William Brownfield vino a aplacar los ánimos $$$$$$$$$
El título de este artículo obedece a una expresión norteamericana que dice “There is no free lunch”, que traducido al español quiere decir “No hay almuerzo gratis”, para expresar que nada es regalado y todo se tiene que pagar. El Secretario de Estado Adjunto ante la Oficina de Asuntos de Narcóticos Internacionales del gobierno de Estados Unidos, señor William Brownfield, ha venido a Guatemala en visita oficial por tercera vez. El Departamento de Estado de EE. UU. informó por medio de un comunicado que míster Brownfield discutirá en Guatemala “asuntos de cooperación y seguridad ciudadana en relación con la Iniciativa Regional para la Seguridad en Centroamérica (CARSI)” y “sobre el compromiso de Estados Unidos para apoyar los esfuerzos de Guatemala para fortalecer sus leyes”.
Por otra parte, es evidente que la intempestiva visita del señor Brownfield ha venido a aplacar el rechazo e indignación que provocó el desafortunado boletín de prensa del embajador de ese poderoso país, señor Arnold Chacón, al decir que “La embajada está estudiando el amparo provisional de la Corte de Constitucionalidad con respecto al plazo del término de Funciones de la Fiscal General”. Y agrego: “Estamos en espera de su fallo final. En todo caso, continuaremos siguiendo muy de cerca el proceso de postulación”. Lo cual, de acuerdo a lo estipulado en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, se puede calificar como diplomáticamente incorrecto, por cuanto constituye una injerencia en los asuntos internos de Guatemala como lo es la decisión unánime de los cinco magistrados de la soberana Corte de Constitucionalidad de Guatemala. Y no se debe permitir una injerencia ni siquiera viniendo del embajador del poderoso imperio hegemónico.
Pocos días antes, el Presidente de la República, general (retirado) Otto Fernando Pérez Molina henchido de amor patrio, había soltado de su ronco pecho rayos y centellas contra un asesor del Senador por el Estado de Vermont Patrick Leahy por haber pasado en el Senado de ese país como condición para dar ayuda a Guatemala una serie de requisitos tales como que se permita que los ciudadanos estadounidenses puedan adoptar niños guatemaltecos sin muchas dificultades como las que actualmente se imponen, y que el Estado de Guatemala cumpla con la promesa de dar resarcimiento a los campesinos que fueron desplazados del área en la que se construyó la hidroeléctrica de Chixoy. El mandatario guatemalteco declaró enfáticamente que no va a tolerar que le dicten lo que se tiene que hacer en nuestro país que “es libre y soberano” (aunque ustedes y yo sabemos que esto tiene sus “asegunes”, como lo ha demostrado la Historia).
Este fue el Boletín de Prensa de la Embajada de los Estados Unidos:
No satisfecho con haberlo dicho por escrito en ese Boletín de Prensa, el embajador Arnold Chacón lo expresó también personalmente en un mensaje al pueblo de Guatemala por televisión
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Sin embargo, el Secretario de Estado Adjunto William Bownfield vino de inmediato con otra tónica muy distinta. Y trajo consigo varios millones de dólares para repartir en Guatemala. Entre ellos unos cuantos para mejorar las condiciones económicas de la CICIG. Hablando perfecto español, producto de haber sido anteriormente embajador en Venezuela, en Colombia y en Chile, llegó diciendo concretamente que tanto los Estados Unidos como la comunidad internacional son respetuosos de las decisiones soberanas que adopten las cortes de justicia de Guatemala, cualesquiera que éstas sean. A la vez que soltó unos cuantos millones de dólares para endulzar el mal sabor de boca que causaron las desafortunadas declaraciones del embajador Chacón. Asimismo, fue oportuna la ocasión para recordarnos que antes había donado varios millones de dólares al ministerio de Gobernación para el mantenimiento de los helicópteros que con anterioridad había donado su país para las operaciones policiales para la lucha contra el narcotráfico. Lo cual significa, ni más ni menos, que ha quedado totalmente en el olvido el anunciado propósito del presidente Pérez Molina de “legalizar” las drogas que anunció pocos días después de haber asumido el alto cargo que desempeña.
Entre las muchas cosas que dijo, exaltó la admiración que en su país se tiene por el trabajo que ha desempeñado la doctora Claudia Paz y Paz Bailey en el cargo de Fiscal General del Ministerio Público. Lo expresó con reiteración para que no quedara ni la menor duda de que al gobierno de su país le gusta que la controvertida funcionaria continúe en el cargo a pesar de la resolución de la Corte de Constitucionalidad que aclara que su período termina en mayo y no en diciembre.
Aprovechando la visita del Secretario Adjunto Brownfiel, fue publicado en una página de campo pagado en elPeriódico un documento que contiene graves acusaciones contra el ambajador estadounidense Arnold Chacón, la Fiscal General Claudia Pay y Paz y otras personas de parte de la ex Fiscal de Huehuetenango Gilda Isabel Aguilar. Dicho documento dice lo siguiente:
Al Oído de los Estados Unidos:
Señores,
Considero que las declaraciones recientes de su embajador en Guatemala, Arnold Chacón, del 6 de febrero de 2014, son una interferencia flagrante y completamente inaceptable en nuestros asuntos internos de Guatemala.
La Fiscal General de Guatemala, Claudia Paz y Paz, ha cubierto de impunidad a los grupos que políticamente le son afines y que se ocultan tras el muro falaz de supuestamente defender “derechos humanos”. En realidad, son los remanentes de las guerrillas que continúan en sus actividades subversivas y criminales, a pesar de haberse comprometido a no hacerlo al firmar los Acuerdos de Paz del 29 de diciembre de 1996.
Entre ellos, me consta, figuran las bandas de Daniel Pascual, conocido dirigente del Comité de Unidad Campesina (CUC), y de Byron Tello, condenado a solo seis años de cárcel después de ser acusado de haber secuestrado a una menor de edad y cometido adicionalmente el delito de “violencia contra la mujer”. Yo había pedido 50 años de cárcel para el acusado cuando estaba al cargo del caso, y posteriormente cuando el tribunal le dio únicamente seis años, el Ministerio Público no apeló. A pesar de las agresiones verbales y amenazas en mi contra por parte de ellos, y porque el Ministerio Público rehusó investigarlos, me vi forzada a presentar querella ante los tribunales de justicia contra Pascual y Tello, por haber atentado contra mi propia vida.
Mientras Paz y Paz protege a esos grupos no obstante los delitos que hayan cometido, incluidos asesinato, secuestro y violación, la Fiscal General Paz y Paz ha perseguido en cambio a los propios operadores de la justicia –fiscales, policías, jueces y hasta militares con órdenes de cooperar con la justicia–, cuando en el cumplimiento de sus deberes incluían entre los sospechosos a esos grupos tan de la preferencia de la Fiscal General.
El efecto de ésta a un tiempo protección de criminales y persecución a funcionarios, ha sido restarle poder a las autoridades legítimas y pasarle a tales grupos al margen de la ley y armados la autoridad de facto sobre la población civil en diversos puntos del país.
Dijo, además, el Embajador Chacón, “Es un privilegio para mi gobierno contar con un socio como la Doctora Paz y Paz.” Esta confesión alienta todavía más a los grupos criminales protegidos por Paz y Paz y desalienta a todos los operadores decentes de justicia.
Encima, el Embajador Chacón sabe de mi caso personal desde el año 2012, y también ha de saber del antejuicio que presenté contra la Fiscal General Paz y Paz el 8 de enero del 2014 por los delitos de denegación de justicia e incumplimiento de deberes relacionados a la investigación que maliciosamente hizo Paz y Paz para encubrir a los verdaderos responsables del atentado contra mi vida, en el que por cierto, mi custodio de la Policía Nacional Civil, Samuel Xitimul Gonzáles, fue herido de una bala que todavía no le ha podido ser extraída.
El Embajador Chacón rehusa hablar conmigo, supongo que para mantener su apoyo tan descarado a Paz y Paz sin tantos remordimientos de consciencia. El embajador y el gobierno que él representa, habrían de apoyar mis pretensiones al debido proceso en vez de ignorarme.
¿En qué se fundamentan? ¿A caso soy un obstáculo a sus objetivos políticos coyunturales? Si así fuere, su actitud es, reitero, del todo ofensiva e inaceptable.
Por sus flagrantes e ilegítimas intromisiones en los asuntos internos en nuestro país, me permito recordarles una reciente declaración de la Subsecretaria de Estado Roberta Jacobson, que “un Estados Unidos imperialista es algo del pasado, verdaderamente del pasado”
¿Verdaderamente?
Por todo lo arriba dicho,
YO ACUSO
al Embajador Arnold Chacón, a la Subsecretaria de Estado, Roberta Jacobson, a la ex Secretaria de Estado, Hillary Clinton, al actual Secretario de Estado, John Kerry, y al mismo Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, de haber emprendido una política de imperialismo nuevo hacia Guatemala.
Ex Fiscal Gilda Isabel Aguilar
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Twitter @jorgepalmieri