Jubileo de Festejos por mi cumpleaños

Los cronistas sociales dicen que cuando una persona llega a los 15 años de edad ha cumplido sus “15 primaveras”, por lo cual supongo que al cumplir 79 años de edad se debe decir que ha cumplido igual número de otoños, para no decir que inviernos. Yo siempre he tenido por costumbre celebrar lo más alegremente posible cada uno de los aniversarios de mi nacimiento, que fue el 11 de noviembre de 1928, porque creo que es un motivo de fiesta el hecho de haber nacido. Y desde que traspasé la frontera del medio siglo comencé a organizar para esta fecha lo que bauticé como Jubileo de Festejos, que por lo general consiste en un mes consecutivo de diversas festividades en las que participan mis amigos más entrañables y en los que bebemos los licores de aperitivos y los vinos que más nos gustan y comemos deliciosos platillos. Antes solía cerrar con broche de oro esos alegres jubileos haciendo un “open-house” en mi casa, pero lo dejé de hacer hace varios años porque salían demasiado caros y me cansaba demasiado atender a tantas personas, y opté por salir de viaje, y me he ido a Buenos Aires, a Nueva York o a México a pasar ese día, lo cual me resulta menos costoso. ¡Todo para dar gracias por haber venido a este mundo!
Como se podrá comprender, mientras más años se cumplen más largo debe ser el jubileo, no vaya a ser que el próximo año ya no se pueda celebrar un Jubileo de Festejos, sino probablemente un duelo porque ya me haya ido al más allá.
Este año, mis amigos y yo comenzamos a festejar mi 79 cumpleños con un mes de anticipación, con sucesivas alegres reuniones en diferentes lugares, comenzando en mi casa y siguiendo en la residencia de algunos queridos amigos, como el licenciado Eduardo (“Guayo”) Palomo Escobar y su esposa Ana María, encantadora mexicana nacida en Chiapas; otro festejo corrió a cargo de mi amigo de origen cubano y firme anticastrista Ernesto (“Neto”) Villa, en su restaurante Los Cebollines, especializado en comida mexicana, situado en la 12 calle de la zona 10, donde hizo preparar tres lechones al estilo cubano, acompañados de “moros y cristianos” o congrí, como llaman en Cuba al arroz con frijoles negros y bastante yuca al mojo de ajo. A este almuerzo acudieron muchos de mis viejos amigos y algunos nuevos como el recién llegado embajador de México, licenciado Eduardo Ibarrola, quien acudió acompañado de Sandra López, la nueva Agregada de Prensa de su embajada. De más está decir que el lechoncito cocinado al estilo cubano es delicioso y también todo lo demás que lo rodeó. “Neto” había hecho arreglar una larga mesa a un lado del amplio jardín de la mansión que ocupa ese restaurante, que años antes ocuparon el finado licenciado Guillermo Toriello Garrido, ex Canciller de la República, y su esposa María Mercedes Castillo con sus dos hijas y su hijo Willy. Gracias a la proverbial generosidad del anfitrión, todos los comensales bebimos y comimos abundantemente.
Otro regio agasajo de este jubileo de festejos lo ofreció mi querido amigo Roberto Arzú García-Granados, ampliamente conocido como “el junior”, en el magnífico restaurante italiano Carpaccio, situado enfrente del hotel Camino Real, que fue fundado por mi desaparecido amigo Angelo Tassinari y ahora está a cargo de su hijo Steffano y donde se come estupendamente. A este espléndido almuerzo asistió un buen número de mis amigos, como podrá verse en las fotos que publico abajo. Había planeado publicarlas ayer, pero los códigos que me había enviado originalmente el encargado del servidor no me sirvieron y tuve que esperar a que me los enviaran de nuevo ya corregidos. A eso se debe que las publique hoy.

En una de las reuniones durante el jubileo que celebramos en mi casa, vemos a “Neto” Villa y al brillante diplomático de carrera Antonio (“Toni”) Pallarés Buonafina, quien ha sido embajador ante las Naciones Unidas en Suiza, México, Francia y Brasil. Después de varias operaciones, a este querido amigo le amputaron la pierna derecha, pero ha sido verdaderamente asombroso y digna de admiración cómo lo ha sabido tomar sin que haya decaído su ánimo ni su espíritu positivo de vida.

La guapa amiga Maribel Ruiz, el agricultor y transportista Víctor Orantes y su hijo el licenciado Víctor Hugo Orantes durante uno de los almuerzos de La Cofradía de los Viernes en Los Cebollines.

Aura Ruiz, llamada “La Muñecona”, cantante con especialidad en la música brasileña, productora y presentadora de un popular programa de radio y socia del restaurante La Hacienda de los Sánchez, en medio de los licenciados Eduardo “Guayo” Palomo Escobar y Stuardo Juárez.

He aquí el lechón al estilo cubano que compartimos.

La recién llegada nueva Agregada de Prensa de la embajada de México, Sandra López, acompañada de mi hijo Alejandro Palmieri Waelti, en el almuerzo en Los Cebollines.

“La Muñecona” Aury Ruiz, nuestro anfitrión “Neto” Villa, propietario de los restaurantes Los Cebollines, la señora Ana María de Palomo y su esposo, licenciado Eduardo Palomo Escobar.

La larga mesa situada bajo una carpa en el jardín con todos los comensales. En el lado izquierdo, los licenciados Ricardo Rubio, Stuardo Juárez, Christofer Dent, mi sobrina-nieta Ximena Asturias Palmieri, Mario “Tigo” López Estrada, Sandra López. Del lado derecho, “Guayo” Palomo, Toni Pallarés, Vicky Portillo, el embajador Ibarrola, Aury Rios y Ana María de Escobar. En la cabecera estamos “Neto” Villa y yo.

Ingeniero Mario López Estrada (“Tigo”), licenciado Eduardo Palomo, Charlie Meléndez, propietario del restaurante Dalí, “Neto” Villa y yo.

En casa de los Palomo, de pie los hermanos Stuardo y Mynor Juárez y sentados Enrique (“Quique”) Larraondo Izzeppi y yo.

Mi entrañable viejo amigo y compinche de aventuras desde los años de juventud “Quique” Larraondo y yo.

Close-up parcial del generoso escote que lucía una de las invitadas a uno de tantos festejos, a quien no voy a identificar para no pecar de indiscreto, pero quiero compartir con ustedes el minúsculo lunar que tiene en el pecho izquierdo, que podrán ver con la ayuda de una buena lupa.

Durante el almuerzo en el restaurante Carpaccio en el cual fue anfitrión mi amigo Roberto (“El Junior”) Arzú García-Granados; del lado izquierdo, la guapa Vicky Portillo (no tiene ninguna relación con cierto “pollo ronco”), “Guayo” Palomo, Stuardo Juárez, Alejandro Palmieri Waelti, Willy Kaltshmitt y el anfitrión; y al lado derecho los licenciados Roberto “Chío” González, Ricardo Rubio, Víctor Hugo Orantes.

La larga mesa en el restaurante Carpaccio. Al fondo, en la cabecera estamos el embajador de los Estados Unidos de América, mi querido amigo James Derham, y yo.

El embajador de los Estados Unidos, James Derham, y “La Muñecona” Aury Ruiz.

La mitad de la cara de “La Muñecona”, Toni Pallarés, Christopher Dent, Ximena Asturias Palmieri, Victor Hugo Orantes, Ricardo Rubio y “el Chío” González.

Mis amigos Willy Kaltschmitt y Mynor Palacios.

“El Chío” González, Ricardo Rubio, Víctor Hugo Orantes, Ximena Asturias Palmieri y Christopher Dent

Mynor Palacios y Roberto Arzú García-Granados.

Mi entrañable amigo Carlos Meany Valerio, ministro de Energía y Minas del próximo gobierno, y yo.

A la izquierda, mi joven y bella sobrina-nieta Ximena Asturias Palmieri y yo. Y a la derecha, Stephano Tassinari, propietario de Carpaccio, con el ingeniero Carlos Meany y conmigo.

El anfitrión, mi amigo Roberto Arzú García-Granados, aplaudiendo de pie por unas palabras de agradecimiento que pronuncié.

En mi reciente viaje al Distrito Federal de los Estados Unidos Mexicanos, nos hospedamos -como siempre- en el hotel Presidente InterContinental, donde en el centro del lobby puede verse esta enorme escultura metálica.


En la entrada hay una placa metálica con los nombres de los presidentes y demás personajes que se han hospedado en este hotel durante los últimos años. Y, como podrán darse cuenta, todavía se conservan los nombres de dos ex presidentes de Guatemala. También estaba antes el nombre del ex presidente Álvaro Arzú, pero ya lo quitaron porque se llenó la placa con tantos nuevos nombres.

Esta fotografía del Auditorio Nacional de México la tomé desde la ventana de nuestra habitación en el piso 32 del hotel Presidente InterContinental. El gentío que se ve puede ser que estaba tratando de comprar boletos para el concierto de Miguel Bossé.

En la puerta del magnífico restaurante Hacienda de los Morales, en el Distrito Federal de México, después del almuerzo el mero día de mi cumpleaños, con mis queridos viejos amigos los esposos Matty y Sigfrido Miracle, oriundos de Barcelona, España.

Los esposos Miracle con mi hijo Alejandro Palmieri Waelti, después del almuerzo en La Hacienda de los Morales.

Durante la tarde del domingo 11 de noviembre, día de mi 79 cumpleaños, después del almuerzo fuimos con mi hijo Alejandro al Palacio de Bellas Artes para escuchar el concierto del grupo coral inglés de música del Siglo de Oro The Sixteen Symphony of harmony and invention, bajo la dirección del maestro Harry Christophers. Esta foto es del famoso bello telón de cristal pintado a mano de ese teatro.

Vitrales en la bóveda del Palacio de Bellas Artes de México, D.F.

Mi querido amigo el licenciado Guillermo Cosío Vidaurre, ex Alcalde de Guadalajara, ex Gobernador de Jalisco y ex embajador de México en Guatemala.


Mi amigo el licenciado Cosío Vidaurre viajó de Guadalajara al Distrito Federal el lunes 12 temprano para invitarnos a almorzar espléndidamente en el famoso restaurante Churchill, llamado así en homenaje al ex Primer Ministro inglés cuyo retrato está colgado en la pared. En mi opinión, actualmente éste es uno de los mejores restaurantes que hay en esa ciudad. Si ustedes lo visitan les aconsejo que pidan de entrada Callos de Hacha al Chipotle y como plato fuerte el sensacional Roast-beeff al estilo inglés. Eso fue lo que comí acompañado con un extraordinario vino tinto mexicano de la casa Pedro Domeq.
Y colorín colorado, este Jubileo de Festejos se ha acabado.

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