MISCELÁNEA

* Un gobierno de mano dura
A veces sospecho que quienes inspiraron al general retirado Otto Pérez Molina para que ofreciera en su campaña política un gobierno ?de mano dura? para tratar de llegar a la presidencia de la república en las elecciones del próximo 9 de septiembre, que ya está a la vuelta de la esquina, no le hicieron ningún bien, sino todo lo contrario. Pero como parece que el susodicho militar tiene una cultura política limitada, no pudo darse percatarse de que es un error ofrecer un gobierno ?de mano dura? a un pueblo que a lo largo de su poco afortunada historia ha soportado tantas dictaduras militares y gobiernos civiles incapaces y corruptos con tendencias populistas demagógicas que se han dicho democráticos para disfrazar su mediocridad. Pienso que es probable que el candidato del partido Patriota no sabe lo que es un gobierno ?de mano dura?, y por eso no comprende que no es eso precisamente lo que anhela un pueblo como el nuestro que quiere vivir en paz y libertad en el marco de la legalidad y en un estado de derecho respetuoso de los derechos humanos. Probablemente si el general hubiese estudiado un poco más sobre muchas cosas, en particular sobre las teorías políticas y leído a los autores de algunos libros que habrían enriquecido sus conocimientos, como Cicerón, Maquiavelo, Bodino, Hobbs, Charles Maurice de Talleyrand y otros, no estaría apoyando su campaña con la amenaza de imponer una ?mano dura?. Con sólo que hubiese leído el libro del licenciado Mario Efraín Nájera Farfán MAXIMAS mínimas para un gobernante ideal (Pasatiempo político-literario) no estaría insistiendo en ofrecer ?mano dura? al pueblo de Guatemala, sino, en todo caso, mano firme. Pero estrictamente apegada a los mandatos de la Constitución de la República, las leyes vigentes y de la observancia de los derechos humanos.
En el capítulo V del libro mencionado, publicado por la Imprenta Eros de Guatemala, Nájera Farfán describe Las Clases de Gobierno y dice: 1) Desde que Guatemala se organizó como nación un correo ei independiente de España, lo hizo bajo el sistema democrático y adoptó un régimen representativo. Así sus fundadores lo establecieron en la primera de las Constituciones del Estado de Guatemala y se ha mantenido en todas las que le han sucedido. Y en la última, o sea en la que por ahora continúa vigente (el libro fue escrito en 1972), y no sé en verdad si gracias a Dios o gracias al diablo, se dice lo mismo: ?su sistema de gobierno ?reza en lo conducente, el artículo 1º.–, es republicano y democrático representativo?. Constituimos por ende, una república de régimen presidencial con la curiosidad ?o la ingenuidad?de que, de acuerdo con la Constitución en vigor, no es permitida por ningún motivo la reforma de los preceptos ?que se refieren al principio de no reelección para el ejercicio de la presidencia de la república?, pero en cambio, y toda vez que no se prohíbe, puede convocarse a una Constituyente para que se reforme el artículo 1º. y nos convierta, de la noche a la mañana, de república en monarquía. Es decir, para los constituyentes fue de mayor importancia asegurar la no reelección que la forma republicana de gobierno. Pero lo que para este prontuario atañe, no son las clases de gobierno que derivan del ordenamiento jurídico-constitucional de cada nación, sino las que provienen del modo como en la práctica se gobierna, las cuales, como es obvio, no dependen de las leyes sino del estilo de los gobernantes. Y en este sentido, tres son las clases de gobierno que se conocen. Las he radiografiado en más de una publicación y son las que, conforme a la jerga política guatemalense, se caracterizan o identifican con las expresiones mano dura, mano suave y mano fuerte, equivalentes respectivamente, a gobierno despótico, gobierno débil y gobierno fuerte.
2. Un gobierno de mano dura es el que se sostiene por el temor que impone a los gobernados. Encarcela, tortura, destierra o liquida a los adversarios. Es, a su vez, el que teme a la opinión pública. En ella ve un enemigo peligroso y para acallarla se ve también en la imperiosa necesidad de suprimir las libertades de todo género. Fomenta la delación y premia el servilismo. Estos gobiernos, centralistas, férreos y de estructura cuartelaria, degeneran en mediocre dictadura o en burda tiranía. Nadie en ellos se siente tranquilo, ni seguro, y se diría que si en alguna filosofía se inspiran, no es otra que la del absolutismo de los siglos XV y XVI, para cuyos teóricos, de Maquiavelo a Bodino y Hobbs, pasando por los reformadores Lutero, Calvino y Knox, la autoridad del soberano es indiscutible; el hombre un ser hecho a la obediencia ciega y el pueblo incapaz de pensar. Entre estos corifeos hay sus diferencias porque los unos parten de la idea del hombre y los otros, los de la reforma religiosa, de la idea de Dios, pero las conclusiones son las mismas. Así, para Maquiavelo, los hombres ?son desagradecidos, inconstantes, hipócritas, cobardes ante los peligros y ávidos de ganancia? por lo que el príncipe ?tiene que ser un hipócrita, experto en el arte del fingimiento?. Para Hobbs, por naturaleza son ?insociables y egoístas; sólo se les puede tener unidos en sociedad mediante la coacción?, de modo que, ?cuando se someten a un monarca, le transmiten todos sus derechos políticos: éste es, entonces, como el gran Leviathan, el Dios mortal que todo lo domina, porque, si no fuera así, no podría garantizar la paz y la seguridad?. Para Lutero, según lo dice en su escrito Sobre las buenas obras, es impropio de todo cristiano alzarse contra su gobierno, así éste obre o no justamente. ?Por eso ?acentúa?la desobediencia es un pecado mayor que el asesinato, la injuria, el robo y en engaño!. Para Calvino, cita que tomo del libro de Walter Theimer, titulado Historia de las ideas políticas, los ciudadanos no deben criticar a la autoridad ni discutir entre sí sobre cuestiones políticas. Si un gobierno es injusto, hay que aguantarlo porque ?tendrá que justificarse ante Dios en el otro mundo; nada se puede hacer contra él sobre la tierra, pues su conducta injusta es una prueba que Dios envía a causa de los pecados del pueblo?. En el criterio de Knox, el pueblo tiene el derecho a sublevarse contra el rey pero sólo si éste era idólatra y lo exigiere la salvación de la religión calvinista. Y Bodino, el teórico de la monarquía francesa, si bien abandonó la teoría del origen divino de los reyes, sostuvo en su contradictorio libro Los seis libros de la república, que ?el soberano tiene derecho a hacer y omitir cuanto quiera, y ni se le puede negar nunca esa facultad, ni puede ser depuesto; nada ni nadie le limita en el ejercicio del poder; tampoco las leyes, pues el propio soberano es la fuente de ellas?.
* Maniqueos y dictadorzuelos
Rechazo categóricamente el maniqueísmo de quienes dividen a la población entre “buenos” y “malos” y catalogan como buenos a quienes están a favor de lo que ellos piensan o desean y como malos a quienes no están de acuerdo con lo que ellos piensan o quieren. Algo como lo que dijo en su oportunidad el lamentable presidente de los Estados Unidos George W. Bush después de los ataques terroristas a las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York y el Pentágono en Washington (si acaso es verdad que se incrustó un avión de pasajeros en ese edificio), ?o están con nosotros o contra nosotros?. O blanco o negro. ¡No hay términos medios!
Deploro que haya personas que se niegan a entender por qué razón habemos algunos que no estamos de acuerdo con que se autorice la creación de la CICIG a pesar de que sabemos –¡de sobra!– que el actual gobierno ha demostrado que no es capaz de impedir y combatir el narcotráfico, la delincuencia, la criminalidad y la corrupción, y estamos tan desesperados como cualquiera por los constantes delitos que se cometen a diario en el país, pero llegan a extremo de aplicarnos el odioso maniqueísmo de decir que estamos apoyando a los narcotraficantes, a los delincuentes, a los criminales y a los corruptos. Es obvio que no comprenden que esto es un caso eminentemente político. Y el colmo es que entre ellos hay hasta algunos fanáticos izquierdosos marxistas-castristas trasnochados, que achacan a los Estados Unidos la culpa de todos nuestros males y problemas y constantemente se rasgan las vestiduras y pegan gritos al cielo porque dicen que Washington interviene en nuestros asuntos internos. Pero en esta oportunidad están empecinados en que se instale en nuestro país otra oficina como Minugua, con un ?Comisionado? ad hoc para que se imponga sobre nuestras autoridades. O sea algo equivalente a una ocupación extranjera aceptada.
Pero lo que más me ha sorprendido últimamente –y me parece lamentable– es que el ingeniero Colom, secretario general y candidato presidencial de un partido político que se dice social demócrata o de centro izquierda, se haya permitido declarar que los diputados que voten en contra de la creación de la CICIG quedarán automáticamente rechazados del partido UNE. ¿Dónde quedó la democracia? ¿Qué diferencia hay con el odioso chafarote venezolano Hugo Chávez? ¿Cuál es la diferencia con la dinastía de los hermanos Castro en Cuba? ¡No me jodan!
* Apriétense los cinturones
Como ustedes saben, cuando se vuela en avión y se avecinan turbulencias atmosféricas es conveniente apretarse los cinturones de los asientos. Y es prudente hacer lo mismo siempre que se viaja en automóvil. Por eso digo que hay que apretarse los cinturones porque he recibido información de que las campañas negras pre electorales están a punto de ponerse aún más feas de lo que ya son. Se dice que ?el genio? para inventar esas cosas es un tico que se llama Danilo Morales, que hace cuatro años fue asesor de la campaña electoral del ingeniero Colom Caballeros, pero ahora le está atacando porque es asesor de la campaña del general Pérez Molina.
Lo último que está circulando es una ?Declaración Pública al pueblo de Guatemala? supuestamente del licenciado César Emilio Fajardo Morales, con Cédula de Vecindad A-1 393,170 de Guatemala y empadronamiento Número 802,055? en la cual supuestamente dice que ?por dignidad y respeto hacia mi familia, que está encima de toda cuestión personal, política o electoral, he decidido renunciar irrevocablemente de Unidad Nacional de la Esperanza como afiliado; no así de mi calidad de diputado al Congreso de la República ni de mi calidad de candidato a diputado ya inscrito en el Tribunal Supremo Electoral?. Y después desencadena una serie de acusaciones inverosímiles de presuntos abusos y actos de corrupción, calumnias y difamaciones contra el Secretario General y candidato presidencial de ese mismo partido, ingeniero Colom Caballeros, su esposa Sandra Julieta Torres Casanova de Colom y su hermana Gloria Torres Casanova. No hay que prestar atención porque es falsa. No voy a transcribir el texto de esta supuesta ?declaración? del diputado Fajardo porque hacerlo sería como prestarme a esta nueva campaña negra.
Pero anoche ha llegado a mi conocimiento que los autores de esas infamias van a hacer circular en próximos días una serie de fotografías comprometedoras truculentas en las que, aparentemente, está el candidato presidencial del partido UNE. También esas fotos son ?arregladas? truculentamente para comprometer y desprestigiar al ingeniero Colom. Pero no les hagan caso porque son “arregladas”, son falsas.

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