Quiénes mataron a los Kennedy (5)

Los investigadores y los escritores franceses de novelas de misterios suelen decir ?cherchez la femme? (?buscar a la mujer?) con la tesis que atrás de todos los criminales hay una mujer. En los asesinatos de los hermanos Kennedy ?John, el trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos de América y su hermano menor, Robert (“Bobby”), el Fiscal General- se podría decir lo mismo porque ambos fueron unos mujeriegos empedernidos que no tenían el menor escrúpulo para integrar un triángulo amoroso y compartir una mujer o pasársela de uno a otro, como fue el caso de la bella estrella de cine de Hollywood Marilyn Monroe, símbolo sexual de los años 1950, quien primero fue amante de John, pero éste la dejó al principio de los años 60 porque le estaba comprometiendo demasiado con sus escándalos y amenazaba con contar lo que había oído de sus labios en la cama e inmediatamente después se convirtió en amante de “Bobby”, su hermano menor, el controvertido Fiscal General de la Federación Americana.

El primero en el triángulo amoroso con Marilyn Monroe fue el presidente John F. Kennedy, un mujeriego empedernido que fue su amante pero por escandalosa se la heredó a su hermano “Bobby” porque temía que fuera a causar un gran escándalo.

La bella Marilyn Monroe, cuyo verdadero nombre fue Norma Jean Mortenson, una de las más famosas estrellas de Hollywood y un símbolo sexual en los años 1950, fue el centro del triángulo amoroso al que convergían los hermanos Kennedy.

El segundo en el triángulo amoroso fue “Bobby” Kennedy, hermano menor del presidente de los Estados Unidos, de quien heredó su relación con la estrella de cine Marilyn Monroe.

En diciembre de 1953 Marilyn Monroe salió vestida en la portada del primer número de la revista Playboy pero también salió desnuda en una de las páginas interiores. En 1949 posó desnuda para el calendario ?sueños dorados? del fotógrafo Tom Kelley, lo que fue su definitiva consagración a la fama.
Por lo tanto, Marilyn Monroe fue la primera “chica del mes” de esa mundialmente famosa revista, con la colección de fotografías “sueño dorado”, gracias a sus medidas anatómicas eran 37-23-36 (94-58-92). Playboy le ha dado la portada cinco veces. La última vez fue en la edición del mes de diciembre del año 2005, en la cual hay amplia información de su misteriosa muerte que algunos atribuyeron a un suicidio con una sobre dosis de drogas, pero otros afirman que fue asesinada con un supositorio con una sobredosis de Nembutal y el crímen se atribuye al gangster Sam Giancana, jefe de la Mafia de Chicago, pero también se le ha atribuido al director de la FBI Edgar J. Hoover. Al primero porque se dijo que con él sostuvo una relación sexual en el hotel Cal Neva del lago Tahoe donde fueron presentados por Frank Sinatra y ella estaba drogada y posó desnuda con varios hombres en la cama. Sinatra fue también la persona que la presentó a los hermanos Kennedy; y al segundo porque a través del espionaje telefónico éste siempre tuvo conocimiento de la relación de Marilyn con los dos Kennedy y de las peligrosas y constantes indiscreciones que ella cometía por teléfono con las cuales ponía en entredicho el nombre del gobierno y amenazaba con contar todo lo que había oído de boca de ellos. No porque Hoover quisiese proteger la imagen de los hermanos Kennedy, a quienes realmente detestaba, sino para impedir que ese escándalo trascendiera y todo el mundo supiera que la vida privada de ellos no era precisamente un modelo. De hecho, las habladurías implicaron a Jacqueline con su modisto favorito e íntimo viejo amigo Oleg Cassini y con el célebre cantante Frank Sinatra, pero nunca se ha probado la veracidad de estos rumores.
Por otra parte, las investigaciones que se hicieron en esos días sobre las últimas horas de vida de Marilyn Monroe y lograron trascender a los medios de comunicación indicaron que “Bobby” Kennedy la había visitado el día de su muerte y estuvo presente cuando su cuerpo sin vida fue sacado en una ambulancia para llevarlo al hospital en el que se hizo la autopsia, unas horas después de haber sido descubierta por su empleada acostada totalmente desnuda en su cama y con el teléfono descolgado a un lado. Se dice que Robert Kennedy hizo borrar todo rastro de su paso por la casa de la estrella de cine. Oficialmente se dijo que Marilyn se suicidó con barbitúricos. El forense, para comprobarlo, pidió un examen de las vísceras. Le contestaron que se habían destruido “por accidente”. Quince meses después de la muerte de Marilyn Monroe, John F. Kennedy fue asesinado en Dallas y la sombra de Giancana también apareció sobre el atentado.

El gángster Sam Giancana era el jefe máximo de la Mafia de Chicago y por medio de Frank Sinatra convocó a Marilyn Monroe a un hotel en el lago Tahoe donde la drogaron para fotografiarla desnuda en una cama con varios hombres. Y si fuera poco, compartió con el presidente Kennedy la cama de Judith Campbell.
Pero Marilyn Monroe no fue la única mujer que el presidente Kennedy compartió con el gángster Giancana, porque durante varios años compartieron la cama de Judith Campbell, nombre artístico que usaba Eileen Katherine Immor, una bella mujer de la alta sociedad de Los Angeles que, estando en el apogeo de su belleza, se casó a los 18 años de edad con el actor de televisión William Campbell, quien la presentó a muchos famosos de Hollywood, entre ellos a Frank Sinatra, con quien sostuvo un idilio que ella rompió cuando, según dijo, Sinatra la quiso meter en una cama con una actriz de raza negra. ?Tienes unos gustos muy raros?, le dijo entonces al famoso crooner antes de salir de la habitación y dar por cancelado el idilio.

Esta mujer de la alta sociedad de Los Ángeles, Eileen Katherine Immor, de nombre artístico Judith Campbell fue amante al mismo tiempo del presidente JFK y del gángster Sam Giancana. Ambos murieron asesinados y ella les sobrevivió hasta que la mató el cáncer.
Su excepcional belleza le abrió las puertas en Las Vegas, donde actuó en los mejores cabarés en compañía de Sinatra y de varios miembros de su famoso ?clan? o pandilla entre quienes se contaban el actor y cantante Dean Martin y el “showman” de color Sammy Davis Jr.
A pesar de que no quiso complacerle en sus gustos sexuales, Sinatra siempre la tuvo en la nómina de las mujeres que solía presentar a sus mejores amigos. Según el abogado de la Campbell, ella se encontraba en Las Vegas el 8 de febrero de 1960 junto con Sinatra cuando éste la presentó a John F. Kennedy. La relación entre ambos comenzó esa misma noche en un hotel de la ciudad y luego prosiguió durante varios años en la Casa Blanca, cuando Jacqueline, su esposa, estaba ausente de la capital, y también en diferentes hoteles de Nueva York y en la casa de mi amigo ?Chep? Morrisson en Georgetown, de Washington, que Kennedy usó varias veces para esos menesteres. En una entrevista con The Washington Post, Judith Campbell dijo que durante más de dos años sostuvo relaciones sexuales con el presidente y que terminó el día que Kennedy se presentó en su casa con otra mujer y pretendió acostarse con ambas.
Sinatra también la presentó a Sam Giancana, jefe de la mafia de Chicago, que durante los primeros años de la época de 1960 fue el más poderoso jefe mafioso de Estados Unidos, el Al Capone del momento. La policía le acusaba de haber ordenado la muerte de unos 200 hombres para ascender a su posición de capo di tutti i capi (jefe de todos los jefes), pero jamás logró probarle nada. ?Jack sabía de mi relación con Sam y estaba muy molesto y celoso?, declaró la Campbell a la famosa periodista Kitty Kelley.
En 1975, tres meses después del asesinato de Giancana, acribillado a balazos en la cocina de su casa de Chicago, la Campbell solicitó protección policial y reveló que había sido amante tanto de Kennedy como del mafioso Giancana. El Senado la convocó a una audiencia para investigar si era verdad que Kennedy había contratado los servicios de la Mafia norteamericana para asesinar al dictador comunista cubano Fidel Castro. Pero la bella mujer negó saber algo sobre esa conspiración, aunque una década después, en una entrevista publicada en la revista People, dijo que ella había servido de correo entre el presidente y el mafioso, y que, efectivamente, había llevado a Giancana dinero de Kennedy para eliminar a Castro. Los investigadores del Congreso nunca pudieron confirmar esta posible conexión que esta mujer repitió en un libro y en todas las entrevistas que concedió después. En la revista People, de gran tiraje nacional, reveló también que una vez había quedado embarazada del presidente Kennedy pero Giancana le había aconsejado que abortara.
Judith Campbell se casó en los años 70 con el golfista Daniel Exner, del que se divorció en 1985. Luego estuvo unida a otros varios hombres de Newport Beach (California), donde vivía.
Como una anécdota les cuento que yo conocí a esta bella mujer en el transcurso de 1962, durante una parranda íntima que organizó mi gran amigo De Lesseps (?Chep?) Morrisson, quien había sido Alcalde de Nueva Orleáns durante 14 años consecutivos y por esos días era el embajador de los Estados Unidos ante la Organización de Estados Americanos (OEA), en su casa situada en el barrio de Georgetown de Washington, Distrito de Columbia, conocido como ?Foggy bottom?. Yo estaba de visita por unos días en esa ciudad y me hospedaba en esa casa que ?Chep? alquilaba y era propiedad de una hermana de John y Allen Dulles. La primera persona que llegó a la fiesta fue la despampanante Judith Campbell, cuyos grandes ojos verdes atraían a cualquiera que podría enloquecer al ver el resto de su escultural cuerpo. Yo no tenía ni la menor idea de quién era ella ni, mucho menos, quiénes eran sus amantes. ?Chep? todavía no había bajado de su habitación y yo era la única persona que podía atenderla. Sin perder tiempo comencé a tratar de conquistarla. En un momento llegué a creer que iba por buen camino, pero me llamó la atención que cuando ?Chep? bajó y me vio en esas lides se rió con malicia y no me explicó por qué lo hacía. Teníamos un buen rato de estar platicando y ya había anotado su nombre y su número de teléfono, cuando de pronto, para mi enorme sorpresa, apareció en la puerta nada menos que el presidente JFK, quien era muy amigo de mi anfitrión. Llegó solo, sin guardaespaldas, y después supe que acostumbraba evadir al Servicio Secreto cada vez que se iba de parranda. Desde que se saludaron con un besote en los labios me pude percatar de que había una íntima relación entre ellos. En el acto comprendí cómo estaba la cosa y, con toda la propiedad que el caso requería, hice mutis por bambalinas y les dejé solos el resto de la fiesta. Después llegaron otras personas y la fiesta se prolongó hasta la madrugada, pero JFK y Judith se retiraron discretamente, sin despedirse, cuando era alrededor de la media noche. Confieso que cuando me fui a acostar, al recordar mi atrevimiento no me fue fácil conciliar el sueño. Esa fue la única vez que la ví en persona y hablé con ella. Después sólo volví a verla en programas de televisión en los que contó unos cuantos episodios de su vida íntima y la vi retratada en unas revistas. Judith Campbell se casó después, en los años 70, con el golfista Daniel Exner, del que se divorció en 1985. Luego estuvo unida a otros hombres de Newport Beach (California), donde vivía.

Eileen Katherine Immor o Judith Campbell Exner nació en 1934 en Pacific Palisades (California) y murió de cáncer en el pecho el 24 de septiembre de 1999 en Duarte (California), a la edad de 65 años. La última vez que la vi retratada en un periódico seguía siendo una mujer atractiva, pero me recordó las ruinas de Tikal cuyo apogeo pasó a la historia. Fue la mujer cuyo lecho compartieron el presidente Kennedy y el gángster Giancana, jefe de la Mafia de Chicago a quien se ha acusado de haber asesinado a Marilyn Monroe, pero esa muerte sigue siendo un misterio igual que los asesinatos de los hermanos Kennedy. (Continuará)

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