Extensa lista de presidentes militares con mano dura (2)

Ayer nos quedamos cuando fue asesinado en la ciudad de México el ex presidente Manuel Lisandro Barillas por órdenes del presidente Manuel Estrada Cabrera, el dictador que le sucedió en el poder durante 22 años. Vamos a ver qué hizo ese abogado y algunos militares con mano dura le siguieron hasta nuestros días.
El licenciado Manuel Estrada Cabrera nació en Quetzaltenango el 21 de noviembre de 1857. Se decía que era hijo natural del presbítero Raimundo Estrada y de Joaquina Cabrera, una empleada doméstica de la familia Aparicio, emparentada con ?El Reformador? Justo Rufino Barrios. Hizo sus primeros estudios en la Escuela Conventual de Quetzaltenango con la ayuda de un padre jesuita de apellido Arrubia. Gracias a los esfuerzos de su madre se graduó de bachiller en filosofía e ingresó a la Escuela de Derecho, donde logró coronar sus estudios con el título de Abogado y Notario, y abrió su bufete en Quetzaltenango, donde fue electo Alcalde Municipal. Después se hizo cargo de la Jefatura Política de Retalhuleu y posteriormente fue nombrado ministro de Gobernación y Justicia durante el gobierno del general José María Reyna Barrios, del 15 de marzo de 1892 al 8 de febrero de 1898. Su dureza era tal que mientras desempeñaba ese cargo metió a la cárcel durante cinco días a la sirvienta de su casa, sin que mediara ninguna orden judicial, simplemente porque manifestó su deseo de retirarse.
Como ministro de Gobernación tuvo mucha influencia sobre el presidente Reyna Barrios, quien nació el 24 de diciembre de 1854 en la ciudad de San Marcos. Era hijo del capitán Joaquín Reyna y de doña Celia Barrios, hermana de Justo Rufino Barrios. A los 14 años de edad huyó de su casa para sumarse a las filas de los rebeldes que se organizaban en Tapachula para derrocar al mariscal Vicente Cerna. En 1871 fue redoblante de las fuerzas revolucionarias de su tío, el general Barrios. Fue electo presidente por voto popular, y tomó posesión del alto cargo el 15 de marzo de 1892. Fue un personaje de ideas progresistas, pero cometió el error de reelegirse por la fuerza. Su gobierno fue totalitario y con mano dura. Desempeñó a la vez los tres poderes del estado, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Impuso una severa disciplina en el Ejército y mejoró la labor de la Escuela Politécnica. Se dictaron leyes inconvenientes para el pueblo. Los alcaldes municipales eran nombrados por el gobernante, no asumían el cargo por votación popular. Fue un período de constantes persecuciones, encarcelaciones, vejámenes y espionaje. Entre algunas de sus obras destacan el mejoramiento del Paseo la Reforma, la reconstrucción del antiguo Palacio Presidencial, destruido por los terremotos de 1917 y 1918, construyó el edificio de la Propiedad Inmueble que hoy es el Museo Nacional de Historia; emprendió la construcción del Ferrocarril del Norte; mandó a hacer el monumento de Cristóbal Colón y construyó el paseo o avenida La Reforma.
Cuando desempeñaba el poder, el 8 de febrero de 1898 fue asesinado por el alemán Oscar Zollinger mientras caminaba por la novena avenida para ir a visitar a su amante. Zollinger a su vez fue asesinado pocos minutos después y sus asesinos murieron envenenados. El cuerpo de Reyna Barrios fue enterrado en las bóvedas de la Catedral Metropolitana y se dijo que era para evitar que fuese profanado su cuerpo.
Algunos sospecharon que la mano de Estrada Cabrera estuvo detrás de todos esos asesinatos porque varias horas antes del crimen fueron enviados a ese lugar el coronel Julio Roldán, el inspector de policía Trinidad Dardón y el policía Agustín Grajeda para asegurarse de que ultimarían a Zollinger una vez hubiese cometido el magnicidio. De más está decir que además de ser ministro de Gobernación, el licenciado Estrada Cabrera era el primer designado a la presidencia y la misma noche del crimen se presentó en el Palacio Presidencial con el decreto de su toma de posesión que llevaba escrito de su puño y letra, aunque quien lo redactó fue Antonio Batres Jáuregui, ministro de Relaciones Exteriores. Al mismo tiempo nombró su gabinete ministerial y seleccionó a su personal, levantó las garantías constitucionales que habían sido suspendidas por el asesinato del presidente, decretó una amnistía para todos los presos políticos, ordenó la devolución de los bienes confiscados por el gobierno anterior y rechazó un préstamo que le ofrecía el gobierno de los Estados Unidos de América; se negó a traspasar la Empresa Eléctrica a una compañía extranjera que la estaba solicitando e instituyó las fiestas de Minerva que desde entonces se celebraron con gran pompa todos los años.
El gobierno de Manuel Estrada Cabrera es un típico ejemplo de lo que es un régimen con mano dura. Desde el día que asumió la presidencia hubo una larga lista de crímenes políticos. Ese mismo día, pocas horas después del asesinato de Reyna Barrios fue asesinado el general Daniel Marroquín y fueron fusilados muchos políticos. El dictador se sostuvo en el poder durante 22 años a base de violencia, fuerza y crueldad. No tuvieron ningún límite sus arbitrariedades.
Estrada Cabrera era un hombre de suerte y sobrevivió varios atentados. Pocas horas después de que asumió el cargo de presidente provisorio de la República fue atacado el Palacio Presidencial donde él se encontraba y por la noche se sublevó el Cuartel de Artillería, pero no pasó a más. En la mañana del 29 de abril de 1907 le colocaron una bomba en una casa en la 7ª avenida, pero a él no le pasó nada. Sin embargo, ordenó la búsqueda y la muerte de todos los que estaban implicados en el atentado El 20 de abril de 1908 le hizo un disparo a quemarropa el cadete Víctor M. Vega, alumno de la Escuela Politécnica cuando el dictador entraba al Palacio Presidencial, pero se salvó de la muerte y tomó fuertes medidas represivas contra ese centro de estudios militares. Un día que iba en un coche le dispararon desde una casa en la avenida La Reforma y también se salvó de morir. El coronel Próspero Morales encabezó un movimiento subversivo que se apoderó de varios pueblos del occidente del país, pero fracasó en su propósito porque se enfermó. Se produjo otro levantamiento armado en la frontera con México que se apoderó del puerto de Ocós, pero también fracasó. Desde El Salvador se produjo otro movimiento que degeneró en un conflicto entre los dos países por el que murió el presidente Tomás Regalado, que encabezaba la invasión a Guatemala. Fue necesaria la intervención amistosa de los gobiernos de Estados Unidos y México para ponerle fin a la tensión.
Hasta que el 11 de marzo de 1920 se produjo una impresionante manifestación popular multitudinaria organizada por el Partido Unionista, para pedir la unificación de los países centroamericanos, pero fue dispersada a balazos, lo que encolerizó a la población civil y fue la chispa del movimiento contra ese hombre que había sido un implacable dictador durante 22 años. Entonces el secretario de Estrada Cabrera, general José María Letona, acudió a la Asamblea Nacional a informar que el tirano tenía alteradas sus facultades mentales y los diputados emitieron el 8 de abril de 1920 el decreto 1022 declarando el estado de interdicción del dictador. Asimismo, el representante diplomático de los Estados Unidos, Benton MacMillan, le puso un ultimátum para que renunciara y la amenaza de una invasión de los “marines” si no lo hacía inmediatamente. Se produjeron numerosos enfrentamientos armados contra el gobierno mientras el dictador se parapetó en su residencia en la finca La Palma, hoy zona 5, protegido por sus los militares que aún le eran leales, hasta que finalmente fue hecho prisionero y trasladado a un calabozo en la segunda sección de la Policía que estaba ubicada donde actualmente está el Palacio Nacional de la Cultura. Después de haber sido un dictador omnímodo e implacable durante 22 años, al dejar el poder tenía un capital de 306 mil dólares, lo cual era una fortuna en aquellos tiempos. Murió en la ciudad de Guatemala el 24 de septiembre de 1924 y sus restos fueron enterrados en el Cementerio de Quetzaltenango.
A ese dictador le sucedió el Primer Designado a la presidencia de la República, Carlos Herrera, el 8 de abril de 1920, pero tomó posesión legalmente el 15 de septiembre del mismo año por un período supuestamente de 6 años, pero su mandato fue efímero porque sólo pudo gobernar 1 año con ocho meses, cuando el Partido Liberal se percató que se había incorporado al Partido Conservador y lo atacó constantemente por la prensa. Durante el tiempo que sobrevivió su gobierno, Guatemala gozó de libertad y tranquilidad y se firmó un pacto de unión entre Guatemala, El Salvador, Honduras y Costa Rica, el cual tuvo muy corta vida. Los liberales se levantaron en armas y tomaron los departamentos de Jalapa y Chiquimula. El 30 de septiembre de 1921 se disolvió la Asamblea Legislativa y el 5 de diciembre del mismo año los rebeldes se apoderaron del cuartel Guardia de Honor. A media noche se produjo un levantamiento militar encabezado por el general José María Orellana y para evitar el derramamiento de sangre Herrera prefirió presentar su renuncia ante la Asamblea Legislativa, ordenó la inmediata rendición de todos los cuerpos militares que le eran leales y declinó el poder Ejecutivo en los generales José María Orellana, José María Lima y Miguel Larrave. Por el decreto número 7781 del 15 de diciembre de 1921 fue nombrado presidente interino el primero de ellos.
Después de haber sido derrocado, el ex presidente Herrera abandonó el país y se fue a radicar a Paris, Francia, pero aquí dejó muchas propiedades tanto agrícolas como urbanas, que fueron la base de inmensa fortuna de sus descendientes.
El general José María Orellana convocó a elecciones presidenciales el mismo día que asumió provisionalmente la presidencia y se postuló como candidato del Partido Liberal, y las ganó. El 26 de septiembre de 1926 falleció de angina de pecho en el hotel Manchén de Antigua Guatemala en ejercicio de la presidencia, a los 54 años de edad. Cuando el general Jorge Ubico Castañeda estaba en la presidencia dispuso que el Estado expropiara todos los bienes que poseía el general Orellana, entre ellos varias fincas, un chalet en Pamplona y casas en la avenida Reforma, en cuenta la llamada “Casa Crema”, que fue primero la Casa del Protocolo, después la Casa Presidencial durante el gobierno del general e ingeniero Miguel Ydígoras Fuentes, y ahora es la sede de las actividades de la premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú por graciosa concesión que hizo el actual presidente Óscar Berger Perdomo, como si él pudiese disponer a su capricho o conveniencia de los bienes del Estado.
El mismo día que falleció el general Orellana, le sucedió interinamente el general Lázaro Chacón González, que estaba a cargo del cuartel Guardia de Honor y al mismo tiempo era el primer designado a la presidencia y convocó a elecciones que se celebraron el 18 de diciembre y las ganó. Su principal contrincante fue el general Jorge Ubico Castañeda, postulado por el Partido Liberal. Lázaro Chacón nació el 27 de junio de 1873 en Teculután, departamento de Zacapa. Era un hombre muy responsable, sencillo y bondadoso, bien intencionado, patriota y dedicado al trabajo. Su gobierno fue satisfactorio y fundó el Banco de Crédito Agrícola, se creó la Dirección General de Aeronáutica Civil, creó el Crédito Hipotecario Nacional, construyó el edificio de la Escuela de Medicina, el edificio de la facultad de Ciencias Naturales, concluyó la construcción del palacio Legislativo, el ferrocarril de Los Altos, la terminación del tramo ferroviario de Zacapa a la frontera de El Salvador, afianzó la estabilidad monetaria, repartió tierras entre campesinos de escasos recursos en Huehuetenango, San Marcos, Quiché, Jalapa, Zacapa, Chiquimula y Alta Verapaz. Uno de sus principales logros fue haber convocado a la Asamblea Constituyente para establecer en la Constitución la terminante prohibición a la reelección presidencial, de lo cual se burló su sucesor, el general Ubico. Lamentablemente, durante su gestión se produjo una baja muy fuerte en el precio mundial del café que entonces era el principal producto de exportación de Guatemala. Asimismo, se enfermó sorpresivamente de lo que se supuso que era hemiplejia completa del lado derecho, parálisis facial del lado derecho y afasia y, en vista de que su salud no mejoraba, tuvo que renunciar el 12 de diciembre de 1930 y como no estaba en condiciones de firmar, su renuncia la firmó su esposa, doña Josefina de Chacón, y él fue llevado a un hospital de Nueva Orleáns, donde falleció el 9 de abril de 1931.
Cuando se supo la enfermedad del presidente Chacón, el licenciado Baudilio Palma era diputado y segundo designado a la presidencia de la república, y la familia del general Chacón lo propuso como sucesor interino y el 12 de diciembre de 1930 asumió la presidencia interina, supuestamente mientras duraba la enfermedad del presidente Chacón, pero sólo pudo sostenerse en el poder cinco días, hasta el 17 de diciembre, por lo cual se le llamaba jocosamente ?Palma de un día?, porque fue derrocado intempestivamente por el general Manuel Orellana Contreras, quien en estado de ebriedad invadió personalmente la Casa Presidencial empuñando sus pistolas y acompañado de unos cuantos soldados y le obligó a renunciar. El general Orellana asumió el poder pero su cuartelazo fue repudiado por muchos sectores, y la Constitución que estaba vigente prohibía que ocupasen la presidencia los caudillos o jefes implicados en golpes de Estado. Además, trascendió que el jefe de la misión diplomática de los Estados Unidos de América le puso un ultimátum y le amenazó con una intervención de los ?marines? si no renunciaba y se vio obligado a renunciar el 2 de enero de 1931, menos de un mes después de haber dado su cuartelazo. (Continuará)

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