Anunciado como VII Noche Cívica 2007 y ?el debate presidencial más importante de la campaña?, ayer tuvo lugar, en el Gran Teatro Nacional Miguel Ángel Asturias, a partir de las 19:30 horas, el espectáculo organizado por el diario Prensa Libre, la Asociación de Gerentes de Guatemala (AGG) y el canal de televisión Guatevisión, que consistió en la presentación de los seis candidatos presidenciales que, entre los 14 que van a participar en la elección, el próximo 9 de septiembre, han obtenido mayor intención de voto en las encuestas, que son: el ingeniero Álvaro Colom Caballeros, postulado por el partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), el general Otto Pérez Molina, postulado por el partido Patriota (PP), el doctor Alejandro Giammattei Falla, postulado por el partido Gran Alianza Nacional (GANA), la doctora honoris causa Rigoberta Menchú Tum, postulada por el partido Encuentro por Guatemala (EG), el doctor en Matemáticas y Rector de la Universidad Galileo, Eduardo Suger Cofiño, postulado por el Centro de Acción Social (CASA) y el señor Luis Rabbé, postulado por el partido Frente Republicano Guatemalteco (FRG).
Digo ?el llamado debate? y lo he calificado como ?espectáculo? porque, según el diccionario de la Lengua Española de la Real Academia, debate es ?controversia, discusión. // 2.Contienda, lucha, combate? y debatir significa ?altercar, contender, discutir, disputar sobre una cosa. // 2. Combatir, guerrear? y, en este caso, no hubo discusión alguna, porque los protagonistas se limitaron a responder a las preguntas que les fueron planteadas primero por el “moderador” y después por los miembros de un panel compuesto por el presidente de la AGG Jean Paul Rigalt y los periodistas Haroldo Sánchez, director del telenoticiario de Guatevisión y Gonzalo Marroquín, director de Prensa Libre, pero no hubo discusión entre ellos.
Sin embargo, los organizadores del llamado ?debate? cobraron a los socios de la AGG Q.70.00 en la platea, Q.60.00 en el balcón 1 y Q.50.00 en el balcón 2; y a quienes no son socios de la AGG Q.90.00 en platea, Q.80.00 en el balcón 1 y Q. 70.00 en el balcón 2, que ?como ya expliqué- consistió en la presentación de esos seis candidatos a la Presidencia de la República que, cada quien en su turno, se limitaron a responder a las preguntas que les fueron planteadas por el ?moderador internacional” mexicano Leonardo Kourchenko, que trabaja en la empresa Televisa, y fue escogido para garantizar la imparcialidad, porque no tiene ninguna preferencia. Y, dicho sea de paso, así se comportó, con la debida seriedad, aunque no se le puede calificar de “moderador” porque, repito, no hubo una discusión entre los candidatos.
Tengo entendido que la principal intención de este supuesto ?debate? fue tratar de convencer de votar por alguno de ellos a quienes todavía están indecisos, pero sospecho que ese resultado no se produjo debido a que cada uno de los seis participantes no hizo más que repetir lo que han venido diciendo y repitiendo durante la campaña electoral. A menos que algunos votantes que aún están indecisos hayan decidido por quién de ellos votarán en la primera vuelta electoral por el simple hecho de haberles visto cómo reaccionaron ante las preguntas que les fueron planteadas, y esto les permitió sacar conclusiones del carácter y la personalidad de cada uno, porque creo que las personas con conocimientos de sicología habrán podido hacerlo al ver la manera tan exaltada como habló el doctor Giammattei, candidato del partido en el gobierno, sobre todo cuando respondió en forma airada a alusiones de Rabbé sobre la mala situación en la que tiene sumido al país el actual gobierno; o las sonrisas y alusiones burlonas de Rabbé, candidato del partido FRG para señalar la incapacidad manifiesta del gobierno de Berger y Stein; o el estilo reinvidicativo de Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz, cuando señaló que algunos de los candidatos habían ?acarreado porras? y agregó que ?así no se vale?; o el estilo docente del doctor Suger que sentó cátedra cuando abordó varios temas; o el estilo serio, de estadistas, en que dieron sus respuestas los candidatos que tienen el primero y el segundo lugar en la intención de voto y es probable que serán quienes competirán en la segunda vuelta del 4 de noviembre, Álvaro Colom y Otto Pérez, respectivamente.
Se podría decir que, en general, los seis candidatos actuaron tal como ellos son y se esperaba de ellos. Por eso digo que Giammattei, por ejemplo, respondió con gritos destemplados y en tono agresivo, que son características reconocidas de su mal carácter e inestabilidad emocional, pero insistió en repetir con obvio maniqueísmo que en Guatemala ?los buenos? son más numerosos que ?los malos?; la señora Menchú aprovechó la oportunidad para señalar con toda franqueza algunas de las lamentables discriminaciones que aún existen en nuestro país por el género y la raza de las personas; Rabbé trató de manera burlona y sarcástica de defender y justificar la actuación del gobierno anterior en comparación al actual, a pesar de ser ésta una posición indefendible, y afirmó varias veces que hace cuatro años estábamos mejor que hoy; el general Pérez Molina pretendió justificar la ?mano dura? que ha venido promoviendo en su campaña porque creo que ignora lo que históricamente significa un gobierno con esa característica; el doctor Suger habló como un maestro, y fue el único que tuvo el coraje y la dignidad de decir que es vergonzoso que un gobierno reconozca su incapacidad para combatir la delincuencia y la impunidad y tenga que pedir ?una mano de ayuda” a una organización internacional, y se burló justificadamente de quienes hablan de lo que no saben sobre la realidad nacional; y Colom se comportó como un político correcto y responsable al rechazar con energía la velada insinuación que contenía la pregunta que le hizo el periodista Gonzalo Marroquín, director de Prensa Libre, sobre las acusaciones que se han hecho en campañas negras de que en las filas del UNE hay elementos señalados de estar vinculados al narcotráfico y la delincuencia, pero le aconsejo que no mueva tanto las manos de arriba para abajo cuando habla porque parece que está dirigiendo una orquesta.
Cada uno de los seis participantes dio lo que tenía que dar, cada quien se dibujó de cuerpo entero, y tengo que reconocer que me sorprendió favorablemente la forma como habló la compatriota indígena que obtuvo en 1992 el premio Nobel de la Paz, porque es impresionante lo bien que se expresa en español, a pesar de que ésta no es su lengua materna, sin embargo, cuando se refirió a que la represión dejó enlutado al país, empleó la expresión ?enlutecido? la cual no existe en español.
En resumidas cuentas, el espectáculo consistió, básicamente, en la reiteración de lo mismo que han venido diciendo y repitiendo hasta el cansancio estos seis candidatos presidenciales en sus campañas publicitarias.
Para muchas personas, las dos horas que duró el llamado “debate” fueron aburridas, pero quien más convenció de su calidad intelectual fue el doctor Suger, aunque no parece que le será posible ganar la elección por estar postulado por un pequeño partido que no tiene la capacidad electoral de los partidos más organizados, como el UNE, el Patriota y el FRG. Pero hay que reconocer que tanto Colom como Pérez también hicieron un buen papel en el ?show?.
Si los siguientes ?debates? que se anuncian van a consistir en lo mismo que éste, creo que no vale la pena que los candidatos pierdan su valioso tiempo participando en ellos, y sería mejor que lo dediquen a atender sus respectivas campañas.