CUMPLEAÑOS DEL GRAN LENGUA

Hoy se cumplen 114 años del nacimiento del insigne periodista, abogado, poeta, novelista y diplomático guatemalteco Miguel Ángel Asturias, Premio Lenin de la Paz en 1966, de la Unión Soviética y Premio Nobel de Literatura en 1967. En el transcurso de su vida y derivado de personajes de sus novelas también fue llamado Gran Moyas y Gran lengua.

Miguel Ángel Asturias Rosales nació en la Ciudad de Guatemala el 19 de octubre de 1899, como primer hijo del abogado y juez Ernesto Asturias Girón y la maestra de escuela María Rosales de Asturias. Los padres eran de ascendencia española y razonablemente distinguidos. Su padre podía trazar su línea familiar hasta los colonos que habían llegado a Guatemala en la década de 1660; su madre, con una ascendencia más difusa, era la hija de un coronel. En 1905, cuando tenía seis años, la familia se trasladó a la casa de sus abuelos donde vivieron un estilo de vida más cómodo.

A pesar de gozar de una posición relativamente privilegiada, el padre de Asturias se opuso a la dictadura del presidente Manuel Estrada Cabrera, quien llegó al poder en febrero de 1898 siendo ministro de Gobernación y Justicia y primer designado a la Presidencia, tras el asesinato del presidente, general Manuel María Reyna Barrios. Después de asumir provisionalmente la presidencia del 9 de febrero de 1898 al 2 de octubre del mismo año, se aferró a la Presidencia durante 22 años, hasta el 8 de abril de 1920, cuando fue destituido por el Congreso de la República tras ser declarado mentalmente incapaz para gobernar.

“No hay poder judicial; aquí yo solo soy el poder”, le dijo al juez Ernesto Asturias Girón, padre del escritor Miguel Ángel Asturias. Éste utiliza la figura de Estrada (sin nombrarla pero dando varias pistas) para su escalofriante novela El señor presidente. En cuanto Estrada Cabrera se hizo cargo de la Presidencia comenzaron a sucederse una serie de horrendos crímenes políticos, se aplicó la “ley fuga” y fueron fusiladas sin juicios previos varias personas de la oposición. Como Asturias recordó más tarde: “Mis padres eran bastante perseguidos, pero no eran conjurados, ni cosa que se parezca”. Tras un incidente en 1904, en el que el padre de Asturias, en su calidad de juez, puso en libertad a unos estudiantes acusados injustamente de causar disturbios, se enfrentó directamente al dictador y perdió su trabajo. En 1905, la familia se vio obligada a trasladarse a Salamá, cabecera del departamento de Baja Verapaz, donde Miguel Ángel Asturias vivió en la granja de sus abuelos. Fue aquí que Asturias entró en contacto por primera vez con la población indígena de Guatemala; su niñera, Lola Reyes, era una joven indígena que le contaba historias, mitos y leyendas de su cultura, las que más tarde tendrían una gran influencia en su obra.

En 1908, cuando Asturias tenía nueve años, regresó con su familia a los suburbios de la Ciudad de Guatemala. Establecieron una tienda de suministros en la avenida San José, cercana a La Parroquia, donde pasó su adolescencia. Asistió al Colegio del Padre Pedro, después al Colegio del Padre Solís. Cuando era estudiante comenzó a escribir y realizó el primer borrador de una historia que más tarde se convertiría en su mundialmente famosa novela El Señor Presidente.

Junto con otros estudiantes fundó en 1922 la Universidad Popular, un proyecto comunitario según el cual “la clase media se anima a contribuir al bienestar general, mediante la enseñanza de cursos gratuitos para los más desfavorecidos”. Pasó un año estudiando medicina antes de pasar a la facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales en la Universidad de San Carlos de Guatemala. Obtuvo su título de abogado en 1923 y recibió el Premio Gálvez para su tesis sobre la problemática de los indígenas. Recibió también el Premio Falla por ser el mejor estudiante de su facultad. Fue en la Universidad de San Carlos donde fundó la Asociación de Estudiantes Universitarios y la Asociación de estudiantes El Derecho, además de participar activamente en el periódico La Tribuna del Partido Unionista. Este último grupo fue el que en última instancia derrocó a la dictadura de Manuel Estrada Cabrera en 1920. En referencia a su obra literaria, su participación en todas estas organizaciones influenció muchas de las escenas en El Señor Presidente. Se involucró en la política y trabajó como representante de la Asociación General de Estudiantes Universitarios y viajando a El Salvador y Honduras en el desempeño de su empleo. En 1920 participó en el levantamiento popular contra el dictador Estrada Cabrera. Mientras estaba inscrito en el Instituto Nacional de Varones tomó un papel activo en el derrocamiento de la dictadura, organizando huelgas en su escuela secundaria. Asturias y sus compañeros de clase, formaron lo que ahora se conoce como “Generación del 20” .

La tesis universitaria de Miguel Ángel Asturias fue titulada “El problema social del indio”, publicada en 1923 y ese mismo año, después de recibir su título de abogado, viajó a Europa. En París estudio etnología en La Sorbona (Universidad de París) y se convirtió en un surrealista dedicado bajo la influencia del poeta y teórico de la literatura francesa André Breton. En París fue también influenciado por el círculo de escritores y artistas de Montparnasse y comenzó a escribir poesía y ficción. Durante este tiempo desarrolló una profunda preocupación por la cultura maya y en 1925 comenzó con la traducción al español del Popol Vuh, texto sagrado de los mayas, un proyecto al que se dedicó durante 40 años. También fundó la revista Nuevos Tiempos mientras estaba en París. Se quedó en París durante diez años.

En 1930 publicó su primer libro Leyendas de Guatemala. Dos años más tarde, recibió en París  el Premio Sylla Monsegur para la traducción al francés de Leyendas de Guatemala. El 14 de julio de 1933 regresó a Guatemala.

Cuando Asturias regresó a su país natal, en 1933, tuvo su primer encuentro con el dictador Jorge Ubico Castañeda y su régimen que no iba a tolerar sus ideales políticos. Ubico cerró la Universidad Popular que Asturias había fundado en 1922. En 1933 Asturias trabajó como periodista al fundar y editar una “revista” de radio o radioperiódico llamado El diario del aire. Escribió varios volúmenes de poesía en esta época, siendo Sonetos el primero, publicado en 1936.

En 1942, fue elegido diputado al Congreso de la República. Tras la caída del régimen de Ubico y la elección del presidente reformista Juan José Arévalo Bermejo en 1944, Asturias comenzó una carrera diplomática en 1946, sin dejar de escribir durante su servicio en varios países de América Central y de Sudamérica. Asturias tuvo puestos diplomáticos primero como Agregado Cultural en Buenos Aires en 1947 y después como embajador en París en 1952.

Miguel Ángel Asturias dedicó gran parte de su energía política apoyando al gobierno deñ coronel Jacobo Árbenz Guzmán, el sucesor electo de Juan José Arévalo Tras la caída del gobierno de Arbenz, el nuevo mandatario espúreo, coronel Carlos Castillo Armas, ordenó que fuera despojado de su nacionalidad guatemalteca y expulsado del país por su apoyo al anterior gobierno. Durante los siguientes ocho años, Asturias vivió en exilio en Buenos Aires y Chile. Después de un cambio de gobierno en Argentina, una vez más tuvo que buscar un nuevo país, y se trasladó a Europa. Mientras vivía en exilio en Génova, su reputación como autor creció con la publicación de su novela Mulata de Tal en 1963.

En 1966, el licenciado Julio César Méndez Montenegro fue electo presidente y rehabilitó a Miguel Ángel Asturias: le fue devuelto su ciudadanía guatemalteca y fue nombrado embajador en Francia, donde se desempeñó hasta 1970. Un año más tarde, en 1967, la traducción al inglés de Mulata de Tal fue publicada en Boston.

Más adelante en su vida, Asturias ayudó a refundar la Universidad Popular de Guatemala. Asturias pasó sus últimos años en Madrid, donde murió en 1974 y está enterrado en el cementerio de Père Lachaise en París.

El primer libro publicado de Asturias fue Leyendas de Guatemala (1930), una colección de nueve historias que exploran los mitos mayas de la época precolonial, así como temas que se refieren al desarrollo de una identidad nacional guatemalteca. Su fascinación por textos precolombinos como el Popol Vuh y los Anales de los Xajil, así como sus creencias en mitos y leyendas populares, tuvieron una gran influencia en la obra. La académica Jean Franco describe el libro como “recreaciones líricas del folklore guatemalteco, inspirándose en fuentes coloniales y precolombinas.” Para el crítico de la literatura latinoamericana Gerald Martin, Leyendas de Guatemala es “La primera gran contribución antropológica a la literatura española de América.”30 Según el académico Francisco Solares-Larrave, las historias son un precursor del movimiento del realismo mágico. Asturias utilizó escritura convencional y prosa lírica para contar una historia acerca de aves y otros animales que conversan con seres humanos arquetípicos. El estilo de escritura de Asturias en Leyendas de Guatemala ha sido descrito por algunos como “historia-Sueño-poemas”.19 En cada leyenda, Asturias atrae al lector con una furia de belleza y misterio sin ser capaz de comprender el sentido de espacio y tiempo.33 Leyendas de Guatemala trajo elogios de la crítica en Francia, así como en Guatemala. El destacado poeta y ensayista francés Paul Valéry escribió sobre el libro: “descubrí que se creó un sueño tropical, que viví con singular encanto.”

El Señor Presidente

El Señor Presidente, una de las novelas más aclamadas de Asturias, se completó en 1933 pero permaneció inédita hasta 1946, cuando salió en México como publicación privada. Como uno de sus primeros trabajos, El Señor Presidente mostró el talento de Asturias y su influencia como novelista. Zimmerman y Rojas describen su trabajo como una “denuncia apasionada contra el dictador guatemalteco Manuel Estrada Cabrera.” La novela fue escrita durante el exilio de Asturias en París. Durante la realización de la novela, Asturias se asociaba con los miembros del movimiento surrealista, así como con otros futuros escritores de América Latina, tales como el venezolano Arturo Uslar Prieto y el cubano Alejo Carpentier. El Señor Presidente, es una de muchas novelas que exploran la vida bajo un dictador de América Latina y, de hecho, ha sido proclamada por algunos como la primera novela real, a explorar el tema de la dictadura. El libro también ha sido llamado un estudio del miedo, porque el miedo es el clima en el que se desarrolla.

El Señor Presidente utiliza técnicas surrealistas y refleja la idea de Asturias que la conciencia irracional de la realidad de los indígenas es una expresión de fuerzas subconscientes. Aunque el autor nunca especifica el lugar donde la novela tiene lugar, es evidente que el argumento se ve influenciado por el gobierno del presidente y dictador guatemalteco, Manuel Estrada Cabrera. La novela de Asturias examina la forma en que el mal se extiende hacia abajo desde un poderoso líder político, por las calles y en las casas de los ciudadanos. Muchos temas, como la justicia y el amor, son objeto de burla en la novela, y escapar de la tiranía del dictador es aparentemente imposible. Cada personaje en la novela se ve profundamente afectado por la dictadura y debe luchar para sobrevivir en una realidad aterradora. La historia comienza con la muerte accidental de un alto funcionario, el coronel Parrales Sonriente. El Presidente utiliza la muerte del coronel para deshacerse de dos hombres, cuando se decide a implicarles en el asesinato. Las tácticas del Presidente son vistas como sádicas, ya que cree que su palabra es la ley que nadie debe de cuestionar. La novela entonces acompaña a varios personajes, algunos cercanos al Presidente y otros que buscan escapar de su régimen. El consejero de confianza del dictador, a quien el lector conoce como Cara de ángel, se enamora de Camila, la hija del general Canales. Bajo la orden directa del Presidente, Cara de ángel convence al General Canales que una fuga inmediata es imprescindible. Desafortunadamente, el General es uno de los dos hombres que el Presidente está tratando de implicar por asesinato; el propósito del Presidente es que el General Canales parezca culpable al ser baleado mientras huyendo. Mientras que el general es perseguido para su ejecución, su hija está bajo arresto domiciliario por Cara de ángel. Cara de ángel se ve atrapado entre su amor por Camila y su deber ante el Presidente. Aunque el dictador nunca se nombra en la obra, tiene similitudes inequívocas con Manuel Estrada Cabrera. En 1974, el dramaturgo Hugo Carrillo adaptó El Señor Presidente en una obra de teatro que fue representada tanto en el teatro de la Universidad Popular como en el Conservatorio Nacional.

Miguel Ángel Asturias se casó en 1939 con su primera esposa, Clemencia Amado. Tuvieron dos hijos, Miguel Ángel y Rodrigo. Se divorciaron en 1947. Se casó en 1950 con su segunda esposa, la argentina Blanca Mora y Araujo. Como ella era argentina, cuando Asturias fue deportado de Guatemala en 1954, se fueron a vivir a Buenos Aires donde permanecieron ocho años. Asturias dedicó a su esposa, Blanca su novela Week-end en Guatemala, contra la invasión a Guatemala encabezada por el coronel Carlos Castillo Armas orquestada por la Central Intelligence Agency (CIA) y la United Fruit Company.

Rodrigo Asturias Amado, hijo de su primer matrimonio, fue comandante guerrillero de la Organización del Pueblo en Armas (ORPA), más tarde integrante de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) y adoptó el nombre de guerra Gaspar Ilom, nombre de un indígena rebelde en la novela de su padre Hombres de maíz. Tras la firma de los acuerdos de paz en 1996 la URNG se convirtió en un partido político.

El sobrino de Miguel Ángel Asturias, periodista Gonzalo Asturias Montenegro, hijo del dos años hermano menor de Miguel Ángel publicó ayer esta columna en elPeriódico:

En el cumpleaños de Miguel Ángel Asturias

El mejor regalo que recibió por su onomástico.

Gonzalo Asturias Montenegro

El 19 de octubre estaría cumpliendo años Miguel Ángel Asturias, aquel hombre alegre, feo pero simpático, ocurrente, gran conversador, generoso, flaco de joven y gordo ya de viejo, más alto que bajo, y que tenía un gran sentido del humor.

Quiero contar cuatro anécdotas relacionadas con esta importante fecha del escritor. Tras graduarse de abogado, la familia envía a Miguel Ángel a seguir sus estudios en Europa. Cuando llega su primer cumpleaños en París, Miguel Ángel pide a su mamá que ese día haga un almuerzo en el que estén presentes, desde luego, sus papás y su hermano, su novia, Zoila Gálvez, y también algunos amigos, entre ellos David Vela. Pide que dejen su puesto vacío y que, al servir el vino, llenen la copa que le corresponde: no se ha ido de Guatemala, está presente en su país.

En 1944, Miguel Ángel celebra su natalicio con una cena a la que asisten sus parientes y amigos, cuando de pronto empiezan a oírse cañonazos y disparos por la calle. Todos los comensales se quedan estupefactos, pues no saben lo que pasa. Es la Revolución de Octubre que culmina el día 20, pero que comienza el 19 entrada la noche. Es una fiesta terminada de celebrar con cañonazos y disparos.

Cuando Miguel Ángel llega a sus 60 años, decide celebrar su cumpleaños en Guatemala. Es esta la última vez que el escritor está en nuestro país. El festejo, en la casa de su hermano Marco Antonio, es muy emotivo, y, sobre todo, alegre. No falta el canto de La Chalana y el cuento de mil historias de juventud. Miguel Ángel está feliz y se ríe a sus anchas.

Con esta ocasión, Mario Monteforte Toledo le dirige una carta de la que transcribo un párrafo, porque considero es la mejor descripción hecha de Asturias: “Sos todo lo mañoso y lo puro, lo pequeño y lo infinito de nuestra tierra. Sos trompudo como los indios y alto como los cerros; sos huevón como los hombres de la Parroquia y cuentero como las viejas de la Calle Ancha; olés a chicha y a cera de candela. Pero también olés a libro, a calle de ciudad despercudida y grande. Y es bonito que todo lo seas hasta las cachas”.

Años después, en otro 19 de octubre, pero de 1967, siendo embajador en Francia, le dan a Miguel Ángel la noticia de que la Academia sueca le ha otorgado el Premio Nobel de Literatura. Ya repuesto de la alegría inicial, comenta alegre: –Este es el mejor regalo de cumpleaños que he recibido en mi vida. Y no era para menos. ¡Salud, Miguel Ángel, Guatemala te recuerda hoy y siempre! (Fin del artículo de Gonzalo Asturias Montenegro).

Finalmente, mi respetuoso y cordial saludo a ese inmortal periodista, poeta, novelista y diplomático guatemalteco Miguel Ángel Asturias, quien en una época de su vida me honró con su amistad y mereció recibir en 1966 el Premio Lenin de la Paz de la Unión Soviética y en 1967 el Premio Nobel de Literatura de la Academia de Suecia.

Twitter: @jorgepalmieri

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