Cuando el actual Alcalde capitalino Álvaro Arzú Irigoyen desempeñó la Presidencia de la República (1996-2000), participó, en octubre de 1996, en la VI Cumbre Iberoamericana de presidentes y jefes de gobiernos que tuvo lugar en Santiago de Chile y Viña del Mar, donde Su Majestad el rey de España Juan Carlos y él se conocieron y simpatizaron, sobre todo cuando el mandatario guatemalteco anunció que su gobierno firmaría la paz con las fuerzas de la insurrección en el próximo mes de diciembre.
El Acuerdo de Paz firme y Duradera fue firmado en el Palacio Nacional de la Cultura el 29 de diciembre del mismo año y a dicho acto solemne asistió, entre numerosas personalidades internacionales, el entonces Presidente del gobierno español, José María Aznar.
Después, el rey Juan Carlos y Álvaro Arzú se volvieron a ver durante la visita oficial que el presidente de Guatemala hizo a España en 1998, acompañado de su esposa, Patricia, para recibir el Premio Príncipe de Asturias junto con Ricardo Ramírez, comandante de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, por el hecho de haber firmado la paz. Los reyes invitaron a los esposos Arzú a almorzar y el mandatario guatemalteco aceptó gustosamente la honrosa invitación, pero solicitó que, si no había inconveniente, que fuese sin ningún protocolo y no como se acostumbra hacer allá en esas ocasiones, que suelen transportar a los invitados del hotel en el que están hospedados al Palacio Real en una carroza descubierta tirada por caballos, y dijo que preferiría que fuese discretamente, sin ningún tipo de esplendor, donde ellos almuerzan en familia. Los reyes se impresionaron por la solicitud y en vez de recibirles en el Palacio Real, como a todos sus invitados, les recibieron en la casa donde ellos viven, conocida como “La Zarzuela”, y compartieron el almuerzo en su comedor familiar, y después, como sobremesa, charlaron durante largo rato de manera amigable y sin protocolo de ninguna clase.
Por esta razón fue que en esta visita oficial que el rey don Juan Carlos y la reina doña Sofía acaban de hacer a nuestro país, para corresponder a aquella actitud tan sencilla del entonces Presidente de Guatemala y actual Alcalde capitalino, cuando éste les invitó a almorzar le preguntaron dónde acostumbra almorzar él todos los días y cuando Arzú les informó que generalmente almuerza en su despacho, en el Palacio Municipal, le respondieron que aceptaban su invitación con mucho gusto pero querían que fuese en su despacho, lo cual el Alcalde aceptó.
Los reyes estaban supuestos a llegar a la cita a las 12:30, pero se adelantaron y llegaron a las 12 para compartir un almuerzo sencillo como amigos personales de Álvaro y Patricia y tres de los siete hijos de Álvaro –Roberto (alias ?el Junior?), Isabel y Álvaro hijo, porque a los otros cuatro no les fue posible asistir– y escucharon dos interpretaciones musicales, con marimba y guitarra, por el maestro Léster Godínez, a quien la reina Sofía solicitó que le enviara una copia de su interpretación del Concierto de Aranjuez y aplaudieron a un sexteto de niños, alumnos de la Escuela Municipal de Música, de entre 7 y 10 años de edad.
También estuvieron en este almuerzo los cancilleres de España y de Guatemala, los embajadores de ambos países y una Secretaria de Planificación del gobierno español que acababa de llegar a nuestro país. Los reyes de España y sus acompañantes se retiraron del Palacio Municipal de la ciudad de Guatemala alrededor de las 15 horas, sin ningún protocolo, de la misma manera como llegaron, para continuar cumpliendo su agenda oficial.
En el transcurso del almuerzo, al enterarse de las actividades de fútbol de Roberto, “el Junior”, don Juan Carlos invitó a sus anfitriones para ir a presenciar desde su palco el próximo encuentro clásico entre los equipos Real Madrid y Barcelona, el cual tendrá lugar en el estadio Bernabeu en el mes de octubre.
Antes de abandonar el llamado ?palacio de la loba?, S.M. don Juan Carlos comentó emocionado: ?Esta ciudad rebosa dinamismo y energía al sumar a su extraordinario Centro Histórico barrios modernos y cosmopolitas?. Luego informó de su intención de convertir la antigua Facultad de Farmacia de la Universidad de San Carlos en el nuevo Centro Cultural de España. Finalmente, se despidió efusivamente de su amigo Álvaro Arzú le diciendo: ?Señor Alcalde, querido amigo, le reitero la determinación de España para seguir acompañando esta paz lograda con tanto esfuerzo?. Acto seguido le dió un impresionante apretado abrazo, muy cordial, que ha sido visto por los televidentes del mundo entero porque los noticiarios internacionales lo han transmitido muchas veces.