MISCELÁNEA 03/06/2010

* Infundadas especulaciones sobre el hundimiento en zona 2

Foto aérea del hundimiento en la zona 2

Los recientes eventos naturales que azotaron nuestro país, han dejado huellas realmente impactantes y conmovedoras, entre carreteras y puentes total o parcialmente destruidos, derrumbes y deslaves que han arrasado con todo lo que muchos guatemaltecos poseían.
La ciudad de Guatemala no ha estado fuera de esta dramática situación nacional. Las erupciones del volcán Pacaya, junto a los vientos del sur, trajeron toneladas de arena volcánica y cenizas a nuestra capital, cubriendo por completo las calles, techos, jardines; en fin, todo. El pasado jueves por la noche la ciudad se cubrió por una lluvia negra y el amanecer del viernes nos mostró una escena jamás antes vista en la ciudad: una alfombra negra de más de 5 cms de arena volcánica cubriendo por completo toda superficie.
Un día después, llegó Agatha, que comenzó como una depresión tropical con vientos huracanados que subió a tormenta y bajó su intensidad nuevamente para volver a ser una depresión. Sin importar el nombre que se dé a su categoría, fue un fenómeno natural que trajo consigo grandes cantidades de lluvia con vientos huracanados.
A tan sólo un día de haber sido cubierta por arena, nuestra ciudad recibió lluvia suficiente para lavar una buena parte de esa arena, pero no fue una ayuda para los trabajos de limpieza que ya la Municipalidad de Guatemala estaba realizando, sino, más bien, fue un gran problema para la infraestructura de la ciudad, pues esa arena fue lavada a los tragantes por las corrientes de agua causadas por la lluvia, generando otras complicaciones por saturación.
Según lo que dijo el Presidente de la República, Agatha trajo más lluvia de la que había recibido nuestra ciudad en muchos años, aún más que la cifra record que se tenía desde 1949. Estas constantes lluvias afectaron a todo el territorio nacional, destruyendo muchas carreteras y puentes, desbordando ríos, provocando deslaves y derrumbes; pero, lo más lamentable de todo, fue el saldo de vidas humanas perdidas por este fenómeno natural. De igual manera se afectó la infraestructura de la ciudad capital.

Muchas personas han venido tratando de sacar conclusiones caprichosas y han hecho diversos señalamientos, sin estar respaldados por fundamentos válidos y seriamente estudiados, como en el caso del hundimiento que se produjo en Ciudad Nueva (zona 2), similar o superior al que se hizo antes en la zona 6.

Los daños en este punto han causado alarma en la población; sin embargo, algunas personas se han dedicado a generar temores sin conocer la causa de esta situación.
Las causas de esos daños registrados en la zona 2 de la ciudad capital no se podrán conocer sino cuando los expertos, que están realizando el estudio científico que corresponde, divulguen los informes del resultado de su estudio para establecer los orígenes. Mientras esto no sea así, el hecho de afirmar que la causa del hundimiento es por falta de mantenimiento en el sistema de drenajes es querer minimizar los efectos de la tormenta Agatha, cuando estos son evidentes en todo el territorio nacional, así como en países vecinos. Todo esto debido a la lluvia que superó los 108 milímetros de precipitación. A estos daños, hay que sumar los efectos de la arena que lanzó el volcán Pacaya y llegó al sistema de tragantes, provocando el taponamiento parcial de algunos de ellos. Todos estos elementos juntos, agua y arena en exceso, indiscutiblemente han incidido en el lamentable hundimiento en la zona 2.
Se quiera o no reconocerlo, lo que ocurrió en la zona 2 formó parte de los daños y destrozos que provocó la tormenta Agatha, cuyos efectos destructores aún no se pueden evaluar.
Lo ocurrido en Ciudad Nueva zona 2, sin querer minimizarlo, bien se puede insertar en cualquiera de los escenarios de destrucción y caos que hay en otros lugares del país. Basta ver  las carreteras intransitables, los puentes destruidos, la destrucción por todos lados para preguntarnos, si esto pasó en la superficie, ¿qué más pudo haber pasado en las entrañas de la tierra?
En vez de dejarnos llevar por caprichosas especulaciones infundadas, debemos esperar a que los expertos traten de descifrar lo sucedido y logren explicar los efectos de la madre naturaleza sobre nuestra ciudad, que cuenta con infraestructura que tiene ya muchos años, pero que mantiene una dinámica de una urbe moderna, apoyándose en lo que fue hecho entonces.

* BOLETÍN ESPECIAL DE CONRED POR HUNDIMIENTO EN LA ZONA 2

Acercamiento al enorme y profundo hundimiento

Origen del fenómeno

El hundimiento que ocurrió la noche del sábado 29 de mayo en el crucero de la 11 avenida “A” y 6a calle de la zona 2, Ciudad Nueva, aproximadamente a las seis de la tarde, es el resultado de una carga excesiva de agua en el terreno, originada por efecto de las lluvias de la tormenta tropical Ágatha. La información disponible hasta el momento, no permiten establecer la condición del sitio previo a la recarga de agua proveniente de la tormenta.

Sin embargo, es posible que exista alguna conexión entre la excesiva recarga hidráulica del sistema de drenajes y el ingreso de arena volcánica proveniente de la erupción del volcán Pacaya, factores que pudieron propiciar su debilitamiento, ya que el colapso coincide con el trazo del colector poniente del sistema de drenajes de la Ciudad de Guatemala.

El hundimiento dejó en el crucero un agujero de un diámetro de 21.5 metros en la parte superior, con una profundidad de 31.25 metros. El primer

estimado de la cantidad de material que se desplazó es de 7,895 m3. En su base se observa un flujo de agua que corre en la dirección del colector, con dirección hacia el Oriente, paralelo a la calle Martí.

La Secretaria Ejecutiva de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres -SE-CONRED-, ha prestado atención al suceso y convocó al Ejército de Guatemala, la Policía Nacional Civil (PNC), los Cuerpos de Bomberos y a la Empresa Municipal de Agua de la Municipalidad de Guatemala (Empagua), para la coordinar los distintos procesos de atención e investigación del suceso.

La Emergencia

Al momento de ocurrir el fenómeno y recibirse el reporte en el Centro de Operaciones de Emergencia de la CONRED, de inmediato se envió una unidad de patrullaje conjunto del Ejército de Guatemala y de la Policía Nacional Civil, la cual acordonó un área de 100 metros alrededor del sitio, para evitar la circulación de vehículos y presencia de personas en el lugar del hundimiento.

Al día siguiente, 30 de mayo personal técnico de la Dirección de Mitigación de la SE-CONRED, iniciaron el trabajo de análisis y el primer resultado fue establecer las dimensiones del agujero. Además, se estableció contacto con los vecinos del lugar, quienes fueron instruidos acerca de los primeros pasos de atención a la emergencia, porque la prioridad es salvaguardar su vida.

Alcance del fenómeno y eventual recuperación

Se mantiene una zona de prevención y restricción de 100 metros alrededor del sitio. Únicamente se ha permitido el ingreso, restringido, para algunos habitantes de residencias en la zona preventiva, con el propósito de recuperar algunos de sus bienes personales. Sin embargo, está prohibido habitar en la zona de restricción.

El personal técnico de la Dirección de Mitigación de la SE-CONRED, como primera medida para estimar el alcance del fenómeno, desarrolla un estudio geofísico del subsuelo bajo la zona preventiva. Esta investigación se realizapor medio de un radar de penetración del terreno, equipo propiedad de la SE- CONRED. El resultado esperado es reconocer las condiciones del subsuelo, con énfasis en determinar la estabilidad del terreno y de esa manera confirmar la extensión de la zona preventiva.

El siguiente paso es el reconocimiento de las condiciones en las que se encuentra el colector de drenajes y así determinar el proyecto de la obra civil que lo reconstruirá. Esto es de especial importancia, ya que de no encontrarse el colector en condiciones de operatividad, la reconstrucción del crucero no será posible.

Finalmente, y dependiendo de los dos pasos anteriores, será determinado como realizar la obra civil de recuperación. Esto es, el relleno de la cavidad que ha dejado el hundimiento. El tamaño de dicha obra no se ha estimado aún. Primero es necesario conocer con precisión, las capacidades de soporte del terreno, la incidencia del hundimiento en los terrenos aledaños, las condiciones del sistema de drenajes y, sobretodo, el diseño de la obra civil en si misma.

RECOMENDACIONES ANTE LA PRESENCIA DE LLUVIAS:

> Precaución ante crecidas repentinas de ríos y quebradas, así como la posibilidad de deslizamientos, especialmente en zonas de laderas o con mal drenaje.

> Mantener la calma y estar atentos a cualquier información oficial, evitando la especulación y los rumores.

>   Seguir las instrucciones de las autoridades.

>  Identifique las áreas seguras y las de alto riesgo en su comunidad.

>  Verificar que las cunetas y desagües pluviales no estén obstruidos.

> Observar atentamente cualquier agrietamiento en el terreno,

desplazamiento o inclinación de objetos en los alrededores de las viviendas, incluyendo las mismas, usualmente el desplazamiento de escombros mayores es precedido por flujos pequeños de lodo y piedras.

>  Por ningún motivo debe intentar cruzar ríos crecidos o caminar cerca de la orilla de estos.

* Devastadoras denuncias contra Carlos Castresana

Castresana no tiene derecho a juzgar la honorabilidad  de ninguno

El destacado periodista y doctor en Derecho Mario David García, haciendo honor al nombre de su acostumbrado programa radial —Hablando Claro— que transmite la cadena de Emisoras Unidas, ayer dedicó una buena parte del tiempo a su disposición a dar alarmantes informes de sus investigaciones sobre la vida y milagros del controvertido jurista español Carlos Castresana Fernández, jefe de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). Si hay pruebas fehacientes de todo lo que denunció ayer ese periodista hasta de la vida íntima del susodicho juzgador hispano, se le debería caer la cara de verguenza y presentar su inmediata dimisión a ese cargo desde el cual se permitió recientemente el abuso de poner en entredicho la idoneidad y calidad moral de los honorables integrantes de la Comisión de Postulación, presidida nada menos que por el Presidente del Poder Judicial y Corte Suprema de Justicia (CSJ), licenciado Erick Alfonso Álvarez, e integrado por los decanos de las facultades de Derecho de las universidades del país: licenciados Bonerge Amílcar Mejía Orellana, de la San Carlos de Guatemala, Hugo Rolando Escobar Menaldo, de la Rafael Landívar, Mario Raúl García Morales, de la Rural, Mireya Barrera Morales, de la Mariano Gálvez, Carlos Enrique Samayoa, de la Panamericana, Guido Ricci Muadi, de la del Istmo, Ángel Estuardo Barrios Izaguirre, de la Mezoamericana, Juan Manuel Díaz Durán, de la San Pablo de Guatemala, doctor Milton Estuardo Aguirre Pinto, de la universidad Marroquín, el presidente del Colegio de Abogados y Notarios, Óscar Ruperto Cruz Oliva y, finalmente, Antonio Rodolfo Tánchez Mérida, presidente del Tribunal de Honor del Colegio de Abogados y Notarios– para escoger entre 29 aspirantes a 6 competidores para que el Presidente de la República escogiese entre ellos al nuevo Fiscal General de la Nación y Jefe del Ministerio Público (MP) nombramiento que finalmente recayó en  el doctor Conrado Arnulfo Reyes Sagastume.

Castresana insistió hasta el cansancio en que la Comisión de Postulación no era idónea y que debía discutir en voz alta  la honorabilidad de los aspirantes a ese cargo; y al principio trató de imponer a quien, según su criterio particular, podría ser el único sustituto de Amílcar Velásquez Zárate… ¡el mismo Velásquez Zárate! Pero, afortunadamente la Comisión de Postulación no se dejó amedrentar y le hizo “ojitos de cangrejo” diciéndole “¡Aquí está tu Ritz!” y escogió a 6 de los aspirantes que sumaban un punteo más alto, entre los cuales el mandatario nombró a quien mejor le pareció.