1) Nueva presentación
Como ustedes podrán darse cuenta, a partir de hoy vamos a cambiar el encabezado de este blog. Quitaremos mi fotografía tomada hace varios años en Perito Moreno, en la Patagonia Argentina, brindando un whisky con hielo de los glaciares patagónicos, y pondremos esta otra foto que me fue tomada hace pocos días en el jardín de la residencia de nuestros queridos amigos Christopher Dent y su encantadora esposa Cecilia, en ocasión de celebrar otro almuerzo de nuestra Cofradía de los Viernes, a la vez que festejar el cumpleaños de Christopher, gracias a quien, desde hace cinco años he venido escribiendo este blog, muy a gusto y con total libertad y amplitud. Con esta foto reciente todos mis lectores se podrán dar cuenta –hasta un badulaque policía español nacionalizado guatemalteco metido a periodista que creyó que me iba a insultar cuando me recordó en forma burlona que estoy en la postrimería de mi vida–, que a pesar de mis 83 años de edad, muy intensamente vividos, por cierto, todavía aguanto un rato más. Hoy sigo viviendo muy alegremente y con mucha actividad las postrimerías de mi vida. Mañana no lo se. No se cuánto tiempo más, ni modo, pero vivo cada 24 horas como si fuese el último día de mi vida. Aunque, para serles franco, hace unos años no creía que iba a llegar a ver el campeonato de fútbol de España entre el Real Madrid y el Barsa. ¡Mucho menos las próximas Olimpiadas de Londres! Y ya ven, es probable que todavía las pueda ver. ¡Aquí estoy todavía!
2) La despenalización de las drogas prohibidas
Es innegable que ha tenido éxito relativo la insólita iniciativa del general retirado Otto Pérez Molina, actual Presidente de nuestro país, de proponer que se discuta la conveniencia o inconveniencia de despenalizar las drogas prohibidas, porque los gobernantes de varios países ya han respondido que están dispuestos a sentarse a discutir el tema. Lo cual no equivale a decir que están de acuerdo con despenalizar las drogas prohibidas. Porque son dos cosas distintas. Pero tan pronto como el presidente Pérez Molina lo planteó la primera vez, se creyó que estaba decidido a despenalizar las drogas prohibidas en Guatemala y no que proponía discutir el delicado tema, el gobierno de Estados Unidos de América envió en una gira por el área a la señora Janet Napolitano, Secretaria de Seguridad Nacional, para reunirse con algunos de los mandatarios del área. De antemano se anunció que nuestro gobernante abordaría con ella su iniciativa y, a la vez, la solicitud de conceder el Estatus de Protección Temporal (TPS en inglés) a los inmigrantes ilegales guatemaltecos.
“Es una visita de alto nivel y esperamos abordar temas importantes para nosotros”, dijo el mandatario chapín. No descartaba la posibilidad de que durante su encuentro con la alta funcionaria estadounidense se fuese a tratar el tema de la despenalización de las drogas que él propone y ya ha sido rechazada por ese país. Sin embargo, al final de la visita no se supo si por fin lo discutieron ni, mucho menos, cuál fue la respuesta de la señora Napolitano.
La misma agencia noticiosa reportó que previo a la visita de la Secretaria de Seguridad Nacional de EEUU el presidente Pérez Molina se reunió con el señor Arnold Chacón, embajador de ese país en Guatemala, y trató su propuesta como una estrategia más exitosa para combatir el narcotráfico; pero agregó que su propuesta no provocará choques ni distanciamientos con Estados Unidos.
“Éste (su propuesta) es un tema que puede caminar únicamente si todos los países estamos de acuerdo, si hay solo dos o tres países que están de acuerdo sería muy difícil que esto se pueda dar”, señaló el mandatario. ¡Con toda razón! Porque no sería determinante que Guatemala despenalice las drogas prohibidas si los demás países no lo hacen también. Para ser claros, sobre todo si no lo acepta el gobierno de Estados Unidos, porque la geopolítica hay que respetarla. Y el comercio entre nuestros países es básico. Guatemala no puede arriesgarse a perder ese mercado. Sería catastrófico perderlo. El CACIF pegaría el grito en el cielo.
Vicepresidenta Roxana Baldetti
Pero tan pronto siguió su camino la señora Napolitano, al presidente Pérez Molina se le ocurrió la idea de aprovechar la inteligencia, la capacidad, la simpatía y los encantos femeninos de la Vicepresidenta de la República, señora Roxana Baldetti Elías, y de inmediato la envió con la delicada misión de convencer a todos los presidentes de los países centroamericanos, incluyendo a Panamá, desde luego. Y sin pérdida de tiempo, la segunda de a bordo del actual gobierno emprendió su trascendental periplo. Compró un boleto en clase turista en un vuelo de Copa, y se fué a cumplir su misión. Sinceramente, creo que se equivoca si cree que con eso iba a impresionar por su sencillez o humildad. Debería tomar en cuenta que es la Vicepresidenta de Guatemala y debe viajar en primera clase. Al comenzar su viaje se supo que la noche antes de su cita con el presidente de la hermana república de Panamá, señor Vicente Martinelli, éste se adelantó y declaró que no estaba dispuesto a despenalizar las drogas. Pero, como una muestra de su buena educación, agregó que estaba dispuesto a escuchar atentamente lo que tuviera que decirle la ex candidata a Miss Guatemala del año 1980. Después, Roxana Baldetti habló con la Presidenta de Costa Rica, señora Laura Chinchilla, quien de entrada aceptó la idea de sentarse a discutir el tema, pero no se comprometió a despenalizarla. Y lo mismo ocurrió en Nicaragua, donde el gobierno bicéfalo de Danilo Ortega y su esposa, Rosario Murillo (como el caso de Colom y su “Sandrita”), también están dispuestos a participar en esa discusión, pero no se atreven a despenalizar la droga por sí solos. Y harán todo lo que sea posible para fastidiar al poderoso “imperialismo” capitalista.
Visita a Guatemala del Presidente Mauricio Funes
Por su parte, el presidente de la hermana y vecina república de El Salvador, señor Mauricio Funes, durante su breve visita a Guatemala escuchó con atención la propuesta de los propios labios de su colega guatemalteco, y dio la falsa impresión de que estaba de acuerdo con la despenalización de la droga. Pero tan pronto aterrizó en el aeropuerto de Comalapa, terminal internacional salvadoreña, declaró a todos los periodistas que le rodearon que “siempre no” piensa despenalizar las drogas. Que no estaba de acuerdo con la propuesta despenalización. Y antes de que nuestra Vicepresidenta llegara a pisar tierra salvadoreña, dio a conocer que no iba a poder tener el gusto de recibirla. Lo cual pareció un desplante indigno de la buena educación y de las buenas relaciones diplomáticas existentes. Pero afortunadamente rectificó y la recibió cortesmente. Cual debe de ser entre personas bien educadas de tan altas investiduras.
Pero tan pronto trascendió en la Casa Blanca de Washington, D.C. que la Vicepresidenta de Guatemala estaba visitando los países centroamericanos con el objetivo de convencer a los presidentes de estos países para que apoyen la despenalización planteada por el general Otto Pérez Molina, el presidente Barak Obama (quien ya está en plena campaña política para derrotar al más probable candidato republicano, el ex gobernador de Massachussets Mitt Romney, y ser reelecto para un segundo período), envió a su Vicepresidente, el ex senador Joe Biden, a que se diese una vueltecita por México, primero, para hablar con el presidente Felipe Calderón Hinojosa, que es el más decidido combatiente al narcotráfico, y ya ha dicho categóricamente que está dispuesto a discutir el tema, pero no a despenalizar la droga, porque eso sería como entregar su país a los narcotraficantes y al crimen organizado. Después, Biden viajó a Honduras para reunirse con los cinco presidentes de los países del istmo, y durante las 6 horas que permaneció les habló un rato sobre los temas que él había escogido previamente. Pero no de los que no estaban en su agenda. Naturalmente, el presidente Pérez Molina ya había adelantado su intención de aprovechar la oportunidad para plantearle su controversial iniciativa y de solicitar el TPS para los inmigrantes indocumentados guatemaltecos, pero esos puntos no estaban en la agenda de Biden. Ahora habrá que esperar hasta que se lleve a cabo la próxima Cumbre de Presidentes que se celebrará próximamente en Cartagena de Indias, Colombia, para hablar sobre esos temas con el propio Barak Obama. Pero es indudable que él también va a decir con toda claridad que no está dispuesto a permitir la despenalización de las drogas. ¡Y colorín colorado!
Para ser sincero, yo no puedo creer que el general Otto Pérez Molina, a quien considero un hombre inteligente, sensato y prudente, en verdad crea conveniente despenalizar las drogas prohibidas con la idea de que así se evitará el gasto que se hace para luchar contra el narcotráfico y se evitará que sigan muriendo tantas gentes en esa lucha desigual entre delincuentes muy bien armados con las armas más sofisticadas y un ejército que no tiene con qué pelear. No lo creo porque estoy seguro de que alguien le podrá explicar que es excesivamente peligroso legalizar las drogas por el daño que se causaría a la sociedad porque habrían muchos más muertos por los efectos de las drogas legalizadas. Me inclino a creer que solamente se trata de una estrategia para hacerle ver al gobierno del país más poderoso del continente –y todavía probablemente de todo el mundo– que si no contribuyen con la ayuda necesaria no se podrá combatir a los narcotraficantes. Y que una de las cosas más importantes que hay para impedirlo es que nuestro Ejército está desprovisto de las armas y municiones que son necesarias para poder combatir al narcotráfico por la estúpida medida del ex presidente Jimmy Carter de prohibir que se nos vendan armas y municiones en nombre de los derechos humanos. Y que tampoco tenemos ni helicópteros, ni aviones apropiados para impedir que el narcotráfico internacional siga usando nuestro territorio como su tránsito hacia México y los Estados Unidos. Por consiguiente, en compensación por combatir a los narcotraficantes, lo menos que podría hacer EE.UU. en conceder a los guatemaltecos indocumentados el anhelado TPS para que no sean capturados y expulsados como delincuentes de ese país. Puede ser que me equivoque, pero creo sinceramente que esa es la estrategia de la famosa iniciativa del presidente Pérez Molina para obtener más apoyo estadounidense. Y cuando digo que Obama se va a oponer y que eso será decisivo, no implico que debemos someternos a la voluntad de ese gobierno, pero sí que hay que ser conscientes de la realidad geopolítica y de los intereses comerciales de nuestro país.
No me extrañaría que cuando presente sus Cartas Credenciales el nuevo Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Guatemala ante la Casa Blanca, licenciado Francisco Villagrán Deleón, se lo dirán ya sea la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, o el propio Barak Obama. Por cierto que esta designación del actual gobierno me parece excelente. Aunque tengo entendido que aún no le han concedido el beneplácito, pero él ya fue embajador ante la Casa Blanca durante el régimen pasado, pero renunció. ¡Felicitaciones! ¡Ese es un nombramiento muy acertado!