Homenaje a Jorge Negrete

Ayer se conmemoró el 54 aniversario de la muerte del mundialmente famoso cantante y actor mexicano Jorge Negrete, llamado ?El Charro cantor?, ocurrida el 5 de diciembre de 1953, a la edad de 42 años, en el hospital Cedros de Líbano de Los Ángeles, California, como consecuencia de una cirrosis causada por una hepatitis mal cuidada que había tenido en su juventud. Como todos los años para esta fecha, su tumba de la Asociación Nacional de Actores (ANDA) en el Panteón Jardín, fue visitada por miles de admiradores y artistas, sobre todo los intérpretes de la canción ranchera mexicana, de la cual él llegó a ser el máximo exponente masculino.

Jorge Negrete vestido de civil, cuando cantaba ópera y boleros, antes de convertirse en “Charro cantor”.
Jorge Alberto Negrete Moreno, alias “El Charro cantor” nació el 30 de noviembre de 1911 en la ciudad colonial de Guanajuato, Estado de Guanajuato (México). Fue hijo del coronel David Negrete y de la señora Emilia Moreno de Negrete y tuvo cinco hermanos: David, Consuelo, Emilia, María Teresa y Rubén (quien murió un año después de haber nacido, en 1923).
Jorge Negrete fue un hombre de vocación militar por herencia familiar que se convirtió en cantante formado en la técnica operática y posteriormente revolucionó la música ranchera mexicana que dio a conocer por todo el mundo. Fue también un actor durante la “época de oro” del cine mexicano.
De acuerdo con la patronímica hispana, los Negrete provenían de las montañas de Santander (España) y emigraron a México y a Chile. Se ha dicho que eran moros católicos del siglo XVI. Sus ancestros por ambos lados fueron militares liberales. Por la rama paterna, el general Miguel Negrete participó en la batalla del Cinco de Mayo de 1862 en Puebla contra la invasión francesa que impuso durante algunos años al emperador Maximiliano de Austria. Por la rama materna, descendía de los generales Pedro María Anaya, héroe de la resistencia durante la invasión estadounidense, y Pedro Moreno, conocido por su destacada actuación en la Guerra de Independencia de México.
Cuando su padre, David Negrete Fernández, todavía era capitán, tenía la misión de viajar por toda la República durante la Revolución, pero se enlistó bajo las órdenes del general Felipe Ángeles en la llamada División del Norte que comandaba el célebre general Pancho Villa, nombre adoptivo de Doroteo Arango. Por eso se dice que realmente nació en Chihuahua, pero el hecho es que está registrado y se crió en Guanajuato, donde estudió en un colegio católico. Finalmente, cuando su padre se decepcionó de los excesos cometidos por todas las facciones revolucionarias y se alejó de la vida militar para emplearse como maestro de matemáticas en el Colegio Alemán Alexander Von Humboldt de la ciudad de México, inscribió en él a sus hijos y Jorge aprendió el alemán. Más tarde también aprendió inglés e italiano, y tenía conocimientos del náhuatl.
Cuando tenía 14 años, Jorge ingresó al Colegio Militar, de donde se graduó a los 18 años con las más altas calificaciones de su generación y el grado de Teniente de Caballería y Administración (Intendencia) del Ejército Mexicano. Allí aprendió a montar a caballo a la perfección, habilidad de la cual con el tiempo haría gala al interpretar en el cine los papeles de charro mexicano.
Luego, en la época post-revolucionaria, participó en la batalla de Jiménez en Coahuila. Después trabajó en la fábrica de armas de la Ciudadela, realizando labores administrativas y estudiando la carrera de medicina, por lo que fue nombrado administrador del Hospital Militar de Puebla. Según se ha dicho, un día por seguir a una bella mujer entró de casualidad a un edificio que resultó ser una institución de enseñanza de arte lírico donde hizo una prueba e ingresó a la academia de canto a cargo del reconocido maestro clásico José Pierson, director también de la Compañía Impulsora de Opera de México. Otros notables alumnos de este profesor fueron la soprano operática Fanny Anitúa y varios cantantes populares, entre ellos el barítono Hugo Avendaño y los tenores Alfonso Ortiz Tirado y Pedro Vargas.
En 1931 solicitó licencia del Ejército para retirarse y dedicarse por completo a la carrera de cantante con un contrato en la radiodifusora XETR donde interpretaba romanzas mexicanas y canciones napolitanas, además de piezas populares de autores como María Grever, Alfonso Esparza Oteo y Manuel M. Ponce. Ese mismo año debutó en el Palacio de Bellas Artes con la ópera La Vida Breve, del maestro Manuel de Falla.
Al año siguiente, con el apoyo del empresario Emilio Azcárraga Vidaurreta, fundador y propietario de la estación de radio XEW, formó parte del elenco artístico del programa de inauguración del Palacio de Bellas Artes, cantando como solista en el coro del teatro la obra musicalizada La verdad sospechosa, de Juan Ruiz de Alarcón.
Con el tenor y actor Ramón Armengod firmaron un contrato con la cadena norteamericana NBC de Nueva York y se presentaban en un teatro dos veces por semana durante varios meses como “The Mexican caballeros”, alternando en el Teatro Hispano, hasta que Armengod se casó y regresó a México. Negrete se presentó entonces en el cabaret Yumurí, en el barrio latino de Manhattan, donde conoció al compositor cubano Eliseo Grenet, quien fungía como director de orquesta. En 1936 audicionó en el Metropolitan Opera House donde por entonces no era fácil para los latinos formar parte del elenco de los teatros de ópera estadounidenses, y él no tenía representante ni medios para hacer un depósito de diez mil dólares, que era un requisito para los debutantes.
En 1937 los productores de la película mexicana La madrina del diablo contactaron a su hermano David para ofrecerle el papel protagónico. Negrete pidió licencia por veinte días en el Yumurí para viajar a México y filmó la película al lado de María Fernanda Ibáñez, de quien se enamoró y por ella regresó a Nueva York a buscar fortuna. Ella era la única hija de la actriz Sara García, quien ya para entonces era una figura mientras que él era sólo un incipiente cantante. Desgraciadamente, María Fernanda murió repentinamente antes de que pudiesen volver a estar juntos.
De regreso en Nueva York conoció al productor de cine mexicano Jesús Grovas, quien le ofreció un papel protagónico en la cinta Huapango. De nuevo regresó a México y decidió participar también en la película La Valentina, con Esperanza Baur, quien poco más tarde fue esposa del famoso cow-boy de Hollywood John Wayne.
En ese mismo año (1938) filmó Caminos de ayer, Perjura, El Fanfarrón, Juan sin miedo, Juntos pero no revueltos y El cementerio de las águilas. Durante la grabación de Perjura conoció a la actriz Marina Tamayo, quien a pesar de que era su novia se casó con el famoso cantante y actor Emilio Tuero.
Otra vez de regreso en Estados Unidos, consiguió un contrato junto con otros actores latinos con la compañía 20th Century Fox para filmar en Hollywood películas en español; pero los actores estadounidenses obstaculizaron la propuesta y tuvo que regresar a Nueva York.
En el set de filmación de La Valentina, en 1938, había conocido a la actriz y bailarina Elisa Christy, (cuyo nombre real era Elisa Crochet Asperó), nacida en México, D.F. en 1917, hija de la actriz catalana Elisa Asperó y del actor español Julio Crochet Martínez Villarreal, mejor conocido después de unos años como Julio Villarreal. Después se encontraron en Nueva York por casualidad, cuando Elisa participaba en una gira de la compañía de danza regional “Upa y Apa” y reiniciaron el noviazgo durante el rodaje de la película Juntos pero no revueltos . Posteriormente, por un contrato de trabajo Negrete viajó a Miami donde se casó con Elisa el 28 de marzo de 1940. Se mudaron a Nueva York por un tiempo, donde Negrete trabajaba en el pequeño centro nocturno de espectáculos de ambiente latino Habana-Madrid, al lado de Desi Arnaz, alternando su trabajo como traductor al inglés de canciones mexicanas para la compañía Southern Music. Con Elisa tuvo a su única hija, Diana Negrete, quien creo que todavía vive. Por esos días tuvo una primera grave recaída de una afección hepática que había sufrido en su juventud y por falta de recursos no pudo atenderse debidamente. Ahí conoció a la pareja de puertorriqueños Fernando y Mapy Cortés, a quienes ayudó años después para que se instalaran en México, donde al cabo del tiempo triunfaron en el cine.
Muchas de las películas que estelarizó Negrete, de manera similar a los Videoclips musicales de la actualidad, estaban orientadas a hacer promoción a las canciones que en la voz del “Charro cantor” fueron éxitos rotundos. Pronto se hizo evidente su talento histriónico, tanto en drama como en comedia en muchas de éstas: El Rapto, Así se quiere en Jalisco, Lluvia Roja y Teatro Apolo, con las que obtuvo varios premios, tanto en México como en España.
Por iniciativa de su hermano David y del productor Joselito Rodríguez, filmó en 1952 con Pedro Infante la comedia ranchera Dos tipos de cuidado, dirigida por Ismael Rodríguez. Para dar mayor publicidad a la cinta se difundió la falsa noticia de que los dos actores principales estaban enemistados y que había tenido que intervenir el presidente de la república para reconciliarles, pero no era verdad porque Infante y Negrete siempre se llevaron muy bien. El hecho es que ésta resultó ser una de las películas más vistas, aclamadas y taquilleras en la historia del cine mexicano.

Jorge Negrete transformado en “Charro cantor”.
Se hizo mundialmente famoso por sus películas de charro de Jalisco y bebiendo tequila como si fuese agua, pero en realidad era agua para hacer creer que bebía tequila.
En 1941 su hermano David le telegrafió para avisarle que los hermanos Rodríguez lo requerían para el papel principal en la película ¡Ay, Jalisco, no te rajes!, con canciones de los compositores Manuel Esperón y Ernesto Cortazar, la cual lo convirtió en la máxima figura artística mexicana y de toda Latinoamérica, y en donde conoció a la bella actriz Gloria Marín y la hizo su pareja sentimental. A todo esto Jorge y Elisa ya vivían separados en las casas de sus respectivos padres.
En el mundo entero el cine mexicano, la imagen del charro, la moda del Tequila, y las canciones con mariachi se difundieron por todo el mundo a través de la popularidad de Negrete, así como el interés por México y sus costumbres.
En el set de ¡Ay, Jalisco, no te rajes! Jorge Negrete y Gloria Marín iniciaron un publicitado romance que aceleró el divorcio con Elisa, pero a pesar de que convivieron diez años, nunca se casaron. En sus películas de charro Negrete bebía de un sorbo las copas de tequila, con limón y sal, pero la verdad es que no bebió licor en toda su vida y le hizo mala fama al tequila porque éste no debe beberse de un sorbo sino a sorbitos. Durante el rodaje de Seda, sangre y sol, protagonizada por esta misma pareja, se dictó la sentencia de divorcio de Elisa.
Jorge Negrete y Gloria Marín vivieron juntos diez años, durante los cuales el público los catalogaba como “la pareja romántica” de la época de oro del cine mexicano, pero la verdad era distinta porque Gloria dijo años más tarde que el “Charro cantor” no fue buen amante y era tan fuerte su complejo de Edipo que la primera noche que pasaron juntos se levantó de la cama para ir a dormir a su casa con su mamá. Hacia el ocaso de su relación, Gloria adoptó a una niña a la que llamó Gloria Virginia Ramos, a la que Jorge nunca llegó a adoptar.

Para agrandar la foto:
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La bella Gloria Marín era “chilanga” (como se llama a las capitalinas), nacida el 19 de abril de 1919.
Integró con Negrete por diez años “la pareja romántica” de la época de oro del cine mexicano, pero nunca se casaron. y unos años más tarde ella contaba que el famoso “Charro cantor” no fue buen amante. Gloria vino a Guatemala a filmar en la Antigua una película con la famosa actriz española Amparo Rivelles producida por Manuel Zeceña y mientras duró la filmación sostuvimos un grato romance, aunque ella tenía 9 años más que yo. Por cierto que el entonces Presidente de la República, mi viejo amigo Julio César Méndez Montenegro, le enviaba grandes ramos de rosas todos los días al hotel y la llamaba por teléfono, hasta que un día yo contesté la llamada y le aconsejé que dejara de perder el valioso tiempo que debía dedicar a gobernar el país. Él me preguntó qué estaba haciendo en la habitación de Gloria y yo le contesté que estaba esperando que pasara una camioneta.
Después de sus primeros grandes éxitos, justamente a partir del melodrama ranchero ¡Ay Jalisco, no te rajes!, la fama de Negrete se expandió rápidamente por todos los países de Hispanoamérica, contribuyendo al estereotipo del charro mexicano alegre y temerario, con el imprescindible sombrero ancho, que había comenzado con Tito Guízar en la película Allá en el Rancho Grande, pero que por la fuerte personalidad de Negrete se transformó en símbolo sexual. Quizás el primero que movilizó grandes masas y que fue imitado por los jóvenes en su modo de hablar y ademanes resueltos.
Fue tanto el éxito de Negrete que tenía que salir por puerta trasera y oculto en una ambulancia de la estación de radio XEW porque sus numerosos admiradores obstruían su salida.
En Cuba, la Cadena Azul ofreció al ya famoso Negrete cantar en sus canales radiofónicos en combinación con el Teatro Nacional. Al arribar al aeropuerto de La Habana, estaba vestido con uniforme militar, fue recibido con tal ovación, que la policía no pudo contener a la multitud que estuvo a punto de desnudarlo. Era tanto el afecto del pueblo cubano que hasta el presidente Grau San Martín acudió al Teatro Nacional para aplaudirlo.
Terminado su contrato, viajó a Puerto Rico pero regresó a Cuba para realizar conciertos de beneficiencia, porque la isla había sido azotada por un huracán. Durante los años 1945 y 1946 recorrió varios países de América Latina mientras filmaba en México.
En Argentina fue recibido por una multitud apostada desde el aeropuerto hasta la estación de radio donde se iba a presentar después de hacer un trayecto de varias horas. En el Teatro Colón de Buenos Aires, con un lleno total, cantó vestido de gaucho “Adiós Pampa Mía”, de Mariano Mores. Se presentó durante tres semanas, y viajó a Chile a pesar de la solicitud argentina de que prolongara su estancia.
A Chile llegó el día que murió el presidente de la nación, Juan Antonio Ríos y, a pesar de esto, su recibimiento fue más numeroso que en todos los demás países donde se presentó.
Después de Chile, en Perú se presentó en teatros abarrotados, donde multitudes de admiradores se mostraron molestos por no tener acceso a sus presentaciones. En Uruguay tuvo las entradas más altas que haya tenido cualquier otro artista extranjero. Sin embargo, tuvo con la prensa un incidente negativo similar al del Perú.
Antes de regresar a Cuba se presentó en Venezuela con gran éxito, donde se dijo que muchos hombres protestaron en sus casas por la “excesiva admiración” a Negrete de parte de sus esposas. En muchas ciudades de Latinoamérica el tráfico se desquiciaba en las cercanías de donde él se presentaba.
En España sus presentaciones se asociaban a la multitud de mujeres que gritaban histéricas a su paso. Recibimientos de este tipo eran ya usuales para él pero no creía que iba a tenerlo también en la España franquista de aquel tiempo. Los desmayos y los miles de admiradores obligaron a la policía a escoltarlo, acompañado de su hermano David, quien era también su representante. El comediante español Angel de Andrés, quien presenció su llegada a Madrid, cuenta que muchos de sus paisanos se sentían abochornados al ver semejante reacción femenina (era la década de 1940). Su ideología liberal provocó recelo por parte del gobierno franquista, en una época en la que debido al exilio republicano acogido en México se habían roto las relaciones diplomáticas.
En su libro “Mis primeros 40 años”, el mundialmente famoso gran tenor hispano-mexicano Plácido Domingo calificó a Negrete como el “non plus ultra“, es decir, “No hay más allá”. Cuentan que en España solamente dos mexicanos han literalmente parado el tráfico: el matador de toros Carlos Arruza y el cantante Jorge Negrete. En una entrevista al gran tenor español Alfredo Kraus, se le preguntó acerca de los discos que solía escuchar y éste contestó que cuando quería escuchar a un gran cantante ponía discos de Jorge Negrete. En la actualidad, en España Negrete todavía tiene clubes de admiradores.
Antes de cumplir diez años de vivir con Gloria Marín, Negrete conoció a la joven y bella reina de belleza Elsa Aguirre, quien por entonces estaba dando sus primeros pasos en el cine, y se enamoró de ella perdidamente, pero ella le tuvo desconfianza por su fama de mujeriego y él dijo que era una “chamaca tonta e ignorante”, como la zorra que dijo que las uvas aún estaban verdes, y la relación entre ellos terminó pronto.

Elsa Aguirre, nacida en Chihuahua el 25 de septiembre de 1931, de quien Negrete se enamoró perdidamente y cuya belleza competía con la de María Félix.
Esta bellísima mujer vino a Guatemala en 1966 para filmar junto con el actor Julio Alemán en la Antigua la película Sólo de Noche Vienes, del productor guatemalteco Manuel Zeceña Diéguez, dirigida por Sergio Behar y fotografiada por el laureado Rosalío Solana. Esa circunstancia me dió la feliz oportunidad para sostener con Elsa una apasionada y un tanto tormentosa relación amorosa que duró menos de un año. Todavía vive y se conserva asombrosamente bien gracias a que es rigurosa vegetariana y practica el Yoga todos los días. La acción de esta película se desarrollaba durante una Semana Santa en la Antigua, para aprovechar de manera gratuita los espectáculos masivos de las procesiones, pero esto despertó muchas protestas de parte de las iglesias antigüeñas y de algunos “curuchos” que se sentían explotados, y el entonces Presidente de la República, general Carlos Manuel Arana Osorio, ordenó que se prohibiese que continuara la filmación y ésta tuvo que terminarse en El Salvador a donde se trasladaron de inmediato los artistas y los técnicos… y yo junto con ellos para poder seguir gozando de mi apasionado romance con la estrella, Elsa Aguirre. La relación amorosa terminó cuando llevé a México el cadáver de Arabella Árbenz, que fui a buscar a Bogotá, Colombia, porque por increíble que parezca, Elsa se puso muy celosa de que dedicara mi atención a enterrar a otra bella mujer que había sido mi amante antes que ella. ¡Cosas de las mujeres!
La simpatía que en muchos países del mundo se profesa a México es debida en gran parte a su música popular, tanto de los boleros como de la ranchera, y en el caso de Iberoamérica, Jorge Negrete fue quien sembró en parte ese interés y admiración.
Jorge Negrete fue uno de los fundadores del Sindicato de Trabajadores de la República Mexicana y dirigió y reestructuró la Asociación Nacional de Actores (ANDA) de la cual fue Secretario General, así como su más destacado líder, con la oposición de otros líderes como Mario Moreno ?Cantinflas? quien al principio había sido su aliado, pero terminaron muy distanciados.

Ojos de la bella María de los Ángeles Félix fotografiados por Gabriel Figueroa.
María Félix se casó con Jorge Negrete después de haberse odiado mútuamente muchos años a raíz de la filmación de la película El Peñón de las Ánimas, la primera en la que ella tomó parte sin tener ninguna experiencia. Antes estuvo casada dos veces: primero con el abogado de Guadalajara Enrique Álvarez, con quien tuvo un hijo que fue el actor Enrique Álvarez Félix, quien murió a temprana edad de SIDA. María abandonó al licenciado Álvarez para viajar al Distrito Federal con un ingeniero de apellido Palacios quien la promovió para que fuese contratada para hacer películas, y después se casó con el genial músico-poeta Agústín Lara, quien compuso en su honor la canción “María Bonita”. Por último se casó con un magnate francés de nombre Alex Berger, quien la hizo vivir en la opulencia. Finalmente se enredó con un joven pintor francés que la acompañó de regreso a México, donde murió de avanzada edad pero en la soledad.
Al final de su vida Negrete se casó con la bella María Félix después de que se reconciliaron, y la ayudó a comprar y remodelar una finca en el sur de la ciudad de México, además de solventar su altísimo nivel de vida a la que la dejó acostumbrada Berger. Con ella había tenido muchas dificultades que trascendieron al público cuando filmaron la película El Peñón de las Ánimas que fue la primera en la que ella tomó parte, mientras que él ya era un astro cinematográfico muy cotizado y mundialmente famoso. La suntuosa boda con María Félix fue en la finca de Catipoato y fue considerada como “la Boda del Siglo en México” a la que asisitieron las celebridades más connotadas del mundo del espectáculo, la política y la sociedad, además de personajes del medio intelectual y artístico, como los pintores Diego Rivera, Frida Kahlo, el poeta y escritor Octavio Paz, además de periodistas y famosos toreros y deportistas.
En las décadas de 1930 y 1940, México buscaba símbolos de identidad. Mientras que en los murales se rescataba la raíz indígena, el charro mexicano resultó para el cine un personaje que podía encarnar los anhelos y nostalgia del México posterior a la Revolución. El joven barítono Jorge Negrete, apuesto y gallardo, encajaba en el modelo aspiracional de la época. En muchas películas, se presentaba una sociedad rural idílica, aunque no exenta de personajes tiránicos enfrentados con el personaje protagónico, es decir, el “Charro cantor”.
Era tal la popularidad de Negrete que en las calles cercanas a los lugares donde se presentaba era imposible circular. La histeria colectiva que provocaba y que tanto indignaba a sus críticos, era realmente algo nuevo y desconcertante, sobre todo para la recatada actitud de ese tiempo. En México, cuando los niños asistían a alguna festividad, las madres los peinaban con un copete al lado y los vestían de charros, imitando a Negrete.
Algunos años después de su despegue como estrella internacional, Jorge Negrete ya demostraba características de líder, y emprendió una lucha para reivindicar los derechos de los trabajadores, en especial los del espectáculo.
El conflicto de intereses que esto generó en la industria del entretenimiento dio lugar a una fuerte campaña en su contra de parte de varios productores. A partir de entonces, y como un intento de modificar la percepción de sus admiradores, surgió el muchas veces repetido tópico de que en sus inicios Negrete se negaba a cantar música ranchera hasta que vio en ella la posibilidad de éxito. Sin embargo, esto parece no haber tenido fundamento, ya que Negrete había nacido en provincia y el primer contacto con la música se debió a su padre, quien era aficionado a la guitarra y tuvo durante algunos años un conjunto folclórico. También se difundió el parentesco (en realidad bastante lejano) que los Negrete-Moreno tenían con familias de la aristocracia mexicana del Siglo XIX, una vez más para tratar de distanciarlo de la gente del pueblo.
Aunque Negrete seguía contando con la admiración y simpatía de legiones de admiradores, se supone que muchos medios en México han procurado hasta la fecha borrarlo de la memoria del público, cosa que no han podido lograr. Cada aniversario de su muerte se reúnen grandes cantidades de admiradores ante su tumba, y en diversos países latinoamericanos se transmiten programas especiales por radio y televisión dedicados por completo al inmortal “Charro Cantor”.
Yo tuve el privilegio y el agrado de conocer personalmente a Negrete durante el año 1946, cuando yo editaba en Guatemala la revista Citeara, especializada en cine, teatro y radio, y desde el día que nos conocimos siempre se comportó en forma muy amigable. Después volvimos a vernos varias veces y la última vez fue cuando ya estaba casado con la bella María Félix y un día me invitaron a cenar a su casa. Por entonces vivían en una vieja casona muy antigua situada en la calle Berlín, cerca de la Zona Rosa. Puedo decir con mucha satisfacción que fuimos amigos. Y en memoria a esa grata amistad he escrito este homenaje.
Homenaje musical de sus amigos
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Cuando Jorge Negreta murió, el compositor y cantante José Alfredo Jiménez y los cantantes Pedro Infante, Miguel Aceves Mejía, Luis Aguilar, Javier Solís, Lola Beltrán, Ramón Armengod, el Trío Calaveras, Amalia Mendoza (“La Tariácuri”), Amanda del Llano, Antonio Badú y otros, le cantaron como homenaje en un cortometraje musical que es un YouTube que principia con un toque de silencio por una trompeta y un numeroso coro de solistas, mariachis y tríos canta Las Golondrinas, el cual les invito a ver escuchar, así como también los otros YouTubes que hay a sus lados, pero háganlo después de que hayan escuchado éste que fue grabado por Miguel Aceves Mejía y el famoso Trío Los Calaveras. Después de que hayan escuchado el primero, hagan click en los otros pequeños que están abajo, uno tras otro, y les prometo que van a escuchar con mucho agrado algunas canciones de esa época inolvidable.
El día que murió Jorge Negrete fue declarado Día de Duelo Nacional por el gobierno de México y en todos los cines del país se guardó cinco minutos de silencio. En el aeropuerto del Distrito Federal se aglutinaban más de diez mil personas para recibir el vuelo en el que trasladaron su cuerpo desde Los Ángeles y en todo el trayecto hacia el Palacio de Bellas Artes había muchísima gente en ambos lados de las calles y avenidas. El cortejo fúnebre iba encabezado por veinte policías motorizados. En el Palacio de Bellas Artes cientos de miles de admiradores desfilaron ante el féretro en señal de respetuosa despedida. Cuando Negrete falleció, María Félix se encontraba en París, filmando una película con Yves Montand, y se trasladó inmediatamente a Los Ángeles para recoger el cadáver de su esposo, a quien ya había aprendido a amar después de haberle odiado tanto porque la había despreciado cuando se conocieron en la filmación de la película El Peñón de las Ánimas.
Para su entierro, una valla humana de cientos de miles de admiradores bordeó el trayecto desde el Teatro de la Asociación de Actores (hoy Teatro Jorge Negrete) hasta el Panteón “Jardín”, en el sur de la ciudad de México. En muchas ciudades de Iberoamérica se veían moños negros en las ventantas y las radiodifusoras dedicaron su programación a las canciones que interpretó muchas veces y popularizó en todo el mundo.
Fue velado primero en el Palacio de Bellas Artes y después en el Teatro de la ANDA (hoy Jorge Negrete) y a su funeral asistieron decenas de miles de personas y muchos artistas cantaron ante su tumba.
Hay que advertir que pareciera que la popular canción de Chucho Monge titulada “México lindo y querido” hubiese sido compuesta especialmente para Jorge Negrete a la hora de su muerte, porque dice “México lindo y querido, si muero lejos de tí, que digan que estoy dormido y que me traigan aquí”. ¡Y así fue, efectivamente.”
Filmografía
Esta es la larga lista de películas que hizo Negrete y los años en que éstas fueron producidas:
La madrina del Diablo (1937), La Valentina (1938), Caminos de ayer (1938), Perjura (1938), El fanfarrón (1938), Juan sin miedo (1938), El cementerio de las águilas (1938), Juntos pero no revueltos (1938), Una luz en mi camino (1938), ¡Ay Jalisco, no te rajes! (1941), Fiesta (1941), Seda, sangre y sol (1942), Cuando viajan las estrellas (1942), Historia de un gran amor (1942), Así se quiere en Jalisco (1942), El peñón de las ánimas (1942), El jorobado (1943), Aquí llegó el valentón (1938), Tierra de pasiones (1943), Una carta de amor (1943), El rebelde (1943) y Cuando quiere un mexicano (1944), (1946) Si Adelita se fuera con otro (1948) Allá en el Rancho Grande (1948) Jalisco canta en Sevilla (1948) Una gallega en México (1949) La posesión (1949) Lluvia roja (1949) Teatro Apolo (1950) Me he de comer esa tuna (1944) Hasta que perdió Jalisco (1945) Canaima (1945) Camino de Sacramento (1945) No basta ser charro (1945) Siempre tuya (1950) Hay un niño en su futuro (1951) Un Gallo en corral ajeno (1951) Los tres alegres compadres (1951) Tal para cual (1952) Dos tipos de cuidado (1952) Reportaje (1953) El rapto (1953).

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