Para que gane Álvaro Colom

Ayer, cuando terminábamos de almorzar en mi casa con un querido viejo amigo y otro amigo y acababa de leerles el artículo que publiqué en este blog con el título “Cobardes infamias contra Sandra de Colom”, que escribí y publiqué ayer mismo a manera de caballerosa defensa de la esposa del ingeniero Álvaro Colom Caballeros, candidato presidencial del partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), el primero de ellos me dijo que si me hubiese pronunciado a favor del general Pérez Molina y en contra del ingeniero Colom sería más seguro que este último sería el próximo presidente de la república porque los candidatos presidenciales que he adversado siempre han ganado. ¡Quedé estupefacto! No podía creer que ese pudiese ser el pensamiento de ese amigo. Aunque después me dijo que me lo había dicho en broma, no me hizo ni la menor gracia. Y mi amigo “Cantinflas” solía decir que una broma entre dos amigos es cuando los dos se ríen, porque cuando solamente uno de los dos se ríe es una agresión.
Confieso que me dolió y me molestó, porque me hizo sentir como un fracasado por no haber logrado ejercer una influencia decisiva en mis lectores. Se refería a que en su oportunidad adversé la candidatura presidencial de Alfonso Portillo Cabrera (?pollo ronco?), después de haberle oído decir en un programa de televisión, con increíble desfachatez y cinismo, que en realidad no había sido solo a una persona que había matado en Chilpancingo, México, sino habían sido dos, y me desagradó muchísimo la idea que un homicida confeso y prófugo de la justicia mexicana pudiese llegar a ser presidente de mi patria. Porque con esa declaración puso en evidencia su escasa calidad humana y que no es un hombre decente y digno de respeto como deben ser los presidentes de Guatemala. Y no me negarán que no me equivoqué. Cuatro años más tarde expresé con franqueza que no debíamos elegir al licenciado Óscar Berger Perdomo (?conejo?) porque durante el tiempo que tuve oportunidad de conocerle de cerca pude darme cuenta de que no es lo suficientemente inteligente ni preparado para desempeñar ese importante y difícil cargo, y creí que si lo elegíamos íbamos a arrepentirnos tarde o temprano.
Es verdad, lo reconozco, esas fueron mis posiciones en esos dos casos. A pesar de lo cual ambos ganaron las elecciones y durante cuatro años se sentaron en la silla presidencial. El primero hizo micos y pericos para acumular una fortuna en su gobierno y el segundo ha demostrado ser un mediocre que ha gobernado mal nuestro pobre país mientras sus parientes, colaboradores cercanos y amigos han hecho fortunas.
Es evidente que en ninguno de los dos casos fui lo suficientemente convincente para evitar que la mayoría de los votantes eligieran a esos dos candidatos. Pero eso no quiere decir que me haya equivocado al juzgarles. ¿O si?
Pero como en esta oportunidad estoy totalmente convencido de que lo mejor para Guatemala será que el próximo 4 de noviembre el ingeniero Álvaro Colom, candidato “de la esperanza” gane la segunda vuelta electoral al general Otto Pérez, candidato de ?mano dura?, y sea investido Presidente Constitucional de la República el 14 de enero del año próximo, según la tesis de ese querido viejo amigo, para asegurar que Colom ganará debo decir algo en contra de él. Porque, según dice, siempre ganan los candidatos a quienes critico y adverso y pierden los que apoyo. O sea que si eso se cumple debo pronunciarme a favor de Pérez y en contra de Colom. No se si me explico. Pero no tengo nada qué decir en favor del general Pérez porque no me gusta la idea que otro militar llegue a ocupar la presidencia de la república después de tantas décadas que los militares se turnaron en ese cargo.
Ante semejante disyuntiva, creo que será conveniente que diga lo que no me gusta de Álvaro Colom. Vamos a ver qué se me ocurre de lo que podría decir en ese sentido. Para comenzar, según mi experiencia personal, creo que no es un amigo leal y confiable. Simuló que era amigo mío, pero solo fue mientras le convenía porque yo publicaba una columna diaria en elPeriódico y, modestia aparte, era el columnista más leído del país. Entonces Sandra Torres Casanova de Colom, y su esposo Álvaro Colom Caballeros, visitaban mi casa a menudo. Vinieron muchas veces a compartir mi pan y mi vino y otras solamente a que él bebiera unos cuantos whiskies y Sandra unas cuantas copas de vino, y platicábamos extensamente sobre su candidatura. No pasaba ni una semana sin que me hicieran por lo menos una visita para hablar sobre sus proyectos electorales y actividades políticas. Llegué a creer que eran mis sinceros amigos. Y lo mismo creyeron varias personas que pensaron que podrían acercarse a ellos a través de mí. Y se equivocaron.
Durante un memorable almuerzo en mi casa, que compartimos Sandra, Álvaro y yo con mi entrañable amigo Roberto (?El Junior?) Arzú García-Granados, se armó un viaje a Miami para ir a cenar con el magnate mexicano Ángel González, dueño de los cuatro canales de televisión abierta de Guatemala (3, 7, 11 y 13) después de haber hablado por teléfono con él y nos invitó a esa cena en su restaurante “Linda B” en Key Byscaine. Los Colom iban con el propósito de tratar de obtener un buen arreglo económico para su propaganda televisiva y yo para reconciliarme con Ángel porque nos habíamos distanciado como consecuencia de que algunos años antes me pronuncié a favor de mi entonces amigo y colega Gonzalo Marroquín, hoy director de Prensa Libre, en un conflicto que tuvieron por el control de un noticiario en canal 7. Por ignorancia, ingenuidad o simple pendejada, cometí el error de tomar partido contra Ángel por darle la razón a Gonzalo. Pero con el tiempo he podido descubrir que estuve equivocado porque he comprendido que fue al revés la cosa.
Durante esa corta permanencia en Miami nos reunimos a cenar con Ángel y todos sus ejecutivos en Guatemala, y me dio mucho gusto reanudar mi amistad con él en esa cena en su restaurante, en la que bebimos una respetable cantidad de botellas de vino de la mejor calidad. Después nos reunimos varias veces más con los Colom, una de ellas para compartir una amable invitación a cenar de un amigo mutuo, el acaudalado licenciado Ricardo Cortez (?el gato?) y su encantadora esposa. Jamás olvidaré la mala impresión que me causó Colom cuando le oí ofrecer la vicepresidencia a nuestro anfitrión probablemente para agradecer que estaban hospedados en una suite de su propiedad en el hotel Ritz Carlton de Key Biscayne.
Tuve la impresión de que los Colom habían logrado su objetivo con Ángel González y creí que en adelante tendrían un mejor tratamiento en sus canales de televisión. Pero después pude comprobar que no fue así por un exabrupto de Sandra que disgustó a Ángel.
En el transcurso del cultivo de esa amistad ?que creí que iba a ser firme y duradera-, mi hijo Alejandro también se hizo amigo y colaborador de ellos y le ofrecieron un lugar en el listado nacional de candidatos a diputados. No me gustó que le dieran la décima segunda posición, porque era obvio que iba a ser sumamente difícil que resultara electo. Pero los Colom dijeron que sí lo sería porque pensaban que iban a obtener no sé cuántos votos y un mayor número de diputados. En fin, tal como lo temía, mi hijo no logró entrar en la colada porque únicamente fueron electos 8 diputados del listado nacional.
De repente se produjo mi exabrupta salida de elPeriódico debida precisamente a mi inclinación por la candidatura de Colom y, sin embargo, por eso mismo dejé de ser de su interés. Desde entonces, nunca más les volví a ver ni a oír. Como se dice popularmente, “si te ví no me acuerdo”. Para serles franco, no creí que estaba en lo cierto el insoportable presidente de elPeriódico, ingeniero José Rubén Zamora, cuando vaticinó que como consecuencia de haber dejado de ser columnista de ese medio iba a darme cuenta de que algunas personas que se decían mis amigos realmente no lo eran y se alejarían de mí. Pero me he podido dar cuenta de que tenía razón, por lo menos en lo que a los Colom se refiere, porque jamás volví a verles la cara. Un día me enteré que un muchacho que está casado con una hija de ellos preguntó de manera un tanto burlona a un pariente suyo ?Pero ¿cuántos lectores podrá tener ahora Jorge Palmieri en Internet?? Lo cual me hizo sospechar que fue una repetición de algo que oyó decir a sus suegros que ignoran que mi blog tiene decenas de miles de visitas todos los días dentro y fuera del país y que ya no son solamente ?cuatro gatos? los que me leen, sino decenas de miles. Jamás me había sentido tan realizado en más de 60 años de ejercer el periodismo.
Pero bueno, pensé que esos vaivenes en las amistades son gajes del oficio y no me causó mucho disgusto su actitud, aunque sí fue una triste decepción, lo confieso, porque no les había catalogado en esa forma. Creí sinceramente que eran mis amigos de verdad, sin sospechar que lo único que les interesaba era lo que podía servirles como columnista en elPeriódico.
Les he contado todo esto a pesar de estar seguro que ganará Colom, por aquello que sea cierta la tesis del viejo amigo que me dijo que siempre ganan los candidatos que critico y adverso, aunque como ustedes podrán darse cuenta, en realidad no le adverso, sino lo apoyo a pesar de todo. Sin embargo, debo decir antes de terminar que lo que sí le critico es que tiene mal trago y que me parece imperdonable que siga fumando a pesar de toda la información que hay en contra del maldito vicio de fumar. Sobre todo a pesar de que su compañero de fórmula es el eminente doctor Rafael Espada, un reconocido cirujano cardiovascular, quien le habrá podido explicar todo el daño que produce fumar tabaco en los seres humanos.
Y cuando gane la segunda vuelta electoral el 4 de noviembre y sea investido Presidente Constitucional de la República de Guatemala el 14 de enero del año entrante, Colom será el único presidente en el mundo que todavía fuma. Lo cual podrá ser motivo de vergüenza. Ojalá que cuando tenga que asistir a las cumbres de presidentes le cuiden para que no ingiera bebidas alcohólicas porque podrían causar que haga un papelón. Y que no fume en público porque quienes le vean fumar podrán creer que no es un hombre inteligente.
Espero que con todo lo que he dicho se va a cumplir la tesis de ese querido viejo amigo y gane la elección Colom, porque estoy totalmente convencido, repito, de que es el candidato que más conviene a Guatemala por su larga experiencia política y burocrática.
Postdata: No me lo están preguntando, pero ya es más tarde de la 1 de la mañana del miércoles 19 de septiembre y a estas horas aún no he recibido ni una llamada telefónica de la señora Sandra Torres Casanova de Colom para agradecerme lo que publiqué ayer para defenderla de las cobardes e infames calumnias y difamaciones de un badulaque que la ha insultado varias veces. Ni tampoco he recibido un mensaje de agradecimiento de parte de su marido. Ni espero que lo recibiré. Ni me importa.

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