NO SE CÓMO CALIFICARLO

Les confieso que, por más que lo he pensado y repensado, todavía no he encontrado cómo diablos titular este artículo, porque no se me ocurre en qué forma calificar el hecho al cual se refiere. Todo comenzó cuando al señor Emilio Méndez, hijo del exitoso comerciante Saúl E. Méndez M., se le ocurrió la buena idea de reunir a un buen número de personas voluntarias para ir al interior de la república a convivir dos días con los compatriotas más menesterosos, y llamó al proyecto “Despertemos Guatemala”. Lo que les propuso fue compartir la experiencia de convivir poco más de un día con familias en condiciones de extrema pobreza y desnutrición. A lo cual se unieron el Presidente y la Vicepresidenta de la República, general Otto Pérez Molina  y Roxana Baldetti Elías, respectivamente, quienes a su vez convocaron a los ministros de Estado y juntaron seis mil 272 voluntarios, entre ellos 500 trabajadores estatales, que fueron transportados la mañana del sábado en autobuses a esas comunidades pobres del país que habían sido escogidas previamente y regresaron al día siguiente a partir de las 14 horas al estadio Mateo Flores, después de haber compartido con esos pobladores sus carencias y sus quehaceres. El general Pérez Molina cortó leña y cargó sobre su espalda unos chiribiscos para el fuego del horno de la cocina, mientras que la señora Baldetti cargó un “tanate” en su cabeza, como lo hacen esas pobres mujeres, y se puso a tortear o sea a hacer tortillas de maíz que luego echó sobre un comal. Pero a nadie engañan con tratar de hacer creer que llegaron a esos lugares de pronto, sorpresivamente, porque cualquiera que conozca un poco cómo se hacen esas cosas sabe que antes de que llegaran habían llegado los “adelantados” que, sin duda, se encargaron de preparar el terreno para que los visitantes encontrasen todo en orden. Esta especie de mascarada me hizo recordar cuando el 12 de diciembre, Día de la Vírgen de Guadalupe, visten a los niños con trajes típicos indígenas, lo que ya se vuelto parte del folclore nacional

Según el principal titular de la portada del órgano del gobierno, Diario de Centroamérica, la insólita experiencia dejó una “SATISFACCIÓN TOTAL tras convivencia con los más pobres. Y agrega: “Después de dos días de compartir con familias de escasos recursos del altiplano, el equipo de gobierno quedó conmovido y con fuerzas para seguir trabajando a favor de los grupos vulnerables”. Y en una de las fotos vemos a la señora Vicepresidenta enjugando una lágrima y en otra foto al general Pérez Molina montando un caballo blanco seguido de varios guardaespaldas y el pie de foto que dice lo siguiente: “MUCHO QUE DAR. El presidente Otto Pérez y la vicepresidenta Roxana Baldetti trabajaron a la par de los más necesitados“. Y en las páginas interiores hay un largo reportaje firmado por Jakelinne Castillo y Pedro Yax en el que abundan los ditirambos y predominan estas dos fotografías que dan testimonio gráfico de la forma como los dos más altos funcionarios públicos compartieron durante algunas horas las tortillas, los frijoles y los quehaceres de los compatriotas en extrema pobreza que visitaron.

El general Otto Pérez Molina, Presidente de la República, cargando un trozo de madera para hacer leña con su reloj Rolex en la muñeca. ¡Qué contraste!

Los pies de fotos en la primera página de este desvergonzado reportaje dicen:

RECOGIENDO agua del pozo en la aldea Vixbén, en Huitán, Quetzaltenango, donde el presidente convivió con la familia Vásquez Lucas.

LA PRESENCIA del gobernante no pasó desapercibida.

EL MANDATARIO almorzó papa cocida, tortilla de comal y chirmol de chiltepes en la casa de la familia de Diego Velásquez Lucas.

Los pies de fotos en esta página dicen lo siguiente:

LA VICEPRESIDENTA llegó al campo a trabajar con los pobres.

Roxana Baldetti colaboró con la limpieza del frijol para la cena.

ECHÓ TORTILLAS en el comal, que después acompañaron el almuerzo.

Acompaña a doña Adela para vender chipilín.

Visita la casa de Adela Camey, madre soltera con cinco hijos, y le ayuda en los quehaceres domésticos.

Llega a la aldea San Antonio Las Flores, Sumpango, Chimaltenango.

Durante el almuerzo, la vicemandataria compartió tortillas y frijoles con la familia de Adela Camey, madre soltera con cinco hijos.

Mi comentario: con el debido respeto y sin ánimo de mofarme de este hecho, a todas luces demagógico populista, no puedo resistir el deseo de expresar que, más que algo digno de encomio, me parece una burla cruel a la inmensa mayoría de nuestro pueblo que integra “la otra Guatemala”. Porque no me es posible concebir que a estas alturas, el general retirado Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti, Presidente y Vicepresidenta del país, respectivamente, ignorasen la triste realidad del país. Sobre todo el Presidente, porque no dudo que durante su larga carrera militar haya recorrido varias veces el territorio guatemalteco, particularmente cuando fue Jefe de la Inteligencia Militar (G-2) y en el régimen siguiente, cuando fue Jefe del Estado Mayor Presidencial del presidente Ramiro Deleón Carpio y, en especial, durante el conflicto armado interno, cuando él encabezó a las tropas para combatir a la subversión guerrillera. Y en esas oportunidades habrá podido constatar la situación de extrema pobreza y abandono que comparte una buena parte de nuestra población. ¡Además es kaibil! Por otra parte, durante la pasada campaña electoral del año 2007, cuando perdió las elecciones que en mala hora ganaron el ingeniero Álvaro Colom Caballeros y su esposa Sandra Torres Casanova, (de ingrata recordación); y creo que durante los cuatro años del período constitucional de ese desastroso gobierno, seguramente se dedicó a recorrer el país de norte a sur y de oriente a poniente haciendo proselitismo para la campaña política y electoral del 2011 que esta vez sí ganó. Y se puede decir lo mismo de la vicepresidenta Roxana Baldetti, que como Secretaria General del Partido Patriota (PP), ahora en el poder, como diputada, jefa de la bancada de diputados de su partido, es indudable que ha recorrido varias veces todo el territorio nacional para solicitar los votos que les dieron el triunfo y les tiene en el poder. Pero de ellos no se espera que demuestren que saben tortear y cortar leña, sino que se ocupen de gobernar para tratar de solucionar, hasta donde les sea posible en el transcurso de su gestión, esa dura situación que no debe continuar así per secula seculorum.

Y si no estaban enterados de que esta es la cruda realidad del país, en pleno Siglo XXI, no puedo explicarme en qué país han vivido. Porque no creo que alguien ignore que existen dos Guatemalas: una que es la de la capital y las cabeceras departamentales y lugares tan bellos como los lagos de Atitlán y de Izabal y el Río Dulce y los  proyectos de fastuosas casas de recreo, como Juan Gaviota, en las playas del Pacífico, a los cuales no tienen acceso esos pobres porque ni siquiera se les permite el ingreso; y otra Guatemala es la del campo, y no creo que pueda haber una sola persona que ignore que todos esos infelices compatriotas que habitan esas tierras han vivido en el más injusto abandono de los sucesivos gobiernos, tanto militares como civiles, y de los sectores económicos poderosos, a los cuales han contribuído con su trabajo miserablemente remunerado para que ellos puedan gozar de una vida principesca. Y no hay que olvidar que algunos de esos adinerados terratenientes, caficultores y azucareros, que tienen grandes fortunas, ni siquiera pagan el salario mínimo. Me atrevo a decir que quienes todavía no conocen estas condiciones es porque están ciegos y sordos, o viven en Babia. No es necesario que haya desastres naturales para que afloren esas cosas en una extensa parte del territorio nacional.

No dudo que haya sido buena y sincera la intención del Presidente Otto Pérez Molina y de la Vicepresidenta Roxana Baldetti. Pero lo que hicieron es indignante viniendo de los dos más altos mandatarios de nuestro país. Pero muy bien, si no conocían esa situación, ahora que ya lo conocen, ¿qué van a hacer para que ya no duerman en el suelo de tierra y para que vivan en mejores condiciones? ¿Van a crear más burocracia? ¿Otro ministerio? Porque si en verdad desconocían esa grave situación, no sé qué carajos están haciendo ocupando esos altos cargos y me arrepiento de haber votado por ellos y de haber escrito varios artículos apoyándoles. Cuando voté por ellos creía que estaban al tanto de la situación del país, de la cruel miseria en la que sobreviven injustamente nuestros compatriotas que duermen en el suelo de tierra. “Nunca había vivido algo así. Nunca imaginé que la gente no tuviera cama, creí que sería quizá algo viejo de resortes. pero no en el suelo. Cuando llueve este se moja y tienen que poner más nailons”, dijo con la voz entrecortada a los redactores y corresponsales del diario Prensa Libre Indira Mejía de 25 años, al descender del bus que la trajo desde la aldea Guineales, Santa Catarina Ixtahuacán, Sololá. “La familia que visité no tiene camas, duerme en el suelo y éste no es plano, tiene bodoques de tierra, que hasta para caminar son incómodos, no digamos para dormir“, añadió. Según el reportaje de Prensa Libre, Nadia Contesti, coordinadora de un grupo de 86 voluntarios, aseguró que la mayoría regresó con una visión distinta de la realidad. “Decían frases como ‘Yo sabía que Guatemala no estaba bien, pero no tenía idea de qué tan malo podía ser'”, añadió.

Y un ex guerrillero que estuvo muchos años en la montaña durante la estéril lucha fratricida que no condujo a nada, me dijo entre risas: “Ahora ya saben por qué fue que peleamos para tratar de cambiar radicalmente la situación del país”. ¡Y no supe que contestarle! Pero sí sé qué es lo que se le debe decir a la joven, incensata e inmadura columnista de Siglo.21 Alejandra Marroquín Rey Rosa, nieta del insigne periodista y patriota Clemente Marroquín Rojas, quien hoy se permitió publicar en su columna un artículo titulado “Paisito de mierda…”, en el cual también califica de mierdas a todos los guatemaltecos. Pero no lo haré porque creo que eso le corresponde hacer a su papá, el periodista Gonzalo Marroquín Godoy, presidente de la empresa propietaria de ese medio de comunicación y ex presidente de Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), quien no me explico por qué dio cabida en su sección editorial a semejante falta de respeto de su hija a nuestra patria que, como quiera que sea, con todo y sus condiciones, es nuestra patria; y, si no se la ama, como se debiera, al menos se la debe respetar. Hace algunos meses, otro periodista incensato, probablemente bajo los efectos del canabis índica, se atrevió a calificar de la misma forma a nuestra patria en una columna en elPeriódico, y también protesté por ello y le dije un par de cosas que no quiero repetir en esta oportunidad a una descendiente de periodistas que me merecen respeto.

El genial caricaturista Fo, de Prensa Libre, interpretó muy bien –como lo hace siempre– esta inaudita actividad demagógica, que no me atrevo a calificar de payasada o farsa o populista, con esta caricatura con la que pongo punto final a este artículo que hubiese preferido no haber tenido que escribir.

Twitter: @jorgepalmieri