Seamos positivos en vez de ser negativos
Hoy que estamos a solo tres días de la celebración de la llamada Noche Buena, en conmemoración del supuesto día del nacimiento de Jesús, (según la fe cristiana, aunque varios historiadores coinciden que no nació en esa fecha), quiero instar a todos los guatemaltecos –por lo menos a mis estimados lectores— a que dejemos atrás nuestro habitual pesimismo, o negativismo, para que procuremos ser positivos. Sobre todo en lo que concierne a nuestra patria, a la cual hemos venido llamando Guatemala a través de la historia, pero se debería llamar Guatebuena, pero no se ha podido lograr que un congreso legislativo o un presidente de la república proponga ese cambio que no sólo cambiarían las últimas dos sílabas del nombre sino también la actitud tan negativa de los guatemaltecos.
Nuestra característica expresión “fíjese que…” cuando comenzamos a tratar de explicar algo es solo la entrada de una explicación de por qué las cosas no están como debieran. Cuando nos dicen “fíjese que…” quiere decir que detrás viene la mala noticia. Como cuando se manda a arreglar el automóvil y llega a recogerlo el día que le dijeron que estaría listo, pero el mecánico le recibe con un “fíjese que…” y a partir de entonces se entiende que todavía no está arreglado. Pues bien, fíjense ustedes que desde que llegaron los españoles encabezados por Pedro de Alvarado, bautizaron a estas tierras como Quatlimayán, porque algunos nativos les dijeron que Quatli quiere decir tierra de árboles y agregaron la terminación maya por ser tierra de los mayas. Pero con el uso fue cambiando el nombre hasta llegar a Guatemala. Y desde entonces así se ha llamado a este bello país que ahora es nuestra patria. Probablemente a eso se debe que somos tan pesimistas y en el extranjero se emplea la odiosa expresión “salímos de Guatemala para entrar a Guatepeor”. Por eso creo que sería bueno que se le cambie la terminación “mala” y se le ponga “buena” al nombre a nuestra patria, para que sea Guatebuena.
Viene a cuento por la actitud tan negativa de quienes se permiten actuar como profetas del mal al afirmar que Jimmy Morales y Jafet Cabrera carecen de equipo de trabajo. Hasta hay quienes llegan al extremo de asegurar que el presidente electo sometió una lista de cincuenta al embajador estadounidense, una larga lista de cincuenta nombres de posibles ministros, pero el influyente diplomático solamente aprobó a cinco de ellos, por lo cual Jimmy Morales pospuso la fecha en que había prometido que los daría a conocer para evitar que los medios de comunicación y las redes sociales les despedacen desde antes de asumir los cargos, lo cual sería peor que someterles a un detector de mentiras. ¡No quedaría santo parado!
Me informan que también le propusieron emplear los polígrafos o detectores de mentiras para someter a la prueba a sus candidatos para ocupar esos cargos, pero que se niega a emplear ese recurso tan indignante. De lo cual tiene razón porque no se puede ofender a una persona a quien se le pide desempeñar un cargo público sometiéndole a la prueba del polígrafo.
Para quien no lo sepa, un polígrafo consiste en varios instrumentos combinados de forma que registran simultáneamente las fluctuaciones en la presión sanguínea, el pulso y la respiración ante las preguntas que se formulan, o sea que es un detector de mentiras empleado en la investigación policial de los delitos para registrar las respuestas de acuerdo a las reacciones corporales de una persona cuando se la interroga y detectar si miente por sus reacciones. Los resultados de los polígrafos no suelen admitirse como pruebas legales en los juzgados de muchos países, excepto en los casos en que hay un acuerdo entre las dos partes.
Si el presidente electo solicita su colaboración a una persona, no tendría derecho a ofenderle si le obliga a someterse previamente a la prueba del polígrafo. Porque con ello demostraría que no le tiene confianza. Y no creo que haya muchas personas respetables que serían capaces de aceptar someterse a esa prueba de tipo policial.
¡Seamos positivos! Demos el beneficio de la duda al licenciado Jimmy Morales y al doctor Jafet Cabrera. Tengamos confianza en que ellos sabrán escoger a personas idóneas para conformar su equipo de trabajo. Y en cuanto a quienes juran que ellos no van a poder gobernar ni siquiera un año, porque antes van a demostrar su incompetencia, les recuerdo que hasta el nefasto Óscar Berger pudo terminar los cuatro años de su periodo constitucional sin haber tenido la idoneidad para ello.
Twitter@jorgepalmieri