La comunidad internacional y nacional se han conmovido justificadamente por los horrendos crímenes ocurridos el domingo por la tarde en la cárcel de Alta Seguridad (supuestamente) denominada El Boquerón, en el departamento de Santa Rosa, donde fueron cruelmente asesinados cuatro miembros de la Policía Nacional Civil: Luis Herrera López, Korki López Arreaga, José Adolfo Gutiérrez y Marvin Escobar Méndez quienes eran los presuntos asesinos de cuatro ciudadanos salvadoreños, tres diputados al Parlamento Centroamericano (Parlacen) y su chofer. Según el candidato presidencial del Partido Patriota, general (retirado) Otto Pérez Molina, estos crímenes fueron cometidos por un comando del gobierno de la República que se dedica a ejecuciones extrajudiciales; y, según las interesantes declaraciones a una reportera de Emisoras Unidas de la guapa diputada Roxana Baldetti, para ingresar a la celda que ocupaban y donde fueron cruelmente asesinados con múltiples heridas de armas blancas y balazos, los asesinos tuvieron que abrir cuatro candados cuyas llaves estaban en manos de dos personas. Además, los presos eran constantemente vigilados desde una caseta por unos guardias. ¡Esto es demasiado! Es absolutamente indispensable y urgente que este caso se investigue hasta las últimas consecuencias. Estos crímenes no pueden quedar en la impunidad como tantos otros. ¡Ya basta!