Queridos amigos:
Ahora que nuestro amado país está sufriendo una descontrolada ola de violencia y criminalidad, ante la lamentable incapacidad del “Gobierno de Álvaro Colom” para evitarla, creo que es una buena oportunidad para recordar a uno de los hombres más grandes que ha producido la humanidad: el inmortal indio Mohandas Karamchand Gandhi, quien llegó a ser el autor de la Independencia de la India y es conocido en el mundo entero como Mahatma Gandhi, uno de los personajes de la Historia que más he admirado y amado en mi vida. Para ello, les invito a abrir esta colección de eslides haciendo click sobre la flechita que está abajo, y después vuelvan a hacer click sobre las pequeñas figuras gemelas del lado derecho, y luego vuelvan a hacer click en donde dice full para que se agrande la figura y puedan ir leyendo las palabras con más facilidad en las eslides cada vez que activen el mouse para que cambien.
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Después, les invito a leer la biografía escrita por Pablo Correa-Hernandez que he tomado de Microsoft de Internet, aunque me he permitido hacerle algunos cambios que he considerado convenientes. Espero que la lean detenidamente para que este domingo puedan meditar sobre la necesidad urgente de que todos los guatemaltecos por igual, sin distinciones de ninguna clase, participemos en una Campaña Nacional Contra la Violencia y Criminalidad para no tener que depender exclusivamente de la evidente incompetencia de las actuales autoridades.
Mahatma Gandhi
Nació el 2 de Octubre de 1869 en Porbandar, India. Su verdadero nombre fue Mohandas Karamchand Gandhi, aunque sus allegados en la India y admiradores y seguidores por todo el mundo lo llamaron Mahatma, que, en sánscrito significa Alma Grande (maha=grande o suprema y atman=alma).
Gandhi nunca aceptó el título de Mahatma, porque no se consideraba digno de él. Sólo le gustaba que lo llamaran Bapu (que en sánscrito significa “padre”), que es una expresión, a la vez, cariñosa y respetuosa.
Muchos hombres y mujeres de hoy veneran a personajes milenarios, algunos que ni siquiera han existido en la realidad histórica, pero pocos conocen que, en este siglo, un hombre verdaderamente santo se levantó de entre los demás. Nacido en una cultura de milenaria espiritualidad, empero no se restringió a ella y abordó con igual entusiasmo las diferentes ideas religiosas de todos los pueblos.
Gandhi decía ser hindú, buddhista, cristiano, musulmán, shiks, judío, etcétera, sin que para él, existiera contradicción alguna en sus respectivas creencias. Esto era porque, según su pensar, la única definición real de Dios era que es: La Verdad y El Amor, y esto puede aplicarse a todas las religiones por igual.
A la edad de 13 años, se casó con Kasturba, una niña de su misma edad. El casamiento fue arreglado por sus padres, como era la costumbre. Los Gandhi tuvieron cuatro hijos. Gandhi estudió leyes en Londres y volvió a la India en 1891 para ejercer su profesión. En 1893 aceptó un contrato de un año para trabajar como abogado en Sudáfrica. En esa época, Sudáfrica estaba controlado por los británicos e imperaba la política segregacionista del Apartheid. Cuando intentó reclamar sus derechos como ciudadano inglés fue atropellado, y pronto vio que todos los indios sufrían idéntico tratamiento.
Gandhi se quedó en Sudáfrica 21 años luchando por los derechos del pueblo hindú. Desarrolló un método de acción social directa basado en los principios del coraje, la no-violencia y la verdad llamado Satyagraha. Creía que el modo en que la gente se comporta vale más que lo que consiguen. Satyagraha promovía la no-violencia y la desobediencia civil como los métodos más apropiados para alcanzar objetivos políticos y sociales.
En 1915 Gandhi retornó a la India. En 15 años se convirtió en el líder del movimiento nacionalista indio. Utilizando los postulados de la Satyagraha dirigió la campaña por la independencia india de Gran Bretaña. Fue arrestado muchas veces por los británicos debido a sus actividades en Sudáfrica y la India. Pero él creía que era honorable ir a la cárcel por una causa justa. En conjunto pasó siete años en prisión por sus actividades políticas. Más de una vez recurrió al ayuno para impresionar a la gente sobre la necesidad de ser no-violento (ahimsa en sánscrito).
India alcanzó la independencia en 1947, y se separó en dos países, India y Pakistán, tras lo cual comenzaron los enfrentamientos entre hindúes y musulmanes. Gandhi había abogado por una India unida, donde los hindúes y los musulmanes pudieran vivir en paz. Un 13 de enero de 1948, a la edad de 78 años, comenzó un ayuno con el propósito de detener el derramamiento de sangre. Tras 5 días, los líderes de ambas facciones se comprometieron a detener la lucha y Gandhi abandonó el ayuno. Doce días más tarde fue asesinado por un fanático hindú que se oponía a su programa de tolerancia hacia todos los credos y religiones.
SU LABOR
Su lucha por los Derechos Civiles en Sudáfrica: primero durante la Guerra Bóer, Gandhi organizó un cuerpo de ambulancias para el Ejército británico y dirigió una sección de la Cruz Roja. Acabada la guerra, retomó su campaña en favor de los derechos de los indios residentes en Sudáfrica. En 1910 fundó la Granja Tolstoi, cerca de Durban, una colonia cooperativa para la población india. En 1914 el gobierno sudafricano hizo importantes concesiones a las demandas de Gandhi, incluido el reconocimiento de los matrimonios y la exención de impuestos municipales, con lo cual dio por finalizada su misión en Sudáfrica y regresó a la India.
Campaña para la Independencia:
“Por la libertad de mi pueblo estoy dispuesto a dar gustosamente mi vida, pero por nada, estoy dispuesto a quitarle la vida a otro” (Mohandas Karamchand Gandhi)
Gandhi se convirtió pronto en el máximo exponente de la lucha por el autogobierno de la India. Tras la I Guerra Mundial, en la que desempeñó un destacado papel humanitario, inició su movimiento de resistencia pasiva, invocando la satyagraha contra Gran Bretaña. Cuando el Parlamento aprobó en 1919 las leyes Rowlatt, que daban a las autoridades coloniales británicas poderes de emergencia para hacer frente a las denominadas actividades subversivas, el movimiento satyagraha se extendió por toda la India, ganando millones de adeptos. Una manifestación en Amritsar contra la aplicación de esta legislación acabó en una matanza cometida por los soldados británicos. En 1920, al no haber logrado del gobierno británico reforma alguna, Gandhi proclamó una campaña organizada de no cooperación. Los indios que ocupaban cargos públicos dimitieron, los organismos gubernamentales y los tribunales de justicia fueron boicoteados y los niños abandonaron las escuelas públicas. Por toda la India, las calles de las ciudades fueron bloqueadas mediante personas sentadas que se negaban a levantarse incluso a pesar de ser golpeados por la policía. Gandhi fue arrestado pero las autoridades británicas se vieron forzadas a dejarle en libertad pronto.
La independencia económica de la India fue el punto culminante del movimiento swaraj (que en sánscrito significa autogobierno), que implicaba un boicoteo completo a los productos británicos. Los aspectos económicos del movimiento eran significativos, puesto que la explotación de los campesinos indios por los industriales británicos había originado una extrema pobreza y la virtual destrucción de la industria de la India. Gandhi propuso como solución a esta situación potenciar el renacimiento de las industrias artesanales y para dar el ejemplo comenzó a usar una rueca como símbolo de la vuelta a la sencilla vida campesina que predicaba y del renacimiento de las industrias autóctonas, tales como el hilado manual.
Gandhi se convirtió en símbolo internacional de una India libre. Llevaba la vida espiritual y ascética de un predicador, con ayuno y meditación. La unión con su esposa llegó a ser, como él mismo señaló, la de un hermano y una hermana. Rehusó cualquier posesión terrenal, vestía como las clases más bajas: un mantón y un taparrabos y comía solamente vegetales y bebía zumos de fruta y leche de cabra. Los indios le veneraban como a un santo y le comenzaron a llamar Mahatma (que en sánscrito significa alma grande), título reservado para los más grandes sabios. La defensa que hizo Gandhi de la no violencia o ahimsa (que significa sin daño, en sánscrito) era, como sostuvo, la expresión de una forma de vida implícita en el hinduismo. Gandhi consideraba que mediante la práctica de la no violencia, Gran Bretaña llegaría a considerar la inutilidad de la opresión y abandonaría su país.
La influencia política y espiritual del Mahatma era tan grande en la India que las autoridades británicas no se arriesgaron a atacarle. En 1921 el Congreso Nacional Indio o Partido del Congreso, que encabezó el movimiento independentista, otorgó a Gandhi plena autoridad ejecutiva, incluido el derecho a designar su propio sucesor. La población india, no obstante, no entendió plenamente la doctrina de la ahimsa. Estallaron una serie de revueltas armadas contra Gran Bretaña, y culminaron en tal grado de violencia que Gandhi confesó el fracaso de su campaña de desobediencia civil, a la que puso fin temporalmente. El gobierno británico le detuvo de nuevo y le encarceló en 1922.
Tras haber sido puesto en libertad en 1924, se retiró de la vida política activa y se dedicó a propagar la unidad comunal. Sin embargo, pronto se vio envuelto de nuevo en la lucha por la independencia. En 1930 Gandhi proclamó una nueva campaña de desobediencia civil, convocando a la población a negar el pago de impuestos, en particular el que gravaba la sal, sobre la que el gobierno británico ejercía un severo monopolio. Se llevó a cabo una marcha hasta el mar, en la que miles de indios siguieron a Gandhi desde Ahmadabad hasta el mar de Omán, donde obtuvieron abundante sal por el método de evaporar agua del mar. Una vez más, Gandhi fue arrestado y puesto en libertad en 1931. Detuvo la campaña después de que los británicos hiciesen alguna concesión a sus peticiones. Ese mismo año representó al Partido del Congreso en una reunión celebrada en Londres.
Ataque al sistema de castas:
En 1932 Gandhi inició una nueva campaña de desobediencia civil contra las autoridades británicas. Arrestado dos veces, ayunó durante largos periodos en diversas ocasiones. En septiembre de 1932, mientras estaba en la cárcel, llevó a cabo un “”ayuno hasta la muerte”” para mejorar la situación de la casta de los “intocables”. Los británicos, al permitir que los “intocables” fuesen excluidos del electorado indio, estaban, según Gandhi, cometiendo una injusticia. Aunque él mismo era miembro de la casta Vaisya de mercaderes, Gandhi se consideraba el gran líder del movimiento indio que tenía como finalidad la erradicación de la injusticia social y económica del sistema de castas.
En 1934 abandonó formalmente la política y fue sustituido como dirigente máximo del Partido del Congreso por Jawaharlal Nehru, quien posteriormente fue el primer presidente de la India independiente de Gran Bretaña. Gandhi viajó por toda la India predicando la ahimsa y demandando la abolición de la casta de los “intocables”. La estima en que se le tenía era la medida de su poder político. Era tan grande su autoridad moral y espiritual que el limitado autogobierno concedido por Gran Bretaña a la India a través de la promulgación de la Government of India Act (1935) no pudo ser puesto en práctica hasta que Gandhi lo aprobó.
Pocos años después, en 1939, regresó de nuevo a la vida política debido a que aún estaba pendiente la federación de los principados indios con el resto de la India. Su primer acto fue una huelga de hambre con el propósito de forzar al dirigente del estado de Rajkot a modificar su régimen autocrático. La conmoción pública que originó este ayuno fue tan grande que tuvo que intervenir el gobierno colonial británico y se concedieron las demandas que exigía. El Mahatma se convirtió de nuevo en la más importante figura política de la India.
Autonomía
Cuando estalló la II Guerra Mundial, el Partido del Congreso y Gandhi exigieron una declaración de intenciones respecto de la guerra y su aplicación a la India. Como reacción a la insatisfactoria respuesta británica, el partido decidió no apoyar a Gran Bretaña a menos que se concediera a la India una completa y total independencia. Las autoridades británicas se negaron a ello y ofrecieron una serie de compromisos que a su vez fueron rechazados. Cuando Japón entró en guerra, Gandhi todavía rechazaba la participación de la India en el conflicto. Fue recluido en 1942 y liberado por motivos de salud dos años más tarde.
En 1944 la lucha por la independencia de la India estaba en su última fase. El gobierno británico había aceptado conceder la independencia con la condición de que los dos grupos nacionalistas rivales, la Liga Musulmana y el Partido del Congreso resolvieran sus diferencias. Gandhi se opuso firmemente a la división de la India, aunque al final la aprobó con la esperanza de que se alcanzaría la paz interna una vez que se hubieran concedido las demandas para la cración de un estado musulmán. India y Pakistán se convirtieron en dos estados independientes una vez que Gran Bretaña concedió su independencia a la India en 1947. Durante las revueltas que siguieron a la división del país, Gandhi suplicó a hindúes y musulmanes que convivieran pacíficamente. Los disturbios afectaron a Calcuta, una de las más grandes ciudades de la India, y ayunó hasta que éstas cesaron. El 13 de enero de 1948 inició otra huelga de hambre en Nueva Delhi para tratar de instaurar la paz. El 30 de enero, doce días después de terminado aquel ayuno, cuando se dirigía el rezo de la tarde fue asesinado de un balazo por Nathura Godse, un joven fanático de un grupo extremista hindú.
Pudo haber acumulado todo el poder en su país, tanto el político como el religioso, pero jamás aceptó ningún cargo público, despreciando siempre los títulos y honores. Vivió siempre humildemente, comiendo únicamente vegetales e hilando su propia ropa y aconsejando a todos vivir en paz y en hermandad con los demás.
Su respeto por la vida no se limitaba a la humana, consideraba como hermanos a todos los seres vivientes y si hoy todavía estuviera entre nosotros, dejaría oír su voz a lo largo y ancho del mundo para salvar a la vida que destruimos día tras día por nuestra ambición e insensibilidad ecológica.
Lamentablemente, los pueblos de Pakistán y la India, los que él tanto amó -al extremo de haber dado su vida por ellos-, continúan al borde de una guerra de consecuencias inimaginables. Pero esto no significa que el Mahatma Gandhi haya fracasado. Aún cuando puede llegar el día en que la India ya no exista, en que no se practiquen más sus viejas tradiciones, mientras el hombre camine sobre la faz de la tierra y posea cultura para transmitir su historia, no se olvidará jamás que una vez, sólo una vez, un pueblo fue libre sin levantar las armas y logró su independencia solo con la paz, el amor y la verdad. Mientras esto no se olvide, el Mahatma Gandhi será recordado como el máximo revolucionario de la no-violencia.
Si creemos que algún hombre merece verdaderamente el título de “santo”, ninguna persona de buena voluntad, sea cual sea su credo, puede excluir de la lista de quienes llegaron a esta condición, a aquel hombrecillo de cuerpo delgado y de mirada sonriente, tras del cual se escondía el Alma más grande de nuestro siglo.
En su autobiografía, el Mahatma Gandhi cuenta cómo, durante sus tiempos de estudiante en Sud Africa, le interesó profundamente la lectura de la Biblia, en especial el Sermón del Monte.
Llegó a convencerse de que el cristianismo podría ser la respuesta al sistema de castas que durante siglos había padecido la India, y consideró muy seriamente la posibilidad de hacerse cristiano, hasta que un día quiso entrar a un templo católico para oír misa e instruírse sobre el cristianismo, pero le detuvieron a la entrada y le dijeron que si deseaba oír misa sería bien recibido en un templo reservado a los negros. Por lo que desistió de su idea y no volvió a intentarlo jamás.
Albert Einstein dijo de Mahatma Gandhi: “Las generaciones del porvenir apenas creerán que un hombre como éste caminó la tierra en carne y hueso.”