una casa que fuese satisfactoria, pero por esos días había subido el precio del petróleo mexicano y las propiedades aumentaron mucho su precio y cuando nos mostraron la casa de una familia de industriales españoles de apellido Huerta, nos gustó más que todas, pero pedían por ella 20 millones de pesos, sin muebles, y lo primero que pensé era que si tenía que amueblarla nos exponíamos a que el gobierno de Guatemala se tardaría demasiado tiempo para autorizar el gasto y ofrecí a los señores Huerta darles 19 millones por la casa y 1 millón por el mobiliario. Ellos aceptaron y se lo informé de inmediato a López Portillo, quien, sin pérdida de tiempo, ordenó al Secretario de Programación y Presupuesto, licenciado Miguel de la Madrid, que me extendiese un cheque por esa cantidad de sus fondos confidenciales en esa Secretaría. Y a los pocos días me pidieron que fuese a recoger el cheque que salió a mi nombre. Vine a Guatemala a informar del caso y cuando el presidente Lucas vio el cheque a mi nombre por más de un millón de dólares, me dijo: “¡Te felicito no sólo por el éxito que has obtenido, sino por no haber cobrado el cheque a tu nombre para irte a disfrutarlo a Brasil!” Y ordenó en el acto a donde correspondía comprar la casa que desease el embajador Macedo Figueroa. Pero ese general nunca se decidió por ninguna casa y el trueque no se pudo cumplir del lado de Guatemala. Antes de que se concretara una negociación unos jóvenes militares apoyados por la DIA (Defense Intellicenge Agency), del Pentágono, derrocaron al gobierno del presidente Lucas. Cuando se lo expliqué al presidente López Portillo, él me respondió: “No te preocupes y acepta esa casa como un regalo”. Pero yo no la conservé para mí, sino la puse a nombre del gobierno de Guatemala. Y cuando había pasado algún tiempo, me encontré a López Portillo en una playa de Acapulco y me preguntó si seguía viviendo en la casa y cuando le dije que no, porque la había inscrito a nombre de Guatemala, él me respondió: “¡Pero yo te la regalé a tí!”.
No obstante lo cual, cuando el presidente Lucas García fue derrocado, a mí ni las gracias me dieron por haber obtenido esa mansión sin que a Guatemala le costara ni un sólo centavo. Pero, -lo que es peor- hasta la fecha no se ha puesto en alguna parte de la casa ni siquiera una pequeña placa de reconocimiento de que es un regalo del presidente López Portillo durante mi gestión como embajador. Bueno, pasemos a otra cosa. Hay veces que la ingratitud de algunas personas es tan excesiva que es mejor no hablar de ella.
Algunos datos biográficos de Jacobo Zabludovsky
Jacobo Zabludovsky Kraveski tiene la misma edad que yo, 80 años, y sigue trabajando incansablemente después de haber derrotado a dos cánceres, uno en la próstata y otro en la piel. Nació en el famoso barrio de la Merced de la ciudad de México el 24 de mayo de 1928, de origen judío polaco. Se casó el 22 de Junio de 1954 con Sarah Nerubay Lieberman, de origen judio-ruso, hija de un próspero comerciante de la ciudad de México. Jacobo y Sarita procrearon a tres hijos: Abraham, Jorge y Diana. Inició sus actividades periodísticas en 1946 en Cadena Radio Continental como ayudante de redactor de noticieros. En 1947 ingresó en la XEX-AM, como Subjefe de Servicios Informativos. En 1950, al empezar la televisión en México, inició la producción y dirección del primer noticiero profesional de la televisión Mexicana y desde entonces dirigió y presentó telenoticieros en Televisa. El 21 de julio de 1967 se graduó como licenciado en Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México. Se desempeñó muy exitosamente como principal periodista de Televisa en los programas “Primera Plana” “Siglo XX” “La Verdad en el Espacio” “Telemundo” “Su Diario Nescafé” “Hoy Domingo” “Hoy Sábado” “Domingo a Domingo” “24 horas” “Contrapunto” “Somos” “ECO-Comentarios” y “El Noticiero” (Cablevisión).
“24 horas” fue, indudablemente, el noticiero de televisión con mayor audiencia en México durante casi tres décadas, pero desapareció poco después de que falleció Emilio Azcarraga Milmo (“El Tigre”), quien consolidó a Televisa como una poderosa empresa de fuerza mundial, y su hijo, Emilio Azcárraga Jean, quedó al frente y decidió renovar al personal y realizar algunos cambios. Jacobo siguió trabajando en Televisa, pero renunció el 30 de marzo del 2000.al saber que había renunciado su hijo Abraham. Fue Coordinador de Radio y Televisión de la Presidencia de la República y Consejero de la Dirección de Difusión y Relaciones Públicas en los sucesivos regímenes de los licenciados Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz. En los últimos años del noticiero sus índices de audiencia habían descendido notablemente debido a la estrecha relación de Televisa con el gobierno con el PRI, el partido político que durante 70 años. La percepción generalizada en el público era que Televisa era cada vez más cercana al partido oficial en detrimento de la imparcialidad de su programación. Eventualmente dicha percepción afectó la imagen de Zabludovsky como presentador del noticiario “24 horas”. Además de la competencia que se estableció con su homólogo de TV Azteca que había creado el noticiero “Hechos”.
Desde el 1 de septiembre de 2001 hasta la fecha, Jacobo Zabludovsky conduce el noticiario “De una a tres” en las emisoras La 69 y Radio Red del Grupo Radio Centro de la ciudad de México. En esta etapa de su larga carrera periodística, ha sorprendidoa muchos al manifestarse abiertamente en favor del candidato de izquierda a la presidencia del país, Andrés Manuel López Obrador, lo que le ha valido críticas del sector de derecha.

Hace 37 años yo era corresponsal en Guatemala del noticiero “24 Horas”.
En cine, Jacobo Zabludovsky dirigió el noticiario “El mundo en marcha”. Ha sido colaborador de los diarios “Novedades” y “Ovaciones” y de los semanarios “Claridades” y “El Redondel”. Desde 1959 es redactor de planta de la revista “Siempre”, del gran periodista José Pagés Llergo de quien fue entrañable amigo. Junto con otros destacados profesionales, encabeza el Fideicomiso de restauración del Centro Histórico de la ciudad de México.
Jacobo fue el único reportero mexicano que se encontraba en Cuba el día que el ejército revolucionario de Fidel Castro entró a La Habana, y entrevistó a Ernesto “Ché” Guevara y a otros revolucionarios. Esto se debió a que para su buena suerte, el presidente de Guatemala, general e ingeniero Miguel Ydígoras Fuentes, no le había concedido la entrevista que le solicitó para hablar del trágico incidente ocurrido con los barcos camaroneros con bandera de México, en el que murieron ametrallados por aviones de la FGA varios pescadores mexicanos. Sin embargo, el presidente Ydígoras sí concedió una entrevista al periodista Julio Scherer García, por lo que éste no estuvo en Cuba cuando Fidel Castro entró a La Habana. Jacobo también ha sido el único periodista que ha entrevistado al mundialmente famoso cellista catalán Pablo Casals en su casa de Puerto Rico. Su crónica del terremoto del 19 de septiembre de 1985 en la ciudad de México desde un teléfono de su automóvil, algo prácticamente inexistente en esos tiempos, es un acontecimiento de referencia en la historia de México. Sus entrevistas a diversos e importantes políticos, presidentes de la república, científicos, músicos, deportistas, cantantes, cineastas, pintores y demás personajes destacados de México y del extranjero, muchos de los cuales trabaron amistad con él, lo convierten en un icono de la historia de México de finales del siglo XX.
Es autor de los libros: La Conquista del Espacio, La libertad y la responsabilidad en la radio y la televisión mexicana, Charlas con pintores, Siqueiros me dijo, En el aire y cinco días de agosto (en coautoría con Jesús Hermida).
Jacobo ha sido distinguido con premios, condecoraciones, diplomas y nombramientos entre ellos:
*Premio Ondas (por dos ocasiones en Barcelona y España) y, recientemente, el Premio Ondas de Oro
Monje de Oro en Managua, Nicaragua.
*Presea al mérito en las ciencias y técnicas de la comunicación humana, del Instituto mexicano de cultura
*Oficial de la orden de las artes y las letras otorgado por el Ministerio de Asuntos Culturales de la República Francesa.
*Ascendido al grado de Comendador de la Orden de las artes y las letras de Francia
*Encomienda de número al mérito civil otorgada por S. M. el Rey Juan Carlos I de España.
*Premio nacional de periodismo y de información, por entrevista a Fidel Castro Ruz, entregado por el Presidente de México en 1976.
*Premio a la mejor labor informativa, por su trabajo como Director de Programas Informativos de Televisa, otorgado por la Agencia EFE.
*Primer premio internacional de periodismo Rey de España
*Premio de la asociación de Cronistas de espectáculos de Nueva York (ACE)
*Diez premios anuales del Certamen nacional de periodismo en México.
*Concurso nacional de la Televisión mexicana
*Cinco veces Teletriunfo.
*Placa al mérito del Club de fotógrafos de Cine, Teatro Y Televisión, A. C.
*Club Primera Plana
*Diploma por 55 años de actividad profesional
*Diploma de la Unión de Voceadores Y Expendedores de periódicos de México, A. C.
*Calendario Azteca de Oro de la AMPRYT
*Testimonio de agradecimiento de la Operación Plus Ultra de la Cadena SER de España.
*Ciudadano honorario de Texas por los alcaldes de Arlington, Dallas Y Fort Worth
*Palmas de Oro del Círculo nacional de periodistas, A. C.
*Doctor Honoris Causa de la Universidad de Bar Ilan, Israel
*Doctor Honoris Causa de la Universidad Hebrea de Jerusalén en Jerusalén, Israel
*Orden nacional del mérito en el grado de Cruz de Plata que confiere el gobierno de la República de Colombia.
*Premio Antena de Oro.
*Consejero de la Fundación UNAM.
*Socio fundador del Museo José Luis Cuevas.
Jacobo Zabludovsky me entrevistó el miércoles 10 del mes en curso en su programa radial “De 1 a 3” y hablamos sobre la situación que vive Guatemala como consecuencia del asesinato del abogado Rodrigo Rosenberg Marzano. Me preguntó si yo creía realmente que el presidente de Guatemala, Álvaro Colom, su esposa, su secretario privado Gustavo Alejos y su financista Gregorio Valdés estuvieron involucraddos en ese asesinato, y le respondí que no lo creo. Entonces me preguntó si yo creía que elementos del partido Patriota u otro partido de oposición habrían podido ser los asesinos, y le respondí que tampoco lo creía. Me preguntó si yo creía que la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) podría esclarecer el crimen algún día y llevar a los tribunales a los autores tanto intelectuales como materiales, y le contesté que sería demasiado atrevido hacer una predicción sobre el particular, pero que ojalá lo hicieran.
Jacobo Zabludovsky ha entrevistado casi tantas personalidades de distintas actividades de la vida mundial como Larry King. Estas son algunas de las personalidades internacionales que ha entrevistado:


Con el presidente de México Adolfo Ruiz Cortines


Con Ben Gurión, primer presidente del Estado de Israel.


Con el genial mimo mexicano Mario Moreno “Cantinflas”.


Con el mundialmente famoso actor mexicano Anthony Queen.


Con el pianista y director de orquesta Arthur Rubinstein.


Con el presidente derechista de España José María Aznar.


Con el genial pintor catalán Salvador Dalí.


Con la compositora peruana Chabuca Granda.


Con la gran rejoneadora peruana Conchita Cintrón.


Con el compositor y arreglista cubano Emilio Estefan.


Con la popular cantante cubana Gloria Estefan.


Con el presidente izquierdista de España Felipe González.


Con el derrocado ex dictador de Cuba, general Fulgencio Batista.


Con el líder de la revolución cubana Fidel Castro Ruz.


Con el director y productor italiano de cine y de óperas Franco Zeffirelli.


Con el presidente de Francia Giscard Destaing.


Con el militar y político israelí Moshé Dayan.


Con el líder palestino Yasser Arafat.


Con el actual presidente de Venezuela Hugo Chávez.


Con el destacado futbolista mexicano Hugo Sánchez.


Con el gran violinista estadounidense Isaac Stein.


Con el ex presidente de los Estados Unidos Jimmy Carter.


Con la bailarina y cantante norteamericana Joséphine Baker.


Con Su Santidad el papa Juan Pablo II.


Con el cantante español Julio Iglesias.


Con el futbolista argentino Diego Armando Maradona.


Con el mariscal Josip Broz Tito de Yugoslavia.


Con el bailarín y cantante de rock Michael Jackson y sus hermanos.


Con el toreno español Paquirry Curro Rivera.

¡Sí señor! No cabe la menor duda de que mi querido amigo y admirado colega y compañero, licenciado Jacobo Zabludovsky, es un ícono del periodisma mexicano y latinoamericano. Mis respetos para él. Espero que esta insignificante nota sea un modesto homenaje de mi parte.

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