Hasta el último momento en que ha estado en problemas con la justicia –en la cárcel en Guatemala y en Estados Unidos–, su ex esposa Evelyn Morataya le ha seguido con toda la atención, cual si fuese una moderna Penélope, la esposa de Ulises, rey de Itaca. Pero ha dicho que ella volverá a la Ciudad de México con su hija Gabriela, esperando que el ex presidente regrese también a ese país. Ha olvidado que él fue expulsado de México por la Procuraduría General de la Nación (PGN) cuando fue extraditado a Guatemala y, por lo tanto, no puede volver a ingresar a ese país, a menos que sea clandestinamente.
Misa de “Acción de Gracias” por regreso de Portillo
Foto de los asistentes a la misa de “Acción de Gracias” ¿Gracias de qué?
SAAS cuidará a expresidente
Varios agentes de seguridad llegarán al aeropuerto para esperar a Alfonso Portillo, quien gozará nuevamente de ese beneficio.
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Alfonso Portillo prevé dar una conferencia de prensa.
CIUDAD DE GUATEMALA – La Secretaría de Asuntos Administrativos y de Seguridad (SAAS) retomará mañana la protección que le brindaba al expresidente Alfonso Portillo antes de que este dejara el país.
José Alfredo Pimentel, jefe de la SAAS, recordó que las leyes obligan a esa entidad a proteger al presidente, al vicepresidente y las familias de estos, y de manera vitalicia a quienes ocuparon esos cargos, mas no a sus familiares.
“Por tal motivo, el día que el señor expresidente Portillo regrese a Guatemala se le tendrá que brindar, por deber constitucional, la seguridad del caso”, dijo el funcionario, quien, por seguridad, evitó precisar el número de agentes que serán asignados.
Al momento de encontrarse un exgobernante en el país, de manera automática se le debe brindar protección, sin que la solicite.
Pimentel explicó que la coordinación para que la SAAS proteja a Portillo desde su llegada al aeropuerto se efectúa con el equipo cercano y familiares del exmandatario.
Si Portillo no desea recibir seguridad de la SAAS, debe hacerlo saber por escrito al jefe de esa dependencia.
Convocatoria
El Frente Nacional Portillista convocó en sus redes sociales a participar en actividades de bienvenida al expresidente.
Ayer a las 12 se ofició una misa de Acción de Gracias en la iglesia San Agustín, a la que asistieron cuatro gatos, y mañana habrá una concentración en el aeropuerto.
¿Por qué Portillo?
La popularidad que algunos, ajenos a la realidad, no logran explicarse.
Las cosas no ocurren porque sí y la popularidad del expresidente Alfonso Portillo, aunque algunos no lo entiendan o, quizás, no quieran comprenderlo, es más que razonable y, así, ¿Por qué no habría de serlo e, incluso, inmensa, cuando la canasta básica, a lo largo de todo su gobierno, se sostuvo a precios accesibles, tal el caso del pollo, algo que también ocurrió con el azúcar y, en general, con los distintos productos que la integran?
¿Explicación?
Pues muy sencilla, sin ser un liberal, el expresidente Alfonso Portillo ha sido el único mandatario que a la usanza de un verdadero liberal, liberal clásico ¡Claro está! combatió los monopolios, los oligopolios y las demás perversiones y corruptelas que natural, o artificialmente, se dan en el mercado. (Bien saben de todo esto los “neoliberales, comprometidos hasta las cachas con el mercantilismo que nos rige)
¿El resultado?
Competencia en el pollo y el azúcar, y el cemento y la cerveza, por ejemplo y ¡Horror! precios más bajos para todos.
Durante su gobierno, por otra parte, fueron sistemáticamente elevados los salarios mínimos y pudo darse, así, un fenómeno poco importante para algunos pero que fue crucial para las grandes mayorías: el mejoramiento de la capacidad adquisitiva.
¿Todo perfecto durante el gobierno del expresidente Alfonso Portillo? En absoluto y tiene pasajes lamentables y sumamente oscuros, tal, por ejemplo, el atentado sufrido por Jose Rubén Zamora y su familia, pero se trató de un mandatario que fue consecuente con sus electores y que, en una u otra forma, se preocupó, con resultados, por el día a día de los guatemaltecos más sencillos, inadvertido para aquellos que no lo necesitan y que, precisamente hoy, son quienes no logran comprender la popularidad que le acompaña.
El monopolio del cemento pudo resolverse a través del acuerdo alcanzado por el mandatario y Enrique Novella, hombre de bien, justo y razonable, que presidía el cemento nacional, un acuerdo absolutamente liberal consistente en que dejaría de haber cualquier limitación para la libre competencia pero, también, por elemental congruencia, precio preferencial para el Estado.
La entrega de fertilizantes tuvo sentido, finalmente, y se entregaron a tiempo y en cantidades suficientes, algo que favoreció muchísimo a la Guatemala profunda que no vemos –o que no queremos ver– y que fue una no fácil aventura, asolada su compra y distribución por la corrupción y la ignorancia inveteradas, Edín Barrientos, providencial, su tardío ministro de Agricultura, el hombre que– pudo hacer que funcionara.
¿Por qué es popular, Alfonso Portillo? ¿Por qué, después de cuanto le ha pasado, es más popular, incluso?
Quien no logre comprenderlo, no comprende Guatemala, ni comprende lo que significa el hambre, la enfermedad y la ignorancia: y que si bien es justo que –en libre competencia– algunos tengan mucho y otros menos, lo que no es justo que esto venga a darse, sin haberla, por los ocultos privilegios mercantilistas que deforman el mercado.
Regresa Alfonso Portillo, además, ridiculizada la acusación que se le hiciera –reducido todo a los cheques de Taiwán, dinero este que no nos pertenece, y ni siquiera a estos, sino a la confesión que rindiera para recuperar la libertad. (No puede haber pactos, bien lo dijo el expresidente Nelson Mandela, sino entre hombres libres).
Es posible, además –también explica su popularidad– que el grueso de nuestra población vea la condena del expresidente como el triunfo de un guatemalteco –no como un triunfo el que se le haya procesado pero sí, el resultado que se diera –mediando en la acusación los mejores investigadores del mundo y la más prestigiosa fiscalía, el sistema de justicia más notable– incapaces de probarle absolutamente nada, inconsistente toda la acusación, finalmente, si no hubiera sido por su confesión, prestada en cautiverio.
Siempre temí por la inexperiencia del presidente Portillo al frente del Estado, ese tener que tomar decisiones todos los días, inspirado o no, pero bien merece una segunda oportunidad como me permití compartirlo, en su momento, con el Juez Robert Patterson, ¿No existe la redención, acaso?
Su rendición de cuentas en el futuro tendrá que ser, eso sí ¡Qué terrible reto para el expresidente Alfonso Portillo! sobre cinco talentos.” (Fin del artículo de Acisclo Valladares Molina)
Mi comentario: esta vez tiene razón el licenciado Acisclo Valladares Molina. Pero es innegable que al final de cuentas ha sido un excelente negocio para Alfonso Portillo haber robado tanto dinero –no solo lo de los cheques de Taiwán, que para salir libre tuvo que devolver a la justicia estadounidense–, sino todos los millones extraídos del ministerio de la Defensa y depositado en el Crédito Hipotecario Nacional, de donde fue sustraído por las noches por militares que trabajaban en su Estado Mayor, sin olvidar los constantes viajes a Panamá de su sobrino Juan Pablo Riley y de su entrañable amigo y secretario Julio Girón, para purgar corto tiempo en la cárcel y salir siendo multimillonario y vivir el resto de su vida como tal en el barrio del Tamarindal de Zacapa, rodeado de sus admiradores y lambiscones. Portillo ha recobrado la libertad y regresa a su tierra como si fuese un “triunfador”, después de haber pasado corto tiempo en cárceles de los Estados Unidos, primero en Nueva York y después en Englewood, Denver, Colorado, para ser recibido como una especie de “héroe” nacional. ¡Qué poca vergüenza de país! ¡No cabe duda de que cada país tiene los gobernantes que se merecen! ¡Pobre Guatemala!
Refiriéndose a las palabras del Arzobispo Metropolitano, monseñor Vian, durante su homilía del domingo, Alfonso Portillo le dijo a su hermana: “Jesucristo no vino a este mundo por santos como monseñor Vian, sino por pecadores como yo”. Y el colmo es que la controversial Rigoberta Menchú Tum, “premio Nobel de la Paz” le da la bienvenida y agrega que “espera que lo dejen tranquilo tras cumplir su condena”. Es indudable que cada oveja busca su pareja. Me niego a aceptar que tuvo razón el periodista Andrés Zepeda cuando calificó a nuestra patria como “un paisito de mierda”. ¡Qué triste!