Miscelánea

Aclaración
De parte de la reportera de El Periódico Claudia Benavente recibí ayer la siguiente aclaración sobre lo que publiqué acerca de su entrevista al licenciado Roberto González Díaz-Durán, alias “Canela”, candidato a Alcalde Metropolitano del partido en el gobierno. ?Leí su página donde comenta acerca de la entrevista a “Canela”. Le pedí a los correctores que no corrigieran Consejo, pues este no está conformado por concejales electos, únicamente por los alcaldes y el gobierno central. De acuerdo con la Rae Concejo se refiere a la corporación municipal, por esa razón es correcto decir que quiere formar un Consejo Metropolitano con “S” y no con “C”. Atentamente?
Le respondo: Gracias por haber prestado atención a lo que dije en mi página web. Quizás usted está en lo correcto y yo estoy equivocado. No sería ésta la primera vez que me equivoco. No es que no quiera dar mi brazo a torcer, pero lo que está proponiendo ?Canela? es conformar una entidad integrada por alcaldes MUNICIPALES, aunque no sea electa. En fin, voy a aceptar que tiene razón y le presento mi disculpa por lo que publiqué. Pero debo decirle que en esta nota que me envió debió decir ?les pedí a los correctores? o siplemente “pedí a los correctores”, pero no ?le pedí a los correctores?. La saludo cordialmente y le deseo muchos éxitos periodísticos.
Otro correo electrónico
Ayer recibí de Madrid (España) este interesante artículo que reproduzco textualmente a continuación, sin agregar el más mínimo comentario para que ustedes saquen sus propias deducciones.
Guatemala, abierta a la palabra
Por Fernán González, sociólogo y experto en religión. Enviado especial a Guatemala de BBC Mundo.
Guatemala es hoy el país de América Latina con el mayor porcentaje de evangélicos. Aunque las cifras varían, se calcula que alrededor de un 30% de una población de casi 13 millones de personas pertenece a algunas de las numerosas iglesias protestantes del país. El éxito de los evangélicos para ganar un espacio cada vez mayor de la sociedad guatemalteca lo ilustra Fraternidad Cristiana. Próximamente, Fraternidad Cristiana se mudará a su nuevo templo. El próximo 27 de mayo, esta denominación evangélica inaugurará el mayor edificio religioso de Guatemala y Centroamérica, un gigantesco auditorio con capacidad para 12.200 personas. Se trata en realidad de un complejo de instalaciones, entre ellas un colegio, guarderías y varios niveles de estacionamiento. Le llaman simplemente Mega Fráter. Es un nombre apropiado.
Un proyecto necesario
Las dimensiones del complejo arquitectónico de 113 mil metros cuadrados se revelaban cuando me acercaba en taxi. En lo alto de un cerro, el edificio principal se destacaba por su techo abovedado gris con paneles azules. Los miembros de Fraternidad Cristiana son en su mayoría de clase media. “El proyecto nace por necesidad de espacio”, me dijo el pastor Jorge H. López, quien fundó Fraternidad Cristiana en 1978. La congregación en ese momento era de sólo 22 miembros. Hoy el pastor calcula que la membresía sobrepasa las 12 mil personas. Según López, el secreto del crecimiento está en que “hemos trasladado el evangelio a la gente en términos que son comprensivos y practicables en la vida cotidiana”.
El evangelio del “aquí y el ahora”
“No sólo se ha predicado un evangelio escatológico del fin del mundo, de cuando venga Cristo, sino que hablamos del aquí y el ahora”, comenta López, quien predica el mensaje de que el progreso material es bendición de Dios. El líder de Fraternidad Cristiana asegura a la BBC que “si el rico recibe a Jesucristo y practica sus principios, ayudará a que el más pobre vaya saliendo de su pobreza mediante sus industrias, sus trabajos, compartiendo lo que tiene”. Los miembros de Fraternidad Cristiana son en su mayoría de clase media. Otras iglesias evangélicas, como Casa de Dios o El Shaddai, que cuentan con congregaciones numerosas, tienen un perfil social muy similar. El avance evangélico en la clase media es algo relativamente reciente en la historia de Guatemala.
Un poco de historia
El protestantismo se introdujo en el país a mediados del siglo XIX. Desde esa época y hasta 1976, se estima que los miembros de las iglesias evangélicas eran en su inmensa mayoría pobres y constituían menos del 2% de la población. En 1976 un terremoto asoló Guatemala. Iglesias con sedes en Estados Unidos enviaron misiones de ayuda a los damnificados y terminaron por establecerse en el país. De estas iglesias surgieron otras bajo el liderazgo de pastores guatemaltecos que habían sido educados en seminarios estadounidenses.
El poder de los medios
El proselitismo activo es una de las claves para entender el crecimiento de los grupos evangélicos que, en busca de más fieles, recurren a los medios de comunicación. Un ejemplo del uso efectivo de los medios es el del pastor Cash Luna de la iglesia Casa de Dios, que con 16 mil feligreses es considerada la mayor denominación evangélica de Guatemala. En sus programas de televisión, Luna transmite su mensaje con energía, en un lenguaje directo y sin complicaciones teológicas. El uso de los medios por las iglesias evangélicas en Guatemala no es algo nuevo. Data de los años noventa del siglo pasado cuando líderes de estas iglesias como Harold Caballeros, ex pastor de la iglesia El Shaddai, (Yo Todopoderoso, uno de los nombres de Jehová en el Antiguo Testamento), comenzaron a comprar estaciones de radio y bandas de frecuencia.
Hoy su iglesia, que él define como neopentecostal, tiene una red de 25 emisoras en todo el país. Un canal de televisión, en el que participan otras iglesias, difunde también su mensaje.
Caballeros renunció a su cargo para entrar en política. El ahora ex ministro se postula en la elección presidencial de este año al frente del partido político Visión con Valores. El día que lo visité en su iglesia me mostró con orgullo sus estudios de grabación.
Funcionamiento
La emisoras se dividen en una red para adultos y otra para jóvenes que tiene el sugestivo nombre de Shock FM. Su formato es ágil y directo. Harold Caballeros, ex pastor de la iglesia El Shaddai, renunció a su cargo para entrar en política. Según Caballeros, la iglesia hizo la inversión inicial al comprar las radios pero estas son ahora autosuficientes, financiándose a través de anuncios publicitarios y donaciones de clubes de socios. También se realizan telemaratones. Muchos guatemaltecos se muestran críticos de las iglesias evangélicas al considerar que la construcción de megatemplos y otras obras son un derroche en un país donde, según cifras de organismos internacionales, más del 56% de la población vive bajo la línea de pobreza. El ex pastor Harold Caballeros rechaza las críticas. Según dijo a la BBC, “el ser humano tiene necesidad de trascender y de pertenecer a algo grande y hermoso. Es la única manera de entender la construcción de esas hermosísimas catedrales europeas de los siglos pasados”, agregó.
La Iglesia Católica está pagando caro
Muchos sostienen que el mayor desafío de la Iglesia Católica en América Latina, otrora el bastión más importante del Vaticano en el mundo, es el avance inexorable de la fe protestante. Críticos de la posición de Roma señalan que la misma Iglesia Católica es responsable de esta situación. Sobre este tema, el experto en religión y sociólogo Bernardo Barranco, conversó con BBC Mundo desde Ciudad de México.
¿Cuáles son los principales retos de la Iglesia Católica en América Latina en estos momentos?
Uno de los mayores retos es la pérdida de fieles, respondió. Según una estadística del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano), 10 mil personas por día abandonan la Iglesia Católica. Uno de los grandes retos es la pérdida de vitalidad del catolicismo latinoamericano frente a una exigente competencia religiosa de otras denominaciones cristianas, de nuevos movimientos religiosos y de nuevas agrupaciones para-religiosas que están surgiendo con mucha fuerza en el continente.
¿Qué pasa con el tema de la pobreza y la iglesia?
Una segunda cuestión importante es el papel de la Iglesia Católica frente a los grandes problemas del continente, especialmente el de la pobreza, la exclusión, la marginación, que lejos de ser un problema que está en vías de solución, así como se planteó en la primera conferencia del CELAM y sobre todo en la segunda en 1968 cuando se habla de la pobreza en Medellín como un tema de fondo, éste se ha agravado. Se habla de cerca de la mitad de la población del continente que vive en condiciones alarmantes.
¿Cuál es el papel de la Iglesia en ese contexto?
Uno de los temas presentes es la crítica del modelo económico que ha imperado en la región en los últimos 25 años, que es el modelo económico neoliberal en un contexto de globalización que ha hecho que fundamentalmente prime la racionalidad del mercado por encima de las condiciones humanas. La pérdida de valores es un gran problema para la Iglesia frente a temas como el aborto, la eutanasia, los avances científicos. La Iglesia se ve amenazada por lógicas nuevas, por sentidos comunes que van más allá, que la rebasan. En esa misma línea, los obispos se plantean la cuestión de la corrupción de los valores, es decir un continente que por un lado está siendo seriamente amenazado con problemas de exclusión como por un conjunto de ideas y valores tanto de una sociedad secular como de nuevos movimientos religiosos.
La Iglesia percibe una pérdida de identidad y de la identidad del sustrato católico que marcó al continente desde la conquista. La pérdida de valores es un gran problema para la Iglesia frente a temas como el aborto, la eutanasia, los avances científicos. La Iglesia se ve amenazada por lógicas nuevas, por sentidos comunes que van más allá, que la rebasan.
¿A qué cree que se debe la pérdida de fieles?
Es un problema de competencia religiosa. Por un lado los nuevos movimientos religiosos han agudizado de manera muy sensible nuevas estrategias de comunicación y de difusión religiosa, sobre todo a través de medios, de proselitismo más agresivo, de llegar a sectores populares, etc. Por otra parte, la Iglesia en América Latina ha venido sufriendo lo que podría llamarse un proceso de aburguesamiento. La Iglesia Católica pierde con los simpatizantes de la Teología de la Liberación, que fueron condenados, un ascendiente muy fuerte dentro de los sectores populares.
¿Qué pasó con ese compromiso con los pobres de los años 60?
Según Barranco, la Iglesia durante el papado de Juan Pablo II se volcó a los movimientos de clase media. En los años 60, precisamente a partir de una de las reuniones del CELAM, la de Medellín en 1968, se plantea una gran línea paradigmática, la opción por los pobres. Muchos se van en esta línea pastoral, algunos coquetean con posturas marxistas, otros adoptaron posturas más seculares y fueron reprimidos y relegados por el Vaticano, especialmente bajo el pontificado de Juan Pablo II. Eso trajo como consecuencia un debilitamiento de la presencia de la Iglesia en una perspectiva misionera con los sectores populares. El resultado es que dada la dinámica de marginación y exclusión que vive el continente hay un sector muy abandonado.
¿Qué influencia tuvo Juan Pablo II en este contexto?
La Iglesia bajo Juan Pablo II tuvo mucha preferencia por movimientos de espiritualidad y por movimientos de clase media y media alta como Opus Dei, Legionarios de Cristo, etc. Sin embargo, a nivel popular se desdibuja y es ahí donde estos movimientos de corte pentecostal, neopentecostal y nuevas religiosidades populares han emergido con mucha fuerza de tal suerte que tenemos movimientos como el brasileño Iglesia Universal del Reino de Dios que de los años 70 para acá ha crecido de manera espectacular. La Iglesia Católica está redescubriendo que entre los sectores populares, en los sectores de las masas suburbanas, campesinas y migrantes está teniendo una competencia feroz y no sabe como reaccionar ante esto.
¿Qué encuentran aquellos que desertan de la Iglesia Católica en estas iglesias?
Pues algo muy sencillo, atención. Encuentran un espacio de encuentro social, donde tienen nombre y un espacio de comunicación donde conviven con otros sectores, que de otra manera la dinámica económica y social de los países de nuestro continente, así como la propia Iglesia Católica, no ofrecen. Muchos de estos movimientos sobre todo pentecostales y neopentecostales ofrecen una esperanza de vida, es decir, una ética, posibilidades de resolver los grandes problemas. Encuentran nombre y apellido, es decir encuentran un trato diferente, se les da un respeto en términos de valoración humana. En segundo lugar, muchos de estos movimientos sobre todo pentecostales y neopentecostales ofrecen una esperanza de vida, es decir, una ética, posibilidades de resolver los grandes problemas.
¿Está la Iglesia Católica enfrentando este reto con algún éxito?
Yo creo que no. Creo que la Iglesia está muy preocupada. No ha tenido la capacidad de poder enfrentar los nuevos movimientos religiosos. Hay diagnósticos y lamentaciones pero no hay planes a nivel nacional, continental, que permitan revertir este proceso.
Pareciera que hay una especie de parálisis porque también meterse en el mundo de los pobres, en el mundo de las economías subterráneas es algo muy complicado para la Iglesia.
La Iglesia, por la explosión demográfica en América Latina, tiene una metodología de inserción que está rebasada ya desde hace siglos.
¿Qué puede hacer entonces una iglesia interesada en los pobres?
Para Barranco, la Iglesia no ha tenido éxito al enfrentar los retos que plantea el mundo moderno. La Iglesia hoy no encuentra fórmulas. Se siente muy acotada por ella misma, muy autoreprimida porque en los años 70 y parte de los 80 fue castigada, fue reprimida, la opción que había desarrollado con una metodología hacia los pobres, es decir, la Teología de la Liberación. Ésta fue condenada principalmente por el actual Papa que en ese momento era el Prefecto de la Santa Congregación para la Doctrina de la Fe. Joseph Ratzinger fue uno de los principales impulsadores de la condena a la Teología de la Liberación. Los agentes de pastoral, los sacerdotes, se sienten muy reprimidos, no encuentran fórmulas de cómo entrar hoy en el mundo de los pobres.
En Semana Santa, miles de guatemaltecos salen a las calles en todo el país. Visitar Guatemala en Semana Santa es la oportunidad para ver tradiciones que se toman en serio. Decenas de miles de personas salen a las calles en todo el país para participar de una forma u otra de las procesiones. Los hombres visten túnicas moradas y sombreros de tela terminados en punta. Tradicionalmente los llaman “cucuruchos”. Las mujeres llevan mantillas y elegantes trajes blancos. El Viernes Santo todos van de luto. Disciplinadamente cargan las pesadas andas con las imágenes que representan la Pasión de Cristo. Ante la masiva participación en estas jornadas de fervor religioso, por devoción personal o tradición, me pregunto cómo la Iglesia Católica ha perdido tanto terreno en Guatemala ante el rápido avance de las iglesias evangélicas.
Fui a buscar respuesta a San Marcos, 248 kilómetros al noroeste de Ciudad de Guatemala, diócesis del obispo Álvaro Ramazzini, presidente de la Conferencia Episcopal Guatemalteca.
Desafío
Muchos católicos se hicieron evangélicos por miedo a que se les viera como amigos de la guerrilla. De hecho, muchos catequistas y 14 sacerdotes fueron asesinados. Monseñor Álvaro Ramazzini reconoce que la Iglesia en Guatemala enfrenta un verdadero desafío ante los evangélicos. El obispo cita la escasez de sacerdotes como uno de los factores que han llevado al crecimiento de las iglesias protestantes. “En muchos lugares de Guatemala, echo de menos una evangelización profundamente arraigada, con una formación en el conocimiento de la fe que permita a las personas saber porqué son católicos”, señala Monseñor Ramazzini. El presidente de la Conferencia Episcopal apunta también a la pobreza como otro factor para la pérdida de fieles. Según él, personas de pocos recursos económicos piensan que resolverán sus problemas al hacerse miembros de otras iglesias.
Algunos expertos creen que Guatemala va camino a convertirse en el primer país latinoamericano de mayoría evangélica.En su conversación con la BBC, el obispo se refirió también al contexto histórico del crecimiento de las iglesias evangélicas.
Monseñor Ramazzini está convencido de que en la década de los 80 se orquestó un plan desde Estados Unidos para contrarrestar lo que se percibía como una inclinación hacia la izquierda de la Iglesia en algunos países de la región, entre ellos Guatemala. Parte de ese plan habría sido fomentar el establecimiento de iglesias protestantes que promovieran un modelo de vida parecido al estadounidense. Sin embargo, esta tesis es rechazada por líderes evangélicos con los que hablé.
La Iglesia Católica está pagando caro
El obispo recordó el conflicto civil que padeció el país durante 40 años. En específico se refirió al general Efraín Ríos Montt, uno de los dos gobernantes evangélicos que ha tenido Guatemala. Ríos Montt, a quien se acusa de graves violaciones de derechos humanos, promovió durante su gobierno la causa evangélica. “Muchos católicos se hicieron evangélicos por miedo a que se les viera como amigos de la guerrilla. De hecho, muchos catequistas y 14 sacerdotes fueron asesinados”, dijo a la BBC Monseñor Ramazzini.
Estrategia católica
El obispo asegura que la Iglesia Católica está respondiendo con fuerza al desafío de los evangélicos. “Estamos intensificando nuestros planes de formación y trabajamos para que los laicos asuman su corresponsabilidad dentro de la Iglesia. Insistimos en la lectura de la Sagrada Escritura, insistimos a los sacerdotes en que deben ser personas amables y en que preparen bien la administración de los sacramentos”.
¿Será esta estrategia suficiente para frenar la pérdida de fieles?
Monseñor Ramazzini dice que la Iglesia Católica está respondiendo con fuerza al desafío de los evangélicos. Más aún, si la tendencia de las últimas décadas continúa, ¿se convertirá Guatemala en el primer país latinoamericano de mayoría evangélica en el siglo XXI, como sugiere el antropólogo estadounidense David Stoll? Algunos católicos guatemaltecos ven esa posibilidad con preocupación. El director de una radio católica local me dijo que no ve un plan de la Iglesia que se compare a la campaña “Guatemala para Cristo”, que se han trazado algunas iglesias evangélicas y que pretenden completar en algunas décadas.
Pobreza e inseguridad
A pesar de lo que podría percibirse como una tenaz competencia entre evangélicos y católicos, los líderes religiosos con quienes hablé aseguran que viven en un clima de coexistencia y no de enfrentamiento. Algunos me hablaron incluso de su disposición a trabajar juntos por el bien del país. Una de las imágenes que más conservo de Guatemala es el gran número de autobuses y vehículos con leyendas religiosas, como “Dios es mi refugio” y “Cristo es mi Señor”. Para muchos guatemaltecos sólo la fe ofrece respuestas en un país que vi plagado de pobreza e inseguridad.

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