Cada día que pasa nos vamos acercando más al 9 de septiembre, cuando los ciudadanos guatemaltecos empadronados debemos acudir a las mesas electorales a depositar nuestro voto en las urnas por los candidatos que habremos escogido para que desempeñen durante los próximos cuatro años los cargos de presidente y vicepresidente de la república, alcaldes municipales y diputados al Congreso Legislativo nacional y al Parlamento Centroamericano.
Cabe suponer que a estas alturas ya hemos escogido a los compatriotas por quiénes vamos a votar, pero quienes todavía no se hayan decidido podrán hacerlo en el transcurso de los próximos 44 días que faltan para esa fecha tan trascendental para nuestro destino y el de nuestro sufrido país que merece mejor suerte de la que, lamentablemente, ha venido soportando a lo largo de nuestra Historia, como consecuencia de los malos gobiernos con corruptos funcionarios públicos que hemos tenido.
Esta vez van a concursar 14 candidatos presidenciales, postulados por las diferentes organizaciones políticas que están autorizadas por el Tribunal Supremo Electoral. Y a pesar de que somos excesivamente exigentes y quisiéramos que pudiese ser perfecto y satisfacernos totalmente alguno, tenemos que reconocer que hay de dónde escoger entre una larga lista de candidatos que, por una u otra cosa, se han hecho merecedores del apoyo de quienes les han postulado. No se puede decir que haya entre ellos una persona en particular que satisfaga todos los requisitos que algunos exigentes desearíamos, pero hay que reconocer que, indudablemente, todos los que hay son dignos de respeto.
En el arcoiris de candidatos a la presidencia están las personas a quienes voy a mencionar a continuación, de acuerdo al orden de mayoría de intención de votos que han obtenido en las últimas encuestas: ingeniero Álvaro Colom Caballeros, postulado por el partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), del cual es también Secretario General, quien compite para presidente por tercera vez y en las elecciones pasadas quedó en segundo lugar y obtuvo más de un millon de votos, pero, desafortunadamente, ganó el licenciado Óscar Berger Perdomo, postulado por el partido Gran Alianza Nacional (GANA), que por entonces conformaban los partidos Patriota, del cual desde entonces era Secretario General el general Otto Pérez Molina, el partido Solidaridad Nacional, del cual es absoluto dirigente el señor Ricardo Castillo Sinibaldi, y el partido Movimiento Reformadpr (MR) del cual es máximo dirigente el licenciado y ferretero Jorge Briz Abularach, quien fue candidato a Alcalde Metropolitano de la GANA, pero perdió ante el candidato del partido Unionista, Álvaro Arzú Irigoyen, quien indudablemente será reelecto en estas elecciones; general (retirado) Otto Pérez Molina, ex director del servicio de inteligencia militar (G-2), ex jefe del Estado Mayor Presidencial del gobierno emergente del licenciado Ramiro De León Carpio, en las elecciones pasadas fue electo diputado, pero se retiró de la diputación para asumir el cargo de Comisionado de Seguridad del gobierno de Berger que, gracias a Dios, está próximo a terminar su período, pero renunció también de esa posición por diferencias con el ministro de Gobernación Carlos Vielmann Montes, y regresó a su curul en el Congreso, de donde de nuevo renunció para asumir la candidatura presidencial del partido Patriota; doctor en medicina Alejandro Giammattei Falla, ex comandante de la Compañía de Bomberos Municipales, cargo del que fue destituído por diferencias con el Alcalde Álvaro Arzú, después fue candidato presidencial del partido Patriota, pero renunció por diferencias con el general Pérez Molina para ser candidato del partido Democracia Cristiana, y también de esa candidatura renunció por problemas con el Secretario General, ex Presidente de la República Vinicio Cerezo Arévalo, y en el actual gobierno desempeñó el cargo de director del Sistema Penitenciario, hasta que fue designado candidato presidencial del partido GANA por el Presidente Berger; doctor en matemáticas y física nuclear Eduardo Suger Cofiño, fundador y Rector de la Universidad Galileo, candidato del partido CASA, quien compite por segunda vez porque lo hizo en la pasada elección postulado por el partido DIA; Rigoberta Menchú Tum, quien recibió el premio Nobel de la Paz en 1992, única mujer y única indígena en la contienda, postulada por el partido Encuentro por Guatemala (EN), cuya máxima lideresa es la actual diputada Nineth Montenegro; ingeniero Fritz García-Gallont, ex ministro de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda en el período presidencial de Álvaro Arzú Irigoyen y ex Alcalde Metropolitano, candidato del partido Unionista, del cual es Secretario General; Mario Estrada, ex diputado postulado por el partido Unidad del Cambio Nacional (UCN); Luis Rabbé, por el partido Frente Republicano Guatemalteco (FRG), que en las elecciones pasadas le postuló para candidato a Alcalde Metropolitano, pero perdió ante Álvaro Arzú Irigoyen; licenciado ecologista Marco Cerezo Blandón, postulado por el partido Democracia Cristiana, del cual es Secretario General su papá, el ex Presidente de la República y actual diputado Marco Vinicio Cerezo Arévalo; licenciado Miguel Ángel Sandoval, definido de la izquierda marxista, postulado por la alianza del partido Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) y MAÍZ; publicista Óscar Rodolfo Castañeda Rosales, por el partido de Avanzada Nacional (PAN); Jorge Ismael Soto García, inscrito con el nombre Pablo Monsanto, que empleó durante el conflicto armado interno; licenciado Manuel Conde Orellana, candidato presidencial del partido Unión Democrática (UD); y el coronel (retirado) Héctor Rosales Salaverría, postulado por el partido DIA, ex embajador en El Salvador y ex vocero de la Institución Armada.
No se puede decir que no tenemos de dónde escoger. Y hay que hacerlo si queremos que el próximo presidente pueda ser el que preferimos entre todos ellos. Es necesario escoger uno. Y quienes no estén satisfechos con ninguno deben pensar que es preciso escoger a alguno entre los que hay, porque no queda otra alternativa, ya que sería una tontería no acudir a ejercer el derecho democrático de votar, o votar en blanco, o votar nulo. ¡Tenemos que votar por alguno de ellos! ¡No hay otra opción!