A pesar de que desde la campaña electoral fui un decidido partidario de la candidatura presidencial del ingeniero Álvaro Colom Caballeros, recuerdo lo que dijo el filósofo Aristóteles acerca de su maestro Platón: “Amicus Plato sed, magis amica veritas” (“Soy amigo de Platón, pero soy más amigo de la verdad”) y lamento tener que decir a tan pocas horas de que Colom asumió la Presidencia de la República que, en mi opinión periodística, ha comenzado mal su gestión presidencial por los siguientes motivos:
1) Creo que no fue acertado haber improvisado su discurso en la ceremonia de transmisión del mando presidencial porque estoy convencido de que el presidente de cualquier país que se respete debe preparar cuidadosamente lo que va a decir en público para poder estar seguro de que no dirá cosas que puedan ser comprometedoras o sean catalogadas como inconvenientes; y, por el contrario, dirá solamente las cosas que son convenientes y oportunas para su propio prestigio y para el prestigio de su país. Además, está de sobra demostrado que Álvaro Colom no es precisamente lo que se puede catalogar como un Demóstenes. Ni siquiera tiene la verborrea populista de los camaradas Fidel Castro y Hugo Chávez.
2) No veo por qué en ese mismo discurso inaugural, pronunciado en presencia de muchos ilustres visitantes, entre ellos varios presidentes, vicepresidentes y del príncipe Borbón de España tuvo que recordar los asesinatos de los dirigentes social demócratas, su tío Manuel Colom Argueta, y Alberto Fuentes Mohr. Él ha dicho que hay muchas veces que debemos vivir en paz, armonía y concordia, y ese no fue un momento apropiado para traer a colación esos crímenes políticos que se cometieron en el pasado.
3) No entiendo qué hacía su esposa, la licenciada Sandra Torres Casanova de Colom, sentada a su derecha durante la primera Junta de Ministros, porque aunque sé muy bien que ella es una mujer sumamente inteligente y bien preparada, que tiene una insólita capacidad política, el pueblo de Guatemala lo eligió a él para gobernar al país y no a la pareja. Si ella ha sido nombrada para desempeñar un cargo que tiene rango de ministra, debió de estar sentada entre los ministros y no junto al Presidente y al Vicepresidente de la República. Aunque vaya a ser la primera ministra.
4) No creo que haya sido de trascendencia presidencial que su primera visita de Estado haya sido a una estación de la Policía Nacional Civil (PNC) y no se justifica que la haya hecho acompañado solamente de su amigo Carlos Quintanilla, director de la Secretaría de Inteligencia (SAAS) y una de las dos personas más influyentes que hay cerca de él (el otro es Gustavo Alejos), y sin el ministro de Gobernación, que tiene a su cargo a la PNC. Además, no se justifica que haya ido a darle la mano a un policía que estaba en cama y enfermo, porque ni siquiera sabe qué se estaba tentando el policía antes de haberle dado la mano, porque no sería extraño que se hubiese estado acaricianso los órganos genitales.
5) No debe ceder ante las presiones del controvertido presidente de la Asamblea Nacional del Magisterio (ANAM) Joviel Acevedo en torno al nombramiento del profesor Alfredo Tay Coyoy como subsecretario del ministerio de Educación. Sobre todo cuando contradice la autoridad de la ministra Ana de Molina. Si lo hace comenzará su gestión demostrando debilidad. Y eso no conviene a nadie.
Postdata: por otra parte, aunque el presidente Colom ha dicho reiteradamente que su gobierno tendrá preferencia por los más pobres del país, pero a la primera cena que ofreció en Casa Presidencial invitó a compartir sabrosos platos de carne de cordero y filetes de res a un pequeño grupo de personas muy respetables y estimables que son: el licenciado Arturo Cortez, (El “gato”), Irving Cohen, representante de casi todos los fabricantes de medicinas, le han sido sus patrocinadores para llegar a la Presidencia desde hace nueve años: el licenciado “Gato” Roberto (?Baby?) Mata Castillo, gerente de la Pepsi Cola; Francisco Castillo Saravia, gerente de la Cervecería Centroamericana; el millonario Mario Granai y su hijo del mismo nombre, de la Corporación Granai y Towson; el pistudo heredero Víctor Giordani, a quien le costó un millón de dólares el trasplante del hígado; Rodolfo (“Fito”) Saravia, de la compañía de automóviles Cofiño Stahl; el adinerado industrial, constructor y vendedor de avionetas y helicópteros Gregorio (“Goyo”) Valdés; el pistudo agricultor Flavio Montenegro; el hijo del millonario agricultor Hugo Molina; el mexicano Raymundo Riojas, uno de los principales directivos de la fabulosa empresa Multi-inversiones de los multi-multimillonarios Dionisio Gutiérrez Mayorga y Juan Luis Bosch Gutiérrez; y el multimillonario nicaragüense Piero Coen Montealegre con sus dos hijos. Ninguno de todos ellos es precisamente un miembro del sector pobre o miserable del país. También estuvo entre los comensales el señor Gustavo Alejos, actual Secretario Personal del mandatario, otro que ya posee una respetable fortuna. Y como un agregado también estuvo en la cena el simpático diplomático italiano Piero Porcarelli, ex embajador de Italia en Guatemala, quien es muy probable que volverá pronto a Centroamérica como embajador, ya sea en Guatemala o en Nicaragua. Me extraña mucho que entre quienes fueron sus financistas desde hace cuatro años no haya sido invitado a la cena el ingeniero Carlos Meany Valerio, ministro de Energía y Minas, quien por cierto hoy está celebrando su cumpleaños. Le deseo que lo pase muy feliz al lado de su amorosa familia, a la que se acaba de sumar una nueva nietecita.
Me causa mucho agrado que tan pronto asumió la Presidencia, Colom haya invitado a cenar a esos ricachones que contribuyeron a su campaña electoral porque con ello demuestra que no es un fanático de todo lo que dice y que además es agradecido con las personas que ayudaron con dinero a su campaña. Me alegra que les haya invitado a cenar en Casa Presidencial pocas horas después de haber asumido la Presidencia de la República, porque las personas decentes deben ser agradecidas con quienes les han dado cualquier tipo de ayuda, aunque no sea necesariamente de dinero. Porque el dinero no es todo en la vida. Con más razón debe ser agradecido con quienes expusimos el prestigio, la credibilidad, la tranquilidad y hasta la vida por apoyarle con nuestros escritos mientras que la mayoría de los medios de comunicación publicaban constantes comentarios negativos contra él. Pero, para ser sincero, no me extraña que en Guatemala este tipo de ayuda no sea reconocido como es debido por algunos ingratos y mal agradecidos que cuando llegan al poder creen que se lo merecen todo y “si te ví no me acuerdo”. Que con su pan se lo coman. Ni modo, así es la vida.